La tristemente célebre Organización de Estados Americanos (OEA), como culminación de los “Acuerdos de Reconciliación Nacional y Consolidación del Sistema Democrático en la República de Honduras”, prohijados por la mancuerna de hierro Santos y Chávez, los que han sentado en el banquillo al defenestrado Zelaya para leerle la cartilla previamente, ha aprobado por 32 votos y el único voto en contra de Correa del Ecuador el reingreso del antinacional Gobierno de Lobos a su seno, para este 1 de junio.
Así esa desprestigiada OEA, que algunos llaman “Oficina de colonias del Departamento de Estado” de EE.UU., tiende su manto sucio para cubrir al golpista y antidemocrático régimen hondureño. Porfirio Lobo, usurpador y violador de la soberanía del pueblo de ese país, se avala de la cobertura de los gobierno proyanquistas y antipopulares del Continente, así como de los regímenes populistas reformistas burgueses suramericanos + Daniel Ortega, para legitimar las depredaciones y asesinatos del reaccionario ejército y los escuadrones de la muerte en daño de los trabajadores y pueblo de Honduras.
Abrazos, besos y risas por doquier. Pero, el único ganador, como siempre, lo es el imperialismo yanqui; quién, apenas tras bambalinas del fraguado el cuartelazo del 28 de junio de 2009 u de todas las movidas y torceduras de brazo para alcanzar lo que siempre y sin tapujos buscó: la legitimación y reconocimiento del régimen golpista de Porfirio Lobos, su retorno al seno de la OEA y seguir tejiendo la red de su prevista política de guerra preventiva en daño de los pueblos latinoamericanos.
Lobos hace como que acepta el juego “democrático” y Zelaya, a regañadientes y tragado fuerte, le besa en la mejilla fraternalmente. En las gradas Chávez, Fulnes, la Kishner y demás “progresistas y antiimperialistas”, juntitos a Santos, Martinelli y Alán García y demás cáfila de asesinos togados o entorchados, aplauden y se desean enhorabuenas. ¡Dios los cría y el Diablo los une!
“Que democracia” ni “que reconciliación”, ni ocho cuernos. El pueblo hondureño, como todos los pueblos de América latina, seguirá pagando con su sangre este amor de los Señores. Esto, hasta tanto no decida conquistar por sí mismo y para sí mismo la democracia y su independencia nacional. Es en sus manos que queda su propio destino.
Por lo pronto voceros del Frente Nacional de Resistencia Popular, una de las organizaciones que han mantenido, junto a amplios sectores populares, una oposición activa al golpismo oligárquico, a los militares fascistas y al imperialismo yanqui, no sin vacilaciones y grandes expectativas en una oposición más abierta del exPresidente Manuel Zelaya. Que hoy acepta la línea de capitulación inspiradas por sus “aliados”. Es así que un confuso “máximo representante del FNRP” hondureño, Juan Barahona, ha dejado caer palabras de desencanto: “Zelaya no conoce el sentir de las bases”.
La situación política en Honduras continúa confusa y más confusa se pondrá. “Esta supuesta reconciliación y consolidación” no ha resuelto para nada la contradicción política básica, todo lo contrario la agudizará más aún. El pueblo hondureño debe abandonar las ilusiones –sobre todo en terratenientes aburguesados y progresistas- y prepararse para una lucha dura. Ya que “Honduras quedará sin justicia si reingresa a la OEA”, dice Barahona.
Y siempre el ojo del pueblo ve claro. Máxime, con un siglo de conocerla, si ya sabe el sucio papel cumplido y por cumplir por esa vieja prostituta, que no por vieja, deja de ser alcahueta del imperialismo yanqui.
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