Ya a estas alturas debieran comprender que la derrota militar de los patriotas afganos es una esperanza inútil

Dispuestos a sacarle la madre a los ocupantes y
a sus lacayos

Prepotentes y soberbios, en su momento, rechazaron la demanda de una solución política por parte del gobierno talibán prefiriendo embarcarse por la senda de la guerra injusta, colonial y criminal. Según ellos, posesionarse de un paso estratégico entre el Indico y Rusia y China, monopolizar el comercio de la amapola (opio) y cercar a Irán, bien valía una descarada mentira que justificase, a los ojos del mundo atónito ante tanta felonía, la agresión armada contra un pueblo libre.

Sólo olvidaron, para mal de ellos, que enfrente tenía una nación aguerrida, amante de sus tierras e independencia nacional. Hoy cosechan lo que sembraron. En medio de la impotencia de derrotar una guerra de salvación nacional que se generaliza y gana el respaldo popular, del acrecerse de las pérdidas de vida y mutilados entre los ejércitos colonialistas invasores, y ocupantes en nombre del imperialismo yanqui, y del ya inocultable empantanamiento, ahora sólo atinan a musitar sobre darle una “salida política” al conflicto.

Para ello, el conservador y colonialista David Cameron, primer ministro inglés –aliado de primera fila  y de los primeros momentos de la invasión de los yanquis-, diciéndose “moderadamente optimista” descubre la factibilidad de hacer un llamado a la “reconciliación y reintegración” de los patriotas combatientes afganos. Sí, si “reconciliación” entre la nación pisoteada en su dignidad y soberanía nacional y el puñado de países agresores  y ocupantes de su territorio patrio; entre opresores y oprimidos. ¡Que el Diablo se lleve tal falso lagrimeo conciliador! Metisteis la cabeza en el panal, ahora compa aguanten las picaduras de las abejas (armadas de fusiles y de un deseo irrenunciable de sacarles la madre).

¿“Reintegración”?, dice el imperialista Cameron. No es más que una cortina de humo, tendente a ocultar a los ojos del pueblo inglés que, como lo reconoce el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, pese a la intensidad de la campaña militar esta avanza dentro de lo cabe en un mosaico. Sólo habrá reintegración nacional del pueblo afgano cuando el último soldado agresor angloestadounidense -así como sus socios en la agresión y sus cipayos internos- salga del territorio de un Afganistán libre, independiente y soberano.