El Gran Sol Rojo del Amanecer

martes, 16 de abril de 2019

PMLI: Buró Político define posición ante las elecciones al Parlamento Europeo



En las elecciones al Parlamento Europeo del 26 de mayo de 2019.
abstenerse
Para deslegitimar al imperialismo de la Unión Europea, el Parlamento Europeo y las demás instituciones europeas a su servicio. La UE es irreformable, debe ser destruida.
Sólo el socialismo puede crear una Europa de los pueblos.

El 26 de mayo, por novena vez desde 1979, las electoras y los electores italianos serán llamados, junto a aquellos de otros 26 países, a elegir el nuevo parlamento de la Unión Europea (UE) imperialista. 40 años de elecciones en que se han alternado a la guía del del hemiciclo de Estrasburgo la derecha y la "izquierda" burguesa, sin que ninguno haya explicado al electorado el concepto de fondo, o sea que la Unión Europea es imperialista y que está luchando con las otras superpotencias mundiales por el dominio del mundo, que su parlamento  o en discusión esta alianza imperialista  antidemocrática y enemiga de los pueblos y que nadie note el paso de la batuta, sin que nadie cuestione esta alianza antidemocrática y enemiga imperialista, Sin que nadie le haya explicado al electorado el concepto básico, a saber, que la Unión Europea es imperialista y que está luchando contra otras superpotencias mundiales para dominar el mundo, que su parlamento no es más que un oropel para dar la ilusión que existe una institución representativa de los pueblos europeos.

 No lo han dicho ni menos los partidos y reagrupamientos que han entrado al parlamento europeo con la bandera roja con la hoz y martillo, desde el PCI revisionista en adelante, renegando del lúcido y magistral análisis por Lenin en el lejano 1915 aún actual, para el cual “Desde el punto de vista de las condiciones económicas del imperialismo los Estados Unidos de Europa serían imposibles o reaccionarios " y que " bajo el régimen capitalista, los Estados Unidos de Europa equivalen a un acuerdo para la repartición de las colonias ".

Hoy todos hablan de querer "reformar" la UE. Los "europeistas", liderados por el eje franco-alemán Merkel-Macron resoldado por la cumbre de Aquisgrán el 22 de enero pasado, bandereando "la democracia y la paz de setenta años", presumiendo de ellos como éxitos incontrovertibles de la UE, y una mayor cooperación en política exterior, defensa, seguridad externa e interna y mayor acción autónoma por parte de la Europa imperialista. ¿Pero de qué democracia están hablando, cuando han impuesto a cada país miembro la destrucción de los derechos del trabajo y el "estado de bienestar" en cada país miembro? ¿De qué paz están hablando, puesta inmediatamente en discusión apenas nace la UE en 1991 con la guerra de agresión contra la Federación Yugoslava, en la cual participó el gobierno de D'Alema respaldado por el partido de Marco Rizzo, y desde entonces, fuerte de una relación siempre más estrecha con la OTAN, deslocalizando en el Sud y al Este la guerra como las fábricas, a la enseña de la búsqueda de nuevos mercados para sus monopolios?

Los “soberanistas”, expresion delle derecha fascista, racista y xenófoba al poder en el nord-este de la UE, que van de los países del gruppo di Visegrad (Polonia, República checa, Eslovaquia y Hungria) con flores en el ojal de “limpieza de masas” y de la “ley esclavitud” sobre el aumento indiscriminado de los extraordinarios del premier fascista húngaro Orban apoyado por el ministro del Interior, el duceto Salvini, al “desembarazarse del Islam” del AFD alemán, al “ detenerla con esta Europa de los burocratas y de la banca” del Frente Popular fascista de Marine Le Pen, al frente neofascista del canciller Sebastian Kurz en Austria, contestando a la UE en el nombre de la soberanidad de los pueblos “puesta en arena por un poder burocrático y autoritario sobrenacional”. En realidad no es el logro de una mayor independencia y democracia popular, sino solo una forma diferente de subordinación de los pueblos a las reglas dictadas por el imperialismo europeo. En resumen, ambas posiciones cubren una montaña de mentiras. La apelación a la democracia y la libertad de los pueblos europeos son falsas, como el "europeismo" y el "soberanismo" son dos caras de la misma medalla imperialista.

A la luz de la situación actual, nosotros marxistas-leninistas italianos reafirmamos nuestra escogencia abstencionista de principio para deslegitimar a la UE imperialista, al Parlamento Europeo y las demás instituciones europeas a su servicio. Ella es irreformable y debe ser destruida, comenzando por poner fuera a nuestro país. Conscientes de que solo el socialismo puede realizar la Europa de los pueblos.


¿Qué es la UE y cuál es su función?

La UE es hoy fuente de dominación, opresión, rapiña y explotación de los pueblos que la componen, sino también de aquellos de Europa del Este y los Balcanes que no son parte de ella y del Tercer Mundo. Nacido en función de los intereses de los respectivos monopolios que están detrás de los gobiernos nacionales y le dictan la línea para poder expandirse y conquistar nuevos mercados, le ha regalado al gran capital un mercado único, que aún hoy sigue siendo el más grande del mundo, una moneda única y un banco central, ofreciéndole a las multinacionales europeas un trampolín para expandirse mundial. Al mismo tiempo, ha forzado a los países miembros a perseguir políticas ferozmente liberistas y antipopulares, tanto como para haber devenido en un infierno para la clase obrera, los trabajadores y las masas populares. Pobreza y desocupación van de bracete con las diferencias territoriales, con el racismo y la xenofobia que queman la piel de las decenas de millares de migrantes que tocan a su puerta.
La reducción del gasto público, para reingresar en la notoria relación déficit / PIB impuesto por Bruselas desde la aprobación del Tratado de Maastricht de 1993 en adelante, se ha traducido recortes drásticos en los servicios esenciales, como pensiones, educación, sanidad, transporte público, investigación científica, infraestructura necesaria para el desarrollo, la asistencia y la seguridad social, mientras que las partidas de gasto relacionadas con, por diversas razones, el estado a grandes empresas y bancos privados, o misiones de guerra imperialistas en todas partes del mundo, no se han tocado, la adquisición de nuevas armas, o "grandes obras" inútiles para los pueblos pero útiles para los beneficios de las multinacionales europeas.

En la práctica, la UE ha comprometido las posibilidades de crecimiento de la industria, el empleo y el bienestar de sus Estados miembros. Desde hace veinte años, los pueblos de Europa no han visto una mejora en su nivel de vida, lo que demuestra que en los niveles económico, político, institucional y social no es ni neutral ni superparte. Esto se demuestra en las guerras intervencionistas y de robos en las que participó y en la política de lágrimas, sangre y austeridad que impuso a los países miembros para sacar al capitalismo de la crisis que ha estado en marcha desde 2008.

En solo tres años, la UE ha otorgado a los bancos en crisis, en lugar de nacionalizarlos, préstamos en valores públicos por la increíble suma de 3 trillones de dólares, equivalente a casi una cuarta parte del PIB de la Unión. Préstamos que podrían haber alimentado un colosal programa de inversiones públicas, capaz de reiniciar a toda la economía del continente a un ritmo rápido. Así como gastos militares y grandes obras inútiles.

Sus instituciones no son más que la superestructura del sistema económico capitalista europeo de los cuales defiende sus intereses. A nivel político, no cuentan como uno, ya que el poder político se concentra exclusivamente en las manos del Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno y de la Comisión, también ella expresión de los gobiernos de los Estados miembros. El parlamento europeo es solo un espejo de las alondras con las que los gobernantes europeos se engañan a sí mismos de respetar las reglas de la democracia burguesa cada cinco años. Una malla que alberga a una banda de burócratas pagados commo nabobs que ocasionalmente se presentan en Estrasburgo para audiciones apresuradas, sin dar cuenta a nadie de su trabajo.

La burguesía y sus lacayos presentan a la Unión Europea como una conquista de los pueblos del viejo continente. En realidad, los pueblos no entran para nada, porque todo se ha cumplido y se cumplirá por encima de las cabezas de los círculos dominantes burgueses europeos conforme con sus intereses de clase y sus aspiraciones hegemónicas, regionales y mundiales. La UE ciertamente no fue creada por los pueblos, de lo contrario no habría más de 120 millones de pobres en la región de los aproximadamente 500 millones de habitantes (20% pasa de la población) y 60% de la riqueza en poder del 10% de la población, de hecho, esas muy pocas veces que los pueblos han sido consultados han sonoramente rechazado la Europa imperialista, a partir del NO al tratado de Maastricht y a la adhesión al euro  expresado por el pueblo danés respectivamente en Junio de 1992 y en el 2000, el NO del pueblo noruego a los dos referéndum sobre la adhesión a la UE, aquel del pueblo irlandés sobre el Tratado de Niza en el 2001, los dos referendum  sobre la Constitución Europea rechazada en mayo de 2005 por los pueblos francés y holandés, el NO de aquel griego en julio de 2015  contra las medidas de lágrimas y sangre impuesta por Bruselas y traicionado por la humillante rendición del socialdemcrátioco Tsipras, que ha tirado al país helénico en el hambre y la pobreza más absoluta, hasta la victoria del Brexit en Gran Bretaña en el referéndum de junio el 2016. Sobre ésta última cuestión, la salida de Gran Bretaña de la UE, los pueblos europeos no deben tomar partido por ninguna de las posiciones imperialistas en campo. Sin embargo, será definitiva, la salida británica debilitará a la UE y esto es un bien para la lucha al imperialismo europeo.


La UE contiende espacio con EE. UU., China y Rusia por el dominio del mundo

La voz del imperialismo europeo ha vuelto a hacerse sentir después de las últimas décadas en que el euro no ha suplantar al dólar como moneda de referencia mundial, y la más devastante crisis económica del capitalismo mundial desde 1929, lo ha puesto de rodilla desde un punto de vista económico, político, institucional y militar.

El 26 de septiembre de 2017, en un discurso en la Sorbona de París al que se refieren los "europeistas", el presidente francés Macron, el nuevo De Gaulle, ha relanzado la UE con el ejército y la policía común, con el objetivo de permitirle ser competitiva con Estados Unidos, China y Rusia. Mientras en el G7 del 8 y 9 de junio pasado Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia han hecho muro al ataque estadounidense contra el comercio entre los dos lados del Atlántico.

En comparación con otras superpotencias, la UE hoy aparece la más débil y la en más dificultad, bajo la presión de la arrogancia y las medidas comerciales hostiles de Trump e incluso de Putin, que no desdeña apoyar a las fuerzas de derecha, en varios casos abiertamente fascistas, los llamados "euroescépticos", incluida la Liga de Salvini, pero ha vuelto a elevar su voz en el mundo al poner sus manos en África, asignando casi 200 millones de euros a la nueva fuerza "antiterrorismo" en el Sahel y obteniendo una mayor autonomía dentro de la OTAN. Tanto que el pasado 15 de febrero, hablando en la conferencia sobre seguridad en Múnich, la Alta Representante y Vicepresidenta de la UE, la guerrerista y falsa pacifista Federica Mogherini, pudo declarar a pechos descubiertos que "La UE es una superpotencia".  Finalmente hemos construido la Defensa Europea" y la cooperación con la OTAN ha sido reforzada "como nunca antes". Dos días antes, fue el primer ministro Conte quien habló ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo para pedir "un retorno a los orígenes, las razones fundadoras del sueño europeo", enumerando los puntos del "renacimiento": la UE unida debe reclamar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU para "hablar con una sola voz", en contra de la propuesta de Macron que pide un asiento permanente para Alemania, que debe mantener "el valor estratégico de nuestras relaciones" con los Estados Unidos, que debe mantenerse igual a igual con Rusia y China.

Todo en un escenario mundial que ve repetidas guerras comerciales entre China y los Estados Unidos, entre los EE. UU. y la UE, entre la UE y Rusia, que puede llevar a guerras militares incluso en todo el mundo, como sucedió en el pasado.

Sin embargo, dentro del imperialismo europeo, si bien todos están de acuerdo en la necesidad de fortalecerse desde el punto de vista de la política exterior y militar y de que la UE hable al mundo con una voz presidencialista e imperialista única, fuerte y autorizada, siguen siendo contradicciones en varios puntos, a partir de la inmigración, donde el nacionalismo, el racismo y la xenofobia son rampantes, a la relación con la Rusia de Putin, a las etapas faltantes de la unión económica y monetaria. Tanto es así que a menudo se forman núcleos separados de algunos países que se unen para empujar en una u otra dirección, o para tomar decisiones autónomas favorables al propio imperialismo, como sucede de norma con el bloque franco-alemán aún hoy hegemón en Europa o como ha sido en el caso stato nel caso del acuerdo firmado el 23 de marzo sobre la Nueva Ruta de la Seda alcanzada por el gobierno negro fascista y racista Salvini- dal governo nero fascista e razzista Salvini-Di Maio al termino de la visita oficial del presidente chino, el rinegado Xi Jinping, en Roma.

La UE no ha traído ningún beneficio al pueblo italiano.

El pueblo italiano no tiene nada que agradecer a la Unión Europea imperialista. Las maniobras de lágrimas, sudor y sangre ocurrieron con los respectivos gobiernos Andreotti VII, Amato, Ciampi, Dini, Prodi, D'Alema, Berlusconi, Monti, Letta, Renzi, Gentiloni hasta la ley de presupuesto del gobierno fascista y racista de Conte, aprobado por el parlamento negro con un doble voto de confianza a fines de 2018, llamado demagógicamente "maniobra de los pueblos", fueron impuestos por la UE.

A partir de la firma y ratificación del Tratado de Maastricht, ellos han permitido que la política económica y financiera italiana sea dictada por Bruselas. Específicamente, el precio de la adhesión de Italia a la Unión Europea lo han pagado los obreros, a partir de los de Bagnoli e Ilva de Taranto, víctimas de la reestructuración de la industria siderúrgica de la Comunidad, los trabajadores en general precipitados en el precariato y con una pensión cada vez más quiméricas, los agricultores y los criadores arrojados a las calles por una política agrícola común inicua, las cuotas y de la puesta en reposo forzado de las tierras, el atormentado sur de Italia, que incluye regiones entre las más pobres de Europa, toda la población que tiene habiendo reducido a la mitad su poder adquisitivo desde la introducción del euro y cortando los servicios públicos esenciales.

La expansión internacional de la superpotencia europea y el lanzamiento de la política exterior y militar común también han reavivado los apetitos imperialistas y neocoloniales nunca aplacados de la burguesía italiana. Así, Italia se sintió legitimada, gracias también a las posiciones de liderazgo y las tareas recibidas en la comunidad, para hacer la gran voz en el Mediterráneo, en los Balcanes, en el Golfo, en Somalia y en Libia, forjando su propio espacio en el tablero de ajedrez imperialista mundial e injeriéndose en los asuntos internos de pueblos y países soberanos.


La correcta elección político-electoral antiimperialista.

Frente a este escenario, la elección electoral del 26 de mayo es entre apoyar a la Unión Europea imperialista, votar por los partidos de derecha y de la “izquierda” burguesa, o oponerse a ella con el voto de abstención, no ir a las urnas o anulando la papeleta o dejandola en blanco. No hay otro voto que el abstencionista para deslegitimar a la UE y aislar a sus instituciones y gobiernos. Rechazamos la Europa imperialista por principio y, por lo tanto, no podemos legitimarla presentándonos con nuestras listas. Frente a las elecciones europeas, no es posible recurrir a un abstencionismo táctico como en el caso de las elecciones nacionales, sino al estratégico, ya que el quid de la cuestión sigue siendo la opción a favor o en contra de la UE y no dónde ubicarse política y electoralmente dentro de ella. El abstencionismo es un voto pesado, que golpea al corazón de la UE, anula el consenso de las masas, la aisla, la pone por completo al desnudo frente a la opinión pública europea y mundial y expone su diseño económico, político, institucional y militar. También es un voto en defensa de la independencia nacional de Italia y en contra de la subordinación militar de nuestro país y el peligro de que pueda verse envuelto en nuevas y peligrosas guerras imperialistas.

Hoy la contribución, más grande que podemos dar a la lucha contra el imperialismo europeo es luchar contra el imperialismo de nuestra casa personificado encarnado por el gobierno fascista y racista negro Salvini-Di Maio, que ella rige su suerte.


Negar el voto a quienes participan en la competencia electoral imperialista.

Si la deriva liberista de las socialdemocracias europeas y su corresponsabilidad promueven las políticas liberticidas y antipopulares del imperialismo europeo, vaciando el sentido de la palabra que queda en el adjetivo burgués y abriendo las puertas al avance de la derecha, capaz de acumular el descontento popular. al desviarlo sobre todo contra los migrantes, ya sería suficiente negar el voto a quienes participan en la competencia electoral imperialista, hablar de "revolución democrática", de "instituciones al servicio de las libertades públicas y los derechos sociales", como lo hicieron en la Declaración de Lisboa el 12 Abril del año pasado el Bloco de Esquerda de Portugal, La France Insoumise de Jean Luc Melenchon, ex exponente del partido socialista, y del español Podemos , al que se unió a Potere al popolo , que luego de no encontrar un acuerdo con la PRC, PCI, la Izquierda italiana y DiEM25 no dará una indicación de voto en Italia, pero sostendrá  en Francia Francia Insoumise y, posteriormente, otras fuerzas de la "izquierda" escandinava burguesa que se presentarán en las elecciones del 26 de mayo en la lista de la "Izquierda Unitaria Europea / Izquierda Verde Nórdica", es puro engaño, que solo sirve para ofrecer una portada de "izquierda" al imperialismo europeo. Dale, consciente o no, una base de masas e impulsa a los antiimperialistas, antifascistas, jóvenes revolucionarios y pacifistas a un pantano. No basta con "romper" los tratados de la UE o hablar de dejar el euro, debemos dejar la UE imperialista y decir dejar de ser la oposición de su majestad.

No en vano, en el Comunicado de coordinación nacional de poder al pueblo del pasado 28 de enero, leemos que "La ruptura de los Tratados europeos no es una cuestión ideológica" y que necesitamos una "revisión radical de los gastos y las servidumbres militares, de nuestra adhesión a la OTAN. y de la posición internacional de Italia ", sin reclamar la salida de Italia de estas alianzas imperialistas.

De el mismo tenor llamamiento común "Para una Europa de trabajadoras y y de los trabajadores” lanzado a principios de año, por 21 partidos y organizaciones revisionistas y trotskistas de la UE, incluidos el PRC y el PCI, este último empero correrá solo, mientras que la PRC, la Otra Europa con Tsipras, la Izquierda italiana, la Convergencia Socialista, Partido del Sud, Transform Italia se presentarán en las elecciones para el Parlamento Europeo con la lista La Sinistra, que se han formado en los últimos días. El PC del archiembaucador oportunista Marco Rizzo también participará en la competencia electoral, gracias a la conexión con el grupo parlamentario europeo griego del KKE revisionista, que le permite no recoger firmas para presentarse. Este falso partido comunista al tiempo que afirma que la UE es una alianza imperialista e irreformable no desdeña de obtener algunas poltronas del parlamento europeo.

El punto focal que los falsos comunistas, neorevisionistas y trotskistas eluden es comprender y hacer comprender que solo el socialismo es capaz de realizar la Europa de los pueblos. La UE, como una alianza imperialista creada para favorecer los intereses de los monopolios y las multinacionales europeas, no puede escapar a la ley económica fundamental del capitalismo, que es la de la búsqueda del máximo beneficio, en el país y en el extranjero. No representa ni puede representar un "modelo social" que es sustancialmente diferente del imperialismo estadounidense o del socialimperialismo chino. Que esta Europa imperialista nunca puede convertirse en una "Europa social", "solidaria", "democrática"; es solo el engaño, humo en los ojos, la pretenida expresada por los falsos comunistas de poder cambiarlo mediante el fortalecimiento electoral de la llamada "izquierda alternativa".

No sólo porque el parlamento européo es un órgano puramente de fachada, sin ningún poder real, no sólo porque la política propuesta no constituye en efecto una alternativa, sino sólo una variante suya a lo máximo liberal de “izquierda”, pero sobre todo porque la UE es irreformable y es tarea del poletariado y de las masas populaes y de todos los auténticos   anticapitalistas combatirla de lo externo y destruirla en el interés de la paz, de la independencia y de la soberqanía nacionales y de la lucha antiimperialista por el socialismo.

¿Cómo es posible, tras 50 años de presencia en el hemiciclo de Estrasburgo, repetir el engaño de la participación en las elecciones europeas? Sí, porque el 11 de marzo de 1969 los diputados y senadores designados por el PCI se sentaron por primera vez en Estrasburgo con las mismas motivaciones propuestas hoy por sus herederos neorevisionistas y trotskistas. Giorgio Amendola, en una entrevista con "L'Unità" el 22 de enero de 1969, enfatizó este "objetivo histórico": "Nos preparamos hoy para estar presentes en el parlamento de Estrasburgo, siendo conscientes de las limitaciones subyacentes de esta institución y de la crisis. Profundamente en lo que concierne a toda la política europeísta. Sin embargo, aquí nos proponemos lograr un conocimiento más directo de los términos de los problemas que surgen en la "Pequeña Europa" y utilizar las posibilidades de nuevos contactos con todas las fuerzas de la izquierda para continuar en Europa la batalla contra los monopolios, el militarismo y revanchismo, por la paz, para superar los bloques. Cooperación económica internacional y profundas reformas sociales y políticas ".

¿Qué ha cambiado en estos 50 años? Sin embargo, el "Grupo Comunista" en Estrasburgo de 1973 a 1989 se convirtió en el cuarto grupo más grande con casi 50 diputados y en esos bancos se sentaron miembros del PCI, la Democracia Proletaria, el Partido de la Refundación Comunista, el Partido Comunista Italiano, el En otra Europa con Tsipras, Marco Rizzo fue miembro del Parlamento Europeo hasta 2009.

La UE también se niega a negar el voto a quienes participan en la competencia electoral imperialista, ya que todos aquellos que realmente la apoyan con la bandera roja en sus manos deben ser rechazados y desenmascarados, ocultar su naturaleza y engañar a las masas. De esta manera, intentan volver a acreditar a la desacreditada Unión Europea imperialista a los ojos de las masas trabajadoras y populares, en lugar de alentarlos a distanciarse más de ella para debilitarla aún más hasta que sea despedida como debería ser. Esta es una señal clara de que ahora han renunciado definitivamente a luchar y destruirlo y aspiran a ser aceptados como una "izquierda" institucional dentro de ella.


La propuesta del PMLI

Los marxistas-leninistas italianos no son nacionalistas sino internacionalistas. Como dijo Lenin, el 28 de diciembre de 1919, " Aspiramos a la alianza estrecha y completa a la fusión de los trabajadores y campesinos de todas las naciones del mundo en una sola república soviética mundial".

Nosotros, los marxistas-leninistas, estamos a favor de cualquier unión económica formada sobre una base socialista y proletaria internacionalista. Detrás de nosotros tenemos la experiencia histórica del Comecon (Consejo de asistencia económica mutua) nacido en 1949 bajo el liderazgo directo de la URSS de Stalin, donde la cooperación económica entre los países miembros que compartían el mismo sistema económico y social, el socialismo, tenía que tener lugar en una situación de completa igualdad y respeto mutuo por la independencia y soberanía de cada país, en un ambiente de colaboración fraterna. Tanto que el comercio entre los países miembros terminó con los retiros anuales, las tasas de crecimiento promedio del producto nacional bruto fueron altas, mientras que los países de bajos ingresos tuvieron las tasas de crecimiento más altas.

Al igual que tenemos detrás de los principios elaborados por Mao para la coexistencia pacífica y rentable entre países con diferentes sistemas sociales, de respeto mutuo por la soberanía e integridad territorial, de no agresión, de no injerencia en los respectivos asuntos internos, de igualdad y de beneficio mutuo, que China, mientras que su querido timonel permaneció con vida, nunca se rindió, disfrutando de los frutos y haciéndolo agradable para los otros países, especialmente en el Tercer Mundo.

El quid de la cuestión hoy es sacar a Italia de la UE. No es suficiente pedir la única salida del euro, como lo hicieron el Movimiento de 5 estrellas y la Liga antes de dirigirse al gobierno para atraer al escéptico electorado a la superpotencia europea. La soberanía monetaria no es suficiente, y solo podría ser contraproducente para las masas, en lugar de eso, es necesario luchar por la soberanía nacional total y la independencia de la UE. Solo esto crearía mejores condiciones para el desarrollo de la lucha de clases contra el capitalismo, para el socialismo y para la conquista del poder político del proletariado. Pero para lograr esto debemos destruir el capitalismo y su estado burgués en todos los países.

Como muestra la práctica, la UE no se puede cambiar, no se puede reformar. Su proyecto de inmutabilidad está bien representado por un estricto gobierno institucional interno, por lo que los Tratados solo pueden modificarse por unanimidad y esta imposibilidad objetiva habla mucho sobre su naturaleza imperialista. La UE debe ser destruida por el bien de los pueblos europeos. Mientras tanto, debe ser deslegitimado y aislado junto con sus instituciones y gobiernos mediante la abstención, con la convicción de que solo el socialismo puede lograr la Europa de los pueblos. Al mismo tiempo, debemos esforzarnos por hacerles la vida más difícil, repeler sus ataques a los pueblos, exigir medidas que beneficien a nuestro pueblo, como la abolición de la deuda pública y el pacto fiscal. esto va en contra de la Directiva presentada por la Comisión de la UE para transponer el infame Tratado de "Estabilidad, Coordinación y Gobernabilidad" al orden legal de la UE. Con sus mecanismos automáticos de "corrección" en caso de desviación de los Estados miembros de los objetivos decididos no por los parlamentos nacionales sino por Bruselas a través de los procedimientos de los tenedores de caudina del pacto de estabilidad. Debemos luchar de inmediato por el aumento de los salarios, llevándolos al nivel más alto alcanzado en los demás países de la UE. Debemos luchar para que la UE abra sus fronteras a los migrantes. Con sus mecanismos automáticos de "corrección" en caso de desviación de los Estados miembros de los objetivos decididos no por los parlamentos nacionales sino por Bruselas a través de los procedimientos de los tenedores de caudina del pacto de estabilidad. Debemos luchar de inmediato por el aumento de los salarios, llevándolos al nivel más alto alcanzado en los demás países de la UE. Debemos luchar para que la UE abra sus fronteras a los migrantes. Con sus mecanismos automáticos de "corrección" en caso de desviación de los Estados miembros de los objetivos decididos no por los parlamentos nacionales sino por Bruselas a través de los procedimientos de los tenedores de caudina del pacto de estabilidad. Debemos luchar de inmediato por el aumento de los salarios, llevándolos al nivel más alto alcanzado en los demás países de la UE. Debemos luchar para que la UE abra sus fronteras a los migrantes.

Solo el socialismo puede crear una Europa de los pueblos, para romper todas las barreras, ya sean físicas o económicas, porque el proletariado llegará al poder, los productos del trabajo pueden ser disfrutados completamente por los trabajadores, los logros sociales y económicos desarrollados. y las políticas, construyeron un nuevo orden social sobre las cenizas del orden capitalista e imperialista.

Luchar por la Europa socialista sigue siendo nuestro deber, haremos nuestra parte al máximo hasta que un día se establezca la República Socialista de Europa. Pero será imposible moverse pacíficamente hacia esta nueva Europa si el socialismo no se logra en los países individuales de la UE, empezando por Italia.

¡PARTICIPA EN LA CAMPAÑA ABSTENCIONISTA ELECTORAL DE PMLI Y ABSTENTE!
¡CONTRA LA UE IMPERIALISTA POR LA EUROPA SOCIALISTA!
¡SOLO EL SOCIALISMO PUEDE REALIZAR LA EUROPA DE LOS PUEBLOS!
¡BOTEMOS EL GOBIERNO NEGRO FASCISTA Y EL RACISTA SALVINI-DI MAIO!
¡CON LOS MAESTROS Y EL PMLI VENCEREMOS!

El Buró Político del PMLI

Florencia, 9 de abril de 2019





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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.