El Gran Sol Rojo del Amanecer

sábado, 22 de enero de 2011

A ver si usted recuerda como comenzó todo en Albania

LA REVOLUCION ALBANESA
ALBANIA es un pequeño país ubicado en los Balcanes europeos, perteneciendo geográficamente a Europa, pero, en los hechos formando parte del amplio mundo de la explotación y la pobreza que rodea el centro capitalista.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Albania pasó por una serie de ocupaciones ya sea por parte de los invasores turcos o los grandes señores servios. Finalmente, antes de su independencia sufrió la dominación italiana.

La segunda guerra fue un factor decisivo para el surgimiento de la Nueva Albania, gracias a la lucha abnegada y valerosa de su pueblo combatiente.  En efecto,  Mussolini quería restaurar el viejo Imperio Romano y creyéndose un nuevo Cesar comenzó su aventura expansionista apoderándose de la pequeña Albania gobernada por entonces por un Rey despreciable y anti-nacional: el Rey Zog.

Sin embargo, esta tragedia del pueblo albanés se convirtió en una verdadera prueba de fuego.   La rebeldía proverbial de su gente se fue manifestando poco a poco en la lucha de resistencia que finalmente alcanzó el triunfo definitivo.

Pero veamos justamente, el curso de ese proceso:

«La ocupación de Albania por Italia, marca para el pueblo  albanés el comienzo de un duro período de servidumbre  fascista.   Los invasores italianos dejaron intacto el sistema feudal y burgués.   Por otra parte, comenzaron a  aplicar inmediatamente un extenso plan de medidas  políticas, económicas y administrativas, que tenían por   objeto legalizar y consolidar el régimen de ocupación,   italianizar el país, robar sus riquezas y transformarlo en una base para intensificar la agresión en los Balcanes   y hacia Oriente.....» (42)     

En junio de 1940, cuando los verdaderos comunistas de los grupos de Albania luchaban contra el fascismo y contra los trotskistas para unir el movimiento comunista, Italia entró en guerra al lado de la Alemania hitleriana. El 28 de  octubre de 1940, las tropas italianas atacaron a Grecia  desde el territorio albanés. La guerra italo-griega  trajo nuevos sufrimientos y destrucciones al pueblo  albanés.                

«Los acontecimientos de la primavera de 1941 cambiaron totalmente la situación en los Balcanes. La Alemania Hitlerista, luego de haber invadido a Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica y Francia, penetró con sus tropas en Finlandia, Rumania y Bulgaria y en abril de 1941 atacó a   Yugoslavia y Grecia.  En pocos días las fuerzas alemanas  ocuparon estos países, permitiendo que las fuerzas   italianas recuperaran Albania del sur y entraran en Grecia...». (43)

La guerra italo-griega causó grandes pérdidas materiales a Albania pues constituyó el principal teatro de dicha confrontación.

Italia, no obstante su supremacía bélica no logró ventajas con­siderables en la guerra y fue la intervención directa de Alema­nia tanto en Albania como en Grecia lo que salvó o mejor estabilizó la situación momentáneamente para los invasores.

En la primavera de 1941, comenzó verdaderamente la resistencia guerrillera del pueblo albanés  cuando el destacamento de Myslim Peza comenzó a realizar acciones armadas contra los invaso­res fascistas.   Estas primeras acciones que contaron desde su inicio con la participación de los comunistas, coincidieron con la gran agresión nazi contra la Unión Soviética. 

Enver Hoxha, decía:

«  Nuestra lucha no comenzó después de que la Unión Soviética entró en guerra, sino en cuanto ella entraba, nuestro pue­blo no sintió  que la sangre se vertía en vano...» (44)

Los diversos grupos comunistas que actuaban ya en distintas zo­nas de Albania intentaron y lograron una unidad casi inmediata que fue consolidada en agosto de 1941 oportunidad en la que se disolvieron dichos grupos y se fundó el Partido Comunista de Albania.  En realidad no fue sino en noviembre de dicho año que se celebraría la reunión clandestina que fundó el Partido y en­tre los principales dirigentes se encontraban Enver Hoxha, Qemal Stafa, Vasil Shanto, Pilo Peristeri  y otros.

La primera resolución de aquella histórica reunión de fundación del Partido, decía:

« Combatir por la independencia nacional del pueblo albanés y por un gobierno popular democrático en una Albania libre del fascismo...» (45)     

En efecto, la contradicción principal que existía en Albania y que reclamaba una solución inmediata era la expulsión de los invasores fascistas que ponían en riesgo la existencia misma de la nación albanesa.  El desarrollo de la lucha armada permitió la consecución de las primeras zonas liberadas del yugo fascis­ta en las que se inició la construcción del nuevo ordenamiento social.

En septiembre de 1942, se funda el Frente de Liberación Nacio­nal en la Conferencia de Peza reuniéndose a todas las fuerzas que luchaban efectivamente contra el invasor y excluyéndose a las restantes que no tenían una posición clara.  Este fue el caso del grupo «Balli Kombetar» que adhirió demagógicamente a la Conferencia de Peza, pero en los hechos continuo saboteando la guerra de resistencia sembrando la confusión en el campo popu­lar.

La lucha antífascista del pueblo albanés se realizaba en condi­ciones sumamente complejas. Como en la Unión Soviética, se manifestaban constantemente tendencias divisionistas alentadas sobre todo por los trotskistas agrupados en la organización denominada «Zjarri» que fue excluida del Partido.  Al mismo tiempo se desmanteló también al «Balli Kombetar» que desarrollaba similar actividad.

Por otro lado, las grandes victorias soviéticas, sobre todo la grandiosa victoria de Stalingrado infundió nuevas y vigorosas fuerzas al pueblo albanés que consideró como suyas las imponen­tes victorias del ejército soviético en el Volga.

La Primera Conferencia Nacional del Partido había determinado la organización del Ejército de Liberación Nacional en base a las distintas unidades de guerrilleros que combatían en todo el país y además la preparación de la insurrección nacional que debería echar para siempre a los invasores de Albania.  En junio de 1943 se decidió finalmente la creación del Estado Mayor General del Ejército de Liberación Nacional (ELNA), siendo elegido Enver Ho­xha comisario político del Estado Mayor.  Por entonces el ejército contaba aproximadamente con diez mil hombres organizados en unidades guerrilleras, además fuera de esos efectivos se contaba con destacamentos voluntarios provenientes de las aldeas libera­das.

En septiembre de 1943, Italia fascista firmó su capitulación ante las fuerzas aliadas que habían invadido la península por el sur. El Ejército italiano de ocupación se dividió en dos fracciones ante la emergencia. Una parte se entregó a los alemanes deponiendo sus armas y pertrechos, pero otra parte capituló ante el Ejército de Liberación, aceptando algunos de sus miembros unirse a la lucha antinazi, así se organizo el batallón "Antonio Gramsci”  que fue incorporado al Ejército de Liberación de Alba­nia.

Los alemanes habían quedado solos como invasores de Albania e inmediatamente procuraron tomar las posiciones que habían quedado abandonadas por los italianos. Grandes batallas y duros combates se libraron entre los nuevos invasores y las fuerzas de la resistencia. 70 000 mil hombres sumaban las fuerzas alemanas que pre­tendían ocupar todo el país. La guerra de liberación había ini­ciado el período final.

En mayo de 1943 llegó a Albania una misión del mando anglo-americano sin haber sido invitada al país e inmediatamente se puso en contacto con las organizaciones contrarrevolucionarias del «Balli Kombetar» y el «Legaliteti».  Es importante anotar que ni siquiera cuando estas dos organizaciones se pasaron al lado de los alemanes para combatir al Frente de Liberación Nacional, les fue cortada la ayuda anglo-americana. Ahora, con mayor razón, a medida que se acercaba la liberación, los imperialistas necesitaban tener en Albania fuerzas que se opusieran al poder popular que ya se creaba por la acción heroica de los revolucionarios.

Se comenzó a manejar la idea peregrina de la restauración del régimen de Zog, el viejo rey albanés y en particular era Churchill el estratega de esta maniobra contra la lucha liberadora del pueblo albanés. Los reaccionarios, bien respaldados por los ingle­ses y norteamericanos, habían resucitado al "Balli" y conseguían en alguna medida confundir la lucha popular y desviarla hacia la restauración del viejo orden anterior a la invasión fascista de Albania. En algunas regiones como en Berat y Gjirokastra, las fuerzas revolucionarias no pudieron impedir que, después de la capitulación de los italianos, el poder de la región cayera en poder del "Balli" respaldado por los americanos.

En el invierno de 1943-44, los ocupantes alemanes se lanzaron a la última campaña de gran envergadura con el propósito de des­truir definitivamente al Ejército de Liberación Nacional. Un to­tal de 45 000 hombres participaron en la operación que se divi­dió en dos fases, una dirigida al norte y centro de Albania con el objeto de aniquilar a las fuerzas principales del ELNA y otra dirigida al sur para impedir que esas fuerzas apoyaran y colaboraran a las del norte.   Nuevamente se dieron grandes combates y rudos enfrentamientos. Las bajas del ELNA fueron crecidas y por un momento la propia dirección del Ejército con Hoxha al frente cayó cercada en la zona de Cermenika.  Finalmente, las fuerzas populares lograron romper los cercos fracasando ruidosamente la ofensiva alemana.  Sin embargo, las pérdidas habían sido muy elevadas. El terror nazi-fascista había golpeado duramente a la po­blación civil, aldeas íntegras habían sido reducidas a cenizas, miles de hombres, mujeres, ancianos  niños fueron fusilados, quemados vivos o enviados a los campos de concentración. Todas las ciudades ocupadas habían sido convertidas en verdaderos cam­pos de concentración.  El 4 de febrero de 1944 se dio la gran masacre de Tirana anunciada así por la prensa alemana:

«  La sangre debe correr a mares por las calles de Tirana, si  queremos establecer la tranquilidad. Un día de terror asegura diez años de calma...»  (46)

Es evidente que el momento más difícil del proceso revoluciona­rio y de liberación nacional se dio precisamente
en el invierno de 1943-44. Solamente el heroísmo, el valor y la entrega sin lí­mites del pueblo albanés en todas sus capas y sectores, hizo po­sible la derrota de la gran agresión alemana.

La Historia del Partido, dice:

«En esas horas difíciles, en esas situaciones complejas, el  que el movimiento estuviera dirigido constantemente por el   Comité Central del Partido y por el camarada Enver Hoxha en  persona, fue de una inmensa importancia.  Los vínculos de estos con los comités regionales y con los órganos políticos   del Ejército de Liberación Nacional eran permanentes....». (47)

Fracasada la brutal intentona alemana de despedazar Albania, la resistencia nacional cobro nuevo impulso. El ELNA pasó a la con­traofensiva en todos los frentes y se volvieron a liberar anti­guas, zonas que habían caído, de nuevo, en poder del enemigo. Comenzó a sentirse que la crisis se había apoderado de las filas enemigas que ya sentían la proximidad del ejército rojo que perseguía a las huestes hitlerianas que huían hacia el oeste de Eu­ropa.

En estas circunstancias, se convoca al Primer Congreso Antifas­cista de Liberación Nacional que se realiza en Permet en mayo de 1944.  La decisión más importante del congreso es la creación del Estado Albanés de Democracia Popular sobre la base de un Consejo Antifascista y un gobierno democrático provisional.  Se da­ban así los pasos firmes que impedirían las maniobras de los mandos "aliados" de echar las ruedas de la historia para atrás y restaurar en Albania el antiguo orden de pre-guerra.

En mayo de 1944, el Comandante Supremo, Enver Hoxha, dio la or­den general al ELNA de lanzarse a la ofensiva general para la  liberación completa de Albania.  Simultáneamente los alemanes tam­bién habían dispuesto nuevos ataques ya desesperados. El teatro de los combates fue la zona central de Korca-Elbasan-Berat-Per­met, donde se libraron encarnizados combates. Durante un mes la situación no se definía, hasta que el 25 de junio la Primera Di­visión de Choque del ELNA atravesó el río Shkumbin y sorprendió al enemigo.  Los destacamentos guerrilleros penetraron profunda­mente en el interior de Albania central y se dirigieron a la re­gión de Dibra.

Cuando se veía venir el derrumbe total de las fuerzas de ocupa­ción alemanas y, como consecuencia, la victoria aplastante del ELNA, los "aliados” desesperados ante la perspectiva de una Al­bania socialista, intentaron, por todos los medios impedir o por lo menos mediatizar el triunfo popular.  Ofrecieron desembarcar tropas aliadas en el litoral albanés con el pretexto de la lucha conjunta contra el invasor alemán, pero en realidad con el propósito de yugular y estrangular las fuerzas de la resistencia en convivencia tácita con el ocupante alemán.  El Alto Mando del ELNA rechazó completamente los ofrecimientos de “ayuda” y afirmó contundentemente que Albania estaba en condiciones de liberar el país con sus propias fuerzas y que no necesitaba ayuda de ningu­na naturaleza de fuerzas extranjeras.  Los ingleses intentaron un desembarco unilateral en la región de Saranda, pero fueron obligados a reembarcarse por la actitud resuelta de las brigadas del ELNA.

La llegada a Albania de una misión de alto nivel del Ejército Rojo contribuyó enormemente a acrecentar el prestigio del ELNA y puso su cuota en la detención de los planes “aliados" de “liberar" Albania como lo harían en Grecia y otros países que fueron efectivamente liberados por sus respectivos pueblos encabezados por los combatientes comunistas siendo posteriormente traiciona­dos por las fuerzas “aliadas” que cosecharon la victoria.

La liberación de Tirana, la capital, se produjo después de 19 días de intensos combates que fueron llevados a cabo por el Pri­mer Cuerpo de Ejército comandado por Mehmet Shehu.  Por fin, el 17 de noviembre de 1944, la bandera de la victoria se izó sobre Tirana.   El pueblo había participado activamente en la batalla por la capital apoyando decisivamente a las fuerzas de la liberación.

Se había completado el proceso de la guerra de liberación y si­multáneamente, gracias a la inteligente dirección política del Partido, también se había obtenido el triunfo de la revolución. La revolución albanesa triunfó en las condiciones más difíciles y complejas del fin de la guerra mundial. Por su condición de país pequeño, parecía destinado a ser presa fácil de la "liberación" de los aliados y así hubiera sido de no estar presente e­sa vanguardia revolucionaria marxista-leninista de Enver Hoxha, Mehmet Shehu y otros dirigentes.  La heroica lucha guerrillera, la persistencia en los principios, la abnegación y entrega sin reparos de sus obreros y campesinos, el orgullo tradicional del combatiente albanés hicieron posible un histórico triunfo que no puede ser desvalorizado por tratarse de un país pequeño, co­mo quieren y querían hacer pensar algunos oportunistas.

Albania revolucionaria demostró pues una verdad muy importante. No importa la escasez de recursos, no importa el aislamiento de la lucha, si se tiene una dirección probada, leal y firme. El verdadero internacionalismo se confunde con un profundo patrio­tismo cuando ambos son sinceros y auténticos.  Así podemos ver el enorme agradecimiento que tienen Albania y sus líderes a la ayuda moral que les presto la Unión Soviética en tiempos de Sta­lin hasta convertirlo en un verdadero héroe nacional, hecho es­te que no choca con el profundo patriotismo, amor a Albania que se nota en toda la dirección de ese partido revolucionario.

El 29 de noviembre de 1944, se había completado la liberación del país con la liberación de la última ciudad importante: Shko­dra y significó la total liberación y el triunfo revolucionario.

Si recordamos la historia veremos que el Ejército Rojo de la Unión Soviética todavía combatía en la Europa Oriental contra los hitlerianos en retirada.  Entonces, está probado que Alba­nia se liberó fundamentalmente por sus propias fuerzas y esto explica suficientemente el orgullo de los patriotas y revolucionarios albaneses sobre la legitimidad y valor de su propio triunfo.  Esto prueba, además, que no fueron los soviéticos los que por así decirlo, regalaron la victoria al pueblo albanés.

Sin embargo, para ser totalmente justos, tampoco puede descono­cerse que la liberación albanesa fue posible también gracias a que fuerzas enormes de ocupación alemanas fueron rápidamente retiradas de Albania, Yugoslavia, Grecia, Italia y otras regio­nes para ser enviadas al frente oriental que se desmoronaba an­te la arremetida soviética.  En este sentido, la ayuda soviética a Albania viene a ser incontestable.

La "Historia del Partido", dice:

«El 29 de noviembre, con la completa liberación de la patria y con el triunfo de la revolución popular en Albania, acabó el dominio fascista;  al mismo tiempo fue abolida toda dependencia de las potencias imperialistas, y suprimido  cualquier vinculo y relación esclavizante con estas potencias; el  pueblo albanés conquistó su plena independencia nacional, derroco la dominación política de los terratenientes y de la burguesía». (48)

Es importante señalar, como lo indica la Historia del Partido que:  «los combates en la capital (Tirana) y en sus alrededores estaban dirigidos por el comandante de la I División Mehmet Shehu.» (49) 

Albania se separo para siempre del sistema mundial capitalista. (sic)

(Nuestro pronóstico de pensar que Albania se libró "para siempre" del sistema capitalista, resultó equivocado. Albania, hoy es una pequeña plaza fuerte de la agresión imperialista contra los pueblos balcánicos, después de la restauración capitalista que siguió a la muerte de c. Enver Hohxa y el triunfo aunque pasajero de la restauración capitalista en Europa occidental)

Volveremos con Albania cuando estudiemos el curso de la revolución mundial a fines del Siglo XX.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.