LA INFLUENCIA DE LA
REVOLUCIÓN CHINA EN EL MOVIMIENTO COMUNISTA DE GRECIA (2006)
Documento de la Organización
Comunista de Grecia (KOE)
Nota – La
Organización Comunista de Grecia (Kommounistiki Organosi Elladas -
KOE) fue una organización que se definía a sí misma como “popular,
militante y democrática. Nuestras raíces están en el movimiento comunista de
Grecia, que está unido con el Pueblo griego a través de lazos indestructibles por
la sangre vertida en innumerables décadas de luchas por la Liberación Nacional
y Social. Nuestra base teórica es el marxismo revolucionario, fundado por Marx
y Engels y enriquecido por el leninismo y las obras de Mao Tsetung,
continuamente enriquecido por los esfuerzos colectivos por producir las
necesarias nuevas respuestas a los nuevos problemas que surgen en la época
moderna”.
En julio
de 2013, diez días antes del I Congreso de SYRIZA, KOE anunció su “decisión
de suspender su presencia pública autónoma como un paso
necesario para el fortalecimiento de SYRIZA y de su expresión unificada”.
Con anterioridad, en el año 2006, KOE elaboró
un extenso documento titulado “La influencia de la revolución china en
el movimiento comunista de Grecia”.
Gran Marcha Hacia el Comunismo
comparte la inmensa mayoría de las posiciones políticas que KOE mantiene en
este documento (en cuanto a la defensa de Mao Tsetung y sus enseñanzas, la Gran
Revolución Cultural Proletaria, etc.), aunque discrepamos en algunas de sus
afirmaciones (como, por ejemplo, cuando escribe que “en las décadas
siguientes [a la de los años 70 del siglo XX], una serie de
fuerzas mostraron una tendencia por reducir el maoísmo a la estrategia de la
Guerra Popular y aclamaron la Guerra Popular como la línea general del
movimiento comunista. Esta postura obstaculizó a esa corriente de estudiar en
profundidad los cambios que se estaban produciendo en el mundo en ese momento” o
también cuando señala que el último intento serio de elaborar una línea general
del movimiento comunista internacional fuese el realizado por el Partido
Comunista de China en los años 60 del siglo pasado, omitiendo la
importancia que supuso la creación del hoy desaparecido Movimiento
Revolucionario Internacionalista (MRI) y su Declaración fundacional
de Marzo de 1984 al igual que la histórica declaración del MRI ¡Viva el
marxismo-leninismo-maoísmo! de 26 de Diciembre de 1993).
Sin
embargo consideramos que se trata de un documento de gran interés, tanto
por ser ilustrativo de la historia del movimiento comunista y maoísta en
Grecia, como por su análisis crítico y autocrítico, estando alejado
de posturas dogmáticas y por plantear además cuestiones de vital
importancia sobre la lucha contra el revisionismo contemporáneo y muy
útil para que los comunistas no olvidemos las enseñanzas del gran maestro del
proletariado Mao Tsetung y la necesaria tarea de la unidad de los comunistas
del mundo con una línea general que, en la actualidad, en opinión de Gran
Marcha Hacia el Comunismo, no puede ser otra que el dar pasos en la
construcción de una nueva organización internacional basada en el
marxismo-leninismo-maoísmo para poder avanzar con éxito por el camino hacia la
nueva gran ola de la Revolución Proletaria Mundial.
Reproducimos
a continuación el documento de KOE “La influencia de la revolución
china en el movimiento comunista de Grecia” que Gran Marcha Hacia el
Comunismo hemos traducido al español.
LA INFLUENCIA DE LA REVOLUCIÓN CHINA
EN EL MOVIMIENTO COMUNISTA DE GRECIA (2006)
Contribución al proyecto del
Camarada Bao Yu Ching
Introducción
Sin lugar a dudas, la lucha de los
comunistas chinos ha influido, y hasta cierto grado definido el desarrollo del
movimiento comunista internacional. No podemos saber cuál sería el
alcance de la resistencia contra el revisionismo y la restauración capitalista
si no hubiese tenido lugar la contribución esencial del Partido Comunista de
China (PCCh), de los comunistas chinos y de Mao Tsetung.
Sin embargo, la verdadera cuestión que
nos debe importar y apunta hacia una evaluación crítica es la siguiente: ¿se ha
hecho todo lo máximo posible para oponerse al revisionismo y a la restauración
capitalista? Los acontecimientos internos en China y a nivel internacional
durante los años 60 y70 no son fáciles de “descifrar”, ni sería correcto de una
forma metodológica juzgar a través del “resultado”. Por un lado, existe el
hecho de que el “cuartel general” que condujo la lucha contra el revisionismo
soviético durante los años 60 (y parecía unido en ese momento), se dividiría
posteriormente, durante la Revolución Cultural. De otro lado, el cambio en la
política exterior china caracterizado por el acercamiento chino-norteamericano
y la aplicación de la “Teoría de los Tres Mundos”, plantea muchas
cuestiones que deben ser analizadas, porque no debemos limitarnos a un canto de
alabanza ceremonial. Somos conscientes de la seriedad y dificultad de un
esfuerzo así, pero no podemos pretender, 50 años después del XX Congreso del
Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y 40 años después del inicio de
la Revolución Cultural, que no existan dichos asuntos.
Nuestra contribución puede alcanzar el
punto de formular una opinión (abierta al debate) y compartir la experiencia de
una pequeña sección del proletariado internacional, el movimiento comunista
griego.
Los
comunistas griegos y la Revolución China
“Nuestros países tienen dos cosas en
común: nuestra antigua civilización, y dos números funestos, 6 y 7. Vosotros
estáis en el paralelo 36 y nosotros en el 37. Vosotros tenéis la 6ª Flota
estadounidense y nosotros la 7ª”.
(De un discurso del Presidente Mao
durante un encuentro con representantes de la Liga de Amistad Grecia-China en
1965).
Es de interés exponer la opinión dada
por el gran comunista griego que fue pionero en la lucha antirrevisionista en
Grecia. Es la del camarada Yannis Hontzeas quien, en la siguiente nota, nos
ofrece un testimonio de lo que era la percepción de los comunistas griegos
sobre el PCCh, y cuáles eran sus expectativas, antes de iniciarse el conflicto
con los revisionistas rusos:
“Cuando I.V. Stalin murió, muchos
comunistas en nuestro país, la mayoría miembros del veterano EAM [Frente de
Liberación Nacional] que permaneció fiel al PCG [Partido Comunista de Grecia o
KKE) y a las tradiciones del EAM durante tiempos difíciles, esperaban que el
Presidente Mao fuese invitado a Moscú a fin de asesorar, dirigir, y organizar
las cosas. No importa lo que uno pueda decir hoy, Mao era entonces, tras la
muerte de Stalin, calificado como el dirigente del proletariado mundial, el
guía del movimiento comunista internacional. Si se trataba de una fe simplista,
este es un asunto de distinta naturaleza. Mao visitó Moscú en dos ocasiones
separadas. La primera vez en 1950 a fin de firmar el tratado con Stalin, y la
segunda en 1957 con objeto de asistir a la Conferencia de Partidos Comunistas.
Tras los acontecimientos de ese periodo, el nombre de Mao fue transformado de
la leyenda a la blasfemia –para convertirse en leyenda nuevamente en los años
60 y 70, ganándose las mentes tanto de la juventud como del pueblo trabajador,
obteniendo incluso mayor gloria tras años de calumnias.
¿Pero cómo se conoció en Grecia a Mao y a la
Revolución china?
La generación que creció en los años 30
tenía una percepción “mítica” de lo que estaba ocurriendo en China. Por
supuesto los comunistas y simpatizantes leían en los periódicos comunistas
sobre el heroísmo y victorias del Ejército Rojo chino, del Gobierno soviético
chino, etc. Los viejos comunistas recordaban entonces a los jóvenes que la
Revolución china no era un juego. Les recordaban la sangrienta invasión
japonesa, orgullosos de haber participado en las protestas durante los años 20
bajo la consigna de “¡Fuera las manos de China!”, etc. Instintivamente, esa
auténticamente magnífica y legendaria revolución tocaba de tal manera los
corazones y las mentes de nuestro pueblo, que incluso la prensa burguesa se
interesó en ella para aumentar sus ventas, y así contribuyó enormemente a la
información general sobre China y su revolución, no importa cuán precisa fuera
de hecho esta información.
El nombre de Mao Tsetung comenzó a ser
mencionado relativamente tarde. Los nombres de otros líderes del Ejército Rojo
fueron inicialmente mencionados con mayor frecuencia –pero siempre de un modo
confuso. No obstante, las campañas y contracampañas del Ejército Rojo llenaron
de sorpresa a la burguesía y a nuestro pueblo de admiración.
A mediados de los años 30 el nombre de
Mao comenzó a ser mencionado en la prensa burguesa como el de un general
comunista satánico –especialmente porque nuestros periodistas burgueses
informaban una y otra vez que había resultado muerto y luego siempre
reaparecía vivo. Mientras tanto, desde 1936, Grecia vivía bajo otra dictadura
fascista. La Guerra Civil española, pese a su lugar dominante en las noticias
internacionales, aún dejaba espacio para la Revolución China, el Frente Unido,
etc. Brotó una convicción entre los comunistas y simpatizantes griegos que el
Ejército Rojo era invencible. Durante la ocupación [alemana de Grecia
1941-1944] y posteriormente, el PCCh, su Ejército, al igual que Mao, se
hicieron incluso más populares. Durante el verano de 1946 hasta principios de
1947, cuando el Terror Blanco [en Grecia] estaba en su apogeo, Rizospastis [el
entonces órgano del PC de Grecia aún legal] publicó los famosos principios de
la guerra de guerrillas que fueron formulados por Mao en su trabajo “Una sola
chispa puede encender la pradera” (“cuando el enemigo avanza, nosotros
retrocedemos, etc.). Tras su publicación, el régimen reaccionario prohibió
prácticamente la venta del Rizospastis.
Los comunistas, el pueblo de Grecia,
seguían la marcha triunfal de la Guerra Revolucionaria del pueblo chino y
saludaron calurosamente su victoria. La victoria en China se convirtió en un
factor de gran ayuda, dado que se produjo simultáneamente (1949) a la
“victoria” de las fuerzas reaccionarias del monarcofascismo en Grecia dirigidas
por EE.UU.
Demos un ejemplo: en Makronisos [una pequeña isla griega transformada en
el más feroz campo de concentración y tortura], un militante fue salvajemente
torturado, pero rehusó denunciar sus convicciones. Los torturadores entonces
trataron de convencerle con el “super argumento” siguiente: ¿por qué no te unes
a la mayoría? (se referían a los militantes que se habían rendido por las
insoportables torturas). Y les respondió: “¿Qué decís? ¡Soy yo quien pertenezco
a la mayoría! ¿No son los 900 millones de chinos (exagerando el número de la
población china dado el estado psicológico en que se encontraba) la mayoría?
¡Torturarnos, asesinarnos, pero un día seréis castigados, tanto vosotros como
vuestros amos!” Este no es un caso aislado. La victoria de la Revolución china
estimuló enormemente a los presos comunistas griegos en estos difíciles años.
Durante los años 1950-1956 comenzaron
las traducciones de las obras de Mao, originalmente escritas a mano, que
eran difundidas de mano en mano en las prisiones y campos de
concentración, y más tarde a través de editoriales. La Guerra de Corea y el
papel de China allí cosecharon nuevamente la admiración del pueblo griego.
Durante un breve periodo después de la
“VI Conferencia” [la “VI Conferencia”, organizada con la violenta intervención
de los revisionistas soviéticos en 1956 fue para el PCG lo que el XX Congreso
para el PCUS] los nuevos dirigentes revisionistas del PCG desplegaron de todas
las formas posibles su admiración y apoyo por el Presidente Mao, alabando la
combinación de su “sabiduría occidental” con su marxismo-leninismo
“antidogmático”.
Sin embargo, esta admiración cambió
rabiosamente en el verano de 1957, cuando la Conferencia de Partidos Comunistas
en Moscú declaró que el revisionismo era la principal amenaza para el
movimiento comunista internacional. “Bien informados”, como siempre, los
revisionistas griegos lo atribuyeron a Mao. Desde 1959 se incrementaron los
ataques calumniosos contra Mao al igual que el veneno antiinternacionalista,
anticomunista y antichino.”
Posteriormente, cuando nuestra organización examinó el periodo posterior
a 1956, llegó a las siguientes conclusiones:
1. Durante los años 1953-1957 hubo
muchos giros y cambios en la URSS y en muchos partidos comunistas. Los
revisionistas en la camarilla dirigente del PCUS permanecieron tranquilos para
promover todas sus decisiones y poderse estabilizar. Aquí reside una cierta
responsabilidad en cuanto a cuándo y qué tipo de crítica en contra del
revisionismo se realizó, o incluso como las posiciones revisionistas fueron
inicialmente favorecidas (incluyendo por parte del PCCh). [Cualquiera que lea
los artículos “Sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado”
y “Más sobre la experiencia histórica de la dictadura del proletariado” de 1956
podrá ver claramente nuestro punto de vista.].
Del mismo modo, aunque las
declaraciones de las conferencias internacionales de 1957 y 1960 calificaban al
revisionismo como la principal amenaza, no bloquearon realmente el predominio
del revisionismo moderno. Cuanto ocurrió a nivel internacional hasta el
comienzo de la polémica pública entre el PCUS y el PCCh, fue en realidad muy
insuficiente, ofreciendo así al revisionismo moderno un tiempo precioso para
estabilizarse, calumniar a sus oponentes y aislar a las fuerzas comunistas
coherentes.
2. La X Conferencia del PCCh a finales
de 1962 es la primera vez en que se adoptaron directrices relativas a la lucha
de clases bajo el socialismo, los “dos caminos”, el peligro de restauración
capitalista y la crítica de la construcción socialista en la URSS. Todas estas
conclusiones se expresarían a través de la polémica pública durante el
conflicto abierto con la URSS en 1963-1964. De hecho, muchas cosas ya habían
ocurrido tales como el Gran Salto Adelante, la retirada de los expertos
soviéticos y la ruptura de relaciones entre la URSS y China, la histeria
antichina y antialbanesa en la prensa y los congresos de los partidos
revisionistas.
Pese al hecho que las mencionadas
conclusiones constituyeron un avance histórico y fomentaron y armaron la lucha
de los comunistas coherentes de todo el mundo, la mayor parte del Partido chino
se encontraba bajo el control de Liu Shao-chi y Teng Xiao-ping, que no hicieron
sino minar la lucha antirrevisionista. Esta cuestión es importante, porque
cuando en 1964 surge el problema de la separación organizativa de los
partidos revisionistas, ésta camarilla domina el PCCh con todas las
consecuencias que esto tuvo. No obstante, existen muchas cuestiones en este
periodo en China que parecían ser o eran realmente controvertidas.
3. El estallido de la Revolución
Cultural muestra en la práctica lo inadecuado de la respuesta inicial, al igual
que la necesidad de una más profunda crítica y revolucionarización del
programa, así como de la acción de las masas. A diferencia del documento
“secreto” de N. Jruschov sobre Stalin (que fue suministrado
deliberadamente a la CIA y publicado por ésta, tratándose del primer gran
intento de cooperación soviético-norteamericano), que supuso un gran golpe para
los comunistas del mundo entero, la consigna de la Revolución Cultural de
“¡Bombardear el Cuartel General!” fue un grito de batalla para la rebelión, para
la creación de una nueva generación de comunistas que crearían un nuevo
programa, enriquecido con todas las conclusiones sobre las características de
las sociedades socialistas, la necesidad de profundizar la dictadura del
proletariado y el impulso de la lucha contra el imperialismo a escala
internacional. Además, estuvo ligado al surgimiento de una nueva ola
revolucionaria por todo el mundo. Surge una pregunta: habiendo de enfrentarse a
enemigos unidos y bien organizados (el imperialismo, el socialimperialismo, el
revisionismo moderno, etc.), ¿acaso avanzó la reestructuración y reagrupamiento
a escala internacional del movimiento comunista de una forma suficientemente
organizada? ¿Con qué programa?
4. En el contexto anterior, existe un
asunto que es la actitud del PCCh relativo a la situación en Europa (y no nos
referimos a la “teoría de los tres mundos”, que vendría después). En lo que
respecta a Europa, hubo una desconcertante declaración: “debemos unirnos al
revisionismo secundario para oponernos al revisionismo principal”. Tanto el
“flirteo” del PCCh con el eurocomunismo y sus relaciones con el Partido
Comunista de Rumanía y el Partido Comunista de España de Santiago Carrillo
constituyen el resultado de determinadas valoraciones. De manera simultánea,
reflejan un modo estatista de pensar por parte del PCCh, al menos en lo que
concierne a Europa. Muchas cosas pueden ser explicadas por la compleja
situación interna y las luchas en China, pero permanece el hecho que todo lo
anterior no resultó ser de ayuda para las fuerzas antirrevisionistas a nivel
internacional, y especialmente en Europa. Por el contrario, crearon
dificultades. El análisis que puede residir tras esto es que no se esperaban
grandes movimientos revolucionarios en Europa. En combinación con el análisis
de que se debía dar prioridad a las zonas revolucionarias, el resultado fue
“descuidar” el deber de proporcionar ayuda y análisis y dirección específicos a
los comunistas de Europa. El otro campo (el revisionismo soviético) no descuidó
este deber en absoluto. Esto fue un error, especialmente tras la “tormenta”
provocada por el “Mayo del 68” y el alejamiento a gran escala por
parte de las masas de la influencia burguesa y revisionista. El error fue mayor
cuando las posiciones y opiniones informales de los chinos se expresaron en
Europa a través de… intelectuales, y cuando se permitieron e incluso se
fomentaron que aparecieran ejemplos denigrantes de partidos “prochinos” .
5. ¿Cuál fue la razón por el hecho de que, en la lucha contra el revisionismo,
una gran parte del movimiento comunista internacional fracasó en agruparse y
grupos que se crearon sobre la base de esta lucha con frecuencia fracasaron en
lograr una base mayor y más masiva? Existen razones a nivel objetivo y
subjetivo.
Entre las primeras podemos reconocer el
hecho que, en contraste con el viejo revisionismo, el revisionismo moderno
contó con el apoyo de Estados. Esto es muy significativo. Aunque el apoyo por
parte de Estados hacia los partidos revisionistas tuvo muchas caras y fue
continuo, lo mismo no puede aplicarse respecto del PCCh y del PTA (Partido del
Trabajo de Albania) hacia el movimiento comunista antirrevisionista
internacional. El revisionismo, pese a sus contradicciones, actuó de un modo
organizado mientras el marxista-leninista actuó dividido en muchos pedazos, no
sólo a nivel de coordinación sino también a nivel de clarificar los asuntos
básicos teóricos, políticos, etc. Esto en lo referente al nivel objetivo.
A nivel subjetivo, y este aspecto no
es, por supuesto, independiente del objetivo, existieron varias corrientes
entre las fuerzas que se oponían al revisionismo. Había quienes creían que una
cierta “mala suerte” golpeó al movimiento comunista en cierto “momento”,
alterando su curso y que las cosas se corregirían “automáticamente” algún día.
Otros estaban más unidos a expresiones de discusión general de las creencias
básicas. Y otros, según sus experiencias específicas, vieron que muchos
asuntos deberían ser reexaminados en profundidad, etc. Finalmente, había una
tendencia mayoritaria, según la cual los problemas debían ser solventados por
“alguien distinto”.
Los conflictos entre estas tendencias
se intensificaron debido a la forma en que se interpretó la Revolución
Cultural, al igual que por algunos análisis semiformales que circularon en
Europa y afectaban al pasado del movimiento comunista. La incapacidad de las
fuerzas organizadas en Europa en países como Francia e Italia para elaborar un
análisis correcto e intervenir –en grado suficiente- en acontecimientos como
Mayo de 1968, pese al hecho de que en ambos casos hubo un gran interés por
parte de ambos partidos (PCCh-PTA), convirtieron el problema en mayor, porque
en ese periodo amplias masas estaban desenganchándose del revisionismo, creando
formaciones temporales o más estables de organizaciones políticas. Podríamos
mencionar un extenso número de ejemplos que muestran las diferencias que
existían (ya antes de la ruptura entre China y Albania) entre las fuerzas que
combatían al revisionismo, y sus consecuencias.
Faltaban dos cosas en un período donde
nuevos fenómenos y tendencias se estaban desarrollando en el mundo moderno: un
proceso de discusión de todos los problemas a los que se enfrentaban los
movimientos y organizaciones marxistas-leninistas, y una base común “central”
ideológico-política.
Finalmente, tal como se esperaba, la
“teoría de los tres mundos” jugó un negativo e importante papel especialmente
en Europa. La crisis y división de los partidos marxistas-leninistas en Europa
durante los años 70 y 80 no son irrelevantes a estos asuntos.
Volviendo
a nuestra propia historia
En 1955, en Tashkent, capital del
Kazajistán soviético (y base de los refugiados políticos comunistas griegos
tras la derrota del Ejército Democrático de Grecia en 1949), comenzó una cruel
intervención de los revisionistas soviéticos contra el Partido Comunista de
Grecia. Los problemas se prolongaron durante meses, alcanzando su cima con el
establecimiento de una “comisión internacional especial de partidos hermanos”
con el objetivo de “resolver la crisis” –que los propios revisionistas habían
provocado en el seno del PCG. El resultado fue la expulsión de miles de
comunistas en todas las organizaciones de los refugiados políticos, al igual
que el exilio de centenares de ellos a Siberia, incluido el del propio
secretario general, Nikos Zachariadis. La razón fue la no conformidad y
desacuerdo de los comunistas griegos con el “nuevo espíritu” de los
revisionistas soviéticos, y, en última instancia, su oposición a las
directrices del XX Congreso del PCUS.
Desde 1956 hasta 1964, tuvo lugar un
gran enfrentamiento dentro del movimiento comunista griego, implicando a miles
de comunistas griegos que vivían como refugiados políticos en la URSS y los
países socialistas, al igual que en la propia Grecia, en las organizaciones
clandestinas, en el exilio y en las prisiones. Desde comienzos de los años 60,
las obras de Mao y los documentos del PCCh comenzaron a ser distribuidos
entre los comunistas griegos. Como resultado de este enfrentamiento, la primera
expresión pública de los marxistas-leninistas griegos, la revista Anagennisi
(Renacimiento) fue publicada en Octubre de 1964. Muchos documentos del PCCh
fueron reeditados en esta revista, y la Gran Revolución Cultural
Proletaria fue apoyada públicamente –hecho que provocó la furia de los
revisionistas griegos.
En este momento, es necesaria una
clarificación histórica: históricamente, el PCG, el movimiento comunista
griego, se formó y desarrolló con la decisiva contribución del PC de la URSS y
de la Internacional Comunista. Esta realidad se expresó en todos los aspectos
de sus actividades, en su política organizativa y en sus métodos de dirección y
educación. Estas relaciones especiales entre el PCG y el PC de la URSS, al
igual que la aguda y ruda lucha de clases en Grecia (legislación anticomunista,
dictaduras fascistas, complots de la policía secreta, la guerra civil, los
castigos especiales anticomunistas en las islas de la tortura y exilio, etc.)
se reflejaron inevitablemente en la realidad del movimiento comunista griego –y
sus reflejos no fueron exclusivamente positivos, dado que también adoptamos los
aspectos negativos del “modelo” soviético. Por tanto, se creó un “sistema”,
teniendo como consecuencia que el movimiento comunista griego no ha experimentado
ninguna campaña de rectificación tales como las realizadas por el PCCh en
1941-1942. Esto puede explicar muchas cosas.
Lo que denominamos dirección
revolucionaria del movimiento marxista-leninista en Grecia no fue algo que tuvo
un único color o monolítico, y no fue algo unificado desde su inicio en cuanto
a lo que declaraba o combatía. Esto constituyó un cierto tipo de fortaleza y
debilidad a la vez. Su fortaleza residió en que no fue la causa de un grupo
minoritario de personas, sino que expresó una reivindicación
profundamente enraizada en una extensa masa de militantes. Los aspectos débiles
se superarían si aquellos en puestos de dirección en este movimiento cumplieran
sus deberes en momentos decisivos y determinantes.
Los militantes que se rebelaron contra
el revisionismo dentro y fuera de Grecia, fueron los más disciplinados y fieles
al Partido soviético de antes de 1956, comparados con otros miembros que no se
rebelaron. Esta “paradoja” es una peculiaridad aún más importante del
movimiento marxista-leninista griego en comparación con otros países. La lucha
antirrevisionista en Grecia no fue una cuestión de mecanismos o estudiantes;
por el contrario, lo que propulsó la lucha antirrevisionista fue la rebelión de
los militantes de base del movimiento comunista griego. Por tanto, la historia
de la lucha antirrevisionista en Grecia es mucho más antigua que lo que mucha
gente piensa, y definitivamente no se originó sólo como una rebelión juvenil,
tal y como ocurrió en diversos países europeos. Por el contrario, la juventud
griega de aquella época conoció la corriente antirrevisionista a través de un
ritmo lento y tortuoso.
Durante los años 1956-58, cuando el
“nuevo espíritu” (XX Congreso) ya había iniciado una gran masacre contra los
comunistas griegos viviendo en la URSS y otros países socialistas, y expulsado
a la mayoría de los comunistas de Tashkent, dentro de Grecia el equilibrio de
fuerzas era el siguiente: las organizaciones clandestinas (especialmente tras
la postura de la dirección favoreciendo la autodisolución de las organizaciones
clandestinas, tal y como fue ordenado por los jruchovistas), la mayoría de los
comunistas en el campo de exiliados de Ai-Stratis (el principal campo de
exiliados en Grecia), un extenso número de los militantes detenidos y la
mayoría de los cuadros medios e inferiores de las organizaciones legales allí,
en diverso grado, se opusieron a la “nueva situación” provocada por la
intervención jruchovista en el PCG. Este equilibrio de fuerzas, junto con los
7.000 comunistas expulsados de Tashkent, ofreció una abrumadora ventaja
positiva para la corriente antirrevisionista. Este equilibrio de fuerzas no fue
utilizado adecuadamente y finalmente las luchas que se desarrollaron en ese
periodo tuvieron lugar de un modo que permitió a los dirigentes
revisionistas extender la confusión y aprovecharse de la deserción o inacción
de un gran número de antiguos altos cuadros –de los que se esperaba dirigieran
la lucha antirrevisionista. En conclusión, en el caso griego tuvimos una
rebelión masiva de los comunistas contra el revisionismo, a pesar de la
imperfección de las declaraciones o la influencia de determinados cuadros
“antirrevisionistas” que no adoptaron una postura correcta.
Entre los comunistas griegos que
resistieron al revisionismo moderno, coexistieron dos situaciones. La primera,
la dominante, fue el vano deseo y esperanza de la restauración de la soberanía
de las normas del Partido y el regreso a un pasado reciente que se caracterizó
por la lucha revolucionaria de los comunistas. La segunda, concerniente a una
minoría, fue la comprensión de que el pasado no podía volver, que las
condiciones habían cambiado y que nos encontrábamos en una nueva época.
La gran masa de comunistas, debido a la
forma en que fueron educados, no podían aceptar la idea de una separación
organizativa del Partido, pese a su simpatía por los marxistas-leninistas. Por
esta razón, no les siguieron cuando aparecieron públicamente. La mayor
responsabilidad por este hecho radica en los cuadros superiores del Partido,
quienes, pese a su desacuerdo con el XX Congreso del PCUS, consideraron
que cualquier corrección sólo era posible “desde dentro”. Pero incluso entre
aquellos que se atrevieron y asumieron la responsabilidad de una
separación organizativa del viejo Partido, hubo un sector que lo que tenía en
mente era “el regreso al grandioso pasado”. Por tanto, este sector estaba
desarmado frente a las grandes conmociones que sacudirían China
posteriormente; recurrieron fácilmente a una posición irreflexiva de sumisión prochina
y finalmente alabaron la “teoría de los tres mundos” y se volvieron en contra
de la llamada “Banda de los Cuatro” y la Revolución Cultural.
El movimiento marxista-leninista
necesariamente entró en contacto con sectores de la juventud rebelde que se
encontraba presente en los grandes estallidos antiimperialistas de los años
1963-1965 en Grecia. Esta juventud fue más receptiva a las ideas radicales que
surgieron durante la Revolución Cultural, pero era más inestable y con menos
experiencia en la lucha de clases en comparación con los comunistas veteranos.
Posteriormente, y debido a los duros golpes bajo la dictadura fascista en
1967-74 (gran cantidad de detenciones, incluyendo la dirección central), la
dirección pasó a manos de jóvenes. Durante estos años difíciles hubo
cuadros que “descubrieron” fácilmente el revisionismo entre nuestras propias
filas y avanzaron –con igual facilidad- hacia nuevas escisiones. Dado que “uno
se divide de forma determinista en dos, y la lucha de dos líneas es inevitable”,
todo fue aplaudido “de forma determinista” como justificación para nuevas
escisiones. Así, la corriente marxista-leninista quedó registrada como una
corriente de continuas escisiones y pareció estar alejada de la realidad griega
y sus acontecimientos, particularmente en los convulsos años 70.
Un documento de nuestra organización,
KOE, contiene la siguiente evaluación de este periodo:
No fue accidental que la separación
organizativa del movimiento marxista-leninista griego respecto del revisionista
PCG (iniciada con la publicación de la revista Anagennisi en 1964) fuese el
resultado de la lucha e iniciativa de los cuadros medios del viejo PCG, y no de
cuadros dirigentes superiores. Pese a la rebelión de los militantes de base en
contra del XX Congreso del PCUS y la denominada VI Conferencia del PCG, no se
originó como resultado de una lucha de dos líneas o una división en los
organismos dirigentes del PCG. La razón de ello reside en la composición
peculiar de los organismos dirigentes del PCG (bajo la orientación directa del
PCUS) y en percepciones específicas que dominaron al PCG durante décadas.
Pero incluso tras la publicación de Anagennisi y posteriormente, en todo
el curso de este movimiento, nunca se constituyó un núcleo dirigente
marxista-leninista con una planificación y puntos de vista clarificados y
comunes. Esta fue la principal fuente de los problemas de la inestabilidad, de
los retrocesos que se expresaron en el seno de la corriente marxista-leninista
griega y que condujeron finalmente a su disolución.
Sin embargo, el movimiento marxista-leninista en Grecia superó las
escalas de un pequeño grupo que editó una revista, gozó de una base de masas,
obtuvo la adhesión de una extensa cantidad de militantes y creó un elevado
número de cuadros. Esto se debió principalmente al hecho que demostró ser
capaz, en gran medida, de analizar y conformar estimaciones y evaluaciones
programáticas.
Apoyamos el punto de vista que
Anagennisi formuló importantes elementos programáticos, confirmados por los
acontecimientos. Tales elementos fueron: la posición de Grecia y el papel
especial de la lucha antiimperialista en nuestro país; la evaluación del papel
del revisionismo y la necesidad del reagrupamiento del movimiento de izquierda;
el apoyo al movimiento comunista internacional y una posición bastante clara de
la confrontación que se estaba produciendo en ese momento; la formulación de
criterios sobre asuntos críticos (como el de lograr enraizarse en las masas,
cultivar un espíritu “independiente” en lugar de depender de centros
internacionales); la evaluación de cuestiones críticas del movimiento comunista
griego del pasado y, simultáneamente, la confrontación con otras corrientes y
“modas” de aquella época, así como la insistencia en el elección de la lucha de
masas popular.
Pese al hecho que al principio se
intentó la consolidación y profundización de estos elementos críticos,
finalmente este objetivo no se logró. Los resultados de esta debilidad se
expresaron a través de una vacilación permanente, de retrocesos y cambios de
relaciones coherentes, de crisis permanente en la dirección, en el momento
mismo cuando la extensión e influencia de este movimiento entre las masas
exigía un curso diferente. Esta crisis se intensificó a finales de los años 70,
cuando el horizonte internacional se oscureció, cuando cesaron de existir las
“certezas” y las “bases” internacionales, y cuando se desarrollaron
diversos “círculos” y “personalidades”, conformando un entorno que ya era
irreversible.
La segunda peculiaridad del movimiento
marxista-leninista griego es el hecho que su organización política nunca obtuvo
una acción política que pudiera enfrentarse a problemas como los descritos, o
problemas de desarrollo. Este asunto adquiere mayor importancia porque ésta no
fue una debilidad que se comprendiese al final del transcurso de este
movimiento, sino ya desde su inicio. De hecho, nunca se intentó realmente
superar esta debilidad. Un intento así hubiese requerido la adopción de las
necesarias medidas políticas y organizativas, y principalmente involucrarse con
actividades que condujeran a un cambio en cuanto a la base de clases de este
movimiento, a fin de obtener unas profundas relaciones y raíces con las masas
populares.
Por el contrario, lo que prevaleció fue
la lógica de un “fuerte activismo” y “hacer ruido” sin preocuparse por las
líneas políticas e ideológicas del movimiento, es decir, los elementos
políticos e ideológicos del movimiento, es decir, los elementos programáticos
que necesitaban ser redefinidos en un periodo de grandes cambios y
realineamientos en el conjunto mundial. En vez de una forma organizativa pesada
y complicada con un contenido muy insuficiente de la discusión interna, lo que
era necesario era una actividad política que armara al conjunto de la
organización para las necesidades particulares de un fortalecimiento
ideológico, político y organizativo. Al mismo tiempo, debían haberse adoptado
medidas contra la creación de “reinos independientes” dentro de la organización
en varias ciudades griegas, contra el estrangulamiento del deseo por estudiar e
investigar, contra el dogmatismo y la autoconfianza ciega y contra el cultivo
de diversas “mitologías”.
En los años en que un nuevo curso era
posible, en particular después de 1974 y la caída de la junta militar fascista,
se produjo una reversión de los elementos políticos programáticos básicos, se
manifestaron cambios en las posiciones previas y se produjo una desorientación
de las tareas principales y básicas. Dominaron entonces el “fare política”
(término negativo del movimiento italiano), el economicismo y la copia ciega de
otras experiencias, al igual que un seguidismo respecto del PCCh.
Yiannis Hontzeas, la mente más brillante y fresca de esta corriente, que
jugó un importante papel en la configuración política e ideológica inicial del
movimiento marxista-leninista griego (fue detenido durante la junta fascista en
lo que se demostró fue el golpe más duro contra los marxistas-leninistas
griegos) pero también, posteriormente, de nuestra organización, KOE, escribió
en una nota:
“El “comienzo” y el “resultado” no
ofrecen nada sustancial como conclusión si se ignora el “desarrollo”. El
“desarrollo” es siempre una historia molesta para las conciencias en “calma” ”.
(Notas para El Movimiento Obrero y el Leninismo, página 55, A/synechia
1996).
KOE está en desacuerdo con aquellos
que, sólo ahora, apoyan que el “mal comienzo” fue el útero de la crisis final y
disolución a principios de los años 80. Pues, el “mal comienzo” no impidió en
ciertos momentos a este movimiento que agrupase a miles de militantes, que
jugara un papel importante en actos de masas, que concentrara las necesaria
masa de fuerzas para desarrollar raíces entre las masas populares y convertirse
en un polo de atracción para amplios sectores de militantes. Hubo ciertas posibilidades
que no se utilizaron en la forma en que debieron hacerse. En conclusión, el
“resultado”, es decir, la disolución a comienzos de los años 80, no permite la
adopción de argumentos pragmáticos, del tipo de “dado que este fue el
resultado, entonces esto o aquello en el inicio conduciría inevitablemente a
ese resultado”, etc., sin examinar los verdaderos términos y causas del
resultado, es decir, el “desarrollo”.
El
maoísmo como corriente política e ideológica en los años 60 y 70
“Los próximos 50 a
100 años más o menos, a partir de hoy, serán una gran época de cambio radical
del sistema social en el mundo, una época que estremecerá la Tierra, una época
con la que ninguna época anterior pueda compararse. Viviendo en tal era,
debemos estar listos para librar una gran lucha cuyas formas tendrán muchas
características diferentes de las épocas pasadas”.
(Mao, 1970)
Igual que el
bolchevismo fue una corriente política e ideológica diferenciada del movimiento
revolucionario en el marco nacional de Rusia, el maoísmo se desarrolló y se
formó en el marco de China.
Tras la victoria de la Revolución de
Octubre, el bolchevismo adquiere gloria mundial y forma una corriente política
internacional dentro del movimiento internacional del proletariado. La Tercera
Internacional es, en cierta medida, la expresión de esta formación.
Respectivamente, el maoísmo adquiere dimensiones internacionales, es
decir, se conforma como una corriente política e ideológica internacional a
mediados de los años 60, pero con ciertas particularidades:
1. No deriva directamente de la
victoria de una revolución, como fuera la Revolución de Octubre, sino de la
necesidad de enfrentarse al estancamiento de la revolución y del peligro de
restauración capitalista.
2. Entra en contacto con todos los
procesos de las tormentas de los años 60 y las afecta en gran medida. No
consiste sólo en un proceso de polémicas en el movimiento comunista, sino que
agrupa en torno suyo a numerosas y distintas fuerzas que, de una u otra manera,
combaten contra el sistema uniforme de relaciones sociales en Oriente y
Occidente: los movimientos y frentes de liberación nacional, los movimientos
juveniles de todo el mundo, el movimiento de la Revolución Cultural en China,
el movimiento negro en EE.UU., los movimientos anticapitalistas en las
metrópolis capitalistas, etc.
3. Está principalmente relacionado con
los procesos de formación de una corriente a nivel internacional tras una
conmoción revolucionaria. Existieron varias razones para ello. Básicamente,
porque el movimiento de restauración y la lucha de clases en China estaban
desatándose violentamente en China y la cuestión de quien derrotaría a quien
aún no se había resuelto.
4. Existía heterogeneidad y objetivos divergentes incluso en el seno del
frente de las fuerzas antirrevisionistas y en la propia China.
5. Este movimiento tampoco escapó a la influencia negativa del estatismo
(adoración del Estado y predominio de los intereses estatales sobre los
intereses del movimiento) que inevitablemente existieron y alteraron muchos
elementos.
Estas particularidades no rebaten ni
invalidan el balance en cuanto a que esta corriente político-ideológica ha sido
la más importante nacida de la tormenta de los años 60 por las razones
siguientes:
1. La extensión, profundidad y
agrupamiento de fuerzas que consiguió e influencia que ejerció
En primer lugar, se debe sopesar a la
Izquierda en China y los movimientos que impulsó, especialmente la Gran
Revolución Cultural Proletaria.
En segundo lugar, se deben tener en
cuenta todos los movimientos de liberación nacional en el mundo y el hecho de
que adoptaron las consignas y políticas de la Línea General “china” en esa
época. Muchas organizaciones guerrilleras y otros movimientos se basaron en la
teoría de la Guerra Popular que estudiaron y se educaron a través de los
escritos militares de Mao.
Se debe estimar la influencia e impacto
que el maoísmo ejerció en la juventud del mundo, por todo el planeta.
Además, se debe tener en cuenta la
influencia que ejerció en los movimientos rebeldes, como el movimiento de los
Panteras Negras en EE.UU., los movimientos anticapitalistas como el de Mayo del
68, etc.
Finalmente, no debemos olvidar mencionar su influencia sobre
intelectuales de todo el mundo (Jean Paul Sartre, Charles Bettelheim, Robert
Linhart, Benjamin Coriat, William Hinton, Edgar Snow, Thompson, Samir Amin,
La Grassa, Rossana Rossada, Luis Althusser, etc.)
2. Ha sido la única corriente
ideológica y política internacional que ha llamado a una lucha firme contra el
imperialismo.
Miles de luchadores emergieron de entre
sus filas y se enfrentaron a la reacción y al imperialismo con heroísmo y
abnegación. La militancia y heroísmo de esta corriente, su capacidad de unirse
con los pobres y oprimidos, ayudó a echar raíces en el terreno de la realidad y
en la vida de diversos países y regiones, y de abrir nuevos senderos de lucha.
Se desarrolló particularmente en la “zona
de las tempestades”, en los llamados países del Tercer Mundo, donde
actuaron importantes movimientos de liberación nacional y en donde
estallaron insurrecciones y rebeliones. En estas zonas hay múltiples ejemplos
de dirigentes y cuadros de este movimiento que sacrificaron sus vidas por la
causa del pueblo y encontraron una muerte trágica a manos de las fuerzas
contrarrevolucionarias.
3. Sus posiciones y teoría se
confirmaron en importantes asuntos de carácter histórico
Fue el único sector del entonces
movimiento comunista “oficial” que saludó, participó y jugó un papel en la
tormenta de los años 60. Este es un elemento extremadamente importante en sí
mismo.
Fue el único sector que dio un paso al
frente para poner al descubierto y denunciar al revisionismo moderno y llamó a
los comunistas a rebelarse contra él.
Fue el único sector que previno y
advirtió sobre la restauración capitalista, que arrojó luz sobre las
contradicciones de clase en el socialismo, que impulsó y apoyó a la Gran
Revolución Cultural Proletaria en China.
En resumen,
A diferencia de otras corrientes
existentes, como el guevarismo-foquismo y el trotskismo [que no comprendió el
carácter del periodo, lo que estaba en juego a nivel internacional y tenía
además otras posiciones básicas falsas que le condujeron a errores políticos
–principalmente de subjetivismo de izquierda para el primero y de subjetivismo
de derecha para el segundo, que a veces llevó a los trotskistas incluso a la
adopción de posiciones proimperialistas], el maoísmo estaba mejor enraizado en
los problemas reales, agrupó en sus filas a fuerzas amplias y
probablemente heterogéneas, fue un frente que el imperialismo y la reacción
tuvieron que tomar en consideración, y en gran medida determinó la
correlación de poder a nivel mundial.
No fue accidental que la derrota de la
Izquierda en China en 1976 fuera un acontecimiento para un contraataque frontal
generalizado de la burguesía, el imperialismo y el revisionismo. El
contraataque reaccionario dio como resultado la restauración capitalista, el
“Nuevo Pensamiento Político” de la perestroika e, inmediatamente, el Nuevo
Orden Mundial.
Una
breve referencia sobre las debilidades y carencias de esta corriente:
1. La “parcialidad” (el modo unilateral
de pensar y actuar), la espontaneidad, el voluntarismo son fenómenos bastante
explicables durante los primeros pasos de esta corriente ideológico-política,
cuando la revolución parece próxima y en unas circunstancias en que fuerzas
heterogéneas se agruparon. Tenemos el precedente histórico de la intervención
de Lenin contra las “parcialidades” a través de su obra “La enfermedad infantil
del “izquierdismo” en el comunismo”, que fue dirigida a los animados
miembros de la izquierda proletaria en esa época, y les invitó a crear partidos
comunistas importantes y ganarse a la mayoría de la clase obrera. Las
particularidades de la lucha de clases en China no permitieron intervenciones
necesarias parecidas.
2. Formas en que se expresan la
parcialidad y la espontaneidad.
Arrastrar al límite la posición correcta
que la línea ideológica y política es lo decisivo para todo. Esto ha conducido
a una serie de divisiones y prestar poca atención a la cuestión de la unidad,
al margen de procesos de maduración y la creación de lazos con las masas
populares. También condujo, en algunos casos, al autoaislamiento en un
microcosmos que tenía poco contacto con la realidad.
La posición de que todo estaba en juego
en la zona de las tempestades (el denominado Tercer Mundo) condujo a una serie
de fuerzas en los países capitalistas a rebajar la necesidad de un esfuerzo
sistemático por abrir una nueva vía en sus propios países, y, como
consecuencia, convertirse en simples defensores y partidarios de movimientos de
otros países.
La mecanicista y a veces exagerada contradicción de Stalin frente a Mao.
3. El curso de la lucha de clases en
China, la política exterior que siguió y la implicación del estatismo que
emergió a comienzos de los años 70 con la errónea “teoría de los tres mundos”,
condujo al maoísmo como corriente internacional a grandes aventuras y dio
origen a un seguidismo en su seno que, no difería, desde un aspecto
cualitativo, del revisionismo. Todo esto prácticamente denigró la obra de Mao y
el maoísmo.
4. En esa época, al igual que en las
décadas siguientes, una serie de fuerzas mostraron una tendencia por reducir el
maoísmo a la estrategia de la Guerra Popular y aclamaron la Guerra Popular como
la línea general del movimiento comunista. Esta postura obstaculizó a esta
corriente de estudiar en profundidad los cambios que se estaban produciendo en
el mundo en ese momento.
La
necesidad de reagrupamiento de los comunistas sobre la base de una Línea
General
Es verdad que han pasado muchos años
sin ningún debate serio relativo a la Línea General del movimiento comunista en
las condiciones contemporáneas. El último intento serio que planteó asuntos
relativos a la Línea General en el movimiento comunista internacional tuvo
lugar a comienzos de los años 60 por parte del Partido Comunista de China. Sin
embargo, desde entonces han transcurrido muchos años. El panorama actual del
mundo es muy distinto del panorama de comienzos de los años 60. Se han
producido muchas transformaciones, cambios en la correlación de poder,
retrocesos, hasta llegar a la situación actual. Se han combatido muchas
batallas de significación histórica, tales como la tempestad incompleta de las
luchas revolucionarias de los años 60, con su cima, la Gran Revolución Cultural
Proletaria en China. La cuestión histórica que se ha planteado y necesita ser
respondida es si el curso del movimiento revolucionario hubiese sido diferente,
es decir, si las diversas batallas hubiesen podido ser realizadas desde
posiciones mejores, si se llevaron a cabo intentos serios para una
confrontación común y general con la línea burguesa y revisionista.
Esta pregunta exacta va ligada y se
conecta con toda la cuestión de la Línea General. La falta de reconocimiento
del significado que la cuestión de la Línea General tuvo siempre y aún tiene,
tuvo efectos desastrosos para el movimiento marxista-leninista, especialmente
en los años 80. El movimiento marxista-leninista atravesó una gran prueba y
desintegración en esa década. Pese a honrosas excepciones por parte de partidos
y movimientos que enarbolaron la bandera roja de la revolución baja unas
extremadamente difíciles condiciones, la mayoría de los partidos y
organizaciones experimentaron grandes crisis y su fuerza declinó de manera
significativa.
El proceso de apartarse de la
problemática de la Línea General, al igual que la evidente crisis del
movimiento marxista-leninista (que había emergido previamente, también, a
través de las aventuras, la “línea” y la posición de los dos “centros”, China y
Albania) condujo o bien a unos sustitutos insuficientes de la Línea General (y
este fue el “mejor” caso) o a un importante distanciamiento de las posiciones
antirrevisionistas, o incluso posiciones prosocialimperialistas, y a una
negación silenciosa de todos los asuntos que la obra de Mao Tsetung sacara a la
superficie.
Sin embargo, incluso con posterioridad
a los difíciles años 80, durante los años 90 y a comienzos del siglo XXI, en
las condiciones de gradual reagrupamiento del movimiento revolucionario y de un
cada vez más intenso surgimiento del descontento popular a nivel global, se
observa que diversas iniciativas y reuniones de partidos y organizaciones
comunistas no se enfocan en la discusión sobre el asunto vital de la Línea
General. El grado de coordinación es muy bajo y otras prioridades parecen
motivar las diversas iniciativas, en lugar de fomentar de forma estable y
resuelta el debate y la discusión de la Línea General. Todo esto ocurre en unas
circunstancias en que tienen lugar grandes cambios alrededor nuestro, en que
existe un gran conmoción causada por el curso de la reestructuración capitalista/imperialista
y el arsenal ideológico y político de la burguesía logra plantear asuntos y
tomar la iniciativa escala mundial.
Las exigencias de la nueva etapa del
movimiento revolucionario imponen la existencia de partidos y
organizaciones que tengan los pies en tierra y se valgan por sí mismos y
piensen con su propia cabeza, que sean capaces de analizar las condiciones
específicas de las situaciones específicas y tengan la habilidad de innovar, de
abrir nuevos senderos. Estas exigencias no se pueden cumplir si no hacemos
frente con la autocrítica al hecho de que se ha hecho un gran daño por: (a) el
seguidismo, (b) la falta de opinión sobre una serie de asuntos importantes y
cruciales, (c) la pobreza en cuestiones de Línea General, y (d) “fácil” ideologización
de todos los asuntos.
En nuestra opinión, el revisionismo
moderno en todas sus variantes, incluyendo la neorrevisionista, tiene que ser
denunciado en el movimiento comunista internacional. Las características
esenciales y específicas del revisionismo deben ser estudiadas y generalizadas,
a fin de rastrear el óxido revisionista, localizar la influencia revisionista y
aislar a los revisionistas (no importa cómo se denominen a sí mismos, como
revolucionarios, marxistas-leninistas, internacionalistas, etc., etc.).
Pensamos que los principales rasgos del revisionismo moderno son los
siguientes:
El revisionismo moderno se opone a la
profundización de la lucha de clases. Consecuentemente, conduce a la
cooperación con la burguesía; persigue una concertación con el estado de cosas
burguesas. En los países capitalistas-imperialistas, el revisionismo moderno
apoya los “intereses nacionales” y las “instituciones democráticas”. Participa
o trata de participar en las formaciones gubernamentales junto con la burguesía
y se inspira por el gubernamentalismo, ofreciendo la absolución a la
antipopular política burguesa y, aún más, ayudando directamente a su
realización. Atenta contra la bandera de la lucha antiimperialista y promueve
una “postura responsable y realista” de cumplir con las condiciones del Nuevo
Orden Mundial imperialista. El revisionismo moderno rehúsa luchar contra las
integraciones imperialistas y los resultados de la reestructuración
capitalista. No combate las políticas de división entre las masas y la clase
obrera. No combate el racismo y la xenofobia y continuamente descubre “vías
nacionales al socialismo”.
El revisionismo moderno apoya la teoría
de las fuerzas productivas y adopta el productivismo. Limita el papel de las
masas al “deber” de acelerar un supuesto proceso automático a través del
“progreso científico y técnico”. Adora la “revolución científico-técnica” y la
considera un proceso objetivamente progresista, positivo y neutral. El
revisionismo moderno admiró los “éxitos” del capitalismo e intentó
“importarlos” en las sociedades de transición, con el objetivo de “acelerar el
desarrollo y creciente productividad”. El resultado fue por supuesto distinto
de lo que esperaba, porque es exactamente así como se restauró el
capitalismo. Incluso en la actualidad, el revisionismo alaba el “socialismo de
mercado”.
El revisionismo moderno está impregnado
de estatismo. Reproduce la superstición de adorar al Estado, lo que no tiene
nada en común con el punto de vista marxista-leninista del poder proletario.
Teme a la movilización y espontaneidad de las masas; no confía ni en las masas
ni en la clase obrera. Se apoya en los métodos burocráticos y administrativos y
aumenta la distancia entre los mecanismos y las masas. Arrastra estos puntos de
vista incluso en las relaciones entre partidos comunistas, manteniendo una
postura y práctica arrogantes, que nada tienen en común con las ideas
comunistas. Juega un papel activo en calumniar las luchas, organizaciones,
individuos y círculos de la izquierda revolucionaria. Coopera con las fuerzas
represivas o asume el propio papel de represor en movilizaciones específicas.
Al llegar al poder, adopta la política socialimperialista.
Negación de la lucha de clases;
promoción de la cooperación de clases, el productivismo y el estatismo son las
características esenciales del revisionismo en nuestra época. Las
declaraciones, palabras, etc., pueden esclarecer su esencia sólo un poco. Las
altisonantes declaraciones y juramentos grandilocuentes de lealtad al
marxismo-leninismo sólo pueden engañar a aquellos que quieren ser engañados, o
que quieren unirse estrechamente con el revisionismo. La Gran Revolución
Cultural Proletaria profundizó en estos asuntos, enriqueció el programa
comunista, ofrece un rico material e inspira a aquellos que se empeñan en abrir
nuevos senderos para la revolución proletaria en el siglo XXI.
Subrayada
y codificada, la Línea General del movimiento comunista contemporáneo se podría
formular de la forma siguiente:
“¡Resistir el Nuevo Orden Mundial, el mayor enemigo de la humanidad!
¡Aplastar el holocausto que está siendo preparado por la dirección imperialista
y sus siervos!
¡Cambiar a nivel global, a través de
las luchas y los movimientos, la correlación de poder a favor de las fuerzas
del progreso, promoviendo la Comunidad Internacional de los Pueblos, que es el
frente amplio de las clases y capas que luchan contra el Nuevo Orden Mundial y
la sociedad dual!
¡Reconstruir, paso a paso, el movimiento comunista, la fuerza necesaria
y decisiva que puede unir y ofrecer perspectiva a las luchas!
¡Construir el programa comunista, desechando cualquier cosa oxidada y
anacrónica resultante de la dominación del revisionismo durante más de 30 años!
¡Difundir la posición de la
actualidad del socialismo y el comunismo como la única salida positiva a la
barbarie capitalista!”.
¡Promoviendo y, principalmente,
verificando esta Línea General, pensamos que el movimiento comunista de nuestra
época abrirá nuevos caminos, conduciendo a la Revolución Proletaria del siglo
XXI!
Epílogo
En este pequeño rincón del mundo,
Grecia, los comunistas han mejorado y refundado continuamente su ideología de
forma revolucionaria. La obra de Mao Tsetung será una gran arma y lección en su
camino. La Organización Comunista de Grecia (KOE), continuará estudiando,
absorbiendo, tomando ejemplo de Mao y de la Gran Revolución Cultural
Proletaria. KOE prestará atención para completar los puntos más esenciales del
maoísmo y de la Gran Revolución Cultural Proletaria, la necesaria elaboración
del programa comunista moderno y la Línea General del nuevo movimiento
comunista. En la actualidad, no puede existir marxismo revolucionario sin el
maoísmo y la Gran Revolución Cultural Proletaria.
Honramos la lucha de Mao Tsetung y de
los comunistas chinos. Honramos la Gran Revolución Cultural Proletaria
conquistando, o reconquistando si es necesario, simples verdades marxistas, y
profundizando nuestro conocimiento en el curso de la evolución social.
Hemos vivido revoluciones, pero ahora vivimos la dominación de contrarrevoluciones
y nos preparamos para una nueva esperanzadora fase revolucionaria de luchas en
todo el mundo.
Los
comunistas griegos nunca olvidan las grandes verdades formuladas por Mao:
Debemos depender de nuestras propias
fuerzas. Cuando los comunistas se desviaron de este principio, la victoria se
alejó y nuevas adversidades golpearon a nuestros pueblos.
Debemos atrevernos a luchar, debemos
atrevernos a vencer. Los comunistas deben estar preparados para la victoria, no
deben sentirse como si fueran los últimos. Deben ser capaces de resolver
problemas, de dirigir grandes batallas y grandes experimentos sociales.
Es justo rebelarse. Es correcto ir contra la corriente. Rebelarse contra
la injusticia, la opresión y el revisionismo; ignorar las modas y las “soluciones”
fáciles.
Debemos conquistar la dialéctica. Sin
el materialismo dialéctico no es posible una refundación de nuestra ideología
en una dirección militante.
El Partido dirige, no monopoliza.
Contra el estrangulamiento de la iniciativa popular, contra las “soluciones
sencillas”, contra los métodos administrativos.
Decimos no al “marxismo” de
invernadero. Los marxistas no temen confrontarse a ideas erróneas. Sólo a
través de la confrontación puede forjarse el marxismo, vigorizarlo e impedir
que la revolución se “congele”.
La lucha de clases, las masas y su movilización, en última instancia, el
ser humano, son los factores decisivos –no los técnicos, ni las armas, ni los
expertos, etc. Las fuerzas productivas no son independientes de la lucha de
clases y su desarrollo se ve afectado de forma decisiva por el rumbo de la
lucha de clases.
Debemos servir al pueblo de todo
corazón y con todo nuestro pensamiento. Debemos ser modestos y cuidadosos.
Debemos protegernos de la arrogancia y la petulancia.
Todos los reaccionarios son tigres de papel. Debemos despreciarlos
estratégicamente, pero tener tácticamente en cuenta al oponente ¡especialmente
en la actualidad en la lucha desarrollada por los pueblos contra el Nuevo Orden
Mundial imperialista y el imperialismo norteamericano!
Organización Comunista de Grecia (KOE)
Blog
marxista-leninista-maoísta
No hay comentarios:
Publicar un comentario