Nuevas protestas y nuevos desordenes en Túnez. Sobre todo en la capital, tanto que el Ministerio del Interior ha decretado el toque de queda nocturno (de las 9 a la 5 a.m.) en el área de la “Gran Túnez”, que comprende las zonas de Ariana, Ben Arous y Manouba. Una decisión que conduce al país a los días de la rebelión que al final alcanzó a derribar al régimen del presidente Ben Ali. Según un comunicado del gobierno se lee que esta decisión “ha sido tomada enseguida a los actos de violencia y saqueos y a los atentados a los bienes públicos que han tenido lugar, viernes y sábado, en algunos barrios del ciudad de Túnez, con miras de preservar la seguridad de los ciudadanos”.
Se cierra así una semana de altísima tensión en Túnez, con muchas decenas de jóvenes que se han lanzado a las calles ayer tarde y esta mañana. La policía ha reprimido duramente las protestas, utilizando gases lacrimógenos y una unidad canina antimotín. Los protestantes han exigido del ministro del interior Farhat Rajhi que el gobierno provisional sea apartado, acusándolo de no sr capaz de expulsar de la máquina del Estado, las escorias del régimen de Ben Alí.
En el transcurso de ésta tarde, una decena de partidos de izquierda y del área reformista han señalado el peligro de una imposición autoritaria, sobre todo condenando l violencia que se ha cumplido para con los periodistas, golpeados por la policía cuando seguían a las manifestaciones realizadas en la Avenida Bourghiba.
Todo anuncia, pues, una reanudación de la rebelión popular contra los intentos del gobierno provisional ¿revolucionario? de salvaguardar los restos del podrido régimen socialfascista derrocado, entretanto reacomodarse entre las potencias imperialista en proceso de agresión coaligada contra la vecina Libia. No obstante aquello, las masas siguen siendo las protagonistas del cambio democratizador en Túnez.
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