El Gran Sol Rojo del Amanecer

viernes, 22 de noviembre de 2013

LENIN ALREDEDOR DE LA TENDENCIA LIQUIDACIONISTA EN EL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO

(Nota de Luminoso Futuro: Han pasado tres largos años, desde el momento mismo que en poníamos en alerta a los cuadros y militantes de base del Partido Movimiento de Liberación Nacional-29 de noviembre (MLN-29), primero en carta particular a la Dirección del mismo y, luego, por las páginas de Kaos en la Red, del cambio de trinchera estratégica, el abandono del propio pasado revolucionario y de su pasaje a la aceptación y reconciliación con el sistema oligárquico-fascista de poder. Con ello, denunciabamos un virtual golpe de mano ocurrido a niveles de su centro de poder interno por parte de una camarilla revisionista, socialdemocrática y renegada del marxismo-leninismo.
A nuestro señalamiento advertencia, dado que entre nuestras dos Organizaciones existía formal acuerdo de apoyo mutuo y mutua defensa de los principios estratégicos compartidos, ellos respondieron con diatribas, injurias e insultos, a la vez poniendo en evidencia su desconcierto al ser expuestos públicamente de cara a su antirrevolucionario viraje político. No teniendo otra que desnudar su degeneración anticomunista, vía el más desenfrenado antimaoísmo.
Hoy, el total copamiento de las redes de poder por la nueva camarilla derechista dirigente, la escasa respuesta de su base por defender los fundamentos marxistas de su Organización otrora revolucionaria, parece indicar la irreversibilidad de lo acontecido. Tal es así, por cuanto su partido-pantalla, Frente Amplio por la Democracia (FAD), a mediados de 2013 ha alcanzado la inscripción formal y el reconocimiento del Tribunal Electoral burgués, con ello el ser admitido como partido legal –desde esa fecha, uno más de la tan “odiada” partidocracia- y, por eso mismo extendido el “derecho” a la actividad abierta al MLN-29. Consagrase así, por intermedio de estos usurpadores, luego de hacer abjuración del marxismo-leninismo, de la revolución proletaria y la renuncia a la violencia revolucionaria como único camino para conquistar el socialismo en Panamá, el pacto efectuado con el Ministerio de Seguridad y por su intermedio con el régimen fascista de Ricardo Martinelli, además su actual  nefasto papel desviacionista del sagrado mandato de emancipación social del proletariado dictaminado por los cinco clásicos del Marxismo-Leninismo.
En vista de lo cual, para esclarecimiento de los sinceros revolucionarios de base de dicho partido, respecto al grado de degeneración ideológica y las bases teóricas de tamaña traición de su actual grupo dirigente, hemos decidido aquí en nuestro blog, publicar algunos artículos esclarecedores del gran maestro del proletariado internacional Vladimir Lenin sobre este mismo tema).



V. I. Lenin: Cuestiones en litigio



“Merece el título de miembro del Partido y de creador del Partido obrero únicamente  aquel que estudia con atención, medita y resuelve por sí mismo los problemas y los destinos de su Partido”. V.I. Lenin




IV. SIGNIFICACIÓN DE CLASE DEL LIQUIDACIONISMO

Hemos demostrado en los artículos precedentes (Pravda, núms. 289, 299 y 314) que todos los marxistas, tanto en 1908 como en 1910, habían condenado irrevocablemente el liquidacionismo como renuncia del pasado. Los marxistas explicaron a la clase obrera que el liquidacionismo es la introducción de la influencia burguesa entre el proletariado. Y todas las publicaciones liqudacionistas, desde 1909 a 1913, violaron y siguen violando de manera flagrante las decisiones de los marxistas.

Veamos la consigna de “partido obrero legal” o “lucha por un partido legal”, que defienden hasta ahora los liquidadores en Luch y en Nasha Zaría. 

¿Es esta consigna marxista, proletaria, o liberal, burguesa?

La respuesta a esta pregunta no hay que buscarla en el estado de espíritu ni en los planes de los liquidadores o de otros grupos, sino en el análisis de la correlación de las fuerzas sociales en Rusia en la época en que atravesamos. La significación de las consignas no se determina por las intenciones de sus autores, sino por la correlación de las fuerzas de todas las clases del país.
           
Los terratenientes feudales y su “burocracia” son hostiles a todo cambio en el sentido de la libertad política. Esto es comprensible. La burguesía, por su posición económica en un país atrasado y  semifeudal, no puede dejar de aspirar a la libertad. Pero la burguesía tema a la actividad popular más que a la reacción. . El año 1905 demostró esta verdad con particular evidencia; la clase obrera la comprendió perfectamente; los únicos que no la han comprendido han ido los intelectuales oportunistas y semiliberales.

La burguesía es liberal y contrarrevolucionaria. De aquí su miserable reformismo, impotente hasta a ridiculez. Sueños sobre reformas y miedo a ajustar las cuentas seriamente con los feudales, que no sólo no conceden reformas, sino que arrebatan de nuevo las ya concedidas. Preconización de reformas y temor al movimiento popular. Deseos de desplazar a los feudales y miedo a perder la ayuda de ellos, miedo a perder los privilegios propios. Sobre esta correlación de clase descansa el sistema del 3 de junio, que otorga omnipotencia a los feudales y los privilegios a la burguesía.

La situación de clase del proletariado excluye totalmente para él la posibilidad de “repartir” privilegios con nadie o de temer que alguien los pierda. Por eso, el reformismo estrecho y egoísta, mezquino y estúpido, es completamente ajeno al proletariado. Y la masa campesina –que, por una parte, es oprimida sin medida y, en vez de privilegios, no ve más que hambre, pero, por otra parte, es de un modo absoluto pequeñoburguesa- vacila inevitablemente entre los liberales y los obreros.

Esta es la situación objetiva.

De esta situación se desprende con evidencia que la consigna de partido obrero legal, por su origen de clase, es una consigna de los liberales contrarrevolucionarios. En ella no hay más que reformismo. Ni alusión hay en ella que el proletariado, la única clase completamente democrática, tiene conciencia de que su tarea es luchar contra los liberales por la influencia en toda la democracia; ni idea de la eliminación de la base misma de cualquier privilegio de los feudales, de la “burocracia”, etc.; ni idea sobre los principios generales de la libertad política y de la Constitución democrática. En cambio, hay una renuncia táctica a lo viejo, lo que significa renegar y disolver (liquidar) el Partido obrero.

Dicho más brevemente: esta consigna introduce en los medios obreros, en la época de la contrarrevolución, la propaganda precisamente de aquello que hace en sus medios la burguesía liberal. Por eso, si no hubiese liquidadores, ¡los burgueses progresistas inteligentes tendrían que encontrar o contratar intelectuales para introducir en la clase obrera esta prédica!
Únicamente gente sin meollo puede comparar las palabras de los liquidadores con los motivos de los liquidadores. Lo que hace falta es comparar sus palabras con los hechos de la burguesía liberal y con su situación objetiva.

Mirad estos hechos. En 1902, la burguesía está por la ilegalidad. Struve es enviado por ella a publicar clandestinamente Osvobozhdenie.  Cuando el movimiento obrero conduce al 17 de octubre, los liberales y los demócratas constitucionalistas abandonan la ilegalidad y después reniegan de ella, la declaran una inutilidad, locura, pecado y ateísmo (Veji). En lugar de la ilegalidad aparece entre la burguesía liberal la lucha por un partido legal. Esto es un hecho histórico, confirmado por los constantes intentos de legalización de los demócratas- constitucionalistas (1905-1907) y de los progresistas (1913).

Entre los demócratas-constitucionalistas observamos un “trabajo legal y una organización secreta del mismo”; A. Vlasov, el liquidador bonachón, es decir, inconsciente, sólo ha parafraseado “con sus propias palabras” los hechos de los demócratas-constitucionalistas.

¿Por qué los liberales renegaron de la ilegalidad y adoptaron la consigna de “lucha por un partido legal”? ¿No será porque Struve es un traidor? No. Precisamente, todo lo contrario. Struve cambió de posiciones porque había cambiado toda la burguesía, y ésta había cambiado 1) porque obtuvo privilegios el 11 de diciembre de 1905 e incluso el 3 de junio de 1907 alcanzó la situación de oposición tolerada; 2) porque se asustó mortalmente del movimiento popular. La consigna de “lucha por un partido legal”, traducida de la “alta política” a un lenguaje simple y claro, significa lo siguiente:

-          ¡Señores terratenientes! No penséis que queremos barreros de la faz de la tierra. No. Correos un poco para que también nosotros, los burgueses, tengamos donde sentarnos (partido legal); entonces os defenderemos cinco veces más “sabiamente”, con más picardía, más “científicamente” que los Timoshkin y los santos padres de Sabler.

Imitando a los demócratas-constitucionalistas, la consigna de “lucha por el partido legal” fue adoptada por los pequeños burgueses, los populistas. En agosto de 1906, el señor Peshejénov y Cía. de Rússskoe Bogatstvo reniegan de la ilegalidad, proclaman la “lucha por un partido legal” y amputan de su programa las consignas “ilegales”, consecuentemente democráticas.

Como resultado de su charlatanería reformista sobre “un partido amplio y legal”, estos filisteos se quedaron, como todo el mundo sabe,  sin ningún partido, sin ningún vínculo con las masas, y los demócratas-constitucionalistas incluso dejaron de soñar en establecer un vínculo semejante.

Así, y únicamente así, a través del análisis de la situación de las clases, a través de la historia general dela contrarrevolución, se puede llegar a la comprensión del liquidacionismo. Los liquidadores son unos intelectuales pequeñoburgueses, enviados por la burguesía a introducir  la corrupción liberal en los medios obreros. Los liquidadores son traidores al marxismo y traidores a la democracia. La consigna de “lucha por un partido legal” es en ellos (lo mismo que en los liberales, así como en los populistas) un modo de encubrir su renuncia al pasado y la ruptura con la clase obrera. Este es un hecho, que ha sido demostrado tanto en las elecciones en la curia obrera para la IV Duma como por la historia de la aparición del periódico obrero Pravda. El vínculo con las masas, todo el mundo lo ve con nitidez, resultó estar tan sólo de parte de aquellos que no han renegado del pasado y que han sabido utilizar el “trabajo legal” y las “posibilidades” de toda especie exclusivamente en el espíritu de este pasado, para su fortalecimiento, consolidación y desarrollo.

En la época del sistema del 3 de junio no podía ocurrir de otro modo.

Acerca de la “amputación” del programa y de la táctica por los liquidadores (es decir, por los liberales) hablaremos en el próximo artículo.


Del artículo CUESTIONES EN LITIGIO. EL PARTIDO LEGAL Y LOS MARXISTAS


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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.