Los nazis quieren la libertad sólo que para asesinar comunistas, demócratas y antifascistas |
LA TÉCNICA DE LA SUBVERSIÓN
POLÍTICA PARA PROPICIAR UNA AGRESIÓN ARMADA EXTRANJERA
por Quibian Gaytan
Luego de los graves incidentes ocurridos el recién pasado miércoles, el asalto de la policía
Ukrania a la Plaza Maidan, donde se han congregado uno 20 mil opositores al
régimen de Yanukóvych armados de piedra, armas de fuego y bombas incendiarias, lo
que ha ocasionado 25 muertos y centenares de heridos, el país se ha aproximado
aún más a la guerra civil. Para adelantarse al ya predecible desenlace de la
crisis económica y política en que se ha hundido la hasta ahora independiente República
de Ukrania, en cumplimiento de las decisiones de los gobernantes y estrategas del
Kremlin, capitalista e imperialista, el Ministro de la Defensa de la Federación
rusa Pavel Lebedev ha enviado a la ciudad de Kiev, capital del país, como su
primera avanzada de ocupación a la 25a Brigada Aerotransportada.
Decisión
grave y peligrosa. Como que la ocupación militar, aunque sea sólo de una parte
del país, de un Estado independiente y soberano, además de la ilegitimidad que
conlleva, pese el pretexto de conjuración del peligro de un enfrentamiento
violento de una mayoritaria minoría nacional rusa y la nación ukraniana, como
entre prorusos y proUE en que se ha dividido dicho país, sólo lleva a un
agudizamiento al extremo del conflicto interno que se busca conjurar. En
realidad, Rusia ganará un conflicto bélico con la nación Ukrania, y, las
potencias imperialistas occidentales buscarán no quemarse los dedos, ya que
para ello sufraga, manipula y atiza el nacionalismo de la ultraderecha Ukrania.
Pero, la lógica de la guerra civil, aunque reaccionaria, como toda guerra en
general, se rige por sus propias leyes que dejadas a su libre desenvolvimiento
no puede no generar la posibilidad del enfrentamiento armado entre Rusia y la
UE. Ésta última empujada, además de por sus propios intereses económicos
puestos al horno por la crisis económica en Europa, por el imperialismo
estadounidense estratégicamente en búsqueda de debilitar a estos dos grandes
rivales suyo.
Los
dados están tirados. La UE, sus gobernantes, estrategas y servicios de
inteligencia, aupando, financiando y brindando cobertura mediática a las
manifestaciones y acciones de masas violentísimas –con miras de torcer el brazo
al gobierno Yanukóvych y hacerle así aceptar las brutales exigencias del
Consejo paneuropeo- escenificadas en todas las principales ciudades,
centralmente de la región occidental del país, bordeantes de una reaccionaria
guerra civil propiciatoria de su intromisión armada y con posible apoyo de la
ONU imperialista.
Con
eso en miras la Unión Europea (UE) se ha comprometido hasta los huesos con una
serie de partidos y grupos políticos de derecha y ultraderecha, los que bajo el
manto de su supuesto “nacionalismo”, “espíritu pro-europeísta” y su ardiente
odio antirruso, apenas si saben ocultar
su verdadera actitud y objetivo revanchista nazista y su objetivo de crearse el
Primer Estado Nazi en Europa. Entre ellos la Unión
Panucraniana «Patria» (Bakitchina), la Alianza Democrática Ucraniana por la
Reforma (UDAR), la Unión Panucraniana Libertad (Svoboda), el Congreso de los
Nacionalistas Ucranianos, la Autodefensa
Ucraniana y otros grupúsculos de provocadores neonazis. Discípulos todos del
colaboracionista prohitleriano Stefan Bandera, ferozmente antirrusos e
hipócritamente pro-UE.
Los cuales,
abierta y públicamente, bajo la cobertura de dichas manifestaciones y
enfrentamientos violentos con las fuerzas policiales, su tomas “pacíficas” de
edificios públicos y su asedio del Parlamento, han estado haciendo suyo y
ensayando todas las técnicas del golpe de Estado.
No
sólo eso, ni el que no oculten sus intenciones del derrocamiento violento del
gobierno burgués-revisionista de Yanukóvych, sino que han estado cabildeando en
los principales centros políticos de la Unión Europea para una intervención
militar de las fuerzas de la OTAN en Ukrania.
Provocar
la desestabilización política estatal, con miras de hacer bordear al país en
una sangrienta guerra civil propiciatoria una agresión armada. Por lo que
parece, eso es lo que han percibido el Kremlin y sus estrategas políticos y
militares. Así, la Cancillería de la Federación rusa ha denunciado que “la
ocupación de edificios e instituciones públicas por los «gamberros» y las
agresiones contra policías y militares ucranianos son un intento de usurpar el
poder”. Allí tenéis servida la versión rusa del tristemente célebre principio
imperialista del “derecho de injerencia por razones humanitaria y de
preservación de la paz” en naciones y Estados soberanos e independientes. ¡Ah,
el aplastamiento de la libertad en nombre de la Libertad!
Dicho
y hecho. Así en un comunicado del ministerio de la defensa se lee <los
efectivos de esa fuerza acantonada en la ciudad de Dniepropetrovsk, al oriente
del país, cumplirán misiones de
protección en sitios estratégicos> y <aumentar la seguridad de
almacenes para evitar el robo de armas, municiones y otros equipos militares>
(Según la castrista y siempre prorusa Prensa Latina).
Y
no vaya a creer el lector que esta ha sido una “iniciativa unilateral” rusa.
No, que va. La información agrega, bajo sordina, que el mismísimo presidente Putin
no’más la víspera de una tal decisión ha tenido una conversación telefónica con
el presidente ukranio Víctor Yanukóvych. ¿De qué hablaron los dos presidentes?
La decisión de la intervención armada rusa en Ukrania, como quién dice tomada
esa misma noche, nos lo está diciendo. Aunque lluevan los desmentidos y se le
descalifique como un “bulo”.
En
fin, es el viejo cuento indio del Niño, el Elefante y el Tigre. Como el tigre
asedia con intención de comerse al niño, que es protegido por el elefante, éste
último para salvarlo se sienta sobre el niño.
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