El Gran Sol Rojo del Amanecer

sábado, 2 de octubre de 2010

Desechar las ilusiones constitucionalistas y electoreras, persistir en la lucha política de masas


Hoy, más que nunca, es vital recuperar la memoria histórica   sobre el compromiso que se ha adquirido con la revolución. Nuestra enemiga de principios con el sistema económico y político imperante. Lo que algunos tratan, erróneamente, de echar en saco roto.
En los corrientes días el líder indiscutible del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS) Genaro López, en su anuncio convocante a elecciones de dicho Organismo, ha brindado una entrevista a la prensa nacional de asupmción de posición ante las programadas elecciones nacionales del 2014. Ella reviste una gran importancia política para la clase obrera consciente del país, dado que no sólo anuncia su pre-candidatura al solio presidencial de la República sino que esboza toda una concepción y una línea política. De la cual, de seguido, presentaremos algunos puntos remarcables y nuestra posición ante ellos.
En respuesta, a las preguntas del periodista de cómo cambiará el actual orden social, el cro. López dice: “La única forma de cambiar el modelo de sociedad es tomando el control del Estado”. Agregando de seguido, “El Suntracs  tiene su fórmula: ¡A través de una Constituyente Originaria!”. En el 2007 los líderes obreros, él habla indiscutiblemente de aquellos de CONUSI,  decidieron que para ser una verdadera alternativa del poder político vigente crearían comités de luchas y cabildos comunales abiertos y a través de Consejos Populares convocarían al pueblo a Cabildos o Asambleas y luego tejerían una gran red de fuerzas sociales a nivel nacional ‘por medio de una representativa, poderosa y combativa asamblea de consejos populares’. Aquí, ante el planteamiento incisivo del periodista de que ahora que pueden llegar al poder a través del sistema político establecido, le responde cautelosamente, ‘lo que sí hemos planteado es construir un instrumento político, con miras a darle una opción a la población en el 2014’. De que hay “que pensar en administrar el Estado para resolver los problemas... hay que dar el salto... plantearse la construcción de un instrumento político para administrar el Estado’, indicó López. A renglón seguido, en lo referente a la postulación de la pre-candidatura, el remarca: “Cualquier candidatura debe ser fruto del diálogo y la consulta con otros sectores”.
De tales declaraciones surgen acá en nosotros, comunistas (marxista-Leninistas) algunas interrogantes. Por ejemplo, ¿De qué “modelo” de sociedad habla? ¿De la sociedad “neoliberal” de tan del gusto de alguna tendencia reclamada de izquierda, o para otros de aquella “capitalista” o de esa realmente existente como semifeudal, neocolonial y de capitalismo burocrático-compradora? Pero, ¿cambiarla a qué tipo de sociedad reemplazante, una democrática de tipo nuevo (con todo lo confuso que el término encierra) o a una sociedad socialista? Y, más en particular, ¿un individuo o una agrupación de sindicatos o una Organización política, por revolucionarios que se proclamen, por sí solos pueden cambiar una sociedad o es necesaria una alianza de partidos y de clases diversas? No señor Genaro, la cuestión no es tan sencilla como la piensa.
Nos puede explicar usted, señor López, o alguno de sus asesores políticos, ¿Qué  significa “tomar el control del Estado”? ¿Basta ganar la presidencia para tener dicho “control” (¿es que la experiencia de Allende no nos ha enseñado nada?) Que Estado y gobierno no son lo mismo. Puedes tomar una parcela del gobierno (el Poder Ejecutivo), pero no controlarás el Estado dado que la esencia real del mismo es la fuerza pública armada. Y sin derrotarla militarmente no habrá poder popular alguno, menos para convocar la constituyente.
  Por principio los comunistas no nos oponemos, en dadas condiciones políticas, a la utilización de los procesos eleccionarios, ello nos permitiría  organizar y educar a las masas trabajadoras para  conducirlas con medios revolucionarios al asalto del poder del Estado burgués-terrateniente, para demolerlo y no para “administrarlo”. No se ha dado cuenta Usted, cro.. López, que “administrar el Estado” significa el derrocar a las viejas clases reaccionarias explotadoras y destruir su reaccionario Estado, suplantándolo con nuestro propio Estado de dictadura democrático popular.
En modo alguno cro., López  puede olvidar que en Panamá no tenemos una forma “democrática” parlamentaria de gobierno. Sino que, por el contrario, un sistema de gobierno presidencialista, corporatista y neofascista, instrumento de explotación y opresión de nuestro pueblo por parte de las grandes corporaciones monopólicas de la gran burguesía semifeudal y transnacionales imperialistas.
Que pretender  ser los nuevos administradores de la Presidencia (porque del órgano ejecutivo se trata y no del Estado), subsistente ese viejo sistema de poder económico y político, se traduce  en hacerlo en nombre del pueblo trabajador, tácticamente, y en aras de las viejas clases dominantes estratégicamente, por cuanto sería sancionar una alianza anti-natura entre los explotados y los explotadores, entre obreros y patronos. Eso, señor López, es dar muestras de política obrera liberal y conciliacionista.
Piensa Usted que la táctica electoral es un espacio “opcional”, una forma de lucha “alternativa” política valida. De ahí se desprende que luchar contra las elecciones no es necesariamente revolucionario y que participar en ellas no es contrario al camino revolucionario. ¡Asombroso! En realidad, propala ilusiones electorales, ilusiones constitucionales, en el seno de los sectores obreros bajo su influencia. Induciéndoles al pantano electoralista y al legalismo burgués. Y eso es, precisamente, la trampa que tienden a las masas, cada vez más distanciadas del orden institucional y constitucional, las clases gobernantes, los partidos burgueses y el Tribunal Electoral.
  Aunque con cierta claridad deja entrever, Usted, que el CD y  el PRD son la misma cosa. Por lo que, contrario al monopolio del poder ejercido por  estos dos partidos de la burguesía burocrática, su lógica es que la cosa pública debería marchar hacia una gran convergencia de todas las fuerzas de izquierda y de los más amplios sectores democráticos, la realización de una asamblea constituyente “originaria”, la renacionalización de las empresas capitalistas estatales, todo ello en nombre de una novísima “táctica”, no valora en su justa medida el hecho del restablecimiento de la militarización de la Fuerza Pública y su subordinación a los planes guerreristas y fascistas del  Pentágono; olvidándose  también -si es que alguna vez han estado en su Línea Política- de las leyes de la lucha de clases en nuestro país.
En países capitalistas avanzados, con modernas relaciones políticas entre las clases sociales y con reales Repúblicas democráticas (burguesas), si bien el parlamentarismo es la forma de Estado más corriente,  que no es el caso de Panamá donde la dictadura de las clases burocrático-compradoras, semifeudales y sometidas colonialmente al imperialismo, asume las formas más burocráticas, oligarca-policiales y el parlamento es una ficción grotesca y caricaturesca,  más brutales y antidemocráticas. En esas condiciones resulta un mal sueño el pretender encontrar elementos progresistas en Ricardo Martinelli y su régimen político; presionables a través de esa mascarada que es la corrupta y mafiosa Asamblea de Diputados de Panamá.
Esto es, blanquea Usted al régimen fascista, presentándole como factor democratizador en la vida política del país, y siembra ilusiones constitucionalistas en la mente de las masas, valiéndose de cuestionables argumentos. Con ellos, demostrar que existe la posibilidad “real” de que el pueblo obtendrá el poder y todos los cambios sociales que necesita con urgencia por medio del voto, de modo pacífico, sin grandes sacrificios, sin recurrir a la violencia y mucho menos ¡a la violencia revolucionaria!
Sostener en esta entrada del siglo XXI la táctica electoral, cuando la superpotencia yanqui atenazada por la más grave y profunda crisis económica de su historia ha escogido empujar la política colonialista a través de la guerra contrarrevolucionaria preventiva a nivel planetario,  es  un anacronismo. Manifestación de que  sectores revolucionarios, atemorizados por tal agravación de las contradicciones internacionales que nacionales, se están deslizando hacia la derecha. Con estos sectores, hace algunos meses, hemos intentado ponerles en alerta contra eso, pero como única respuesta hemos tenido un torrente de injurias y calumnias. No obstante,  de nuestra parte persistiremos convocándoles al debate para que reconsideren todo esto.
Distinto es nuestro   trato, sea dicho entre paréntesis, en referencia con el  revisionismo de la dirigente camarilla partidopueblista de Souza y el oportunismo del ala  de derecha del trotskysmo, dada  su ubicación en el campo contrarrevolucionario, ya que su  táctica electoral es de valor estratégico marcado en la búsqueda de  acumulación de fuerzas en el marco de la defensa del  sistema de poder oligárquico-fascista. 
Nosotros hacemos un llamado a recuperar los objetivos y las formas de lucha política tradicionales propias de nuestro pueblo trabajador,  llamamos a los elementos honestos y democráticos del pueblo a unirse a los sectores revolucionarios a unirse para arrancar espacio al fascismo y a la oligarquía, a retomar la lucha contra las causas profundas que provocan la miseria física y la miseria social de los trabajadores, es decir, a retomar la lucha contra la semifeudalidad, la neocolonidad y el capitalismo burocrático; los llamamos a retomar la lucha anti-imperialista consecuente contra los yanquis principalmente pero, también, contra las otras potencias imperialistas (UE, Japón, Rusia y China); los llamamos a levantar la bandera de Revolución de Nueva Democracia; a esforzarse en la ampliación, exacerbación, impulsión y profundización de la lucha revolucionaria de masas, llevándolas hasta el alzamiento popular armado.
¿Acaso, no es todo esto lo que ha estado en el fondo de las, sin precedentes en la historia social del país, luchas   de resistencia de las masas obreras, sindicales y campesinas, estudiantiles, de los pueblos originarios, capas medias urbanas y ambientalistas   a la reaccionaria ofensiva general y concéntrica del fascismo criollo, el capital burocrático-financiero y transnacional, preferentemente aquel estadounidense?
¡Desechemos las ilusiones electoreras y unámonos en la lucha por terminar de una vez por todas con este reaccionario Estado burgués-terrateniente, oligárquico, corporatista y neofascista!


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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.