Sobre
el establecimiento del Estado de
Israel
Hoy
la solución justa y decisiva es la disolución de Israel y el
establecimiento de un estado único para palestinos y
hebreos
La Carta Nacional Palestina aprobada en junio de 1964 por el primer Congreso de la Organización de Liberación de Palestina declaró que "Palestina, dentro de las fronteras del Mandato Británico, es una unidad territorial indivisible".
La Carta Nacional Palestina aprobada en junio de 1964 por el primer Congreso de la Organización de Liberación de Palestina declaró que "Palestina, dentro de las fronteras del Mandato Británico, es una unidad territorial indivisible".
Más
de sesenta años han pasado de
la constitución
del Estado de Israel (1948) y las tragedias que en este
arco
de tiempo se han acumulado en el territorio de Palestina y sobre
la
población
palestina,
se indica claramente que la única justa
solución
a este problema dramático es la constitución de Estado
Palestino único para palestinos y hebreos.
La
actual “cuestión
palestina”
tiene sus orígenes, en la historia moderna, del
desarrollo de la política de expansión colonial implementada
por los estados capitalistas que, a partir de la mitad del siglo XIX
destinada a ayudar a extender su hegemonía sobre partes del Imperio
Otomano ya atravesados por una crisis profunda.
Los
colonialistas europeos,
primero
entre
todos
ingleses y franceses, miraban
con avidez la cuenca del Mediterráneo oriental, extendiendo las
rapaces garras coloniales en los territorios del norte de África y
el Medio Oriente.
Después
del desmoronamiento y el colapso definitivo del Imperio Otomano, la
nueva estructura del Medio Oriente encontró
forma,
en particular, con el último de los tratados de paz firmados al
final de la Primera Guerra Mundial. Era el tratado de paz
estipulado
entre
las
potencias
vencedoras
de la Entente y el gobierno del Sultanato de Turquía. Firmado
en Sèvres el 10 de agosto de 1920, el
preveía
la separación de
Turquía de
Siria, del
Líbano,
del
Iraq
y de
la Palestina. Estos
cuatro países vinieron
de hecho
transformados
en colonias de Francia (Líbano y Siria) e Inglaterra (Irak y
Palestina) y, a partir de ello, administrados
bajo
forma de "territorios-mandatos".
Este
nuevo contexto junto con el nunca
desaparecido
arabismo dio un nuevo impulso al desarrollo del sentimiento
nacional. Pero si la lucha de los pueblos por la independencia
nacional contra el dominio colonial llevó poco a poco y con éxito
para la creación de estados independientes y soberanos, incluso en
esa zona, así centro neurálgico del mundo, pero
no
se puede decir así
para
Palestina y para su pueblo que, hasta el día de hoy, ve que burlado
y negado
para
a si,
este inalienable y fundamental derecho. Esto
a
causa
sea
de
la política de
domino colonial
británica como que de
la pretensión que el
sionismo avanzó en el territorio de Palestina.
El sionismo como un movimiento político organizado
El sionismo político nació a fines del siglo XIX junto con el desarrollo de fermentos independentistas y empujes nacionales que condujeron al surgimiento de numerosos estados autónomos. En su formación, afectan tanto la tradición religiosa judía del regreso a "Eretz Israel", la tierra de Israel exhibida con el Monte Sión; que la propagación de los pogromos antijudíos en un área, Europa del Este, donde la población de religión judía era muy numerosa. Estas matanzas atroces, causados en gran medida por las fuertes tensiones sociales generadas por la penetración del capitalismo europeo al este, sobre todo la transformación capitalista imperio zarista, encabezó una inmigración masiva de hebreos en varios países, especialmente en Europa occidental y el continente americano.
El flujo migratorio hebreo causó no poca alarma en las comunidades de correligionarios, especialmente en Alemania, Austria-Hungría y Francia, preocupados y temerosos de las reacciones que podrían generarse a este flujo. Berlín, Viena, Budapest, París no eran ciertamente inmunes al antisemitismo, un término que en Berlín ve su nacimiento a finales de 1800 y pronto se convirtió en habitual para definir el sentimiento de hostilidad, si no el odio abierto , aunque con diferentes raíces "culturales" y religiosas, que se ha manifestado contra los hebreos desde tiempos muy antiguos; sentían esto, también señalado por Stalin como "el legado más peligroso del canibalismo" .
Y
fue
en
la
intelectualidad
hebrea
de estos países que
se comenzó
a discutir y debatir sobre cómo abordar y aportar una solución a
los problemas relacionados con este fenómeno, dando forma al
proyecto de construcción de un estado hebraico,
como si eso
hubiese
de
alguna manera podido
desatar
el nudo atávico de la identidad del pueblo hebreo
que se manifestaba
y todavía
hoy a
través de la
particular
forma
de
identificación entre religión y nacionalidad. Proyectos de tal
género
se ha intentado en los siglos anteriores desde el final de 1600.
Ciertamente aquel
que
tuvo más resonancia fue el realizado por Mordecai Noah, ex cónsul
estadounidense en Túnez, que, en
concordancia
con el cincuentesimo
aniversario de la independencia americana, en 1825, propuso fundar en
la Grand
Island,
un
territorio del Estado de New York junto a las cataratas del Niagara,
la ciudad de Ararat, un primero centro de una tierra “donde -se
leía en el manifiesto-proclama- a la propiedad y a la usanza
religiosa le son acordada la máxima protección.. dónde Israel
puede habitar en paz de la vid y el árbol e
Higuera
y dónde nuestro pueblo familiarizarse con el arte del gobierno y con
las luces de las ciencias y de la civilización, de modo de poder
definitivamente reapropiarse de la antigua herencia”.
Aparte
del
vasto eco que esta iniciativa tuvo a lo interno de las diversas
comunidades hebraicas esparcidas por el mundo
y en la prensa internacional, ella
no
produjo
ningún efecto adversa,
como fue, en primer lugar por sus propios religiosos que "confiaban"
no en
la acción
humana,
sino
a la "voluntad divina" el retorno
a Israel.
Además
es de
subrayar cómo el proyecto de Noé abrió al sionismo una brecha en
un nuevo horizonte en comparación con el pasado, colocándolo en un
nivel más propiamente político. En
efecto,
en 1862 el rabino de la ciudad prusiana de Thorn, Zvi Hirsch
Kalischer, en su libro "En busca de Sion" dice que en el
mismo periodo, al
Semlin en Serbia, el rabino Alkalai exhortava
en sus escritos los
hebreos
a
un retorno a Palestina . Y nuevamente en 1862 fue
publicdo
otro libro "Roma y Jerusalén" en el cual el autor, Moses
Hess, indicaba
en la "cuestión hebráica"
no un problema "religioso", sino un problema
"nacional". "Está ante mí otra vez vivo",
escribió Hess- un pensamiento que yo
creía para
siempre sofocado en el pecho: el
pensamiento
de mi nacionalidad, inseparablemente
ligado al herencia,
Pero es principalmente con el explicitarse de la teoría y la práctica de Theodor Herzl que nace el sionismo como un movimiento político organizado, con una propia ideología y con un objetivo definido que debe lograrse a través de un programa de realizativo.
Herzl, un periodista húngaro nacido en Budapest en 1860 y luego trasladado en 1878, con su familia a Viena, publica el volumen "El Estado hebráico. Tentativa una solución moderniza del problema hebraico" en febrero de 1896.
El
estado de abandono grave en que se encuentran los hebreos… Ahora yo
sostengo que esta fuerza, utilizada de modo justo, sea
suficientemente potente para poner en movimiento una gran máquina,
para transportar hombres y mercancías. No importa el
aspecto exterior de la máquina… Para realizar esta tarea… será
creadas dos grandes organismos: la Society of Jews y la Jewish
Company. La Jewish Company se ocupa de liquidar todos los intereses
patrimoniales de los hebreos que se dispongan a partir, y organiza en
el nuevo país la estructura necesaria al desarrollo de la
economía... La cuestión de la emigración hebraica debe ser puesta
a la orden del día... Los hebreos que se reconocen en nuestra idea
de Estado se reúnan
entorno a la Sociedad de Judíos.. Dos
son los
territorios
de
tomar en consideración.
Palestina y
Argentina. en
entrambos
han sido tomados tentativas de colonización dignos de notar. A decir
la verdad según el principios equivocado de la progresiva
infiltración de los hebreos. La infiltración va siempre a terminar
mal. En efecto arriba regularmente el momento
en
los cuales el gobierno, cediendo a las presiones de la población
que se siente amenazada, bloquea el aflujo de hebreos. La emigración
tiene de ahí un sentido, solo si a su base está la seguridad de
nuestra soberanía. La Society of Jews tratará con los actuales
Estados soberanos y bajo la protección de las potencias europeas…
¿Sería
preferible Palestina o Argentina?… La Society verificará entrambas
cosas. Argentina es un país
era
preferible
Palestina o Argentina?... La Society verificará
entrambas
cosas.
Argentina es
uno de los
países
más ricos de recursos naturales de la tierra, dotada de enormes
distancias
,
escasa población y clima templado. La República Argentina estaría
muy interesada en cedernos una parte de su territorio.
La
actual infiltración hebraica ha producido sólo irritación;
necesitaríamos informar a Argentina sobre la sustancial diferencia
de la nueva inmigración hebraica.
Palestina es
nuestra patria
histórica,
que permanecerá en el corazón… Si Su Majestad el Sultán nos
concediese Palestina, nosotros podríamos empeñarnos,
comprometernos,
a resistematizar las finanzas de Turquía. En favor de Europa
construiremos allí
una parte de
la valla para defenderse de Asia, constituyendo así una vanguardia
de la cultura contra la barbarie. Como Estado neutral restaremos en
relación con toda la Europa, que deberá garantizar nuestra
existencia.
Para
los lugares santos de la cristiandad
se podría encontrar una forma de derecho internacional, para
garantizar la extraterritorialidad”.
Poco
más
de un año
después, en agosto
de 1897,
Herzl organiza y
convoca en
la
ciudad
suiza de Basilea
el
Primer Congreso Mundial Sionista que se concluirá con una
declaración en la cual se afirma: “El objetivo del Sionismo es de
crear una patria para el pueblo el pueblo hebraico en Palestina,
garantizada por ley pública. Para arribar a este objetivo, el
congreso contempla los siguientes medios:1. La promoción del
asentamiento en Palestina de agricultores,
artesanos y comerciantes hebreos; 2. La
organización y en el enlace de todo el Hebraismo por medio
apropiadas instituciones, locales, y generales, en acuerdo con las
leyes de cada país; 3. El reforzamiento del sentimiento y de la
conciencia nacional hebraica; 4. Pasos preparatorios para obtener el
consenso de los gobiernos, en cuanto necesarios para conseguimiento
de los fines del Sionismo”.
En
Basilea, de
allí,
el
sionismo muestra
su verdadera
esencia.
Parte de la tesis,
ilusoria e insostenible, de la
existencia
de
una
única
nación
hebraica
mundial
para
arribar
a promover la creación
de
un Estado
hebraico
en
Palestina. Esta
idea, puesta
a la
base
de su doctrina,
servirá,
de
allí en adelante,
al sionismo y
a la burguesía hebraica para justificar la ocupación y la
colonización de Palestina,
activándose
de inmediato en la adquisición de propiedades y a la organización
de la transferencia a los hebreos de aquellas tierras.
Desde
el principio la llamada al retorno a Palestina lanzada por el el
sionismo no surtió los efectos por ellos buscados ni disturbó en
modo alguno la vida y las relaciones
existentes entre las poblaciones de Palestina, sea por parte de la
gran mayoría de los árabes palestinos que de la parte de la pequeña
comunidad de hebreos palestinos que habitaban
aquel territorio.
Pero, como se ha señalado al inicio, fue con el estallido de la Primera Guerra Mundial y el consiguiente colapso y desmembramiento del Imperio Otomano, y con la llegada de los colonialistas ingleses, que, en Palestina, intervendrán aquellos cambios que generarán la actual situación. Subdividida administrativamente en el período de la dominación otomana en los tres sub-distritos de Akka, Nablus y Jerusalén, Palestina se mantiene bajo (“profilo” = ?) étnico, territorial, cultural y lingüístico, una entidad unida, mostrando todas las características de una nación.
Palestina
y el pueblo palestino
Y incluso antes, si bien no recorriendo una antiquísima historia que tiene su origen en el 3000 antes de Cristo, el pueblo de Palestina ha afrontado unido dramas, guerras y todo lo demás que le fue impuesto por el dominio de los imperios sucesivos en aquel país. Baste para todos en recordar, cuanto aquel pueblo ha sufrido y padecido en el período de las Cruzadas con las masacres perpetradas en daño de los “musulmanes infieles" que de los “hebreos deicidas”. Esto para limpiar el campo de malentendidos arteramente generadas por el sionismo sobre una "innata hostilidad" entre árabes y hebreos o, por otro hacia contrario, por dos entidades diferentes, árabe y hebrea, numéricamente equivalentes, que se han encontrado a aliarse sólo para resistir al común enemigo de turno. Esta visión ha servido casi como una justificación y como un respaldo a la “fórmula de los dos Estados”.
La política sionista tendente al desarrollo numéricamente creciente de la inmigración hebraica en tierra de Palestina alcanzó un resultado más que modesto en las tres décadas a caballo entre finales de 1800 y principios de 1900. Si se piensa, con este propósito, que en 1917 los hebreos residentes en Palestina, incluidos aquellos con la inmigración más reciente, eran aproximadamente 56,000, en comparación con más de 600,000 árabes palestinos. Esta situación, sin embargo, cambiaría radical como trágicamente, con el comienzo de la ocupación militar y colonial inglesa y la alianza de los nuevos dominadores con el sionismo. Para explicitar claramente la formación de este matrimonio nefasto fue la declaración que el ministro de los exteriores del gobierno de Su Majestad A. J. Balfour, envió al entonces vicepresidente de la Federación Sionista inglesa, Lord W. Rotschild, el 2 de noviembre de 1917. La declaración decía: "El gobierno de Su Majestad acoge con satisfacción el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío y hará todo lo posible para facilitar la realización de este objetivo, entendiéndose claramente que nada será un hecho que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos (tenga en cuenta que los derechos políticos, ed) de las comunidades no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus político disfrutado por los judíos en cualquier otro país son ignorados ". A través de este documento, tanto por el British sionista que, intentaron hacer suya la idea falsa y monstruoso que Palestina era una tierra sin pueblo para ofrecer a un pueblo sin tierra, mientras que, en realidad, un estado opresor concedida a una entidad que nación no era el territorio de una nación que legítimamente aspiraba a convertirse en un estado libre e independiente capaz de asegurar a su población, independientemente de su origen y religión, igual dignidad e igualdad de derechos.
Además, la declaración de Balfour fue "útil" táctica y estratégicamente para el imperialismo británico y sirvió para satisfacer las necesidades políticas inmediatas y de mediano plazo del gobierno británico. En particular, en el inmediato término aseguró el apoyo de las comunidades judías a la causa de la Entente en el conflicto que se desataron, rompiendo definitivamente la relación que se había establecido y mantenido entre los líderes del movimiento sionista y Alemania; además, esto habría implicado una fuerte presión de los círculos sionistas del judaísmo estadounidense sobre el gobierno de Washington para el ingreso a la guerra junto con la Entente. En cuanto al mediano plazo, la declaración Balfour sirvió al gobierno británico para allanar el camino para que Gran Bretaña obtuviera un mandato sobre Palestina en 1922, garantizándole una sólida presencia estratégica en el área crucial entre el Canal de Suez y el Golfo Pérsico. Desde esa fecha, y durante más de dos décadas, el colonialismo inglés, en colaboración con la burguesía árabe y sionista, a través de la política cínica y probada de "divide y vencerás", inculcó la división y generó y respiró en el fuego de la hostilidad. entre árabes y judíos, teniendo éxito por cualquier medio y a cualquier costo para mantener su hegemonía en la región.
La
lucha por la independencia del pueblo palestino
A
lo largo de este período, el pueblo palestino nunca dejará de
desarrollar su gloriosa lucha por la independencia y la enérgica
defensa de su tierra y su misma existencia contra los imperialistas
ingleses y los colonialistas sionistas. Los
sangrientos enfrentamientos estallaron en mayo de 1921 en Haifa,
Jaffa y Jerusalén. Marcaron solo el comienzo de la heroica
Resistencia del pueblo de Palestina en la que se movilizarán las
masas de obreros y campesinos del país. Son precisamente los
trabajadores y campesinos árabe-palestinos quienes pagan el precio
más alto de la política de colonización sionista que tiene como
objetivo negarles
trabajo a los nuevos inmigrantes judíos y expulsarlos de sus lugares
de residencia como los nuevos asentamientos sionistas y el nuevas
adquisiciones de tierra, que, sobre todo al principio, fueron
vendidas a los sionistas por la burguesía árabe, ávidas de
riquezas.
En el fuego de la Resistencia nacen y se desarrollan también nuevas organizaciones políticas palestinas. En particular, en 1923, se fundó el Partido Comunista Palestino que aplicará una política de unión de trabajadores y campesinos palestinos, ya sean árabes o hebreos, promoverá la sindicalización y el desarrollo de las luchas sindicales y apuntará a la creación de un frente común de lucha de los componentes progresistas y de vanguardia del movimiento nacional palestino. Incluso en el campo de los hebreos, y no sólo entre la población original del lugar, sino también entre los nuevos inmigrantes, hay opositores de la política sionista de expulsión de la población árabe, y que se pusieron del lado de ellos en defensa de su derecho al trabajo. Pero fueron duramente contrastados del sionismo tradicionalista como de aquellas corrientes sionistas socialdemócratas. Muchos de estos hebreos antisionistas, hostigados en Palestina y decepcionados por el giro que habían tomado los acontecimientos, abandonaron el país a finales de los años veinte, emigrando principalmente a la Unión Soviética.
A
fines de agosto de 1929 se produjeron nuevos levantamientos populares
en Hebrón y Jerusalén, y la lucha del movimiento nacional palestino
no se detuvo. Fuertes manifestaciones campesinas sacuden al país
en 1933. Mientras tanto, continúa
apretada la
inmigración judía organizada por el sionismo: en 1929 los hebreos
en Palestina son aproximadamente 150,000 y en 1936 llegarán a
400,000 unidades.
El
sionismo en Palestina comienza a actuar como un verdadero
y propio estado. Alrededor
de los asentamientos hebraicos
se forman las primeras infraestructuras, a la Agencia Judía se une
la "Asamblea Representativa" que designa un "Consejo
Nacional" y, sobre todo, se estructuran las organizaciones
militares, incluida la Haganah, el Irgun Tzewai Leumi y la Banda
de Estero.
A la siempre más virulenta penetración del sionismo y la represión británica de lucha y manifestaciones populares, el pueblo palestino reactúa en 1936 con una dura, masiva y compacta sublevación popular. Después de la muerte de un líder de la resistencia, Sheikh Ezzedin al Kassen, el Consejo Supremo árabe, que reagrupaba las fuerzas políticas de la Resistencia palestina, llama a una huelga general a la que se adherio la totalidad del Pueblo palestino, que se convirtió así pronto en una insurrección armada contra ulteriores concesiones al sionismo y por la independencia nacional.
El
gobierno británico responde
enviando al
país
nuevos contingentes militares con el objetivo de reprimir la
revuelta, que, sin embargo, se
mantiene viva a través de nutridas acciones de guerrilla
que
han durado por todo el país hasta 1939. Esta
revuelta imprimió un nuevo giro a la situación en Palestina,
haciendo
emerger la creciente dificultad del imperialismo británico en el
mantener el control del país de cara, de un lado, la indómita lucha
del pueblo palestino decidido a conquistar la propia independencia
nacional; del otro, de cara a la pretensión del sionismo
que
habiendo reforzado la propia posición en Palestina,
frente al reclamo del sionismo de haber fortalecido su posición en
Palestina, presionando
con orgullo el establecimiento de un Estado
hebraico. De
hecho ahora los intereses del imperialismo británico y del sionismo
y
su relación se agrietaba hasta el
verificarse
los primeros atentados
y
ataques hebreos
contra objetivos británicos.
Para
tratar de hacer frente a esta situación, el gobierno inglés
instituyó en 1936 una Comisión
Real
de Investigación
que indagase
las causas de la revuelta que se desencadenó en el país, liderada
por W. R Pael. En 1937, esta Comisión
presentó un proyecto que preveía la división de Palestina en tres
zonas. En detalle, la Comisión Pael prevía:
1) el establecimiento de un Estado
hebreo
que comprendía
Galilea y la zona costera del centro-norte del país; 2) una
zona bajo control británico que incluía las ciudades santas de
Belén y Jerusalén, conectadas a través de un corredor de tierra
con el puerto de Jaffa; 3) la anexión del territorio restante,
aproximadamente dos tercios, a Transjordania.
El
plan Pael
fue
decisivamente
Pael rechazado
por los árabes e instrumentalmente aceptada por los sionistas que la
llamaron una "base de
discusión" porque vieron en ella, por primera vez,
concretamente materializarse
la idea de establecer un Estado
hebreo.
Sucesivamente después, en mayo de 1939, cuando ya en la escena internacional se iban espesando las negras nubes de la Segunda Guerra Mundial, los ingleses, para intentar para sofocar la revuelta palestina, tomaron una serie de medidas para contingentar la inmigración hebrea, y limitar la posterior adquisición de tierras de parte de los sionistas, "prometiendo" dentro de diez años la constitución de un Estado palestino independiente.
El
estallido de la Segunda Guerra Mundial con el
expandirse de
la ocupación nazi-fascista en Europa, de
sus
leyes raciales, de
las
persecuciones
antisemitas
y la planificación de la nefasta y criminal acción de exterminio
cometidos del
nazi-fascismo contra
los hebreos,
cuyo verdadero alcance y trágico se
comenzó
saber tan pronto como las fuerzas armadas soviéticas liberaron a los
prisioneros sobrevivientes en el campo de concentración de
Auschwitz, también tuvieron repercusiones importantes y decisivas en
Palestina. En los años de la guerra y en aquellos
inmediatamente posteriores, decenas y decenas de miles de judíos
ingresaron a Palestina, muchos de ellos clandestinamente después de
las nuevas disposiciones británicas sobre la
inmigración.
En
la Cumbre
sionista en esos años había conquistado
más peso y más influencia la corriente socialdemócrata. Esto
se destacó en la reunión de la Organización
Sionista
Mundial
celebrada en mayo de 1942 en el Hotel Biltmore en Nueva York. Por
iniciativa de Ben Gurion, entonces presidente de la Agencia hebraica,
se aprobó un programa destinado a construir el estado judío en
Palestina al final de la guerra e indicando como necesario para la
implementación de este objetivo, la adopción de una nueva
estrategia que favorecería la alianza entre el sionismo y EE. UU.
Inmigración
forzada de judíos a Palestina
En
agosto de 1945, el presidente de los EE. UU., Truman, solicitó al
gobierno
inglés
que cumpliera con la solicitud de hacer
entrar
en Palestina
100.000 nuevos inmigrantes judíos. Gran Bretaña que
al
final del conflicto se
encontraba,
por un lado, debilitada
en
su influencia en los territorios donde ejercía su dominio
imperialista y, por el otro, fuertemente
dependiente
en el plano económico del
emergente imperialismo estadounidense, que ahora daba a la escena
internacional como potencia
hegemónica,
se opuso a la petición de Truman; pero, al mismo tiempo,
propuso al poderoso aliado del ultra-océano
formar un comité angloamericano que se ocuparía conjuntamente de la
discusión de la cuestión palestina. Los comités
angloamericanos, que se reunieron en noviembre de 1945 y en junio de
1946, no
alcanzaron empero a encontrar alguna solución al problema ni a
proponer “hipótesis de compromiso” practicables, fracasando así
en su tentativa.
Mientras
tanto, los sionistas continuaban
la colonización de Palestina, organizando una escalada continua de
ataques terroristas. Tanto los grupos de ''Irgun
Tzevai Leumi" y de
la "Banda Stern” que
la
"Haganah",
que ahora había asumido el papel y la estructura de un verdadero
y propio ejército
clandestino, planificaron
una campaña de terror en contra la población árabe que
contra los ocupantes ingleses.
El
2 de abril 1947 Gran Bretaña, en un intento de buscar una solución
aceptable tanto para árabes y sionistas, y que también le
permitiese
conservar su influencia en la región cada
vez más precaria por el
expansionismo norteamericano,
poner la "cuestión palestina" en
la
" ONU; enfatizando a través del ministro de
colonias
Creech Jones que Inglaterra se dirigía
a la ONU no
para
renunciar
al mandato sobre Palestina, sino para obtener el apoyo de la
Organización misma
para
ejercer el mandato en una diversa
forma
El
análisis que la ONU hizo sobre la cuestión palestina y sobre
la
situación creada
en
la tierra de Palestina, hace
emerger en particular dos
tendencias bien definidas, fruto
de una visión esencialmente diversa de
la "cuestión palestina", que se hace explícito en un lado
por Gran Bretaña y USA
y, por otro, la URSS. Los imperialistas británicos y
estadounidenses tenían un objetivo: mantener Palestina sujeta a la
dominación imperialista. El verdadero problema para ellos, era
aquel
de poder
atar
Palestina toda
una
a la carro de su propio imperialismo. Gran Bretaña instó a que
independientemente de la solución encontrada por la ONU, preveía su
implementación a través de un nuevo "mandato" confiado a
Inglaterra. Los Estados Unidos, por otro lado, pretendían
expulsar a Gran Bretaña de la región y sustituirla en el control
estratégico del área; y, para este propósito, decidió
apoyar, entre las soluciones que estaban por avanzar, la de la
división de Palestina en dos partes, una árabe y la otra hebrea.
La URSS de Stalin propone un estado palestino binacional árabe-judío
La
Unión Soviética, por su parte, exigió repetidamente el
reconocimiento inmediato de la independencia de Palestina, la
retirada de su territorio de las tropas de ocupación británicas y
el fin de toda
injerencia extranjera en las cuestiones internas de Palestina. En
el pleno reconocimiento del derecho de todos los pueblos a la
autodeterminación,
la URSS de Stalin presentó la sesión especial apropiado de las
Naciones Unidas su propuesta que preveía la creación de un Estado
palestino
binacional
árabe-hebraico,
con el sosteniendo
con
fuerza que
esta
era
la solución más justa a la "cuestión palestina". El
gobierno soviético, sin embargo, era consciente de que la situación
creada en Palestina por la política del imperialismo británico en
los años de su mandato había alimentado aún más la rivalidad y la
hostilidad entre árabes y hebreos,
haciendo muy difícil su cooperación en un único
Estado. Por
esta razón, la Unión Soviética decide
que había surgido como absoluta e inequívocamente la
impractibilidad
de su propuesta
de
"Estado
único
bi-nacional", ella
habría
en subordinación la
propuesta
la revoca
del mandato
británico
y la partición de Palestina en dos estados independientes: un Estado
árabe y un Estado
hebraico.
Lamentablemente, la URSS tuvo que reconocer que su propuesta no
habría obtenido la cantidad de votos necesarios para su aprobación
en el Consejo de Seguridad de la ONU. Por lo tanto, el 29 de
noviembre de 1947, la delegación soviética a la Asamblea General
votó la
"Resolución 181", que fue aprobada con la mayoría
requerida de dos tercios, y que incluye: el levantamiento del mandato
británico y la retirada de sus tropas "tan pronto como sea
posible y, en cualquier caso, no más tarde del 1 de agosto de 1948
", la formación de un estado judío en el 56% del territorio
con una población de 498 mil judíos y 497 mil árabes; la
formación de un estado árabe en el 43% del territorio con una
población de 725 mil árabes y 10 mil judíos; un régimen
especial internacional para la ciudad de Jerusalén y el área vecina
administrada por la ONU, con una población de 105 mil árabes y
100 mil judíos. Además, la Resolución preveía para cada
Estado la firma de "un compromiso relacionado con la Unión
Económica Palestina" que "tendrá como finalidad: a) la
creación de una unión aduanera b) la realización de un sistema
monetario común con un tipo de cambio único (c) la administración,
en interés común y de forma no discriminatoria, de los
ferrocarriles, las carreteras comunes a los dos Estados, los
servicios postales, los telégrafos y los puertos y aeropuertos
internacionales, d) el desarrollo económico común, especialmente en
el riego, cultivo de tierras y conservación del suelo; e) la
posibilidad de que los dos estados y la ciudad de Jerusalén utilicen
los recursos de agua y energía de manera no discriminatoria ". La
resolución de la posición adoptada por la URSS de Stalin sobre
la "cuestión palestina", que recibió el apoyo convencido
del Partido Comunista Palestino, fue, por lo tanto, muy clara y
coherente. De hecho, para la Unión Soviética era la única
manera de frenar la influencia del imperialismo británico en la
región y también de evitar que el imperialismo estadounidense
impusiera su hegemonía sobre Israel.
El
nacimiento de Israel
El
14 de mayo de 1948, se fundó el Estado de Israel. Los Estados
Unidos reconocieron "de hecho" a Israel diez minutos
después de la proclamación de su fundación. El
15 de mayo el ministro de los exteriores del gobierno provisional de
Israel, Shertok, envió
un telegrama al Ministro de los Exteriores soviético Molotov: “Tengo
el honor de comunicarle, suplicándole trasmita a su gobierno. -se
lee allí-
que
el Consejo Nacional del Estado hebraico, compuesto por representantes
electos por todas las Organizaciones hebraicas de Palestina, se ha
reunido ayer 14 de mayo de caer el mandato británico. En base a la
Resolución aprobada de la Asamblea General de las Naciones Unidas en
fecha del 29 de noviembre de 1947 ha declarado la fundación de un
Estado hebraico independiente en Palestina;, que asume el nombre de
Estado de Israel… A nombre del Gobierno Provisional de
Israel pido el reconocimiento oficial del Estado de Israel y de su
Gobierno Provisional por parte de la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas ... Aprovecho esta oportunidad
para expresar, también en nombre de los hebreos
de todo el mundo, la profunda y consciente gratitud de la población
hebrea
de
Palestina
por la
posición
asumida
con
firmeza
por la delegación soviética en la ONU a favor de la constitución
de un Estado
soberano hebreo
en Palestina; por
la promoción coherente de esta idea, a pesar de todas las
dificultades; por
las
expresiones de sincera solidaridad con el pueblo hebreo
pese
a todas
las
dificultades
sufridas
en Europa por mano
de los
carniceros
nazis; para la reafirmación del principio que considera a los
judíos de Palestina como un pueblo que merece soberanía e
independencia ". la gratitud consciente y profunda de la
población judía palestina por la posición firme adoptada por la
delegación soviética ante la ONU a favor del establecimiento de un
estado soberano judío en Palestina; para la promoción
coherente de esta idea, a pesar de todas las dificultades; para
expresiones de sincera solidaridad con el pueblo judío debido a los
sufrimientos sufridos en Europa por los verdugos nazis; por
la reafirmación del principio que considera a los hebreos
de Palestina como un pueblo que merece soberanía e independencia".
El 18 de mayo el gobierno soviético reconocía a su vez el Estado de Israel.
La URSS de Stalin ha sucesivamente tomado distancia de Israel por los crímenes que él cometía contra el pueblo palestino, porque impidía la formación del Estado palestino y por su unión y su alineación con el imperialismo estadounidense.
La
situación actual en Palestina se caracteriza como una tragedia sin
fin, cuya
dramatizidad
es
alimentada
de
día en
día.
El
colonialismo agresivo expansionista
y el racismo son una parte integrante
de la ideología sionista; y sus métodos, como los del
nazi-fascismo, se basan en la persecución, la expulsión y las
matanzas masivas perpetradas contra el pueblo palestino.
El
Estado de Israel, alimentado
por el imperialismo estadounidense al
cual
está ligado
a doble hilo
y cual
representa la fortaleza de control en el Medio Oriente, con su
política
colonial
y racistas, ha devastado Palestina, destruido su tejido social y
económico y ha expulsado a la mayoría de su población de su
tierra. La expansión de los asentamientos en Cisjordania, la
construcción del vergonzoso
muro
de separación, los repetidos ataques militares con el consiguiente
estilicidio
de
víctimas, el último
de los cuales es el genocidio de
Gaza, continúan
la
fragmentación
del
territorio palestino, para destruirle
la hegemonía
y convertirlo
en un verdadero
lager
para sus habitantes.
¿Persistiendo esta situación tiene aún sentido hablar hoy de la creación de un Estado palestino?¿Sigue teniendo sentido esta situación para hablar hoy de la creación de un estado palestino? ¿Sobre cuáles bases territoriales y económicas podría surgir? ¿Qué recursos naturales podría usufructuar? ¿En qué modo Cómo podría satisfacer la legítima aspiración de los prófugos al retorno?
La
solución de dos estados no es más
plausible. El
Estado de Israel debería ser disuelto. La solución de la
estabilidad y la justicia al problema palestino es la construcción
de un Estado
único
en
que vivan
juntos palestinos
y hebreos; que,
del
resto,
fue el proyecto al
cual mayoritariamente se
inspira la resistencia palestina hasta principios de los años
setenta.
Es,
sin duda, un camino plagado de dificultades ya que su éxito,
inevitablemente, llega a través de la superación de la ideología
del sionismo que identifica el hebreismo
y nacionalidad, pero es la única forma viable de proteger el derecho
a la autodeterminación y la repatriación de todos refugiados
palestinos. La última palabra, sin embargo, pertenece a los dos
pueblos directamente interesados.
10
de junio de 2009
Publicado
por El Bolchevique
Traducción
bajo responsabilidad de Quibian Gaytan
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