Nota de luminoso futuro: Venezuela
es hoy la pila de agua bendita de una cierta izquierda –no sólo de la izquierda
burguesa latinoamericana y de otros Continentes -ya desenmascarada y enflaquecida
por la crítica maoísta-, latinoamericana, de la reclamada “izquierda
revolucionaria”, nada marxista-leninista por cierto, e inclusive de marxista-leninista
maoísta, con la cual pretende lavarse la suciedad acumulada por la larga
política de convivencia recicladora con esos otros imperialismos –participe consciente o inconscientemente-, también en
avance por áreas estratégicas y por fueros en el nuevo reparto del mundo.
Submarinos ya de tal o cual bloque político y
La
declaración realizada por el presidente de los EEUU Barak Obama, señalando a
Venezuela como una “amenaza” a su seguridad nacional y condenando a varios
jerarcas principalmente militares de la dictadura, y la casi inmediata
respuesta de China invitando a los dos países al “diálogo”, son evidencia clara
de que Venezuela es un área en disputa.
Lo que
avizoramos en su oportunidad como el inicio de una tendencia ya toma cuerpo y
evidencia que el desarrollo alcanzado nos lleva a nuevas situaciones más
comprometedoras de nuestro futuro.
La
injerencia del imperialismo, de cualquier imperialismo, en la realidad de cada
país es directamente proporcional a los intereses que busca consolidar u
obtener. La estrategia del régimen, iniciada por Chávez y continuada fielmente
por Maduro, de entregarse a otro imperialismo para “enfrentar” a los yanquis,
en nuestro caso, es tan vieja como el revisionismo mismo, practicado por otros
países del llamado “socialismo real”, de aquellos que se disfrazan de
socialistas pero que están al servicio de la oligarquía financiera, inclinados
eventualmente hacia uno u otro imperialismo. Siempre, el resultado es la
confrontación al convertirse la maniobra en un contrasentido que conduce a una
mayor pérdida de soberanía frente a los imperialismos en disputa, que terminan
por imponer una política u otra, de acuerdo con los intereses de cada
imperialismo y de la correlación de fuerzas alcanzada. Recordemos que la
dinámica imperialista se desarrolla con base en la negociación y la
confrontación. En las condiciones actuales la confrontación parece ganar
terreno frente a la negociación entre el imperialismo chino y el estadounidense
respecto de Venezuela. Aún están frescas en la memoria las escenas de Libia e
Irak y sus resultados. Aún sangran los pueblos de esos países. Ucrania sufre lo
propio, mientras la guerra en Siria, actualmente disputada por varios imperialismos,
parece no tener fin.
Destacan
en esta nueva confrontación con los yanquis dos cuestiones de trascendencia. De
una parte, mientras se produce este episodio, se inicia -vaya extraña
coincidencia- la perforación de pozos en territorio Esequibo por parte de Exxon
en aguas territoriales del área en disputa entre Venezuela y Guyana, y sumado a
esti, el Gobierno venezolano negocia la compra de arroz a Guyana, favoreciendo
al país que hoy lesiona abiertamente nuestra soberanía. Invocar la defensa de
soberanía frente a las supinas confrontaciones con Estados Unidos, mientras se
hacen oídos sordos ante esta lesión al interés nacional, resulta cuando menos
evidencia de que se actúa de manera compulsiva buscando el rédito político de
cara a las elecciones parlamentarias a realizarse a finales de año.
En
segundo lugar, la diatriba frente a las medidas tomadas por Obama dando el
ejecútese al mandato del Congreso de Estados Unidos sirve a Maduro y al
chavismo oficial para nuclear a su gente, a aquellos que aún conservan como
reserva estratégica en medio de una merma de simpatizantes que ponen en peligro
sus posibilidades de victoria en el proceso electoral venidero. Vieja maniobra
que les permite aprovechar la escena electoralmente. Asimismo, sirve la
diatriba para una eventual recuperación de los precios del crudo, también vieja
estrategia del régimen. Ubiquemos que un eventual conflicto presionará hacia
esta circunstancia.
Bandera
Roja rechaza cualquier injerencia extranjera en nuestros asuntos. Este
comportamiento es una cuestión de principios y ha sido principio inmutable en
nuestro partido desde su fundación. Entonces, la política correcta frente a la
defensa de nuestra soberanía es el llamado a los principios más elementales en
materia internacional. Los asuntos de Venezuela debemos resolverlos los
venezolanos. La autodeterminación supone también la exigencia a cualquier
imperialismo a sacar sus manos de los asuntos venezolanos. Chinos, rusos o
estadounidenses, deben abstenerse de intentar determinar el curso de nuestra
política.
Comité Político Nacional
Partido Bandera Roja
Saludos. Los invitamos a leer el más reciente artículo de nuestro miembro de la Comisión Internacional de @Bandera_Roja http://jesus-hermoso.blogspot.com/2015/03/venezuela-el-nuevo-reparto-del-mundo.html
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