El Gran Sol Rojo del Amanecer

sábado, 2 de julio de 2011

LA VIOLENCIA REVOLUCIONARIA DE LOS OPRIMIDOS

Koba del Colectivo Odio de Clase

“Para conquistar la verdadera igualdad, para que haya democracia de verdad para los trabajadores, es preciso quitar primero a los explotadores todos los locales públicos y sus lujosas mansiones, hay que dar primero asiento a los trabajadores, hace falta que la libertad de sus reuniones esté protegida por los obreros armados, y no por señoritos de la nobleza ni hijos de capitalistas con graduación militar al mando de soldados embrutecidos” Lenin

A los oprimidos si queremos el cambio real y una transformación profunda de esta sociedad injusta, no nos queda otra alternativa que destruir mediante la violencia revolucionaria la actual dictadura de las clases opresoras, la mal llamada “democracia”, que en realidad solo es una “democracia burguesa”, ósea democracia para la burguesía (minoría explotadora) y dictadura para la inmensa mayoría de la población (todas las clases oprimidas).

Hay que acabar con el dominio de las ratas capitalistas y todo su séquito de correveidiles y rufianes que les sirven. Los políticos profesionales solo son títeres y mercenarios de los poderes reales, del gran capital. Los oprimidos y explotados no podemos esperar soluciones en los Parlamentos porque estos solo son instrumentos de las clases dominantes para perpetuar el actual estado de cosas.

La actual crisis económica la han provocado banqueros y capitalistas en su avaricia insaciable por la búsqueda del máximo beneficio. Los gobiernos, que durante estos años han sido cómplices de la brutal especulación y del enriquecimiento fuera de toda medida de una pequeña minoría, se han lanzado ahora a la desesperada al rescate de estos ladrones.
 Estos canallas y sus perros títeres están haciendo pagar a las clases populares, a los trabajadores, a los oprimidos las consecuencias de sus criminales actuaciones. Son tan criminales y cínicos que siendo ellos los causantes de la actual situación económica pretenden salir a flote a consta de depauperar más la situación social de las clases oprimidas.

El capitalismo sólo conoce una receta para salir de su crisis: destruir riqueza, aplastar nuestros derechos y aumentar la explotación hasta recuperar un nivel de beneficios que anime un nuevo ciclo de “prosperidad”... ¡hasta la siguiente crisis! Y las consecuencias de esto: flexibilidad laboral ósea precarizad en los trabajos y facilidad para exprimirte, despidos, paro, ataques a los salarios, hipotecas que no se pueden pagar, deterioro de los servicios públicos, recorte de las pensiones, todo de tipo de recortes sociales...


El Reformismo, al igual que aquel voluntarismo humanista, de fines del siglo XVIII, nos quiere hacer creer que es posible el cambio y la transformación sin violencia alguna, sino, por persuasión, mediante la aceptación racional y el sentimiento de libertad. En la embriaguez de su fiebre apostólica los socialistas “utópicos” creyeron que el poder de la justicia y la libertad humanas, despertarían en las conciencias un asentimiento espontáneo. ¿Qué nos dice la historia reciente de los dos últimos años? ¿Es posible un acto humano de parte de la burguesía y la oligarquía?.Todos sus actos nos dicen que NO.

Marx nos enseño que “la violencia es la partera de la historia”. Ningún revolucionario ama la violencia, pero la comprensión de la historia nos lleva al profundo convencimiento que no hay otro camino si queremos un cambio profundo. Donde no haya opresores ni oprimidos, donde todos tengamos los mismos derechos, donde no haya niños durmiendo bajo las calles ni pidiendo limosna, donde no haya ancianos que mendigan, ni las niñas tengan que prostituirse para lograr comer.


Pero solo una violencia revolucionaria organizada y dirigida por un auténtico Partido Comunista puede llevar a los oprimidos a derrocar el poder de los opresores. Cualquier expresión de violencia del oprimido frente al opresor es justa y nunca vamos a condenarla, pero solo una violencia organizada nos puede llevar a tumbar el presente sistema de opresión. Y dicha violencia revolucionaria se debe concretar en guerra popular, en mar armado de masas, en pueblo en armas. La violencia revolucionaria foquista, vanguardista, ejercida por un núcleo aislado de las masas, aunque sus pretensiones y heroísmo sean elogiables, no conducen más que a la derrota y al suicidio. Igual que el pez necesita el agua para sobrevivir, la violencia revolucionaria necesita el apoyo y participación de las masas populares para triunfar.


La única solución para la clase obrera pasa por la toma del poder político por ella misma, dirigida por un partido comunista marxista-leninista-maoísta que apunte a la destrucción del viejo Estado burgués. Sólo la dictadura del proletariado garantiza los derechos del pueblo oprimido.

El sector más resuelto de las organizaciones de los obreros y las diferentes clases revolucionarias de todos los países es el sector que impulsa siempre hacia delante a los demás y tiene la ventaja de su clara visión de las condiciones, de la marcha de los acontecimientos y los resultados generales del movimiento proletario y revolucionario. El objetivo inmediato de los comunistas es organizar a la clase en su Partido Comunista, el derrocamiento de la dominación burguesa y conquista del poder político por medio de la violencia revolucionaria.


Publicado por Odio de Clase 

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.