Publicado por José Luis Forneo
21 de noviembre de 2010
Este fin de semana se ha celebrado la cumbre de la OTAN, organización terrorista real (no como Al Qaeda) que posiblemente tiene en su curriculum el mayor número de crímenes de la historia.
Ya desde su creación hizo todo lo posible y por todos los medios para que el comunismo y los pueblos no pudieran decidir su propio destino, para mantener en equilibrio el status quo y la dominación capitalista. Tras la caída de la URSS la OTAN se ha ido orientando cada vez más hacia la intervención fuera de los territorios de sus países socios, y a ser la mano ejecutora de los planes de saqueo económico de EEUU y su bloque de aliados.
Si los crímenes de la OTAN son incontables, algunos son especialmente inolvidables, como la masacre llevada a cabo en los Balcanes para conseguir la desintegración de la Federación Yugoslava (que cometió el pecado de decidir continuar siendo un país socialista tras la caída como piezas de dominó del comunismo en el este de Europa). El castigo contra los ciudadanos yugoslavos fue brutal, y los dirigentes de la OTAN pasaron desde entonces a formar parte de la lista de criminales de guerra más sangrientos, a pesar de que el control absoluto de los tribunales internacionales por parte de los mismos que controlan la OTAN hace todavía imposible que estos sean juzgados.
Ahora la OTAN celebra su cumbre en la vecina ciudad de Lisboa, disimulando como habitualmente su verdadero carácter intervencionista, agresivo, imperialista, como si en realidad fuera una organización que defiende la paz (el intento de confundir paz y guerra por parte de los medios de propaganda llega hasta el hecho de dar el premio nobel de la paz al actual presidente de la guerra, el blanco de color negro Hussein Obama).
Pero cada vez mas gente sabe que es verdaderamente esta mafiosa y sangrienta organización, cuyo principal objetivo sigue siendo, como desde el principio, asegurar sin reparar en medios la dominación global del sistema económico capitalista, y, desde los años 90, facilitar la apertura de mercados a las multinacionales occidentales invadiendo países soberanos y destrozando su economía nacional (aunque a esta verdadera dictadura que impone decisiones ajenas sobre soberanía de los pueblos por medios terroristas la sigan justificando en los medios de propaganda como intentos de extender la supuesta "democracia" a los pobres pueblos "atrasados" del mundo).
En Lisboa los líderes de los socios del verdadero imperio del crimen deciden cuando dejaran de asesinar, bombardear, torturar y saquear a la población afgana. Y lo hacen, por supuesto, con toda la sangre fría de los criminales, sin denotar ni por un momento el verdadero carácter de la reunión, simulando que hablan de paz, y disfrazados de organización humanitaria (mientras cada segundo que pasa aumentan su lista de víctimas y sus cuentas pendientes con la justicia internacional -cuando la haya).
Ya desde su creación hizo todo lo posible y por todos los medios para que el comunismo y los pueblos no pudieran decidir su propio destino, para mantener en equilibrio el status quo y la dominación capitalista. Tras la caída de la URSS la OTAN se ha ido orientando cada vez más hacia la intervención fuera de los territorios de sus países socios, y a ser la mano ejecutora de los planes de saqueo económico de EEUU y su bloque de aliados.
Si los crímenes de la OTAN son incontables, algunos son especialmente inolvidables, como la masacre llevada a cabo en los Balcanes para conseguir la desintegración de la Federación Yugoslava (que cometió el pecado de decidir continuar siendo un país socialista tras la caída como piezas de dominó del comunismo en el este de Europa). El castigo contra los ciudadanos yugoslavos fue brutal, y los dirigentes de la OTAN pasaron desde entonces a formar parte de la lista de criminales de guerra más sangrientos, a pesar de que el control absoluto de los tribunales internacionales por parte de los mismos que controlan la OTAN hace todavía imposible que estos sean juzgados.
Ahora la OTAN celebra su cumbre en la vecina ciudad de Lisboa, disimulando como habitualmente su verdadero carácter intervencionista, agresivo, imperialista, como si en realidad fuera una organización que defiende la paz (el intento de confundir paz y guerra por parte de los medios de propaganda llega hasta el hecho de dar el premio nobel de la paz al actual presidente de la guerra, el blanco de color negro Hussein Obama).
Pero cada vez mas gente sabe que es verdaderamente esta mafiosa y sangrienta organización, cuyo principal objetivo sigue siendo, como desde el principio, asegurar sin reparar en medios la dominación global del sistema económico capitalista, y, desde los años 90, facilitar la apertura de mercados a las multinacionales occidentales invadiendo países soberanos y destrozando su economía nacional (aunque a esta verdadera dictadura que impone decisiones ajenas sobre soberanía de los pueblos por medios terroristas la sigan justificando en los medios de propaganda como intentos de extender la supuesta "democracia" a los pobres pueblos "atrasados" del mundo).
En Lisboa los líderes de los socios del verdadero imperio del crimen deciden cuando dejaran de asesinar, bombardear, torturar y saquear a la población afgana. Y lo hacen, por supuesto, con toda la sangre fría de los criminales, sin denotar ni por un momento el verdadero carácter de la reunión, simulando que hablan de paz, y disfrazados de organización humanitaria (mientras cada segundo que pasa aumentan su lista de víctimas y sus cuentas pendientes con la justicia internacional -cuando la haya).
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