El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 29 de septiembre de 2010

UN BREVE APARTADO DEL INFORME CENTRAL DEL CAMARADA GIOVANNI SCUDERI AL V CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO MARXITA LENINISTA ITALIANO

UN BREVE APARTADO DEL INFORME CENTRAL DEL CAMARADA GIOVANNI SCUDERI AL V CONGRESO NACIONAL DEL PARTIDO MARXITA LENINISTA ITALIANO                                                                                           
5. Crisis financiera y económica internacional
El mercado imperialista acusa desde bastantes años un fuerte malestar. La violenta crisis financiera y económica partida desde Japón y propagándose al Asia en la segunda mitad de los años 90, proseguida con aquella en Rusia, Argentina y de otros países de América Latina, hasta aquella de la mutuales en los Estados Unidos, con repetidos crack de las Bolsas, está abarcando a todo el mundo capitalista, tanto como para hacer hablar abiertamente de recesión. Se trata indudablemente de la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
La historia demuestra que no existen recetas capaces de evitar las crisis cíclicas del capitalismo y del imperialismo; estas se pueden retardar pero no cancelar de una vez por todas. Ellas son el estallido cíclico de las múltiples contradicciones antagónicas del capitalismo y demuestran con la máxima claridad los límites históricos del modo de producción capitalista. Bien ha dicho el camarada Stalin: “Para abolir las crisis, es necesario abolir al capitalismo” (Informe Político a la XVI Asamblea Nacional del Comité Central del Partido Comunista Bolchevique de la URSS. Obras Completas, edición china, vol. 12, pág. 215).
Como en un círculo vicioso el capitalismo genera las crisis y desde ésta extrae nuevas vetas vitales para perpetuar su propio dominio y explotación a lo interno y a lo externo de cada país. Al interno mediante el mecanismo de los precios de monopolio, con la intensificación de la explotación del trabajo asalariado, de la inflación y del torniquete fiscal, dictando a los Estados burgueses que secunden sus deseos; a lo externo mediante el intercambio desigual, que se expresa en una exportación de mercancías industriales de los países imperialistas a

 aquellos pobres a elevados precios de monopolio y en la contemporánea extracción desde ellos de materias primas y géneros alimenticios a bajos precios de monopolio, también la exportación de capitales, dónde el beneficio resulta sólidamente alto, vistos la escasez de capitales en dichos lugares y el precio de la tierra y los salarios decisivamente bajos.
Esto demuestra, a despecho de los apologistas de la “victoria histórica” del capitalismo, que las férreas leyes económicas que gobiernan al capitalismo mismo y al sistema imperialista mundial no pueden ser eludidas y continúan a actuar inexorablemente contra ellos mismos. Son estas leyes las que generan la actual crisis económica y financiera y  hacen difícil y problemática la salida, re-proponiendo contradicciones entre los mismos países imperialistas que hoy se expresan en el terreno económico y comercial, pero mañana pasarán a transformarse fatalmente en conflictos militares  verdaderos y propios por el acaparamiento de los mercados y de las fuentes energéticas y de materias primas.
6. La “globalización”
La actual crisis financiera y económica del capitalismo se coloca al interno del proceso de expansió
n mundial del imperialismo. La “globalización”, o sea el mercado único imperialista, sancionado en 1994 por el Acuerdo de Marrakech en Marrueco sobre el comercio mundial, lejos de portar riquezas y bienestar, ha producido nuevos y pavorosos daños a las condiciones de vida y de trabajo de millones de personas. Ha producido mayor explotación, opresión, guerras, miseria, hambre, desocupación, precariedad, prostitución, emigraciones en masas, devastación del ambiente y envenenamiento, pero también nuevas y más profundas desigualdades económicas y  sociales entre los países ricos y aquellos más pobres, entre las clases explotadoras y las clases explotadas.
La “globalización” imperialista es caracterizada por la apertura sin precedentes d los mercados. El imperialismo mantiene todos sus rasgos característicos y típicos. O sea no es un nuevo sistema de dominio, sino la extensión de aquel viejo. Un dominio económico que se traduce en una fortísima injerencia política. Ello es llamado por los imperialistas “apertura del mercado”, dónde por “países abiertos” se entiende aquellos que son disponibles a dejarse usar como territorio de caza, mientras que aquellos que persiguen la independencia económica y política, apuntando a un desarrollo autónomo, son definidos “cerrados” y los imperialistas hacen de todo, comprendidas las guerras de agresión, para abrirlos a su dominio, que llaman por el contrario “desarrollo, progreso y civilización”.
En ésta coyuntura aún la dinámica ya presente en el sistema imperialista adquieren una velocidad y una eficiencia antes desconocidas. Tanto que hoy la circulación del capitales a escala mundial, gracias a los nuevos medios informáticos y telemáticos, ha devenido vertiginosa y se actual en tiempo real. Ello condiciona a gobierno y economías de  enteros países, y se puede afirmar la ruina o la riqueza de individuos y de Estados. Los grandes financistas y las multinacionales tienen de ahí en mano un enorme poder que usan únicamente para enriquecerse cada vez más, para hacer negocios lucrativos y para devenir aún más potentes.
 Así la concentración del  capital toma la forma d fusiones y de adquisiciones de empresas, se desborda el proceso de privatización, se acentúa la financiarización de la economía mundial, con el gran capital empeñado en  invadir cada esfera pública. En fin la deslocalización, que gracia a la “globalización”, ha hecho enormemente más fácil la posibilidad de colocar continuamente partes de producción desde un país a otro, beneficiándose de las mejores condiciones.  Esto se traduce entre otro en una extorsión permanente en confrontación con la clase obrera y los trabajadores de los países imperialistas. Todo esto a causa del resmezclaramiento de los mercados, de las esferas de influencia y de las alianzas internacionales, un proceso favorecido por la disgregación y de la ignominiosa capitulación de los países un tiempo socialistas, que después de la traición de los revisionistas se han pasado con  armas y bagaje al campo capitalista e imperialista.
En particular después de la desintegración del socialimperialismo soviético y de su imperio, de su mercado, de sus colonias y de sus zonas de influencia, todo para el imperialismo es fácil y más simple.
Por doquiera en el mundo son canceladas  las conquistas sociales y económicas que la clase obrera y los trabajadores habían realizado a través de las innumerables luchas desenvueltas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este estado de cosas genera descontento y odio hacia el capitalismo y el imperialismo. Los gobernantes y políticos, sean de derecha o de la “izquierda” burguesa, desempolvan  de continuo recetas para salvar la globalización y se disputan el gobierno de la misma. Pero esta contradicción, que es antigua tanto como el capitalismo y el imperialismo, está inevitablemente destinada a desarrollarse y a estallas, como de hecho sucede hoy día en muchas partes del globo, en revueltas de masas, en luchas de liberación nacional y en revoluciones. Aún otra vez la historia demuestra que no existe posibilidad de “gobernar” al imperialismo pacíficamente y con el consenso de las masas.
No se puede combatir la “globalización” sin poner en discusión al imperialismo que la ha generado, la alimenta, la gobierna y la defiende a través de sus instituciones estatales, políticas, económicas,  financieras y militares. En este cuadro hay que destruir todas aquellas instituciones económicas y financieras  que tienen un peso relevantísimo en los negocios del imperialismo y en el mercado mundial, desangrando pueblos y países, y que condicionan enormemente las políticas de los Estados nacionales. A partir del Fondo Monetario Internacional (Fmi), Banca Mundial (Bm), Organización Mundial del Comercio (Omc), Banca Central Europea (Bce), Banca Europea de Inversiones (Bei), Banca Europea para la Reconstrucción de los Países del Este (Bers)….
Firenze 6-7-8 dicembre 2008”.
(Traducción bajo responsabilidad de Quibian Gaytan
28 de septiembre de 2010)
 

1 comentario:

  1. Pablo
    ¡Bravo! En palabras sencillas, pero claras y contundentes! Ese canalla fascista de Martinelli necesita, por acá, de un Scuderi.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.