por Quibian Gaytan
El MLN-29, aquí en Panamá, proclama que su objetivo estratégico es tomar el poder para “administrar el Estado”, construir una democracia nueva, participativa, pluralista y de equidad social. Cómo recurso táctico proclama la convocatoria de una Constituyente Originaria, sustentada en la organización de “comités populares” por doquier, lo que servirían de base de apoyo para su participación en el proceso eleccionario de 2014 y que actuarán como subordinados al partido FAD, su fachada. Ni más, ni menos. Para alcanzar tales objetivos y las tareas correspondientes usa como base central de movilización al SUNTRACS, en las actuales condiciones sociales de Panamá un Organismo sindical ciertamente de masas y nacionalmente extendido y con un acumulado de capital dinero relativamente alto, más un número dado de Asociaciones gremiales profesionales (Asoprof., una facción de los médicos, etc.) y otros Organismos de masas que sólo existen en el papel.
Has leído bien. “Administrar” al viejo y reaccionario Estado, sólo limpiándolo de escoria mafiosa y de corruptos. Administrar pues es limpiar y llevar a él hombres probos, honrados. A eso le llama “refundación del Estado” y no destrucción del Estado oligárquico semifeudal y fascista. En otras palabras, cohabitar en el sistema de gobierno y en el sistema de Estado y los cuales han de mantener incólume toda su vieja estructura institucional, no el romperlo. En economía, salvo algunas reformas atenientes a la redistribución de la de la riqueza social y la reestatización de las empresas productivas de servicios privatizadas luego de la criminal invasión del 20 de diciembre de 1989. Resulta evidente, pese a lo desconocido y oscuro de su programa económico, tales demandas son alcanzables dentro de los marcos y ulterior profundización del capitalismo burocrático, la incambiabilidad de la actual sociedad semifeudal y neocolonial panameña, la mantención y reforzamiento de la burocratización del Estado oligárquico. Dado, se colige, que se cambiarán a políticos desgastados por otras figuras “nuevas”, más potables para poder engañar al pueblo (tal como ya hizo el dictador General Omar Torrijos un día).
A todas luces, es esa una salida reaccionaria, antipopular y profundamente antidemocrática. Apenas disfrazar la podrida y obsoleta democracia burguesa semifeudal con una fementida democracia “participativa”, “pluralistas” y de todos los panameños por “igual”. A falta de ideas, llenemos el bache con palabras hueras. Cómo si todos los males de la opresión salvaje que ha hecho sufrir al pueblo, por cien años, la tiranía oligárquica de las clases dominantes fuese una cuestión de adjetivos. Para ellos, los melenos y sus derechistas inspiradores pequeñoburgueses, basta cambiar el nombre de las cosas para que desaparezcan por ensalmo la explotación económica, la opresión política y sea creado así un nuevo mundo de leche y abundancia. De todos los ciudadanos sin distingos de clase alguno ¡Sueños de opio! ¡Fantasias reaccionarias!
Si la secular lucha popular contra el semifeudalismo, el imperialismo y el capitalismo burocrático no es coronable con la liquidación del viejo Estado-de-clase y su reemplazo con un Estado de Nueva Democracia Popular, con la destrucción de la pútrida sociedad vigente y la edificación de una nueva, se ha de concluir que el programa político del MLN-29 y de su mascarón de proa el FAD es un fraude, una estafa política. De hecho, se han propuesto confundir y manipular a la gente. Puesto que no resulta claro si quieren tomar el poder real o no, para qué invitan al pueblo a ir a la contienda electoral en el 2014.
En su cruda realidad, estos representantes de la izquierda electorera pretenden inseminar ilusiones constitucionalistas y propagandizar alrededor, como una mercancía barata y chapucera, su propio proyecto político burocrático-electoral. Miran, desde su cumbre de intelectuales pequeñoburgueses iluminados, a las masas como simple rebaño de ovejas, como objeto-votos. Por algo se desgañitan respecto a apoyarse en un “movimiento social” y no en un movimiento político revolucionario de clase. Así, nada más.
En el transcurso de muchas décadas de lucha nuestra clase obrera y nuestro pueblo (en su multiformidad clasista y nacionalitaria), aunque con una gran dosis de espontaneísmo, han exigido una nueva sociedad y un nuevo Estado. Los comunistas y los revolucionarios panameños, recogiendo esas demandas y propagandizado alrededor de ellas. En Panamá como en todas partes está al día la conquista del poder. Ello es realizable si unimos a las fuerzas populares, sobre la base de la alianza obrero-campesina y nacionalidades oprimidas alrededor de la consigna central de la lucha armada, de la guerra civil por la nueva democracia popular, dirigida por el partido obrero independiente, los comunistas (ML) estamos luchando por eso. Si los Melenos proclaman luchar por el poder y no establecen claramente que ello implica derrotar militarmente el centro real del poder del viejo Estado, las fuerzas policiales militarizadas y ulteriormente al ejército estadounidense que inevitablemente intervendrá en Panamá, entonces están bloqueando, consciente o inconscientemente, el camino a la conquista de la libertad política, de la libertad nacional y de la libertad social de los panameños. Claramente ha establecido Lenin que, y esto es una ley objetiva y universal, sin el poder todo es ilusión.
El MLN-29, en búsqueda de inscribir su monstruoselo, está utilizando una doble táctica. Primo, quiere convencer al oligarca y fascista Ricardo Martinelli que no son esos “chicos malos” que han propagandizado los medios de comunicación de masas del país, principalmente a instancias de los gobiernos PRD postinvasión. Que ellos están dispuestos a algún tipo de concertación política con el gobierno, a hacerse parte del diálogo propositivo y constructivo por las reformas constitucionales. Siempre y cuando, para engañar a su base social pequeñoburguesa, el gobierno fascista permita reformas en el Código Electoral que les permitan inscribirse sin obstáculos insalvables; Secundo, recurriendo a la agitación y movilización de sectores de masas con miras de presionar al gobierno para que manifieste una mejor disposición hacia ellos. Movilizar obreros despistados y sectores de la pequeño burguesía con el fin de perpetuar su encadenaje al electoralismo burgués, esto es obtener espacios dentro del viejo Estado y capitalizar el descontento popular en las elecciones burguesas.
¡Qué oportunismo! ¡Qué burla traicionera a las aspiraciones y luchas del pueblo trabajador por la conquista de la democracia!
¿Es una fuerza política e ideológica el MLN-29 en Panamá? Es la idea que te quieren meter en la cabeza a la cañona. A través de spot publicitarios electoreros en la prensa diaria, que les da por su lado, adjetivos y frases altisonantes, rellenando masivamente los portales de internet con abundantes informaciones trucadas. En cambio en los hechos el tal partido de la izquierda superrevolucianaria no se le ve en las calles, con sus banderas propias y sus proclamas políticas partidaristas; como tampoco puede aducir que las masas se lancen a las calles en seguimiento de sus voces de orden; simplemente, participan en las manifestaciones y concentraciones como individuos o miembros de tal o cual Organización reivindicativa, marchando oliéndoles el trasero a sectores populares y las consignas economicistas y reivindicacionistas sindicaleras. Sus consignas políticas revolucionarias, las que como partido revolucionario deberían llevar delante de la acción de masas son guardadas para las calendas griegas, esto es para nunca.
Es hora de que los auténticos y honestos revolucionarios del país desenmascaren a estos farsantes. ¿Es popular el MLN-29? No somos nosotros los que vamos a poner en duda eso. Además, para ello cuenta con el beneplácito de la gran prensa capitalista y que por interés de clase sobredimensiona sus actuaciones y así tener elemento para desprestigiar a los ojos de las masas a la revolución. Más aún, ellos mismos se desprestigiarán a sí mismos a los ojos de las masas trabajadoras y masas populares con esa política divisionista e impositivista, de calumniar, insultar y descalificar a las Organizaciones que se mueven aparte de su entorno y a la izquierda de ellos.
Griten y aspavienten ahora, todo lo que quieran, pero mañana, en un futuro no lejano con la agudización de la lucha de clases y se abran así las compuertas para la guerra popular revolucionaria, verán cómo se diluirán como inútil pompa de jabón. Y estarán, inevitablemente, al lado de los reaccionarios, de la burguesía y del imperialismo combatiendo contra la revolución popular democrática.
Es un hecho, comprobado a todo lo largo del siglo pasado, que los anticomunistas de siempre, los antimaoístas de hoy, son el centro burgués de reclutamiento de los milicianos fascistas de mañana.
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