Los obreros eslovacos de Volskwagen y su lucha
Hace unas horas se ha hecho público el acuerdo entre el sindicato representativo de los obreros de la Volkswagen en Eslovaquia y la dirección de la empresa. Por él, la dirección accede a una subida progresiva de sueldos del 14,2% hasta el 1 de noviembre del 2018 en tres tramos, un 4,7% inmediato, desde el 1 de julio, un 4,7% el 1 de enero del 2018 y finalmente, un 4,1% el 1 de noviembre del 2018. Además, los trabajadores reciben una prima especial de 500 euros sobre su sueldo de junio (que se les pagará en julio) y se suprimen las dos categorías más bajas y peor remuneradas de sueldos; a partir de ahora, un trabajador recién contratado pertenecerá a la categoría 3; del mismo modo los trabajadores que actualmente pertenecen a las categorías 1 y 2, pasan automáticamente a categoría 3. Este es básicamente el contenido del acuerdo firmado hoy domingo que pone fin a una huelga histórica. Histórica, porque es la primera vez desde la caída del socialismo que la clase obrera eslovaca realiza una protesta de este calibre; y también porque es la primera vez en los últimos años que en un enfrentamiento entre la clase capitalista y la obrera se salda con un triunfo para la clase obrera. Dada la atención que se ha prestado a la protesta y la resonancia que ha tenido en los países del alrededor (desde Chequia y Hungría especialmente) seguro que será un referente para las próximas luchas obreras en todos los países de la zona. Queda aún mucho por hacer, pero es un primer paso.
Seis días. Seis días de huelga indefinida, un sindicato decidido y una
clase obrera apoyando mayoritariamente la movilización y sosteniendo al
sindicato hasta sus últimas consecuencias. Y he aquí el resultado. No hay duda
de que la situación en Eslovaquia tiene sus peculiaridades y, naturalmente, las
condiciones en cada país son diferentes, pero eso no quita valor a todo lo que
ha pasado estos días en Eslovaquia. ¿Asistimos al resurgimiento del movimiento
obrero en Europa Central o todo quedará como un fenómeno aislado y puntual? Eso
solo lo decidirá el tiempo, pero en cualquier caso es indudable que algo
importante ha pasado en Eslovaquia esta semana. Así que merece la pena mirarlo
con atención.
La industria del
automóvil en Eslovaquia
Obreros en huelga frente a la fábrica de
Volkswagen de Bratislava. Fuente: Hlavné správy
|
En los últimos años varias multinacionales fabricantes de automóviles se
han instalado en Europa Central, aprovechando la cercanía a Alemania, Austria y
otros países, la pertenencia a la UE y, sobre todo -lo principal-, los bajos
sueldos en comparación con estos países vecinos. Eslovaquia es el
principal polo de atracción para ellas (también Hungría, en menor
medida), gracias a una política de exenciones fiscales y ayudas a dichas
empresas por parte de los sucesivos gobiernos. Y el hecho es que a día de hoy
Eslovaquia se ha convertido en uno de los grandes productores de automóviles.
En el 2016, por ejemplo, se produjeron 1.040.000 de automóviles en el país, lo
que le sitúa en el puesto número 15 en el mundo (según datos de la OICA). Si tenemos en cuenta
que Eslovaquia apenas tiene 5,5 millones de habitantes, estos datos resaltan
más todavía. De hecho, desde hace años Eslovaquia es el principal productor de
automóviles per cápita del mundo (171 vehículos construidos por 1000 habitantes en el 2012, 191 en el 2016). Además de Volkswagen, que
tiene cuatro plantas por todo el país (en
Bratislava -la que por cierto, es la mayor fábrica eslovaca-, Martin, Košice y
Stupava), también KIA y Peugeot han deslocalizado parte de su producción hacia
Eslovaquia, y en el 2018 se finalizará la construcción de la fábrica de Jaguar Land Rover en Nitra, con una
capacidad anual prevista de entre 100-400 mil vehículos al año. Por cierto, los
datos de la venta de automóviles en Eslovaquia en 2016 son ridículos comparados
con la producción: 88 mil vehículos nuevos. Vamos, que el grueso
de lo producido no es para consumo local, sino para la exportación.
Producción de automóviles per cápita en el 2015.
Eslovaquia, muy por encima de cualquier otro país. Fuente: Pravda
|
Volkswagen está presente en Eslovaquia desde 1991, empezó a funcionar
todavía en tiempos del estado común checoslovaco, primero como empresa mixta
con la Fábrica de Automóviles de Bratislava (BAZ, Bratislavské Automobilové
Závody, de propiedad estatal), de la que poseía el 80% (frente al 20% del
BAZ). Posteriormente, en 1999 Volkswagen se hizo con la totalidad del
consorcio. En la actualidad emplea a unos 12300 trabajadores, y el 99% de su
producción, según datos de la misma empresa, se dedica a
la exportación (principalmente a Alemania, EEUU y China: 32%, 16% y 11%
respectivamente). En el 2016 produjo 389 mil vehículos (en su mayoría en la
fábrica de Bratislava, las otras no producen vehículos sino piezas, excepto la
de Košice, especializada en el mercado ruso). Es la primera empresa privada de
Eslovaquia, en el 2016 tuvo unos ingresos de 7,6 mil millones de euros, un
beneficio neto de 234 millones de euros y 145 millones después del pago de
impuestos. Todos estos datos los da la propia empresa en un folleto explicativo donde se detallan,
entre otras cosas, los resultados y activos económicos. Su director es Ralf
Sacht (desde enero de 2016); Jens Kellerbach y Eric Reuting son los otros dos
miembros de la presidencia (por cierto, ninguno es eslovaco).
¿Qué quieren los obreros? ¿Cuáles
son las razones de la huelga?
Z. Smolinský, líder del Sindicato Moderno de
Volkswagen, hablándole a los trabajadores. Fuente: Topky
|
El desarrollo espectacular de la industria del automóvil en Eslovaquia
ha contribuido a reforzar a una clase obrera local cada vez más consciente de
sus derechos y de su situación real. Si hasta hace poco el elevado índice de
paro era un amenaza directa contra todo intento de protesta obrera, la
situación hoy ha cambiado radicalmente. Eslovaquia está en los menores índices
de paro desde su independencia (7,4% en junio del 2017), y en algunas zonas,
por ejemplo Bratislava (donde se encuentra la fábrica principal de Volkswagen)
el paro es en la práctica inexistente (ronda el 5%). Por supuesto, la situación en el
Este del país es muy diferente, ahí el índice de paro se dispara por encima del
20%, pero en la zona occidental la falta de trabajo ha dejado de ser una de las
preocupaciones diarias de la población. El caso es que en muchos lugares
empieza a haber falta de mano de obra, sobre todo si atendemos a la
especializada (en diciembre del 2016 había 35 mil puestos de trabajo no cubiertos, casi 9 mil de ellos en Bratislava), y esto lo
están empezando a sentir las multinacionales del automóvil radicadas en
Eslovaquia, que tienen cada vez más dificultades en encontrar trabajadores
especializados. De hecho, el ministro de Trabajo, Ján Richter, ya ha expresado su preocupación por el tema y ha
llegado a hablar de atraer a trabajadores eslovacos de la fábrica húngara de
Audi en Győr para poder cubrir la necesidad de mano de obra cuando entre en
funcionamiento la fábrica de Jaguar en Nitra -otra cosa es que las
declaraciones del ministro no tengan mucho sentido porque apenas hay obreros
eslovacos trabajando en esa planta; como dice un periodista de Paraméter, una web de noticias húngara de
Eslovaquia, o Richter sabe algo que los demás no, o no sabe nada de nada.
Obreros eslovacos frente a la fábrica Volkswagen
de Bratislava. Fuente: Čas
|
La negociación entre los obreros eslovacos, representados mayoritariamente por la organización sindical Sindicatos Modernos (Moderné Odbory) y la dirección de Volkswagen se han alargado durante varios meses sin éxito. Los sindicatos han pedido desde el principio un aumento salarial del 16%, pero la dirección de la empresa lo ha rechazado de plano afirmando que el sueldo medio en la empresa es de 1800 euros al mes, que ya es una cifra respetable, y que por lo tanto, lo más que podía aceptar era una subida del 4% este año y otro 4% el año próximo, y a su vez ha amenazado con que en caso de aceptar las propuestas del sindicato habrá que despedir a trabajadores porque habrá que trasladar la producción de algunos vehículos a fábricas sitas en otros países. A finales de abril, cuando se cerró sin acuerdo la séptima ronda de negociaciones, ante la negativa de la empresa a ceder, empezó a perfilarse la posibilidad de una huelga indefinida, como anunció Zoroslav Smolinský, líder de Sindicatos Modernos.
Los obreros no están nada de acuerdo con la versión de la empresa. Por
un lado, eso de los 1800 euros al mes no hay por donde cogerlo, aunque varios
órganos de prensa lo hayan anunciado a bombo y platillo, seguramente intentando
predisponer, sin mucho éxito, a la opinión pública contra la protesta (caso
especial es el periódico Sme, una especie de El País en versión eslovaca, que
ha hecho una campaña descarada - y patética - contra los obreros, llegando incluso a afirmar que los sueldos iniciales
eslovacos no son menores que en Alemania -sí, como lo leen, una
chorrada como una montaña de grande-, basándose en el peregrino argumento de
que el porcentaje del sueldo inicial respecto al sueldo total es mucho mayor en
Eslovaquia que en Alemania, cosa que, por otro lado, es cierto, nadie lo duda, pero
es que eso no tiene mucho que ver con el sueldo real que recibe uno). El hecho
es que el sueldo real está muy por debajo de esos 1800 euros, solo un
trabajador de categoría 12 (la más alta, con al menos cinco años de
experiencia) puede recibir esos 1800 euros como sueldo base. Un obrero de
categoría 1, recién contratado, cobra un sueldo de 670 euros de media, aunque
con los bonos y otro tipo de ayudas la cifra real sea mayor. Pero por
ejemplo, un obrero de categoría 2 reconocía en una
entrevista que su sueldo es de 750 euros brutos al mes. Por comparar, el
sueldo medio bruto en Eslovaquia en el 2016 fue de 912 euros. Si
descontamos impuestos y además tenemos en cuenta que muchas veces los obreros
tiene que pagar por el transporte desde sus lugares de residencia (por ejemplo
el obrero mencionado de los 750 euros, declara que le descuentan 30 euros
mensuales por el transporte, en el mismo artículo, otro obrero, Román, que
reconoce cobrar mil euros al mes, dice que hasta hace poco le han descontando
80 euros al mes por transporte, ahora 30) está claro que no queda un sueldo muy
digno que digamos.
Comparación de sueldos entre diferentes países y
su evolución. La gráfica habla por sí misma. Fuente: Topky
|
Por otro lado, difícilmente es aceptable la opinión de la empresa de que no pueden permitirse una subida así, cuando todos los años tiene unos beneficios netos de casi 150 millones de euros. Además las fábricas de la Volkswagen eslovaca son muy productivas, por poner un ejemplo, en la planta de Bratislava un obrero produce 31,6 coches al año, mientras que en la fábrica de Emden (Alemania) produce 26. Cuando encima, resulta que el sueldo en esa fábrica de Emden es el triple que en la de Bratislava, lo que ha hecho sentirse a los obreros eslovacos totalmente discriminados: por el mismo trabajo reciben mucho menos dinero que sus compañeros alemanes (recordemos que el producto final no se consume en Eslovaquia a precios digamos "eslovacos", sino en el mercado internacional y en gran parte en el alemán, a precios alemanes). Este ha sido el argumento definitivo que ha inclinado la balanza de la opinión pública en favor de los huelguistas y ha desarmado el discurso de los 1800 euros. Hasta el gobierno ha salido criticando la injusticia de esa diferencia salarial y apoyando con mayor o menor entusiasmo, dependiendo del ministro en cuestión, la protesta. Así, el primer ministro, Robert Fico, se pronunció hace unos días en una rueda de prensa en favor de la huelga: "(...) ¿por qué debe tener esta persona en Bratislava un sueldo la mitad o incluso dos tercios más pequeño que esta misma persona en Alemania o en Europa Occidental(...)?", "Todo por lo que la gente lucha en esa empresa es algo interno, pero la cuestión que han puesto sobre la mesa me parece totalmente justa" (sobre la propuesta del sindicato). Sin embargo el ministro de economía, Peter Žiga, que expresó vagamente su comprensión hacia los trabajadores, afirmó también que la subida del 16% era demasiado alta y no podía presionarse de esa manera a la empresa, ya que esta podría pensar si seguir en Eslovaquia o no (argumento compartido por el principal partido de oposición, SaS, liberal). Por lo demás, es un hecho que las grandes multinacionales han sacado del país ingentes beneficios, los expertos hablan de 19,5 mil millones de euros en los últimos diez años, así que en ese sentido los obreros han encontrado un terreno propicio para sus peticiones.
Lo cierto es que ni siquiera el sueldo más alto al que puede llegar un obrero eslovaco de la Volkswagen se acerca al sueldo mínimo de la misma empresa en Alemania. De media Volkswagen le paga a los obreros eslovacos un tercio de lo que paga en Alemania. En esta tabla se comparan los sueldos básicos en los dos países para las diferentes categorías de sueldo:
Comparación entre sueldos básicos en la
Volkswagen en Alemania y en Eslovaquia. Fuente: Pracujúca Chudoba)
|
Por todo esto, y por la nula inclinación de la empresa a negociar (los sindicatos desde el principio afirmaron que estaban dispuestos a hacerlo), después de conseguir mas de 8 mil firmas de trabajadores (de un total de 12300), el martes 22 de junio, los obreros de la empresa Volkswagen en Eslovaquia iniciaron una huelga indefinida para pedir aumentos salariales y mejoras en las condiciones de trabajo. El paso dado no tenía precedente en la historia reciente de Eslovaquia, donde nunca había habido una huelga indefinida en una gran empresa multinacional (y mucho menos en la fábrica más importante del país), y muchos en Eslovaquia han percibido la importancia histórica del momento. La huelga fue seguida por el 85-90% de los trabajadores según diversas estimaciones, aunque otras fuentes hablan de casi 9 mil trabajadores que no se presentaron al trabajo, frente a unos 3500 que sí lo hicieron, en cualquier caso es indudable que la participación ha sido mayoritaria. Además, ese día más de 2500 obreros se concentraron ante la puerta de la fábrica de Devinská Nova Ves en Bratislava, para apoyar las reivindicaciones. En un intento por desarmar la huelga, la empresa lanzó justo la noche antes una contrapropuesta: una subida del 4,5% en julio y un 4,2% en enero del 2018, así como una prima de 350 euros sin posibilidad de negociación. Además de veladas amenazas, como las declaraciones de la portavoz de Volkswagen, Lucia Kovarovič Makayová: "las exageradas exigencias del sindicato ponen el peligro el futuro de la empresa". Pero cuando el sindicato informó a los obreros en una asamblea ante la fábrica de Bratislava la propuesta de la empresa fue rechazada entre gritos de "hanba, hanba" ("vergüenza" en eslovaco), y el sindicato recibió el apoyo de la mayoría para hacer una última contraoferta, que reducía en cierta medida sus peticiones iniciales, pero mantenía su espíritu, de un aumento del 16% en el sueldo se pasaba a un 8,9% desde el 1 de julio de este año y a un 5% desde julio del 2018. El mismo martes, la empresa intentó iniciar algunas líneas de producción pero el seguimiento masivo de la huelga lo impidió y la fábrica de Bratislava permaneció parada, no solo el martes, sino también los días siguientes. El jueves la empresa intentó otro medio de presión sobre los trabajadores, al hacer público que cada obrero había perdido 225 euros por participar en la huelga hasta ese momento, pero no consiguió nada (aunque es cierto que no se les paga los días que no han trabajado, esa cifra no cuadra, ya que no cobran tanto). Por otro lado, hablando del daño económico, lo cierto es que es la empresa también lo ha sufrido (anda que iban a firmar si no), aunque no se han publicado datos sobre la cuestión (pero se calcula que se producen más de 1000 automóviles diarios) y parece ser que ha habido problemas en la fábrica de Mladá Boleslav en Chequia por falta de recambios procedentes de Eslovaquia.
(el líder del sindicato, Z. Smolinský, comunica a los obreros las propuestas de la empresa. En el minuto 3:30 los trabajadores muestran su descontento. Fuente: Čas)
Durante los días siguientes la huelga continuó, igual que las negociaciones. Tras la reunión del sábado entre el sindicato y la dirección, Zoroslav Smolinský, líder del sindicato, anunció que aunque seguía sin haber acuerdo, las posiciones se habían acercado y confiaba en que el lunes se reanudara el trabajo en la fábrica. Ese día no hubo concentración ante las puertas de la planta de Bratislava, por ser fin de semana. Como tampoco lo hubo el domingo, aunque la dirección del sindicato se reunió con los representantes de la empresa, y finalmente alrededor de las 20:00 de la tarde se anunció la firma del acuerdo, que puede ser considerado todo un éxito para el sindicato y para la clase obrera eslovaca.
De la cuenta facebook del Sindicato Moderno: aumento de sueldo: 14,12% progresivo hasta noviembre del 2018. prima de 500 euros en el sueldo de junio. Sin vosotros no lo habríamos conseguido. !Gracias!
|
¡¡Enhorabuena a los obreros de la Volkswagen!!
Publicado por Crónicas Hungaras
No hay comentarios:
Publicar un comentario