El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 9 de marzo de 2011

NO SE DEBE SEGUIR MARCHANDO BAJO PABELLÓN AJENO

NO SE DEBE SEGUIR MARCHANDO       BAJO PABELLÓN  AJENO
Por Quibian Gaytan

Disgustante resulta el contemplar tantos jóvenes y adultos, orgullosamente, con el cuerpo henchido de fervor patriótico antiimperialista y anticapitalista, marchando tras una bandera que no es la suya y un canto que no refleja sus puros sentimientos, sino que  las de sus enemigos de clase, los Grandes terratenientes y de la burguesía burocrático-compradora, agentes directos del imperialismo yanqui y de una dictadura oligárquica fascista. Bajo esa enseña y ese himno, luchan no para sí y para los buenos intereses nacionales de su clase y del pueblo trabajador en sus diversos componentes clasistas y nacionalitarios.

   Cantar el Himno de Nicanor Villalaz y flamear la Bandera de Amador Guerrero no es dar muestras de discernimiento y amor a la Patria, como se nos ha inculcado por décadas, sino que por el contrario demostración de la falta de conciencia nacional, de conciencia de Patria y  de conciencia de clase socialista. Tal himno y tal bandera son símbolos de nuestra opresión y de aplanamiento de cara a los intereses egoístas y antipatrióticos de nuestros dominantes y gobernantes. Precisamente de esos sectores compradores, descendientes de los invasores de 1501, que en 200 años de historia política se han mostrado totalmente incapaces de conquistar y establecer un Estado Nacional independiente y democrático en el Istmo.

   Por ello, se nos impone, antes de levantar el puño y lanzar nuestro grito de guerra de la independencia nacional, el reflexionar claramente: Nosotros somos internacionalistas y no nacionalistas. El nacionalismo se lo dejamos a los chovinistas y patrioteros  de aldea. Lo nuestro es la unión internacional de todos los trabajadores, oprimidos y explotados del mundo independientemente de las fronteras territoriales de establecimiento.   Ser internacionalistas, sin embargo, no excluye ser patriota. Amar a la Patria, amar a nuestra gente trabajadora y a  nuestra tierra. ¿Quién, fuera de los comunistas internacionalistas, ha derramado generosamente su sangre en honor de la patria, de la humanidad, de libertad e independencia nacional? No la burguesía, que en nombre de la "patria", de la "libertad" y la "democracia" ha vendido nuestro suelo patrio y convertido en cómplice del imperialismo yanqui en sus guerras   de conquistas y derramamientos de la sangre de millones de trabajadores,  pueblos y naciones. Ella ha  sacrificado y traicionado  sistemáticamente la libertad nacional y la libertad social de este pueblo que proclama defender y querer. No es ya la burguesía, hoy, la que empuña la bandera nacional y de la democracia. Ella, por todo un siglo ya, ha vendido por unos cuantos dólares la bandera de la independencia nacional y la libertad.

   ¿Acaso somos nosotros comunistas, por principios, opuestos a todo nacionalismo o ayunos de  amor a la patria?. No, por cierto. Así como hay internacionalismos e internacionalismos, patriotismos y patriotismos,  también existen nacionalismo y nacionalismo. Por amor a la Patria grande, durante la prolongada guerra de independencia de América, derramaron su generosa sangre, en 1821, los voluntarios istmeños patriotas en los campos de Junín y Ayacucho. Por amor a su  patria y la libertad de los muy diversos pueblos del mundo marcharon un día los trabajadores y  pueblos socialistas de la URSS contra las hordas genocidas nazifascistas que amenazaban esclavizar el mundo; los trabajadores y pueblos coreanos, vietnamitas, cubanos,  iraquíes, afganos y otros muchos  que han enfrentado y derrotado al imperialismo yanqui. No es a la clase obrera internacional, pues, de señalar y condenar de que no tiene amor a la Patria y a la libertad nacional. Eso debe señalárseles a los señores capitalistas. Es el capital el que no tiene patria y el que pugna indeteniblemente por pisotear la de otros.

   Puestos a hablar de nacionalismo, se debe preguntar ¿de qué tipo nacionalismo se habla? ¿Nacionalismo de qué clase (s) social (es)? Como han demostrado los dos últimos siglos hay el  nacionalismo reaccionario de los imperialistas y de los sectores semifeudales de la sociedad, y; el nacionalismo progresivo, revolucionario, de los pueblos y naciones oprimidas que luchan por su independencia y la democracia de tipo nuevo. Por lo que, actuando en consecuencia, nosotros los socialistas proletarios, siendo esencialmente internacionalistas, nos identificamos y luchamos como portabanderas de ese nacionalismo honesto, progresivo y revolucionario.
  
   Lucha que nos impone, como tarea central, el desenvolver la más firme e intransigente guerra ideológica contra ese pacto anti-natura impuesto entre los señores del capital criollo  antinacional y las clases trabajadoras y las nacionalidades indígenas, reflejado como modo de pensar y actuar dentro de los parámetros de una sedicente "religión que une" a oprimidos y opresores en este país. Estamos  en Panamá no para fortalecer dicha espurea “unión nacional”, si no para romperla. Generando en el camino, una nueva, auténtica y superior unidad nacional entre las clases revolucionarias y las nacionalidades indígenas, un Frente unido patriótico, popular y revolucionario.

   Lea, Usted, y analice la letra del himno de Nicanor. Así resaltará a sus ojos la desvergonzada apología  del supuesto destino providencial del cual se autorevisten las clases dominantes de este país. La colusión (subordinación) entre las clases dominantes y el imperialismo, el cosmopolitismo comprador pro-imperialista; el interclasismo,  la colaboración de clases y el rechazo de la lucha de clases;  la vocación a mercantilizar con la independencia nacional y económica; a vender la bandera de la soberanía nacional por unos dólares, y; a la inserción parasitaria en la distribución imperialista internacional del trabajo. En fin, un canto al idealismo subjetivo, apologético e impregnado todo él de una repugnante aculturación nacional.

  No mejor parado sale el análisis de la tricolor de Amador. Una pictografía emblemática del pacto político realizado entre las dos facciones tradicionales representativas de la oligarquía vendepatria (el liberalismo degenerado y el conservatismo oscurantista), en aras de repartirse el país y los beneficios de la venta del Canal y áreas adyacentes. Amén de simbología del recurso a la concertación  política y social para la subyugación y aplastamiento de las grandes mayorías populares de esta nación. Esa bandera, realmente bandera de la Gran burguesía burocrático-compradora, nunca ha sido la representación de la auténtica voluntad y aspiraciones independentistas del pueblo, la nación y nacionalidades oprimidas istmeñas.

  Tanto la bandera de Amador, dicho “emblema patrio”, como el himno de Nicanor proclamado “nacional”, jamás han sido símbolos del espíritu de lucha por la independencia nacional, ni de la lucha por la conquista de la democracia popular. Los que te han dicho que no es así, te mienten descaradamente. ¿Por qué pues marchar bajo esos símbolos  ajenos? Los mejores intereses del pueblo y de la Historia imponen la exigencia de adoptar un nuevo patriotismo, una nueva democracia y el socialismo. El himno proletario y la Bandera Roja, símbolos de un Panamá Independiente, Democrático-popular y encaminado al Socialismo.






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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.