A lo que parece recogerán sus banderas y se irán a casa. Termina la criminal guerra en Afganistán. Por lo menos, es lo que ha anunciado el presidente estadounidense Adolfo Hussein Obama este pasado jueves. Según el plan de retirada en este año 10,000 asesinos profesionales yanquis abandonarán Afganistán, mientras que otros 23,000 lo harán a mediados del próximo.
¿Se irán a paso de vencedores o como derrotados estratégicamente? Juzgue el lector: Peso a toda su fanfarria y modernísimo armamento se empantanaron por diez años (¡Vaya guerra relámpago!), si en un primer momento lograron derrocar al gobierno afgano legítimo, hoy los talibanes han recuperado el control de cada vez más amplias áreas y regiones de su país, han perdido su retaguardia más confiable y firme, Pakistán (actualmente amenazado en convertirse en nueva próxima víctima de la agresión del genocida ejército yanqui), y en su propio patio trasero se amplía la oposición a la continuidad de la política belicista de la Casa Blanca.
Sólo se han apuntado la muerte de Bin Laden, pero no la derrota y aniquilación Al Qaeda. Magro triunfo, pues, de qué vanagloriarse.
Y como el mandamás pone pies en polvorosa, sus aliados también han pregonado su retiro de tropas gradualmente
Ellos peleaban a su manera y el pueblo afgano a la suya. Al final éste último se lleva los laureles de la victoria estratégica.
Q. G.
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