Este 17 de Octubre se cumplen 94 años de la Gran Revolución Socialista en Rusia. Es un nuevo aniversario que desde la perspectiva de la clase, debe servir para afirmar las posiciones revolucionarias tanto en el Ecuador como al interior del MCI.
En esta dirección, el Comité de Reconstrucción del Partido Comunista del Ecuador, ha elaborado la presente ponencia para el análisis y el debate.
Enseñanzas de la Revolución de Octubre.
1.-El imperialismo y las clases dominantes pueden ser derrocados.-Hasta antes de la Revolución de Octubre, todos los cambios políticos que se habían sucedido en el mundo no eran sino la sustitución de una clase dominante por otra, es decir las grandes masas luchaban y ponían los muertos, pero eran otros, una minoría privilegiada la que se hacía con el poder. Fue con la Revolución de Octubre, que por primera vez en la historia de la humanidad las masas pobres: principalmente obreros, campesinos e intelectuales democráticos, conquistaron cabalmente el poder en Rusia y establecieron un gobierno socialista, la dictadura del proletariado.
Con su accionar, los comunistas y revolucionarios rusos al mando de millones de trabajadores demostraron en los hechos y durante varias décadas, que el imperialismo y las clases dominantes no son tan poderosos como aparentan y que con una correcta ideología y un intenso trabajo revolucionario de masas, pueden ser derrocados. De ésta manera la humanidad entera ingresó a una nueva época definida por los bolcheviques como “la del imperialismo y las revoluciones proletarias”. El ejemplo revolucionario de los bolcheviques y el pueblo ruso ha inspirado a grandiosos procesos y luchas revolucionarias en todo el mundo siendo los más notables: la Revolución China de 1949 y las Guerras Populares que actualmente se desarrollan en la India, Perú, Filipinas y Turquía.
2.-Sobre el Partido Comunista de nuevo tipo.-Carlos Marx y Federico Engels expresaron en sus distintos trabajos teóricos y prácticos algunos lineamientos generales de los que debe ser la organización política del proletariado. Sin embargo, fue Lenin quien en el curso de la revolución rusa desarrolló magistralmente la forma, los métodos y los principios que debían regir al Partido Comunista. En primer lugar estableció que el militante comunista debía estar dispuesto a dar todo de sí para el triunfo de la revolución, lo que en términos sencillos significa “servir al pueblo de todo corazón y sin ningún cálculo personal”. En este punto vale analizar como en las filas bolcheviques hubo militantes que dejaron todo por la causa, que organizaron científicamente sus vidas para dedicarlas por completo a la revolución, que pese a estar presos, exiliados, torturados, que pese a que eran permanentemente perseguidos y hostigados por la Policía zarista, no quebraron en lo fundamental sus convicciones revolucionarias. En la actualidad, los comunistas descendientes del ejemplo bolchevique existen en varios e importantes procesos, se van forjando al calor de la más abnegada lucha de clases. Esto es muy distinto al tipo de “comunistas” que existen en los partidos revisionistas, electoreros, oportunistas, reformistas y social-demócratas quienes buscan vivir cómodamente a nombre de la revolución y tienen un fino cálculo para utilizar la membrecía revolucionaria como escalera de ascenso personal y movilidad social al interior del viejo Estado.
Lenin establece el centralismo democrático y los diversos grados de trabajo clandestino. Con el centralismo democrático le dota al Partido Comunista de la estructura y funcionamiento rigurosos sin los cuales sería prácticamente imposible enfrentarse a los enemigos de clase.
El Partido Bolchevique nos enseña además que no se puede construir un verdadero Partido Comunista si no se desata en su interior una intensa lucha ideológica, política y organizativa en torno a la defensa de los principios revolucionarios del Marxismo y en contra de todo tipo de revisionismo y oportunismo en su interior.
“"En el periodo prerrevolucionario -dice el camarada Stalin- en el periodo de evolución más o menos pacífica, en que los partido de la Segunda Internacional representaban la fuerza predominante dentro del movimiento obrero, y las formas parlamentarias de lucha se consideraban como fundamentales, en estas condiciones, el Partido no tenía ni podía tener la grande y decisiva importancia que adquirió más tarde, bajo las condiciones de los choques revolucionarios abiertos. Kautski, defendiendo a la Segunda Internacional contra quienes la atacaban, dice que los partidos de la Segunda Internacional son instrumentos de paz y no de guerra, y que precisamente por esto resultaron ser impotentes para emprender nada serio durante la guerra, en el periodo de las acciones revolucionarias del proletariado. Y esto es totalmente exacto. Pero, ¿qué significa esto? Significa que los partidos de la Segunda Internacional son inservibles para la lucha revolucionaria del proletariado, que no son partidos combativos del proletariado que conducen a éste al Poder, sino aparatos electorales adaptados a las elecciones al parlamento y a la lucha parlamentaria. Esto explica precisamente el hecho de que, durante el periodo de predominio de los oportunistas de la Segunda Internacional, la organización política fundamental del proletariado no fuese el partido, sino la fracción parlamentaria. Es sabido que en este periodo, el partido era, en realidad, un apéndice de la fracción parlamentaria y un elemento puesto al servicio de ésta. No hace falta demostrar que, en tales condiciones y con semejante partido al frente, no se podía ni hablar de preparar al proletariado para la revolución.
Pero las cosas cambiaron radicalmente al entrar en el nuevo periodo. Este nuevo periodo es el periodo de los choques abiertos entre las clases, el periodo de las acciones revolucionarias del proletariado, el periodo de la revolución proletaria, el periodo de la preparación directa de las fuerzas para el derrocamiento del imperialismo y la toma del Poder por el proletariado. Este periodo plantea ante el proletariado nuevas tareas de reorganización de toda la labor del Partido en un sentido nuevo, revolucionario, de educación de los obreros en el espíritu de la lucha revolucionaria por el Poder, de preparación y concentración de las reservas, de alianza con los proletarios de los países vecinos, de establecimiento de sólidos vínculos con el movimiento de liberación de las colonias y de los países dependientes, etc, etc. Pensar que estas tareas nuevas pueden resolverse con las fuerzas de los viejos partidos socialdemócratas, educados bajo las condiciones pacíficas del parlamentarismo, equivale a condenarse a una desesperación sin remedio, a una derrota ineluctable. Tener que afrontar estas tareas con los viejos partidos al frente equivale a encontrarse completamente desarmados. ¿Hace falta, acaso, demostrar que el proletariado no podía resignarse a semejante situación?
De aquí la necesidad de un nuevo partido, de un partido combativo, de un partido revolucionario, lo bastante intrépido para conducir a los proletarios a la lucha por el Poder, lo bastante experto para orientarse en las condiciones complejas de la situación revolucionaria y lo bastante flexible para eludir todos y cada uno de los escollos que se interponen en el camino hacia sus fines.
Sin un partido así no se puede ni pensar en el derrocamiento del imperialismo, en la conquista de la dictadura del proletariado.
Este nuevo partido es el Partido del leninismo" (Stalin, "Problemas del Leninismo"
3.-Sobre la lucha armada revolucionaria.-Los padres del socialismo científico, Marx y Engels, defendieron siempre la premisa de que “la violencia es la partera de la historia”. Siguiendo estas enseñanzas, los bolcheviques fueron aplicando la lucha armada revolucionaria al proceso ruso. En este punto queremos por un lado, defender la necesidad e inevitabilidad de la violencia revolucionaria del pueblo sin la cual no se ha registrado cambio significativo alguno en la historia, y por otro lado profundizar sobre la insurrección de Octubre en el contexto revolucionario general y como el revisionismo ha tergiversado este proceso.
El revisionismo viene sosteniendo que la toma del poder en Rusia por parte del proletariado se produjo en medio de una insurrección de un par de días y relativamente espontánea. Con esto buscan justificar su oportunismo político pues siempre dicen “es que no hay condiciones” y que la “insurrección se dará cuando las masas tomen los fusiles” en un tiempo y condiciones que nunca especifican y de una forma dogmática y subjetiva al mejor estilo de la pequeña-burguesía frasera.
En realidad la insurrección de Octubre fue solo uno de los puntos más altos de la revolución rusa, más no el único. Previamente hubo otras insurrecciones, guerra de guerrillas, intercaladas con un fuerte movimiento huelguístico e incluso una gran guerra civil frente a la contra-revolución zarista y la intervención imperialista europea entre los años 1918-1921. Es decir no fue el acto espontáneo, único, de uno o un par de días, etc. Más aun, el Partido Comunista de China con Mao Tse Tung a la cabeza, sobre la base de su propia experiencia y con el legado bolchevique desarrolló a un nuevo nivel la teoría militar del proletariado estableciendo la Guerra Popular con sus leyes, especificaciones, etc.
4.-Sobre el desarrollo teórico del Marxismo.-Carlos Marx desde un inicio planteó que su teoría revolucionaria no debía ser estudiada y aplicada como un dogma petrificado sino como una guía para la acción. En esta perspectiva, los bolcheviques, particularmente Lenin y Stalin lograron sobre la base de una gran experiencia revolucionaria desarrollar el Marxismo a un nuevo nivel. Los bolcheviques no se limitaron a recitar algunas frases marxistas como lo hacían los revisionistas de la II Internacional; al contrario siempre buscaron extraer la esencia científica e histórica de cada planteamiento y ver como se aplicaba creadoramente a la realidad de su propio proceso. E inclusive, los bolcheviques desenterraron la esencia revolucionaria del marxismo que había sido sepultada por Berstein y posteriormente por Kaustky en temas como por ejemplo el programa del Partido Comunista, las dos etapas de la revolución, etc. Es así que los aportes de Lenin permitieron un salto dialéctico en las tres fuentes que conforman el marxismo: la filosofía materialista, el socialismo científico y la economía política, lo que fue comprobado en la teoría y en la práctica. Por esta razón de manera justa el camarada Stalin propuso que los aportes de Lenin sean considerados como una nueva etapa en el desarrollo del marxismo, deviniendo así en marxismo-leninismo. Ya en ese tiempo, los revisionistas de la II Internacional pegaban el grito a cielo y se rasgaban las vestiduras diciendo que las teorías de Lenin eran aplicables solo a los países atrasados y que por tanto no debía ser considerado como leninismo. En realidad lo que buscaban era petrificar el marxismo para así justificar su entreguismo a los capitalistas en Europa. La realidad hizo trizas su dogmatismo y oportunismo. Entonces, se impuso el Marxismo-Leninismo.
Ahora pasa algo similar en el mundo. Los aportes del Presidente Mao Tse Tung en el curso de la revolución de Nueva Democracia en China, la posterior construcción del Socialismo y la Gran Revolución Cultural Proletaria han logrado dar un salto dialéctico al marxismo-leninismo en su conjunto impulsándolo a una nueva, tercera y superior etapa: el Maoísmo. Pese a que algunos dicen, sin más “argumentos” que sus propias calumnias y falsificaciones históricas, que el Maoísmo como tal no existe, es simplemente porque están cumpliendo en la actualidad el mismo papel dogmático y oportunista que hacía la II Internacional en contra del leninismo. Sin embargo el accionar de los Marxistas-Leninistas-Maoístas va ganando razón y espacios entre importantes franjas del proletariado internacional y los pueblos oprimidos. En homenaje a la Revolución de Octubre debemos enarbolar, defender y aplicar el Marxismo-Leninismo-Maoísmo.
5.-La lucha contra el revisionismo.-Este es uno de los puntos donde mayores lecciones nos deja el proceso revolucionario dirigido por los bolcheviques. La propia experiencia de los primeros círculos de estudio del marxismo en Rusia fue aleccionando a Lenin y sus seguidores que sin una lucha despiadada, frontal y permanente contra el revisionismo dentro y fuera de las filas revolucionarias, no sería posible en modo alguno emprender una real organización combativa del proletariado y mucho menos llevar a esa organización y la luchas de las masas a la conquista del poder.
Los bolcheviques vieron el enorme daño que causaban las tesis revisionistas de Berstein, Kaustky e incluso de Bakunín en la organización y lucha del proletariado y el pueblo no solo de Rusia sino de toda Europa. Entendieron que el revisionismo dividía a los sindicatos, dividía al movimiento popular, confrontaba pueblo contra pueblo, negociaba la lucha de las masas con las clases dominantes, traficaba puestos y privilegios a nombre de la revolución, etc. Por esto, los bolcheviques fueron duros contra los mencheviques, contra los “socialistas-revolucionarios” y otras facciones revisionistas. Invirtieron largas horas de debate, de confrontación y abundantes publicaciones para combatir al revisionismo. Sin esta lucha, insistimos, simplemente la Revolución de Octubre no se hubiera producido o hubiera tardado muchos años más en llevarse a cabo.
Esta enseñanza de la revolución rusa es un precioso tesoro que los comunistas y revolucionarios debemos protegerlo, analizarlo y de ahí extraer lecciones para aplicarlas a nuestros propios procesos.
Junto a la experiencia bolchevique acogemos las palabras de Mao Tse Tung: “El principal enemigo de la revolución es el imperialismo y la reacción, mientras que el principal peligro de la revolución es el revisionismo”. Por lo tanto “debemos combatir al imperialismo, la reacción y el revisionismo indesligable e implacablemente”.
Por esto nuestro Partido ha planteado combatir al revisionismo de viejo y nuevo cuño con la mayor contundencia posible como parte de la lucha revolucionaria general contra el imperialismo y la reacción.
Que sepan el viejo PC, el PS-FA, el MPD, Pachakutic, los trotskistas, bolivarianos y anarquistas que los Marxistas-Leninistas-Maoístas hemos estado, estamos y estaremos dando una dura batalla en los terrenos ideológico, político y organizativo para arrancar al movimiento sindical, estudiantil, campesino y barrial de sus garras electoreras y oportunistas, para imponer una línea roja y clasista en las organizaciones del pueblo y así conducirlo hacia el triunfo de la revolución.
6.-La relación entre las etapas democrática y socialista de la revolución.-Los revisionistas de la II Internacional enterraron durante largo tiempo las enseñanzas de Carlos Marx y Federico Engels sobre la relación dialéctica entre la revolución democrática y la socialista, en los países donde no había triunfado todavía la revolución democrático-burguesa como Alemania en la segunda mitad del siglo XIX. .
Estas enseñanzas fueron rescatadas por Lenin en numerosos trabajos teóricos, entre los que resalta el libro “Dos tácticas de la social-democracia en la revolución democrática” donde hace una exposición científica e histórica de cómo debía actuar el proletariado ruso en esta etapa de la revolución.
"El proletariado debe llevar a término la revolución democrática, atrayéndose a la masa de los campesinos, para aplastar por la fuerza la resistencia de la autocracia y paralizar la inestabilidad de la burguesía. El proletariado debe consumar la revolución socialista, atrayéndose a la masa de los elementos semiproletarios de la población, para destrozar por la fuerza la resistencia de la burguesía y paralizar la inestabilidad de los campesinos y de la pequeña burguesía”…."¡A la cabeza de todo el pueblo, y en particular de los campesinos, por la libertad total, por la revolución democrática consecuente, por la República! ¡A la cabeza de todos los trabajadores y explotados por el socialismo! Tal debe ser, en la práctica, la política del proletariado revolucionario; esta es la consigna de clase que debe informar y determinar la solución de todos los problemas tácticos, de todos los pasos prácticos del Partido obrero durante la revolución" Lenin.
Inclusive, cuando después de la Revolución de Octubre se produjo la guerra civil y posteriormente el triunfo sobre los zaristas e imperialistas en 1921, los bolcheviques aplicaron medidas que correspondían a la etapa democrática de la revolución: la Nueva Política Económica llevada a cabo entre 1921 y 1927, lo que fue denostado por el trotskismo y el anarquismo como “vuelta al capitalismo”. En todo caso, Lenin y Stalin comprendieron la inter-relación dialéctica entre las etapas democrática y socialista de la revolución.
La experiencia de la revolución china desarrolló aun más esta tesis con el planteamiento de la Nueva Democracia como dictadura conjunta de las clases revolucionarias del pueblo y paso previo al socialismo en los países oprimidos, semi-coloniales, semi-feudales.
7.-Sobre las jefaturas.-La revolución rusa, como toda revolución, produjo un puñado de jefaturas que supieron en lo fundamental sostener el proceso bolchevique: ahí tenemos al propio Lenin, Stalin, Sverdlov, Dimitrov y otros. Este punto nos debe servir para comprender dos graves errores que pueden surgir en torno a este tema como resultado de desviaciones revisionistas que consisten: por un lado negar la necesidad de que existan jefaturas que conduzcan el proceso revolucionario bajo el pretexto de que las mismas pueden traicionar, o peor aun bajo el “argumento” de combatir el “culto a la personalidad” lo que es un viejo planteamiento de Jrushov para atacar la memoria y el legado del camarada Stalin; por otro lado la desviación puede darse en centrar erróneamente todo en un individuo lo que a su vez suele ir acompañado de falta de preparación de cuadros comunistas de dirección en condiciones de proseguir un proceso y en general de un partido comunista débil ideológicamente, ejemplo de esto es Prachanda y el PCNU (M).
Frente a estos dos errores, y cogiendo fundamentalmente las experiencias de las revoluciones Rusa y China, creemos que los Partidos y Organizaciones Comunistas debemos luchar con tenacidad por dotarnos de Comités Centrales o Comités de Dirección que tengan un conjunto de cuadros comunistas probados, forjados al calor de la lucha de clases, con un buen nivel teórico, que conozcan la historia, que tengan un importante conocimiento del movimiento práctico y que, producto de todo esto, estén en condiciones de asumir la secuencia del proceso revolucionario ante la muerte, detención o deserción de uno o más jefes del Partido. Es un proceso difícil, largo y de mucha paciencia, pero los comunistas debemos apostarle a esto.
“De todos es sabido que las masas se dividen en clases, que oponer las masas a las clases no puede permitirse más que en un sentido, si se opone una mayoría aplastante, en su totalidad, sin distinguirse las posiciones ocupadas con relación al régimen social de la producción, a categorías que ocupan una posición especial en este régimen; que las clases están generalmente, en la mayoría de los casos, por lo menos en los países civilizados modernos, dirigidas por partidos políticos; que los partidos políticos están dirigidos, por regla general, por grupos más o menos estables de las personas más autorizadas, influyentes, expertas, elegidas para los cargos más responsables y que se llaman jefes.” Lenin.
8.-Sobre la participación en las elecciones burguesas.-Mucho ha especulado el revisionismo sobre la eventual participación de los bolcheviques en la Duma en los primeros años del siglo XX, sobre todo tratando de utilizar esto para “formular” una “línea política general” de participación electorera en la democracia burguesa.
Lo real es que lo bolcheviques participaron en ciertas elecciones en un periodo coyuntural muy concreto, lo que después fue aclarado por Lenin en su libro “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”.
El capitalismo tiene tres fases: mercantilista, libre empresa y monopolio. En la etapa mercantilista fundamentalmente la burguesía se encontraba disputando el poder contra el feudalismo y sus representantes, sobre todo en Inglaterra y Francia. Recién comenzaba a tomar forma el Parlamento y el régimen de la democracia burguesa. En ésta época, el proletariado era reducido y se encontraba disperso políticamente. Por lo tanto, no había comprensión de estrategias y tácticas revolucionarias más allá de los planteamientos fantasiosos de los “socialistas utópicos”.
En la segunda etapa, el capitalismo se va consolidando, es un capitalismo plenamente en ascenso, revolucionario frente al feudalismo. En los países más avanzados se establece una democracia burguesa que en algo reconocía ciertos derechos políticos de las masas como la libertad de expresión, de organización, etc. El proletariado asume conciencia de su clase social y comienza a organizarse. Es en ésta etapa, que Carlos Marx y Federico Engels, aceptan que en determinadas condiciones y países el proletariado participe en elecciones (al respecto ver la Carta a Abraham Lincoln escrita por Carlos Marx) a su vez condenaban a los anarquistas que no querían hacer ningún uso de la democracia burguesa. Desde luego esto iba acompañado de una firme campaña de denuncia y combate político respecto a que la democracia burguesa se resumen en otorgarle a los oprimidos el “derecho” de elegir cada 2 o 4 años quienes han de representarlos y aplastarlos en el Parlamento.
Viene la tercera etapa: el monopolio o imperialismo. Es un capitalismo que culminó su ascenso y florecimiento, ahora es caduco y decadente. El imperialismo es la reacción en toda la línea: la misma democracia burguesa no es sino una grotesca fachada que encubre la peor de las tiranías. Inclusive, a partir de 1920 se comienza a pasar de formas demo-liberales de gobierno a formas fascistas y corporativistas. Los bolcheviques aplicaron el boicot a la duma zarista de 1905. En otras como la de 1907 participaron. Tomar en cuenta que para ese entonces, no estaba claro que el capitalismo había ingresado a su última etapa el imperialismo y por ende actuaban conforme a la etapa de libre empresa. Recién en 1916, en plena Primera Guerra Mundial, es cuando Lenin desarrolla la tesis del imperialismo en su gran obra: “El Imperialismo, fase superior del capitalismo” en la que se concluye que el imperialismo “es la reacción en toda la línea”. Es decir, los bolcheviques dan un salto dialéctico en lo ideológico-político. Como resultado de aquello, Lenin en su obra “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” escrita después de la conquista del poder, claramente advierte que no puede dar una receta general de cuando es útil el boicot electoral y que tampoco es correcta la vieja afirmación (correspondiente a la fase de libre empresa) de que no participar en elecciones es un error.
“Indudablemente, quien de un modo general siguiera sosteniendo la vieja afirmación de que abstenerse de participar en los parlamentos burgueses es inadmisible en todas las circunstancias, estaría en un error. No puedo intentar formular aquí las condiciones en que es útil el boicot, porque el objeto de este artículo es más modesto: se reduce sólo a analizar la experiencia rusa en relación con algunas cuestiones actuales de táctica comunista internacional.” Lenin, 1920.
Este es el real contexto histórico, general y concreto en que los bolcheviques participaron en un par de elecciones burguesas antes de comprender plenamente que se había ingresado a la fase monopólica o imperialista.
“Todo intento directo o indirecto de considerar la cuestión de la Asamblea Constituyente desde un punto de vista formal, legal, dentro del esquema de la democracia ordinaria burguesa y sin el concernimiento de la lucha de clases y la guerra civil, será una derrota para la causa proletaria, y la adopción de los puntos de vista burgueses.” Lenin
La lección que hay que extraer es que si en la etapa del capitalismo de libre empresa se podía participar en las elecciones burguesas en determinadas condiciones y países inclusive con candidatos propios, en la época del capitalismo monopólico o imperialista no solo que resulta un error participar en las elecciones burguesas a la manera “antigua” sino que se constituye en cretinismo parlamentario. En esta etapa histórica de la lucha de clases, lo que corresponde es utilizar las elecciones burguesas exclusivamente con fines de agitación y propaganda y aplicar el boicot electoral en medio del ascenso revolucionario de las masas.
9.-La lucha por el Poder.-Esta es una de las grandes enseñanzas bolcheviques. El objetivo final de los comunistas es la instauración de la sociedad sin clases, el comunismo. Pero previamente necesitamos tener el poder, ya sea por medio del Estado de Nueva Democracia y/o por medio del Estado de Dictadura del Proletariado. El Partido Comunista no se constituye en sí para ser partido, sino para preparar la guerra popular, para luchar por el poder.
Lenin lo tenía muy claro, de ahí su célebre frase: “Salvo el poder, todo es ilusión”. Los bolcheviques generaron nuevo poder a través de los Soviets de obreros, campesinos y soldados, poder que no importaba que no sea legal ante el sistema de los capitalistas sino que sea legítimo ante los ojos de las grandes masas de trabajadores. En el transcurso de la Revolución de Octubre, los Soviets pasaron de tener el poder de facto en Rusia a tener el poder total al ser derribado el viejo Estado burgués/zarista.
Mao Tse Tung desarrolló magistralmente la lucha por el poder en los países oprimidos. Ésta lucha se concreta en desplegar la Guerra Popular desde el campo a la ciudad, a través de la construcción de Bases de Apoyo Revolucionarias como Nuevo Poder que va surgiendo conforme va siendo destruido el Estado burgués-terrateniente hasta culminar con la conquista del poder en todo el país, establecer la República Popular y el Estado de Nueva Democracia.
10.-El trabajo de masas.-La experiencia de los bolcheviques en este tema es enorme, pero nos limitaremos a exponer unos breves puntos que son de gran utilidad para el trabajo del Partido con las masas: a) Hacer de la prensa central del Partido una valiosa herramienta para organizar, politizar, propagandizar y agitar a las masas; b) Ya sea que se trate de la etapa democrática de la revolución o de la etapa socialista, el Partido debe contar con un programa político que le permita dejar claramente establecido entre el proletariado y el pueblo cual es el tipo de Estado y de Gobierno que propone, a fin de darle una bandera de lucha estratégica a las masas y evitar que el fascismo nos aísle; c) Involucrarse y promover las luchas del pueblo. En la medida de lo posible los comunistas debemos ir allí donde las masas estén luchando y darles nuestros apoyo y puntos de vista; y organizar y dirigir luchas de nuevo tipo; d) Combinar adecuadamente la lucha reivindicativa con la lucha política: está claro que la pura lucha reivindicativa degenera en economicismo y gremialismo; pero a su vez la lucha estrictamente política no permite, generalmente, aglutinar adecuadamente a las masas. En virtud de lo cual se debe combinar adecuadamente y siempre la lucha por reivindicaciones inmediatas como el salario, el agua, la comida, una carretera, etc., con la lucha política en contra del fascismo, contra las guerras imperialistas, por la alianza obrero-campesina contra burgueses y terratenientes, etc.; y, e) Los comunistas tenemos que ser quienes prendemos a las masas en la lucha de clases, esto quiere decir que no podemos ser jamás conciliadores con los enemigos de clase, sino que debemos ir a las asambleas y luchas del pueblo a agitar las aguas, a demostrar la real naturaleza de clase de los gobiernos, a sembrar odio de clase entre explotadores y explotados. No olvidar nunca que los comunistas y revolucionarios trabajamos para poner al desnudo todas las contradicciones de clase y no para taparlas, trabajamos para agudizar la lucha de clases y no para amortiguarla, trabajamos para incendiar este viejo sistema de opresión y no para ser bomberos de la revolución.
¡VIVA LA REVOLUCIÓN DE OCTUBRE!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO!
¡ABAJO EL IMPERIALISMO, LA REACCIÓN Y EL REVISIONISMO!
¡ORGANIZAR AL PUEBLO PARA LA GUERRA POPULAR!
COMITÉ DE RECONSTRUCCIÓN
PARTIDO COMUNISTA DEL ECUADOR
16/10/2011
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