¿ELECTORALISMO BURGUÉS O REVOLUCIÓN POPULAR?

LA IZQUIERDA BURGUESA ES EN REALIDAD DE DERECHA Y ANTIRREVOLUCIONARIA

Los señores del MLN-29 -una entidad política del gallinero politiquero del patio, autodefinada pomposamente como “el partido de la izquierda revolucionaria panameña”-, en realidad la más clara representación de la izquierda burguesa, han intentado montarse en el hecho de que nuestro pueblo está cansado de la nefasta politiquería de los clanes políticos familiares, y que en Panamá se llaman partidos políticos, y que no quiere  nada que ver con el continuismo oligárquico en el poder gubernamental y estatal. Lograda la inscripción de su Organismo electoral de pantalla, las 60 mil firmas exigidas por el Tribunal Electoral, y extendidas las manos para recibir la dadiva “legal” de 5 millones de dólares, en esa labor demagógica algún éxito han tenido.

¿Cómo lo ha hecho? En el mejor estilo de los politiqueros burgueses y pequeñoburgueses. Propalando ilusionismo constitucionalista, pacifismo y legalismo a cualquier precio, clientelismo también ellos y realizando acuerdos sin principios, con los partidos burgueses que dice combatir, y a espalda de las masas y de sus propios miembros de base. Sin pudor alguno, también ellos, se han impuesto la antidemocrática tarea de atacar el abstencionismo electoral comunista y lanzando calumnias y difamaciones contra los que asumimos tal táctica en la actual coyuntura política.

Buscando llevar agua a su molino, aras de una fementida “acumulación de fuerza”;  quitándose el uniforme de izquierdistas dizque por 40 años han llevado, abandonando los principios marxistas-leninistas que dicen han representado y adoptando el participacionismo electoral estratégico, la aceptación consciente del papel de legitimizadores del sistema oligárquico de poder. Todo eso bajo la enseña de la refundación del Estado o modernización del mismo. Limpiar la costra herrumbrosa que le recubre, corrupción y mafiocracia, haciéndolo funcional al sistema económico burocrático-comprador, neocolonial y semifeudal.

Constatando el creciente descontento popular y de las luchas de masas, así como en el masivo ascenso del abstencionismo electoral y de la falta de experiencia en la lucha política de las masas, en búsqueda de comandarlo y redireccionarlo, en verdad desviarlo, se monta asumiendo el participacionismo electoral haciéndolo bandera y consigna, haciéndose los locos frente a tal realidad política legitiman la vigente democracia (burguesa) semifeudal. Más o menos, algo así como para Usted señor votante lo mejor sería votar por el FAD, pero también es correcto que lo haga por cualquier otro partido burgués tradicional o progresista.  Confirmando que la imperante democracia burguesa burocrática, mascarón de proa de la dictadura de los sectores más retardatarios, antidemocráticos y fascistas de la sociedad, es la mejor forma de gobierno a que puede aspirarse en este país.

No crea, pero, para estos oportunistas y renegados de la democracia, no conformados en el regar la ilusión de la toma del poder electoralmente, también tienen en su agenda la revolución. Si, si, también ellos son revolucionario. Quieren la revolución socialista, aunque poniendo entrecomillado eso de una revolución de Nueva Democracia. Sólo que para ellos, dicha jurada revolución socialista será en  un momento indefinido del futuro. En realidad para las calendas griegas, en otras palabras para nunca jamás.

En fin que, en su realidad desnuda, siembran el derrotismo, la inoportunidad de la revolución popular, negando cualquier perspectiva en la que las masas trabajadoras establezcan independientemente su propio y nuevo poder político y destruyan el Estado burgués. Al primordializar la ilusoria posibilidad de una revolución electoral, de una vía pacífica de su nada novísima revolución por la vía democrática, tiran a la basura la necesidad de una “revolución democrática violenta” (Engels), desconocen el valor universal de la violencia revolucionaria, por eso mismo, propalando la idea oportunista de derecha –revisionismo, puro y plato- de que el pueblo trabajador puede avanzar a la democracia popular y al socialismo sin romper revolucionariamente la vieja maquinaria burocrático-policíaca montada por la alianza negra de compradores, burocráticos y terratenientes.