El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 9 de marzo de 2011

Del artículo: ANTICRÍTICA



 ¿COMO IDENTIFICAR A UN AUTÉNTICO PARTIDO COMUNISTA? 

   Lo primero que hay que decir es que, aquí en Panamá, ha habido y hay muchos partidos que se reclaman  o se reclamaban de la clase obrera.  Si que PICO, Socialista, del pueblo,  de los trabajadores revolucionarios, de los trabajadores socialistas, de la alternativa popular y por allí en adelante. Pero, aunque parezca cansón repetirlo, uno sólo es el auténtico proletario mientras que los demás son falsos partidos obreros. El auténtico Partido Comunista es reconocible por su intransigente defensa de los intereses y necesidades inmediatas y generales de las masas obreras y populares, por su coherencia y firmeza en la defensa del Marxismo-Leninismo, hoy Maoísmo, y   su marcha por la vía de la revolución de nueva democracia hacia la revolución socialista para la instauración y consolidación de la dictadura del proletariado. Nosotros rechazamos intransigentemente la tesis revisionista que aquí en Panamá pueden haber  en el movimiento obrero una multiformidad de partidos que de algún modo y medida pudiesen representar al proletariado, porque contasen en sus filas una clientela obrera. Si eso fuera cierto aún el PRD puede ser considerado un partido obrero. ¡Ya ven el ridículo que proclaman!

   Nosotros consideramos que sólo uno puede ser el Partido Comunista, el partido de la clase obrera, independientemente que sea una minoría por ahora, el cual no puede compartir con ningún otro la dirección ideológica, política, organizativa y cultural del proletariado istmeño.  
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   El Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao no sólo es un conjunto armónico doctrinal, sino que conlleva una teoría del Partido y se concreta a través de una serie de principios organizativos que norman la vida e identifican al Partido Comunista respecto a todo otro partido pseudoobrero o revisionista.

   ¿Cuáles son esas normas de la organización del Partido?

EL CENTRALISMO DEMOCRÁTICO

   Llamarse marxista, o marxista-leninista o comunista resulta relativamente fácil, serlo en los hechos, poner los intereses de la revolución al primer puesto y subordinar los propios intereses personales y consagrarle la misma vida, ya no lo es tanto. Y eso, precisamente, nos permite distinguir a un auténtico comunista de los falsos marxistas-leninistas. Resultando que la discriminante, para lograr eso, lo es la actitud que se asuma ante los principios normativos de la organización del Partido proletario. 

  De la lectura auténticamente leninista del ¿Qué Hacer? se colige que el principio más importante y vital, el que norma la vida interna del Partido de los proletarios y que influencia y determina todos los demás, es el centralismo democrático.

   De suyo se comprende que un Partido revolucionario que represente los intereses de la clase y de sus mismos militantes tiene necesidad,  a su interno,  de la democracia pero a su vez de una Dirección centralizada. Esto es, necesita de democracia y centralismo, de libertad y disciplina. Centralismo y democracia, en el seno del Partido, están en unidad dialéctica. Ellos son dos polos opuesto de una misma entidad, están en contradicción y al mismo tiempo en unidad. Una presupone al otro, por lo que no se puede acentuar uno de los dos aspectos de manera unilateral y negar al otro. Sin democracia  no habría libertad en el Partido y se dañaría seriamente el espíritu de iniciativa de los militantes, pero si no hay centralismo, si el centro dirigente no tuviese poder, faltaría la necesaria disciplina y al nivel de la Organización reinaría la anarquía, con la cual cada quién haría lo que le place y sin control alguno. Ello, se comprende afectaría negativamente las tareas del Partido y los intereses de la revolución y de la clase obrera. 

  El Partido necesita la mayor unidad de ideas (teoría y programa),  de unidad en los objetivos y de unidad en el cumplimiento de las tareas específicas y generales. Eso ha sido demostrado a lo largo de 52 años de aceptación y aplicación de la teoría leninista del Partido Comunista, desde la formulación de las tesis del ¿Qué Hacer? en 1902 hasta 1956. Sobre eso las opiniones son unánimes. Según Borón esto no es así. Si le diéramos crédito, al contrario por un largo período, luego de la muerte de Lenin en 1924, ha habido una ruptura herética. Cómo dice el mismo, bajo el "embalsamamiento" de Lenin y su legado se ha abierto un tenebroso  período marcado por la figura de Stalin. Dice textualmente: "Comprender el significado del legado leninista: ... su sacralización en la Unión Soviética, transformando “una teoría subversiva en un sistema apologético de un cierto orden establecido”. Y amontonando falsedades sobre falsedades con venenoso sarcasmo agrega, "codificación del leninismo, su transformación de un marxismo viviente y una “guía para la acción” en un manual de auto-ayuda para revolucionarios despistados". ¡Vaya con el calumnioso anticomunista!  Cuando precisamente la clase obrera soviética, bajo la dirección del Partido Comunista de Rusia (b) con el encabezamiento del camarada Stalin, en las difíciles condiciones del cerco imperialista y germano-fascista,  haciendo gigantescos esfuerzos y sacrificio ha construido la sociedad socialista en la URSS, aplastado la agresión de la bestia  nazifascista y ampliado el Campo de los primeros países socialistas. Todo ello asumiendo y aplicando el Marxismo-leninismo y llevando adelante la teoría leninista del Partido Comunista.

   Él repitiendo las calumnias de la burguesía internacional, de los imperialistas, fascistas y renegados del comunismo, los que de siempre han presentado al camarada Stalin como un monstruo horrendo, como un dictador reinando sobre millones de esclavos (¡El pueblo soviético!) y manejando a los militantes del Partido con un látigo y una hacha al hombro, casi llega a decir lo mismo. Digo casi por cuanto no lo dice abiertamente, pero  lo señala con la mirada. Para él, Stalin deformando el legado de Lenin ha consagrado ("canonizado", dice) en el Partido prácticas "incompatibles con los principios democráticos". 

   Para Borón pues todo se reduce a que Stalin ha roto el centralismo democrático. Ha violado las normas democráticas  en la vida de los Partidos Marxistas-Leninistas e impuesto una disciplina cuartelaria. Su odio a Stalin le ciega, por ello condena post-factum lo que el mismo Lenin ha sostenido 17 años después de la publicación del ¿Qué Hacer?: "... Los partidos que pertenecen a la Internacional Comunista deben estar organizados de acuerdo con el principio  del centralismo  democrático. En la presente época de agudizada guerra civil, el partido comunista podrá cumplir su deber sólo si está organizado en la forma más centralizada posible, si domina en él una disciplina férrea, lindante con la disciplina militar, y tiene centros del partido fuertes y con autoridad, investidos de amplios poderes y que gocen de la confianza general de los miembros del partido". 

   "Centralismo" (subrayado por el mismo Lenin), "disciplina férrea", "militar", "centros fuertes" y "amplios poderes", dice Lenin. ¿No sería que Lenin era stalinista? ¿No sería que "canonizaba" la disciplina cuartelaria? ¡No, por favor! Pobre Borón, el democratismo a ultranza le ha desenmascarado.

   El Presidente Mao, el cual era un auténtico leninista y stalinista, contrario a todo ultrademocratismo en el seno del Partido, ha remarcado que en las raíces de una tal tendencia se encuentra el individualismo y la indisciplina pequeñoburguesa y sus efectos corrosivos para la organización del Partido y para la lucha del proletariado.  Que ella era y es la propugnadora de la "independencia" y aplicadora de la doctrina del "primero yo". Esto es que buscando ponerse a la vista, aceptan de palabra al Partido pero ponen en primer puesto, realmente, a su propia persona y al Partido en segundo plano. 

   Con el  pretexto de  mayor democracia, de la democracia amplia, del respeto a la libre personalidad humana y al derecho de cada quién a expresarse libremente, los revisionistas, además de pugnar por crear en los auténticos comunistas y revolucionarios toda suerte de complejos e insinuar dudas y temores injustificados respecto al centralismo en el seno del Partido y bajar toda vigilancia revolucionaria, acusándoles de despotismo, burocrátismo y dogmáticos; hipócritamente irguiéndose en campeones de la democracia interna buscan tener mano libre para introducir la indisciplina, el arribismo y el fraccionalismo burgués. En fin, desorganizar al partido revolucionario, para liquidarlo después. 

   Para nosotros marxistas-leninistas la democracia a lo interno del Partido debe servir y ser funcional al logro de la mayor unidad revolucionaria  del mismo, no al contrario. Ella debe servir al Partido y no al individuo, de los auténticos comunistas y no de los revisionistas, de la línea proletaria revolucionaria y no de la línea liberal-burguesa.

   Es precisamente  el centralismo democrático la única garantía para el mayor intercambio de ideas, para el confrontar de opiniones y la lucha de ideas. La discusión democrática es necesaria, exigida y normal en el Partido; sin ella, no existiría vida interna y el Partido se secaría como un tronco sin savia. Lo único que se exige, y es precisamente el centralismo  garante, que dichas libres discusiones estén enmarcadas dentro del Programa, la línea política y los estatutos partidarios.

  Así y solo así, el Partido lograría la unanimidad de voluntad de acción, lealtad y respeto a las decisiones colectivamente tomadas. En fin, el tener un Partido unido que se movería como un solo hombre y el avanzar sin trabas por el alcance de las metas fijadas.

  LA COMPOSICIÓN DE CLASE DEL PARTIDO 

   Dos son los requisitos indispensables para saber si estamos de cara a un auténtico partido proletario, comunista, la actitud que asume frente al Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Tse-tung y su composición de clase. Esto significa que no basta que un Partido se reconozca "marxista-leninista", mucho menos "marxista", para que se le considere tal; como tampoco se considere comunista a cualquiera que posea el carnet partidario.

   Nosotros debemos mirar si un tal partido es intransigentemente clasista o por el contrario tira a un lado la discriminante clasista y de hecho está abierto a todas las clases sociales, esto es, se atiene a la posición proletaria o es pluriclasista. El Presidente Mao, discípulo y continuador de Lenin, nos ha enseñado que: "La organización del Partido debe estar compuesta de los elementos más avanzados del proletariado, debe ser una organización de vanguardia, plena de dinamismo y capaz de dirigir al proletariado y a las masas revolucionarias en el combatir al enemigo de clase". Esto quiere decir que debemos  prestar máxima atención y cuidar asiduamente a la composición de clase del Partido. Prestar la máxima importancia al hecho de que a todo lo largo de las filas del Partido y de su estructura interna, tanto a la base como en la Dirección, la clase obrera tenga primordial representación.

   Con todo esto no significa que seamos "obreristas", esto es que sólo los obreros pueden ser los miembros del Partido comunista (marxista-leninista), ni que cerremos las filas del Partido a elementos provenientes de otras clases. Por el contrario, en nuestra política proselitista también nos dirigimos hacia otros sectores sociales no-proletarios, tales como a las nacionalidades aborígenes, a los campesinos pobres y a cualesquiera otro revolucionario sinceramente  comprometido con la posición de clase proletaria. Lo único que les exigimos es que: (1) No traigan ideas y prejuicios burgueses o de otras clases; (2) No exploten el trabajo de otro; (3)  No profesen ideas religiosas, ni  filosofía no materialista.

   Asimismo, en el Partido Comunista se presta atención al reclutamiento de estudiantes e intelectuales auténticamente revolucionarios no burgueses ni revisionistas, de intelectuales absolutamente fieles a la causa del Partido y de la clase obrera dispuestos a cumplir todas las tareas como comunistas y no sólo aquellas teóricas y administrativas.

   ¿Qué características se le exige a todo miembro del Partido, para que pueda ser considerado un buen comunista? Pienso que, en primer lugar,  se identifiquen y sigan el ejemplo de la vida de los grandes Maestros del proletariado Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao. Hoy, no se puede ser un buen comunista, y militar en el Partido, si se rechaza a tal o cual Maestro.

   De toda la historia del Movimiento comunista internacional, una historia de heroísmo y sacrificio consciente, destacan los rasgos  sobresalientes que definen a los auténticos comunistas (marxista-leninistas):

F Ser francos, leales,  plenos de dinamismo, fieles a los principios justos, estar dispuestos en todo momento a criticar y luchar contra toda idea o actos erróneos;
F Altruistas, apegados a la moral revolucionaria del proletariado, empeñarse a fondo en el trabajo y completa dedicación a la causa del proletariado;
F Pensar más en el Partido y en las masas, y menos en los individuos;
F Actuar conforme a la posición del Partido, al espíritu de partido y en su línea política;
F Usar el propio entendimiento, preguntarse el por qué de las cosas, no seguir ciegamente y a-críticamente a otros y tener iniciativa en el trabajo partidario;
  
   Todo esto el Presidente Mao lo ha resumido en los tres principios guías siguientes: "Practicar el marxismo y no el revisionismo, sostener la unidad y no la división, ser sinceros y honestos y no recurrir a intrigas y complots". 

   Todo esto significa que, el principio ético que norma la vida de cada auténtico comunista resulta ser  "es moral todo lo que beneficie al Partido y a la revolución e inmoral todo lo que perjudique a la revolución y al Partido”. La sociedad actual, capitalista y semifeudal, no nos dan comunistas ya hechos, hay que forjarlos y templarlos en el yunque de la revolución, en el transcurso de la edificación del Partido. No somos superhombres, somos productos de la lucha de clases y el Partido nos forma como seres de un temple especial.  Esto es, nos forma a su imagen y semejanza.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.