El Gran Sol Rojo del Amanecer

jueves, 10 de noviembre de 2011

PC (M) de Afganistán: Descripción general del movimiento revolucionario marxista en Afganistán. Organización para la Liberación Afganistana

11/09/2011

"No te des por vencido, seguimos adelante"

Años de la democracia monárquica "

primera organización marxista verdaderamente revolucionario en Afganistán se produjo en 1966 y se llamó la Organización de la Juventud Progresista (PMO). Poco antes de que un grupo de intelectuales con las conexiones sospechosas entre la elite gobernante fundó el Partido revisionistas pro-soviéticos Democrático Popular de Afganistán (PDPA). (El príncipe Daud, primo del rey Zahir Shah y el primer ministro de Afganistán de 1953 a 1963, fue apodado el "príncipe rojo" debido a sus estrechos vínculos con el liderazgo post-Stalin Soviética, Babrak Karmal, uno de los fundadores de la LOPD y el líder de la Parcham " "en las filas de la LOPD, era conocido por todos como el informante y cómplice de las ambiciones políticas Dawud Dawood).

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2 comentarios:

  1. La historia es mucho más complicada de lo que la cuentas, o de lo que lo cuenta tu fuente rusa (me parece que es rusa, no).

    Ciertamente, el Afganistán pre-revolucionario se apoyaba crecientemente en la URSS... En realidad, Afganistán jugo a la neutralidad "pasiva", en el plano internacional, tratando de sacar partido en la rivalidad entre las grandes potencias, y buscando con sus acercamientos a los países del "1er Mundo" su propio avance... Ese papel "modernizador" lo jugó la monarquía... Pero en un mundo como el posterior a la II Guerra Mundial, ese juego a varias bandas le resultaría enormemente arriesgado... Particularmente, porque Afganistán se acabó conviertiendo en una pieza más en el tablero de la rivalidad entre URSS y EE.UU. por extender su influencia en el mundo.
    No sólo había simpatías soviéticas en la Casa Real, correspondientemente había un ala derechista en el partido comunista (el PDPA) que jugaba resueltamente la baza del parlamentarismo y de la evolución pacífica de los acontecimientos.
    Todo esto inquietaba a EE.UU., y al sector ultra-conservador de la sociedad afgana le inquietaba, además, la influencia que estaba adquiriendo el marxismo y el laicismo en la sociedad, particularmente la juventud intelectual que pasaba a ser influencia por la URSS.
    En aquel polvorín, terminó haciéndose fuerte el ala dura o izquierdista del PDPA que, en connivencia con oficiales militares dió un Golpe de Estado o, si se prefiere, decidió pasar a los hechos y dejarse de palabras... ¿Revolución? Yo pienso que sí, aunque habrá intelectuales "maoístas" que simplemente lo llamen Golpe de Estado... ¿Jugó algún papel la URSS en aquellos acontecimientos?
    Desde luego que no pasó mucho tiempo al margen e, iniciada la revolución democrático-popular, era cuestión de tiempo que EE.UU. y los musulmanes ultra-conservadores organizarán la rebelión militar...
    Correspondientemente, el nuevo Gobierno afgano terminó por pedir el apoyo militar de Rusia, en el marco de tratados bilaterales.
    Como ves todo es más complicado, o más fácil de entender, desde otras ópticas.
    No me invento nada... Esta historia la cuenta la propia Estados Unidos en sus archivos desclasificados. El National Security Archive (http://www.gwu.edu/~nsarchiv/) desclasifica archivos en base al Acta de Libertad de Información (FOIA).
    En cuanto al partido "maoísta" que aquí haces referencia, tiene el dudoso honor de haber participado en la Guerra Civil que se instaló en Afganistán del lado equivocado, haciéndo la "revolución" por su cuenta... Muy bonito, qué inteligente. Claro que eran otros tiempos, tiempos en que URSS y China vivían una rivalidad enfermiza... Como cuando China apoyaba al Jemer Rojo retirado de Phnom-Penh y URSS al nuevo régimen de la Kampuchea Democrática instalado en la capital, por ejemplo, o como cuando China intentaba invadir Vietnam y URSS apoya la defensa de su soberanía de los vietnamitas, por ejemplo.
    Es que la historia se puede contar en función de quién la cuente, camarada, y ni Kampuchea Democrática, ni Vietnam, ni el PDPA eran enemigos de clase.
    El ultraizquierdismo, me parece a mí, que tiene las patas muy cortas, como la mentira, y que se refugía en un análisis idealista encubierto de la realidad.

    ¡Ah, camarada, veo que tienes un enlace al PC(AP), grandes muchachos, aprenderás mucho de ellos, lo digo sin ninguna ironía!

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  2. Ciertamente, como dejas por sentado, la historia “es más complicada a como” se cuenta o escribe. La historia escrita jamás será el reflejo exacto del movimiento histórico concreto. Entra en ello las herramientas investigativas, sobre todo la parcialidad de clase de la Orientación general que predetermina el análisis investigativo. Dónde Usted ve “complicación”, yo veo intereses de clases de camarillas palaciegas revisionistas en conflicto. Dictaminados por la lucha entre dos potencias imperialistas por el posesionamiento colonial de esa área geoestratégica que ha sido y es Afganistán.
    USA ha pugnado para consolidar su presencia allí y terminar de cercar militarmente a la URSS revisionista e imperialista y China Popular, la camarilla dirigente del Kremlin se ha propuesto materializar los viejos sueños zaristas de “poner abrevar los caballos cosacos en las costas cálidas” de Afganistán. En tal situación internacional, de unidad y lucha entre las Superpotencias imperialistas, las clases dominantes en Afganistán se especializaron en el juego al péndulo. No hay en esa política antipatriótica y oportunista nada de “neutralidad ‘pasiva’”, sino accionar de fuerzas contrarrevolucionarias, gobernantes o co-gobernantes, enfrentadas entre sí para mejor servir a sus amos, tal o cual Superpotencia imperialista.
    Te deleitas alrededor de eso que llamas “prerrevolucionario”, “¿Revolución? Creo que si” y “revolución democrático-popular”. Retuerces la historia concreta de Afganistán en ese período (¿En aras de echarle aguas a las tesis de Hoxha?). Lo que allí hubo fue una serie de intrigas y golpes palaciegos sin participación alguna de las masas populares. Y en el transcurso entre unos y otros, se aprovechó la ocasión para perseguir, encarcelar y fusilar comunistas (“maoístas”, tus venenosas comillas no me ofenden). En resumen, los revisionistas afganos perdida toda medida “pidieron” la intervención y ocupación militar rusa en su país, tamaña traición nacional, pese a que intentasen lavarle la cara con algunas reformas burocráticas desde el viejo Estado semifeudal y colonial, terminaron exacerbando las contradicciones internas y el nacionalismo afganos. De allí, una feroz guerra civil en la que se combinó la guerra contra el invasor socialimperialista con la intervención del imperialismo estadounidense en la misma. En esas condiciones la participación de un pequeño partido comunista, relativamente aislado de las masas y con sus filas raleadas por la continuada represión y los asesinatos, poco podía hacer para impedir el desbordamiento armado de los reaccionarios proyanquistas. Reconocimiento y honor merecen estos maoístas afganos. Finalmente, los socialimperialistas hubieron de retirarse derrotados militarmente y el verse sumergidos en una crisis catastrófica.
    El que los camaradas maoístas rusos hayan hecho este balance crítico debe ser considerado como una correcta autocrítica revolucionaria del pueblo ruso por las barbaridades cometidas por los socialimperialistas en Afganistán, Angola, Etiopía, Somalia, Viet Nam, Checoslovaquia, Cuba y en otras muchas partes del mundo.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.