Sade, del Colectivo Odio de Clase
En una de sus novelas más logradas –El agente secreto-, dice Joseph Conrad que “para exagerar con criterio hay que medir con exactitud”. Esta misma mañana, “Izquierda Anticapitalista” nos ha regalado con una declaración-muestra de cómo mide (http://www.kaosenlared.net/noticia/hay-derribar-gadafi-cuanto-antes-rechazar-bombardeos-otan): Gaddafi = Sarkozy + Obama + Cameron + Zapatero…
La regla de medir de “Izquierda Anticapitalista”, equilibrada con los principios de débil = fuerte y soberano = injerencista, como en el Hitler = Stalin de sus mayores, nos indica, maquiavélicamente, que la agresión imperialista es la ocasión pintiparada para impulsar ¡“la revolución”!... Sí, han oído bien, una revolución detrás de la que, a día de hoy, no hay ni partido revolucionario ni, evidentemente, masas que sigan a ese partido.
“Izquierda Anticapitalista” –y Proimperialista, decimos nosotros- no ha hecho ni más ni menos que copiar, y torpemente, al padre fundador de la secta cuando especulaba, con su habitual clarividencia, sobre las gloriosas perspectivas que se perfilaban para el socialismo tras la invasión nazi de la Unión Soviética.
Desde Odio de Clase (ODC) hemos defendido el carácter reaccionario del régimen de Gaddafi, y lo hemos hecho tanto en razón del papel desempeñado por Libia en los últimos 20 años en el marco de las relaciones internacionales como por el modelo clasista de la propia sociedad libia, semejante al de las más reaccionarias monarquías del Golfo. Fue en ese contexto en el que interpretamos y simpatizamos con la revuelta libia.
En su día expresamos nuestro convencimiento de que, a falta de dirección revolucionaria, las revueltas en los países árabes no podrían avanzar de inmediato hacia la constitución de regímenes socialistas. Ahora, con las experiencias históricas del Panamá de Noriega, la Serbia de Milosevic o el Iraq de Saddam Husein presentes, mucho nos tememos que el carácter reaccionario del régimen de Gaddafi sea el principal escollo para derrotar la agresión imperialista, derrota, no obstante, posible como demostraron la Unión Soviética bajo la dirección de Lenin durante la Guerra Civil y Stalin durante la II Guerra Mundial o el Vietnam de Ho Chi Minh con ocasión de las invasiones de Francia y EE.UU.
Aun así, el deber de todo revolucionario –que los integrantes de ODC asumimos plenamente- es apoyar al agredido por el imperialismo, en este caso al régimen de Gaddafi, así como a las fuerzas patrióticas que se integren en la resistencia que eventualmente pueda organizar dicho régimen. En ODC estamos igualmente persuadidos de que si en las revueltas acaecidas en Libia había elementos revolucionarios conscientes, éstos habrán vuelto sus fusiles contra los agresores europeos y norteamericanos.
En una de sus novelas más logradas –El agente secreto-, dice Joseph Conrad que “para exagerar con criterio hay que medir con exactitud”. Esta misma mañana, “Izquierda Anticapitalista” nos ha regalado con una declaración-muestra de cómo mide (http://www.kaosenlared.net/noticia/hay-derribar-gadafi-cuanto-antes-rechazar-bombardeos-otan): Gaddafi = Sarkozy + Obama + Cameron + Zapatero…
La regla de medir de “Izquierda Anticapitalista”, equilibrada con los principios de débil = fuerte y soberano = injerencista, como en el Hitler = Stalin de sus mayores, nos indica, maquiavélicamente, que la agresión imperialista es la ocasión pintiparada para impulsar ¡“la revolución”!... Sí, han oído bien, una revolución detrás de la que, a día de hoy, no hay ni partido revolucionario ni, evidentemente, masas que sigan a ese partido.
“Izquierda Anticapitalista” –y Proimperialista, decimos nosotros- no ha hecho ni más ni menos que copiar, y torpemente, al padre fundador de la secta cuando especulaba, con su habitual clarividencia, sobre las gloriosas perspectivas que se perfilaban para el socialismo tras la invasión nazi de la Unión Soviética.
Desde Odio de Clase (ODC) hemos defendido el carácter reaccionario del régimen de Gaddafi, y lo hemos hecho tanto en razón del papel desempeñado por Libia en los últimos 20 años en el marco de las relaciones internacionales como por el modelo clasista de la propia sociedad libia, semejante al de las más reaccionarias monarquías del Golfo. Fue en ese contexto en el que interpretamos y simpatizamos con la revuelta libia.
En su día expresamos nuestro convencimiento de que, a falta de dirección revolucionaria, las revueltas en los países árabes no podrían avanzar de inmediato hacia la constitución de regímenes socialistas. Ahora, con las experiencias históricas del Panamá de Noriega, la Serbia de Milosevic o el Iraq de Saddam Husein presentes, mucho nos tememos que el carácter reaccionario del régimen de Gaddafi sea el principal escollo para derrotar la agresión imperialista, derrota, no obstante, posible como demostraron la Unión Soviética bajo la dirección de Lenin durante la Guerra Civil y Stalin durante la II Guerra Mundial o el Vietnam de Ho Chi Minh con ocasión de las invasiones de Francia y EE.UU.
Aun así, el deber de todo revolucionario –que los integrantes de ODC asumimos plenamente- es apoyar al agredido por el imperialismo, en este caso al régimen de Gaddafi, así como a las fuerzas patrióticas que se integren en la resistencia que eventualmente pueda organizar dicho régimen. En ODC estamos igualmente persuadidos de que si en las revueltas acaecidas en Libia había elementos revolucionarios conscientes, éstos habrán vuelto sus fusiles contra los agresores europeos y norteamericanos.
¡Fuera de Libia las manos sangrientas del imperialismo!
¡Resistencia y organización hasta la victoria!
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Publicado por el blog camarada Odio de Clase
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