El Gran Sol Rojo del Amanecer

martes, 28 de agosto de 2012

MAO: EL MARXISMO Y LA GUERRA REVOLUCIONARIA



    Las clases luchan, unas clases salen victoriosas, otras quedan eliminadas. Así es la historia, así es la historia de la civilización de los últimos milenios. Interpretar la historia desde este punto de vista es materialismo histórico; sostener el punto de vista opuesto es idealismo histórico.
Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha
(14 de agosto de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.



    Los cambios que se producen en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de sus contradicciones internas, es decir, las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre las clases y entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por la nueva.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.

   
En la sociedad de clases, las revoluciones y las guerras revolucionarias son inevitables; sin ellas, es imposible realizar saltos en el desarrollo social y derrocar a las clases dominantes reaccionarias para que el pueblo conquiste el Poder.
Sobre la contradicción
(agosto de 1937),
Obras Escogidas, t. I.



    La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la toma del Poder por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países.
Ibíd.


    La guerra, que ha existido desde la aparición de la propiedad privada y las clases, es la forma más alta de lucha para resolver las contradicciones entre clases, naciones, Estados o grupos políticos, cuando estas contradicciones han llegado a una determinada etapa de su desarrollo.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.

    La guerra es la continuación de la política. En este sentido, la guerra es política, y es en sí misma una acción política. No ha habido jamás, desde los tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter político. (...) 
    Pero la guerra tiene sus características peculiares, y en este sentido, no es igual a la política en general. La guerra es la continuación de la política por otros medios. Cuando la política llega a cierta etapa de su desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por los medios habituales, estalla la guerra para barrer el obstáculo del camino. (...) Cuando sea eliminado el obstáculo y conseguido nuestro objetivo político, terminará la guerra. Mientras no se elimine por completo el obstáculo, la guerra tendrá que continuar hasta que se logre totalmente el objetivo. (...) Se puede decir entonces que la política es guerra sin derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


  Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El Poder nace del fusil.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.
 
  La lucha nacional es, en último término, un problema de la lucha de clases. Entre los blancos en los EE.UU., solo los reaccionarios círculos dominantes son los que oprimen a los negros. Ellos no representan en modo alguno a los obreros, los campesinos, los intelectuales revolucionarios y otras personalidades razonables que constituyen la aplastante mayoría de los blancos.
Declaración de apoyo a los negros norteamericanos
en su justa lucha contra la discriminación racial
del imperialismo norteamericano
(8 de agosto de 1963).

    A nosotros nos incumbe organizar al pueblo. En cuanto a los reaccionarios chinos, nos incumbe a nosotros organizar al pueblo para derribarlos. Con todo lo reaccionario ocurre igual: si no lo golpeas, no cae. Esto es como barrer el suelo: por regla general, donde no llega la escoba, el polvo no desaparece solo.
La situación y nuestra política después de la
victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón

(13 de agosto de 1945),
Obras Escogidas, t. IV.


    Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan pausada y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase derroca a otra.
Informe sobre la investigación del movimiento campesino en Junán
(marzo de 1927)
Obras Escogidas, t. I.


    Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una cuestión de importancia primordial para la revolución. Todas las anteriores luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron magros resultados, esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los verdaderos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido revolucionario es el guía de las masas, y cuando las descamina, ninguna revolución puede triunfar. A fin de conquistar con seguridad la victoria en la revolución y no descaminar a las masas, tenemos que cuidar de unirnos con nuestros verdaderos amigos para atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y para distinguir a los amigos verdaderos de los verdaderos enemigos, tenemos que hacer un análisis general del status económico de las clases de la sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.
Análisis de las clases de la sociedad china
(marzo de 1926)
Obras Escogidas, t. I.


    Son nuestros enemigos todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudillos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad subordinado a ellos. El proletariado industrial es la fuerza dirigente de nuestra revolución. Nuestros amigos más cercanos son el semiproletariado en su totalidad y la pequeña burguesía. En cuanto a la vacilante burguesía media, su ala derecha puede ser nuestro enemigo, y su ala izquierda, nuestro amigo; pero debemos mantenernos constantemente en guardia y no permitirle a esta que cree confusión en nuestro frente.
Ibíd.


    Debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y oponernos a todo lo que el enemigo apoye.
Entrevista con tres corresponsales de la Agencia Central
de Noticias y de los periódicos Saodang Bao y Xinmin Bao

(16 de septiembre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.


    Los imperialistas y los reaccionarios del país jamás se resignarán a su derrota; forcejearán hasta el fin. Aun después de establecida la paz y el orden en todo el país, se entregarán a labores de zapa y provocarán disturbios en mil formas; tratarán a diario y en todo momento de restaurar su Poder en China. Esto es inevitable y está fuera de dude; nunca debemos relajar nuestra vigilancia.
Discurso de apertura en la I Sesión Plenaria de la
Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino
(21 de septiembre de 1949).


    La guerra revolucionaria es una antitoxina, que no sólo destruirá el veneno del enemigo, sino que también nos depurará de toda inmundicia. Toda guerra justa, revolucionaria, está dotada de una fuerza inmensa, capaz de transformar muchas cosas o abrir el camino a su transformación. La guerra chino-japonesa transformará a China y al Japón. Siempre que China persista en la Guerra de Resistencia y en el frente único, el viejo Japón será convertido en un nuevo Japón, y la vieja China, en una nueva China, y tanto en China como en el Japón hombres y cosas se transformarán en el curso de esta guerra y después de ella.
Sobre la guerra prolongada
(mayo de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Sin la lucha armada, en China no habrá lugar para el proletariado, ni para el pueblo, ni para el Partido Comunista, y la revolución no podrá triunfar. Es en medio de guerras revolucionarias que nuestro Partido se ha desarrollado, consolidado y bolchevizado en los dieciocho años pasados; sin la lucha armada, el Partido Comunista no habría llegado a ser lo que es hoy. Ningún camarada del Partido debe olvidar jamás esta experiencia que hemos pagado con sangre.
Presentación de 'El Comunista'
(4 de octubre de 1939),
Obras Escogidas, t. II.



    Según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo, tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta gente nos ridiculiza calificándonos de partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra. Sí, somos partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista. Con sus fusiles, los comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros crearemos una república democrática. La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo nos demuestra que sólo mediante la fuerza del fusil la clase obrera y las demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se puede transformar el mundo entero.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    Somos partidarios de la abolición de la guerra; no deseamos la guerra. Pero la guerra sólo se puede abolir mediante la guerra. Para acabar con los fusiles, se debe empuñar el fusil.
Ibíd.


    La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente liquidada, en un futuro no lejano, por el progreso de la sociedad humano. Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de clase. (...) Cuando la sociedad humana llegue a una etapa en que sean eliminados las clases y los Estados, ya no habrá guerras, contrarrevolucionarias o revolucionarias, injustas o justas. Esa será la era de la paz eterna para la humanidad. Al estudiar las leyes de la guerra revolucionaria partimos de la aspiración a eliminar todas las guerras. He aquí la línea divisoria entre nosotros, los comunistas, y todas las clases explotadoras.
Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China
(diciembre de 1936),
Obras Escogidas, t. I.


    Los mandos y combatientes del Ejército Popular de Liberación de ningún modo deben relajar ni en lo más mínimo su voluntad de combate; toda idea que tienda a relajar la voluntad de combate o a subestimar al enemigo, es errónea.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China

(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV.


    Sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo.
Sobre el gobierno de coalición
(24 de abril de 1945),
Obras Escogidas, t. III.


    Este ejército es fuerte porque todos sus hombres poseen una disciplina consciente; ellos se han unido y luchan, no por los intereses privados de unos cuantos individuos o de un estrecho grupo, sino por los intereses de las amplias masas populares y de toda la nación. El único propósito de este ejército es mantenerse firmemente junta al pueblo chino y servirlo de todo corazón.
Ibíd.

   
Nuestro principio es: el Partido manda al fusil, y jamás permitiremos que el fusil mande al Partido.
Problemas de la guerra y de la estrategia
(6 de noviembre de 1938),
Obras Escogidas, t. II.


    El Ejército Rojo de China es una organización armada que ejecuta las tareas políticas de la revolución. Especialmente en el momento actual, el Ejército Rojo de ningún modo debe limitarse a combatir; además de combatir para destruir las fuerzas militares del enemigo, debe tomar sobre sí importantes tareas, tales como hacer propaganda entre las masas, organizar a las masas, armarlas, ayudarlas a establecer el Poder revolucionario, y hasta establecer organizaciones del Partido Comunista. El Ejército Rojo no combate meramente por combatir, sino para hacer propaganda entre las masas, organizar a las masas, armarlas y ayudarlas a establecer el Poder revolucionario. Sin estos objetivos, el combate perderá su sentido, y el Ejército Rojo, su razón de ser.
Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido
(diciembre de 1929),
Obras Escogidas, t. I.


    El Ejército Popular de Liberación es siempre un destacamento de combate. Aun después de la victoria nacional, continuará siéndolo durante el período histórico en que aún no hayan sido abolidas las clases en nuestro país y exista en el mundo el sistema imperialista. Respecto a este punto no debe haber ningún malentendido ni vacilación.
Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido
en el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China

(5 de marzo de 1949),
Obras Escogidas, t. IV).


    Todos nuestros mandos y combatientes deben tener siempre en cuenta que somos el gran Ejército Popular de Liberación, ejército dirigido par el gran Partido Comunista de China. A condición de que observemos constantemente las directivos del Partido, alcanzaremos la victoria.
Manifiesto del Ejército Popular de Liberación de China
(octubre de 1947),
Obras Escogidas, t. IV.
   
Tanto el dogmatismo como el revisionismo son contrarios al marxismo. Inevitablemente, el marxismo avanzará, progresará con el desarrollo de la práctica y no permanecerá estático. Quedaría sin vida si se estancara y se estereotipara. No obstante, nunca se pueden violar los principios básicos del marxismo; violarlos es cometer errores. Es dogmatismo enfocar el marxismo desde el punto de vista metafísico y considerarlo como algo rígido. Es revisionismo negar los principios básicos del marxismo, la verdad universal del marxismo. El revisionismo es una variedad de la ideología burguesa. Los revisionistas intentan borrar lo que distingue al socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la linea socialista, sino la capitalista. En las circunstancias actuales, el revisionismo es más pernicioso que el dogmatismo. Una de nuestras importantes tareas presentes en el frente ideológico es criticar el revisionismo.
Ibíd.


    El revisionismo u oportunismo de derecha es una tendencia ideológica burguesa; es más peligroso que el dogmatismo. Los revisionistas, oportunistas de derecha, alaban de palabra el marxismo; también atacan el dogmatismo, pero lo que atacan es precisamente la quintaesencia del marxismo. Combaten o tergiversan el materialismo y la dialéctica; combaten o intentan debilitar la dictadura democrática popular y la dirección del Partido Comunista; combaten o intentan debilitar la transformación y la construcción socialistas. Incluso después de la victoria fundamental de la revolución socialista en nuestro país, queda todavía un cierto número de gentes que sueñan con restaurar el sistema capitalista; estas gentes luchan contra la clase obrera en todos los frentes, incluido el ideológico. Y en esta lucha, tienen en los revisionistas a sus mejores asistentes.
Sobre el tratamiento correcto de las
contradicciones en el seno del pueblo

(27 de febrero de 1957)
[Obras Escogidas, t. V].

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.