El Gran Sol Rojo del Amanecer

sábado, 5 de enero de 2013

Odio de Clase: RESPONDIENDO A EXABRUPTOS (CONTESTACIÓN A JM ÁLVAREZ)



"Mira provocador que me has tocado los cojones, en Kaos provoqué yo mi salida por unas circunstancias que todos saben ahora: su deriva pequeñoburguesa
¿Tu que carajo sabes de mi? ¿Sabes donde he estado yo metido mientras tu perdias el tiempo peleandote con tus superrevolucioonariadas?
Mejor te callas la boca" (JM Álvarez, 4 de enero de 2013 11:28)

 Los anteriores exabruptos, escritos por JM Álvarez al hilo de una discusión política -http://jmalvarezblog.blogspot.com.es/2013/01/como-ser-antiimperialista-y-combatir.html - son prueba inequívoca de la falta de temple en el debate, un debate en el que el camarada Sade, según puede comprobarse cargando el enlace, no empleó ni una sola palabra malsonante. El insulto en política, como ya nos advertía Lenin hace años, es prueba inequívoca tanto de endeblez teórica como militante.

Estamos seguros de que si fuera tan fácil demostrar que el imperialismo gran ruso o el fascismo chino son fuerzas antiimperialistas y progresivas, quienes los defienden con tristes sarcasmos ("superrevolucionarios", nos llaman) y tan débiles argumentos no tendrían necesidad de recurrir al fácil expediente del insulto y la pérdida de papeles.

Y es que en realidad es muy difícil demostrar sin puñetazos en la mesa, sin apretar el botón de la censura o sin incurrir en falacias lógicas que Putin o el P"C"Ch sean antiimperialistas:

a) Lo que en ODC hemos llamado "conspiratismo" tiende sistemática y acríticamente a identificar el antiimperialismo con todo agredido por el imperialismo, así, sin más, sin recordar que las guerras de redivisión son guerras interimperialistas o que la historia está plagada de agresiones imperialistas a regímenes reaccionarios, como fue el caso de la invasión hitleriana en 1938 de la Austria de Dollfuss-Schuschnigg o la más reciente de la OTAN contra Libia.

b) El conspiratismo identifica, también sin más, imperialismo con agresión militar, excluyendo del concepto de imperialismo, de un modo arbitrario y abiertamente antileninista, el resto de formas de presión, injerencia y control de los asuntos internos de otros estados.

Dados a) y b), el conspiratismo se lanza a tumba abierta a los mayores disparates antimarxistas donde tienen cabida todo tipo de falacias: "como Chávez dice que Gaddafi es antiimperialista entonces Gaddafi es antiimperialista" caso paradigmático de argumentum ad verecundiam con el que, sin entrar en una valoración de la fuente, de un plumazo nos ahorramos el análisis de la lucha de clases en Libia y de su papel internacional antes de la intervención imperialista de la OTAN; "inferencias logico-políticas" del estilo Stalin=Khruschev=Putin, liquidando por las buenas cualquier matiz diferenciador que pudiera existir entre marxismo-leninismo, revisionismo y capitalismo en su fase imperialista; "existe un capitalismo bueno, el de Rusia y China, y otro malo, el de EEUU y la UE" que, al menos en términos abstractos, reproduce la fórmula pequeño burguesa del capitalismo de rostro humano repetida ad nauseam desde hace más de un siglo por la socialdemocracia, etc.

Desgraciadamente, hoy, una parte de la izquierda estatal se debate entre estos argumentos conspiratistas y los de quienes defienden que el agredido por el imperialismo y el agresor imperialista son lo mismo, Gaddafi=OTAN, Stalin=Hitler. Afortunadamente, también hoy, disponemos del marxismo-leninismo-maoismo para destruir esa falsa antítesis conspiratistas-ninistas, esta supuesta oposición de contrarios que no son sino sucesivos escollos que los comunistas debemos superar en nuestra tarea histórica de construcción del partido y la revolución.

Esperamos vivamente que JM Álvarez recupere el análisis correcto, marxista, de la realidad y que lo aplique rigurosamente a los regímenes chino y ruso "realmente existentes", lo que le permitirá no sólo desentrañar su naturaleza explotadora y reaccionaria, esencialmente anticomunista, sino también discutir con el temple que nunca debe perder quien asume que la realidad toda es contradictoria, según nos enseñaron Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao.

Colectivo ODIO DE CLASE



ALREDEDOR DE LA CUESTIÓN DEL ENEMIGO PRINCIPAL EN NUESTRA ÉPOCA
por Quibian Gaytan

Comienza esta entrada del 2013 con una agria polémica entre los camaradas del blog Odio de Clase y J. M. Álvarez propietario de conocido blog. Centro del debate resulta ser un tema de candente actualidad. A saber, ¿es el imperialismo USA y la UE el enemigo principal único de los pueblos del mundo y no también Rusia y China porque presentados como “no agresivas”,  “pacifistas” y de algún modo “salvaguardas de la independencia y de la paz entre las naciones y países”?. Para los camaradas de Odio de Clase resulta que tanto bloque USA-UE y como el bloque Euroasiático (China y Rusia, centralmente) forman en su conjunto el aspecto imperialista de la contradicción fundamental de la época, mientras que los pueblos, naciones y países nacionalmente mermados y amenazados formarían el otro aspecto de dicha contradicción. En cambio para J. M. Álvarez, y otra miríada de intelectuales de izquierda y autoconvencidos antiimperialistas e inclusive algunos reclamados marxista-leninista-maoístas que, en sus denuncias de la agresividad y atrocidades cometidas en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Libia, Panamá y una larga, centrándose sobre de las potencias imperialistas occidentales, al mismo tiempo miran con papel de tornasol, cuando no simplemente minimizan el peligro del imperialismo euroasiático. Que está ahí y no puede negarse su existencia real.

Posición esta sumamente peligrosa dado que, por un lado distorsionan y ocultan el real carácter burgués imperialista de la guerra global que se desenvuelve actualmente ante nuestros ojos; por el otro, desarman ideológica y políticamente a la clase obrera internacional, a las masas populares y a las fuerzas pacifistas democráticas de todo el mundo. Llevándolas con sus medias verdades y medias mentiras a una tal situación que les impediría comprender la actual situación de guerra general. Que se trataría, no simplemente de una situación de guerra focalizada, la guerra de las potencias imperialistas occidentales coaligadas contra aislados países tercermundistas, sino de una confrontación bélica interimperialista global la que se está desenvolviendo ante nuestros ojos, y para la cual no se está en condiciones de detenerla y menos darle una respuesta mundial contundente  a todos los bandidos imperialistas por igual.

De otro modo, aunque no sean conscientes de ello, Álvarez y demás bloggeros comentaristas internacionales, en esta segunda década del 2000, simplemente están repitiendo el mismo error de principios que cometieron los revisionistas chinos de Chou En-lai, Teng Tsiao-ping y la camarilla derechista  partidaria de la restauración capitalista. Los que distorsionando una clara y correcta Línea Estratégica de política internacional, dictada para el Partido Comunista chino y el Estado Socialista del camarada Mao, como lo era la Teoría de los Tres Mundo, la utilizaron como instrumento de forjamiento de alianza estratégica con el imperialismo estadounidense, no simplemente como medio de enfrentar al agresivo socialimperialismo soviético, sino para crear condiciones propiciatorias para romper el frente de la revolución proletaria mundial y favorecer sus planes de derrocamiento de la Dictadura del Proletariado y su suplantación con la dictadura de la burguesía monopolista burocrática de Estado, liquidar el socialismo y restaurar el capitalismo. Contrastar y paralizar la agresión armada de la burguesía monopolista pan-soviética, apoyándose en el imperialismo estadounidense, pero cuando pensaban que neutralizaban a éste, dado que se daba por supuesto la “decadencia” del mismo. Salvo que olvidaban, con el cambio de la correlación de fuerzas internacionales abrían oportunidad a la retoma de la iniciativa político-militar por los Estados Unidos de Norteamérica y a su contraofensiva hegemonizadora que a renglón seguido se inició, y generando mayor agudizamiento de la contradicciones fundamentales en el planeta. Cosecharon los revisionista tengtsiaopinistas todo lo contrario de lo que habían buscado.

Estas desaforadas guerras de agresión y/o de intervenciones  armadas ilegales desatadas por el imperialismo, en concreto por la superpotencia USA, efectuadas como resultado de sus sueños locos de hegemonización mundial, y que ha tenido como presa de caza inmediata aquellos países conformantes del otrora imperio neocolonial soviético, ha traído devastadores consecuencias en la visión y modo de pensar de la izquierda, ayer nomás prosocialimperialista y revisionista, de todo el mundo. Tratando de rescatar los restos de la vieja concepción (pasada como “marxista” e incluso “marxista-leninista”), comenzaron a mirar la realidad económica,  política y militar, con ojos tuertos. Con el bueno sólo ven al Imperialismo estadounidense, y  sus aliados de la UE, y su ofensiva militar generalizada. Es el enemigo principal, el enemigo único de la humanidad de hoy. Por el otro, el tuerto, sólo vacío. Ciegos voluntarios o por convicción consciente se niegan a tomar en cuenta el otro aspecto de la contradicción fundamental mundial –imperialismo vrs pueblos. Naciones y países en vías de colonización-, la existencia y peligrosidad del bloque euroasiático tan imperialista, famélico y expansionista como aquellos.

Desconcertados, por ayunos de una guía ideológica estatal, recordemos ya no existen ni la URSS de Brezhnev, menos la de Stalin, impotentes de hacer recurso al método marxista-leninista de análisis de la realidad concreta de nuestros días con su propia cabeza y rechazando en su exceso intelectualista al marxismo-leninismo-maoísmo, pacifistas burgueses ellos mismos,  se tiran a las aguas negras de la política de apoyarse en un imperialismo para enfrentar al otro. Rechazando airadamente toda esa rica experiencia histórica del Movimiento Comunista Internacional que va de la Primera Guerra  Imperialista Mundial, los primeros Congresos de la 3r. Internacional, vivo Lenin, hasta todo ese período de consolidación de la Internacional Comunista, la II Guerra Imperialista Mundial y la Kominform -desenvuelto bajo la guía del camarada Stalin- hasta el completamiento de la contrarrevolución en la URSS, Europa Oriental y Asia, con lo cual cometen craso error. Es por ello que repudian, asimismo, esa otra de que un partido revolucionario, como el partido comunista, no al poder, no puede aliarse por motivo o excusa alguna a un imperialismo para combatir a otra potencia imperialista. Ni por principios ideológicos normativos, ni por Línea estratégica o por línea táctica es permisible hacer eso. Hacer tal alianza, formal o de hecho, por motivos tácticos o coyunturales, es el más flagrante oportunismo, traición. En fin, traicionar la misión histórica revolucionaria del proletariado, comprometer el futuro de la revolución y construcción socialistas.

Valgan aquí dos ejemplos. El Partido Comunista de Francia, el cual desde la agresión del fascismo hitleriano al país, ha dirigido y combatido en primera línea en la guerra nacional de liberación antifascista. Él ha organizado de hecho un nuevo ejército popular democrático y Consejos Nacionales de  Liberación (forma nueva de poder estatal) en reemplazo del podrido y reaccionario Estado bancarroteado por la agresión y la colaboración. En momento cuando la guerra de liberación alcanza su punto de viraje pacta con el viejo ejército y el gobierno en el exilio, burgués gaullista. Con ello, no simplemente no toma el poder, permite la reconstitución del viejo Estado burgués, acepta él mismo colaborar con dicho poder y dos ministerios intranscendentes; congela el impulso revolucionario de las masas obreras y campesinas de ir hacia el socialismo y, lo más grave de todo, impulsa el mismo el desarme de la clase obrera. El Partido Comunista francés no ha tomado en cuenta para nada las experiencias revolucionarias  de la clase obrera francesa. En vano han sido las enseñanzas de las insurrecciones obreras de 1830, 1848 y de 1871 y ha olvidado en el momento cumbre de la lucha nacional y de clases las lecciones que le ha legado Carlos Marx. En fin, que se ha negado a hacer la revolución, traicionado a la clase obrera.

¿Por qué ha ocurrido eso? Ha ocurrido eso por las  razones siguientes: Primo, la intoxicación de la Dirección partidaria (Thorez, Duclos y demás) por el parlamentarismo y la infección revisionista que ya había tomado cuerpo en el partido; Secundo, la Dirección partidaria ha confundido una alianza táctica, circunstancial, con la facción antifascista de la burguesía no-monopolista con una alianza estratégica con la burguesía en su conjunto, como un bloque único, lo  que era traducible con la hegemónica fracción monopolista de la burguesía que ni  había combatido y que sí, directa o indirectamente, había colaborado y sostenido al ocupante hitleriano; Tertio, en pobrísima imitación de la política de alianza dictaminada por el camarada Stalin para la URSS – allí el Partido estaba en el poder-, el Partido Comunista de  Francia buscó, aceptó y suscribió una alianza con los imperialistas ingleses y estadounidenses.

Veamos ahora el caso del Partido Comunista de Italia. Desde antes de la instauración de la dictadura fascista el PCI ha sido el objetivo central de los golpes del fascismo. Se abatieron sobre él violencias inenarrables: asesinatos, golpizas, represiones sangrientas. Luego de impuesta la dictadura terrorista abierta llovieron sobre de él más golpizas, asesinatos, persecución, ilegalización, encarcelamientos y más muertes. Así fue y siguió siendo, ya en plena II Guerra Mundial, el Partido, reconstituidas sus filas, convocó a la guerra de liberación antifascista. Se constituyó un Frente Nacional Antifascista, se organizó el ejército popular antifascista y según se desarrollaba la guerra revolucionaria se constituyeron los Consejos Nacionales de Liberación. No cabe aquí el entrar en detalles, pero en Italia se repitió punto por punto, no sin algunas variante folclóricas, paso por paso, lo sucedido en Francia. El PCI también rindió honores a la unidad nacional, desarmó no sin alguna resistencia a la clase obrera y disolvió al ejército popular antifascista. Para terminar acomodándose al parlamentarismo, cazando dos o tres ministerios de segunda (creo uno era de “Telégrafos”), finalmente, para terminar echado de un puntapié del “gobierno”. ¿Qué? Pues que se avino a “apoyarse en dos imperialismos para combatir a otro”. Para que sus “aliados” imperialistas y la gran burguesía italiana le aceptasen en el mundo oficial de postguerra hubo de aceptar renunciar a la revolución proletaria, a la perspectiva de construir el socialismo en Italia  e inclusive a su propia identidad de partido proletario independiente del sistema capitalista.

Vemos pues, en estos dos breves bosquejos, en que se traduce esa política oportunista de derecha y de conciliación de clases consistente en “apoyarse en un imperialismo para combatir a otra potencia imperialista”: Comprometer y traicionar la más de las sagradas misiones históricas de la clase obrera, la revolución y construcción socialista.
Pero, no  quiero terminar así. Déjenme remarcarle otros dos ejemplos, ahora en sentido positivo y revolucionario proletario. El Partido Comunista de Albania, con la dirección del camarada Enver Hoxha, el cual ha dirigido la guerra de liberación nacional antifascista, organizado el Ejército de Liberación  Nacional y establecido sólidamente los Consejos Nacionales de Liberación Nacional como nuevo poder revolucionario, como nuevo Estado, no aceptado ninguna alianza con la potencias imperialistas antifascistas, es más les ha expulsado del territorio nacional y; realizado de seguido la revolución democrático-popular, con la dirección de la clase obrera, y avanzado a la construcción de la sociedad socialista.

De seguido, el caso del Partido Comunista de China dirigido por su Presidente camarada Mao  Tse-tung. El cual, luego de vencer militarmente al imperialismo japonés y en la guerra civil contra la burguesía burocrática china, sin apoyarse mínimamente en la política de “apoyarse en un imperialismo para vencer a otro imperialismo”, culmina exitosamente la revolución de  Nueva Democracia, implanta como nuevo poder el  Estado  Democrático-Popular y avanza a la revolución y construcción socialista proletaria.
Se equivoca pues Álvarez, con él todo ese puñado de analistas internacionales, con sus brújulas ideológicas perdidas, al tratar de dar respuesta la actual situación en el planeta y el peligro de una nueva carnicería mundial a margen de la única visión y línea científico revolucionaria, el marxismo-leninismo-maoísmo.

En la actual situación internacional, de maduración al extremo de las contradicciones fundamentales en el mundo, monocolor y monopolar y en la que a su vez han madurado los factores de la revolución proletaria, ¿cuál resulta ser la única línea estratégica para los auténticos comunistas y pacifistas democráticos? Denunciar y combatir revolucionariamente, en los países dominados por el bloque imperialista occidental, a los propios imperialistas, el transformar la guerra(s) imperialista(s) en guerra popular y apoyarlas en los países agredidos, según el caso, por la nueva democracia popular y/o por el socialismo; en el bloque euroasiático –esto es China Y Rusia- desenmascarar  su real  rostro imperialista, aplicar el derrotismo y esforzarse por llevar a las masas obreras y masas populares  a la guerra civil por el socialismo. Esa es la única táctica justa, cónsona con el marxismo-
leninismo-maoísmo.

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.