ASN promete no ser más atrapados espiando a aliados
por Quibian
Gaytan
Por
los documentos hechos públicos por Snowden, un ex-agente de la Agencia de
Seguridad Nacional de USA y hoy refugiado en Rusia, el mundo atónito ha venido
a conocimiento del masivo y generalizado espionaje que dicha superpotencia imperialista
ha estado haciendo en contra de aliados,
no tan aliados y potenciales enemigos. El escándalo ha sido mayúsculo y
provocado una generalizada ola de protestas de los Estados soberanos por tamaña
ofensa nacional y violación de la soberanía estatal.
Obama,
el Tío Tom de la Casa Blanca, ha mascullado apenas algo parecido a una disculpa.
Pero, por el irrespeto a la dignidad de los Estados allende Washington que
conllevan, parecen más el persistir avalando tan bochornoso acto inamistoso e
ingerecionista. Si quedase dudas, por la actitud retichera en reconocer la
propia culpa del presidente, lavándole la cara y las manos cogidas en la masa, voceros
del complejo militar-industrial estadounidense abierta y provocadoramente han reafirmado lo que verdaderamente piensan del asunto. Tenemos el “derecho” de
espiar a quién sea y dónde sea es lo que en resumen nos vienen a decir.
Eso lo ha confirmado un alto funcionario de la ASN
(por sus siglas en castellano), en vano intento de lavarle la cara y las manos
cogidas en la masa a su mayordomo en jefe,
quién se ha dado el tupé de intentar cubrirlo echándole el lodo a su partners
de los Estados “aliados”, con mensa cara de concreto declarando: "que la ASN recogía decenas de millones de
llamadas telefónicas, son completamente falsas" (¡Miente sabiendo de
mentir! Cuando es público y notorio que sus embajadas en países y Estados soberanos son centros oficiales y oficiosos de espionaje, desestabilización y subversión).
Agregando de seguido “los datos recogidos por la
agencia fueron obtenidos legalmente y proporcionados a la NSA por sus socios
extranjeros”. Esto es, los mismos Estados imperialistas ¡sus socios!, los
que por decenas de años han estado controlando, espiando y montando expedientes
sobre los que dicen, piensan y hacen sus propios ciudadanos, ilegítimamente,
han sido cómplices, voluntarios o no, al hacer entrega y enviado dichos datos
recopilados a una potencia extranjera, a los servicios de espionaje
institucionalizado y globalizado de los Estados Unidos de Norteamérica.
Hoy, 29 de octubre, el mismo personaje jefe de la
Agencia Nacional de Seguridad, general Keith Alexander, cogido en el vórtice de
la tormenta provocada, con desparpajeante cinismo ha dicho poco más o menos, "Hemos abusado de la confianza de algunos de nuestros
aliados más cercanos". "Y nada de esto habría sucedido si no
(lo) hubieran descubierto.".
¿Qué ha querido decir con tales palabras? Él mismo
nos lo aclara de seguido: "Hay dos trabajos importantes para todas las
agencias de espionaje: espiar a la gente y evitar la detección", pero “Desafortunadamente,
en la NSA hemos hecho sólo el primer trabajo bien."
Por lo que la Agencia ha adoptado nuevas y
estrictas medidas en base a “una política de tolerancia cero en
ser descubierto."
Esto quiere decir que el imperialismo yanqui, representado
por el mandante en jefe el general Alexander, continuará con la misma energía
conque ha espiado a sus socios imperialistas, los perrunos gobiernos de
Alemania, Francia y España, a mantenerlos ignorantes de lo que ellos están
haciendo. Y reafirmando como están las cosas prepotentemente ha señalado, para
que no quede duda alguna de eso, “Cualquier cosa menos que eso va a
ser inaceptable. "
En otras palabras, esto
quiere decir que me meto en tú casa, con tú permiso o sin él, miro y apunto lo
que haces con tú mujer y tú sin chistar has de aceptarlo. Si ese “derecho” de
la fuerza lo hubieran reclamado e implementado el iraní Rohani, Assad, Maduro o
el mismo Fidel Castro ya tendrían en puerta una agresiva guerra de defensa de
la <soberanía nacional> o de la <seguridad nacional> estadounidense
por haber cruzado la <línea roja>. ¡¡Vaya descaro la de estos señores
imperialistas gringos!! ¡Tú soberanía
nacional y estatal me valen un pito,
pero la mía es sagrada e inviolable!
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