“China no es muy diferente de
otros gobiernos capitalistas”
REPASO POR EL MODELO DE ESTADO Y LAS LUCHAS
LABORALES EN EL PAÍS ASIÁTICO
Por José Ruiz
Andrés
Me encuentro en un barrio de extrarradio de la ciudad de Beijing,
alrededor de una mesa junto a un té y unas pastas en una de tantas casas
colmena que rodean la ciudad. Mientras nos sentamos, mi anfitrión, Hongbing
(obviamente un seudónimo), me ofrece además un cigarrillo mientras se quita una
gorra roja de los Chicago Bulls. Nadie diría por su aspecto que se trata de un
activista en varios colectivos y organizaciones marxistas por los derechos
laborales en la República Popular China y redactor de 红色中国, una de las principales páginas web de
referencia de la “nueva izquierda”. Le pregunto, para romper el hielo, si es
fan del equipo, y riendo me contesta que se la pone “por el color”. El
apartamento es absolutamente modesto y está decorado con una enorme multitud de
estatuillas de porcelana de Mao Zedong. Una vez cómodos, comenzamos la
entrevista.
La primera pregunta es brusca, pero
quiero que definas ciertos términos para que los lectores puedan entender con
quién y de qué estamos hablando. ¿Es China un país comunista?
Personalmente, no creo que el actual Gobierno chino sea ni comunista ni
socialista. Treinta años atrás, o incluso antes, después de la derrota de la
Revolución Cultural, comenzó el camino de la restauración capitalista. El
movimiento de masas de 1989 y el colapso de la antigua Unión Soviética en 1991
son puntos críticos, pues desde entonces no hay ninguna esperanza para revertir
o siquiera detener esta restauración, excepto otro movimiento de masas que
surja en la actualidad o el futuro. En 2001 y 2002 el Gobierno chino se unió a
la Organización Mundial del Comercio y modificó los estatutos del partido para
que los capitalistas pudieran sumarse al partido... Sin duda esta restauración
en China ha llegado prácticamente a su máximo exponente. Actualmente hay un
gran número de millonarios, e ¡incluso multimillonarios!, en el Congreso
Nacional del Pueblo y en el Partido Comunista Chino (PCCh). Da igual cómo lo
mires, desde el punto de vista político, económico o de quién forma parte de
las estructuras del partido, el actual Gobierno del PCCh no es muy diferente de
otros partidos capitalistas.
Y ahora que has definido la República
Popular China, ¿cómo te defines políticamente hablando y cómo has llegado hasta
ahí?
Yo me describo como socialista, más específicamente como marxista.
Cuando era adolescente, fui testigo del movimiento de 1989 y me impactó
profundamente; de esa manera comenzó mi inmaduro pensamiento sobre la política
y los movimientos de masas. En 1999, la embajada china en la antigua Yugoslavia
fue bombardeada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos de América, lo que
encendió la ira de las clases populares chinas y la mía propia, claro. Pero
además supuso un enorme cambio de mis puntos de vista, ya que por aquel
entonces era neoliberal en lo económico y proamericano en cuanto a política
internacional. Justo en aquel momento, diez millones de trabajadores estatales
fueron despedidos y simultáneamente apartados de la obtención de prestaciones
sociales... las clases populares sufrieron ese tipo de políticas promercados.
Los jóvenes empezamos a cuestionarnos estas políticas y su legitimidad, fuimos
los llamados “nuevos izquierdistas” que en China surgieron durante ese periodo.
Yo acababa de graduarme en la universidad, me radicalicé con estos sucesos y
los movimientos de masas que surgieron. Desde entonces también he tenido la
oportunidad de conocer la verdadera situación de los trabajadores de los países
“occidentales” y los movimientos antiglobalización y contrarios a las políticas
neoliberales en estos países, así que empecé a leer y entender las secuelas de
marxismo clásico y sus aplicaciones en el mundo real. Desde el principio del
siglo XXI, por lo tanto, me clasifico como socialista o como marxista.
¿Es difícil ser un ’verdadero’ comunista
hoy en China?
(Risas) ¡Claro!, no es fácil ser un
verdadero socialista en China hoy, pero generalmente en ningún lugar ni en
ningún tiempo... ¡Nunca ha sido fácil ser un genuino socialista! Como en todas
partes, la despolitización y el consumismo son los factores dominantes en la
sociedad china actual. Existe una gran diferencia entre ricos y pobres,
todo podrido por la burocracia y la corrupción... lo que explica la
lucha de clases y otros conflictos sociales. Además, el PCCh, como único grupo
gobernante, reprime, verbal y físicamente, cualquier voz crítica que proponga
un cambio... No importa cuáles sean tus demandas, como ha ocurrido
recientemente con las cinco feministas que fueron arrestadas, lo importante es
que estés organizado “a la contra”. El actual régimen se declara verbalmente
como seguidor del socialismo/comunismo y el marxismo, pero funciona como un
régimen monopartidista capitalista. ¡Ellos no creen realmente ni en una sola
palabra de marxismo, maoísmo o socialismo!
Como dijo el anterior primer
ministro, Wen Jiabao, en una conferencia de prensa durante el año 2012, la
élite gobernante está verdaderamente preocupada por cualquier desorden o
situación “anárquica” o cualquier movimiento genuinamente proletario, como una nueva
Revolución Cultural. De la misma manera ellos también están preocupados
por cualquier corriente de pensamiento que pueda menoscabar su hegemonía,
por ello reprimen con la misma dureza las formas de expresión cultural de
maoísmo y el derechismo proamericano. El Gobierno además ha condenado a duras
sentencias (entre cinco y diez años de prisión) a algunos maoístas que trataron
de organizar un partido en 2010. Incluso algunas organizaciones de estudiantes
y asociaciones están siendo “monitorizadas” por las administraciones
universitarias, preocupadas por algunos estudiantes “demasiado radicales”, que
tratan de explicar la actual sociedad en los términos de las clásicas teorías
marxistas más allá de los muros de la universidad.
MOVIMIENTO OBRERO
El movimiento obrero en China vive su
momento de mayor tensión desde la Revolución Cultural. ¿Qué se puede esperar de
todo esto?
Hoy la lucha de los trabajadores se está volviendo cada vez más radical,
más determinada y mejor organizada. Hemos sido testigos de varias huelgas muy
relevantes y bien organizadas, que han conseguido victorias parciales o
completas. El problema es que no ha sabido evolucionar en un movimiento. La
mayoría de las luchas suelen estar mal organizadas, además de tener unos
objetivos a corto plazo, y generalmente son a la defensiva. Me explico: las
protestas se realizan en base a la ley y no en base a la necesidad de los
trabajadores. Otro de los problemas ha sido que los trabajadores no han sido
capaces de influenciar a la actual generación de trabajadores. Desde 1990,
existen estos dos grupos protagonistas de las protestas, las nuevas
generaciones de trabajadores y los viejos trabajadores de las fábricas
estatales; sin embargo, estas luchas nunca se han visto conectadas. Los
maoístas y los panizquierdistas están más enraizados en esta vieja generación
de trabajadores, y sólo han tratado de involucrarse en las luchas de los nuevos
trabajadores estos últimos años. Seguramente la situación es cada vez más
prometedora, aunque en número aún no se trate de una fuerza relevante, jóvenes
estudiantes e izquierdistas se están aproximando a los trabajadores e incluso
van a sus lugares de trabajo y tratan de ayudar a los trabajadores a
organizarse. Nosotros creemos que en un futuro cercano habrá un gran cambio de
la lucha de los trabajadores izquierdistas en calidad y en cantidad.
¿Es posible crear conciencia ideológica
en esta nueva generación de trabajadores, en la “segunda generación de
inmigrantes rurales?
Debido a la urbanización, industrialización y globalización del
capitalismo, actualmente las jóvenes generaciones de inmigrantes rurales ni
pueden ni quieren volver a sus aldeas de origen -las de sus padres, vaya-. Su
futuro es ser el futuro proletariado chino y estará en las áreas urbanas. Estos
jóvenes tienen el mismo estilo de vida, estudian en el mismo lugar, tienen la
misma experiencia laboral, incluso su lenguaje y referentes culturales
generacionales: la nueva ideología común emergerá de ahí. Pero lo que yo me
pregunto es: ¿cuál será esta nueva conciencia ideológica? Creo que podríamos
intentar proponer el socialismo tratando de que fuese su principal composición.
Se habla de un gran número de huelgas y
manifestaciones, pero nadie dice nada sobre el porcentaje de fracasos. También
se habla sobre el carácter pacífico de esta protesta. ¿De qué porcentajes
estamos hablando?
Bueno, es muy difícil manejar
cualquier tipo de dato. De hecho, las cifras que ofrece el China Labor
Bulletin de que el 80% de las huelgas o acciones industriales son
pacíficas resulta muy difícil de estimar, ya que tampoco se conoce exactamente
el número exacto de huelgas, y por lo tanto tampoco las huelgas que tienen
éxito. Pero basado en los ejemplos expuestos, creo que alrededor del
50% de las huelgas consiguen lograr parcialmente sus demandas. Por ejemplo,
los trabajadores de una fábrica textil consiguieron recientemente en Guandong
hacer cumplir sus demandas después de diez meses de lucha. Ganaron una
compensación por la reubicación de la fábrica, recibo de los atrasos salariales
y conseguir algunas prestaciones sociales.
POLÍTICA INTERNACIONAL
China se está convirtiendo cada vez más
en una potencia central en cuestiones de política internacional, incluyendo
regiones distantes como América Latina o África. Ello levanta suspicacias en
Europa -tanto en el ’establishment’ como desde la izquierda-. ¿Es China una
potencia imperialista?
Creo que, sin duda, China es la gran promesa de poder para el
capitalismo emergente, si consideramos su peso económico, su influencia
geográfica y su población. China también ha empezado a exportar –de hecho es el
principal país exportador del mundo– no sólo productos y manufacturas, sino
también capital a países tanto desarrollados como subdesarrollados. Por lo
tanto yo clasificaría China como una potencia capitalista emergente, lo que
significa estar a medio camino de serlo. De cualquier manera, China es aún
diferente a otros países de tradición imperialista, por ejemplo en cuanto a los
niveles del “saber-hacer” y del desarrollo propio de tecnologías, y sigue
bastante por detrás de las grandes economías desarrolladas. Aunque la fuerza
militar china esté creciendo rápidamente, sigue muy alejada de la de Estados
Unidos, y además no tiene fuerza suficiente para operar en países a larga
distancia.
La izquierda europea se encuentra
actualmente dividida en torno a diferentes conflictos internacionales, por
ejemplo: Ucrania, Siria, las revoluciones de colores, la Primavera Árabe...
También la "Revolución de los Paraguas" o la "Revolución de los
Girasoles" han sido motivo de disputa. ¿Cómo te posicionas con respecto a
estos movimientos? ¿Son comparables a otros movimientos como los del Xinjiang o
el Tíbet?
La actual crisis socioeconómica está
profundamente arraigada en el sistema capitalista. Los jóvenes, las minorías
étnicas o las opciones sexuales minoritarias se han visto fuertemente
impactadas y oprimidas por el sistema. De todas formas, las ideologías
burguesas y sus doctrinas neoliberales siguen dominando el pensamiento de la
mayoría de la gente después del colapso del movimiento comunista el siglo
pasado. La Revolución de los Paraguas en Hong Kong y la Revolución de los
Girasoles de Taiwán reflejan en estas dos áreas la rabia contra la
injusticia del sistema, pero ellos no emplean los métodos correctos para
confrontarse a estos problemas. No reconocen que la clase obrera es la
principal fuerza de cambio en el sistema actual, y estos movimientos sólo viven
gracias a ciertos estudiantes y a las mentiras de la pequeña burguesía... Por
cierto, también hay elementos de discriminación en estos movimientos, por
ejemplo, el discurso sobre los chinos continentales.
Pero pienso que la Revolución de los Paraguas y la Revolución de los
Girasoles son muy diferentes de otros movimientos como los del Xinjiang y el
Tíbet... Los primeros son movimientos sociales relativamente autónomos y los
últimos son movimientos nacionales mucho más influenciados por Estados Unidos y
el imperialismo occidental. Creo que un socialista tiene que apoyar a todos los
oprimidos (los jóvenes, las minorías étnicas, las orientaciones sexuales
minoritarias) y sus derechos básicos, por lo que debemos mostrar nuestra
solidaridad y ofrecer nuestra guía a todas las luchas para conseguir un futuro
socialista, pero lo que no podemos es apoyar un separatismo prooccidental
subvencionado por el imperialismo estadounidense y cuyas demandas están
naturalmente enfrentadas a la justicia social y el socialismo.
Hablemos de afinidades con movimientos
vecinos. ¿Qué opinión tienes acerca de otras experiencias socialistas próximas
al eje Asia-Pacífico (Nepal, República Democrática de Corea, Vietnam...)?
Vietnam es muy similar a China, y allí también se ha producido la
restauración del capitalismo, que originalmente ocurrió en China. Hay pequeñas
y grandes diferencias entre los dos países, pero naturalmente no hay diferencia
entre ellos. Actualmente la política económica de Vietnam está muy relacionada
con la de China, no es una cuestión de objetividad o de subjetividad. Sobre
Corea [del Norte]... yo no creo que la República Popular Democrática de Corea
sea un país socialista después de 1970. Seguramente fue un país comunista, muy
parecido a China o a la antigua Unión Soviética. En cualquier caso hoy se
parece más a un país gobernado por una “familia real”. Se dice que los
residentes en la capital disfrutan de ciertos privilegios, pero la mayoría del
pueblo sufre, parcialmente por el embargo de los Estados Unidos, pero sin duda
también por el Gobierno de los Kim. Y en cuanto al movimiento maoísta de Nepal
fue una buena tentativa para la liberación de las clases populares en un país
subdesarrollado a través de la lucha armada. En cualquier caso, hoy el maoísmo
nepalí ha entregado las armas y se ha sumergido voluntariamente en el sistema
capitalista. Esto es una lección muy importante para otros socialistas y
revolucionarios, especialmente para los maoístas en la India.
Entonces, ¿son los naxalitas la única
esperanza para una revolución en la India?
(Risas) Yo no sé mucho sobre los maoístas (naxalitas) en la India, pero
admiro profundamente a todas las hermanas y hermanos combatientes, que están
luchando por los campesinos. Creo que su método de revolución rural es
ampliamente aplicable a cualquier área rural de la India, que nunca han tenido
una reforma agraria y ni siquiera, en muchos aspectos, un fin del régimen
feudal. Pero, por lo que yo se, los maoístas en la India no tienen fuertes
lazos con la clase trabajadora de áreas urbanas. Tal vez algunos intelectuales
les apoyan, pero no trabajadores organizados. En la actual industrialización y
globalización, en este mundo-mercado, cómo de lejos puede llegar un método
revolucionario del siglo pasado es una importante cuestión para todos los
revolucionarios del mundo.
¿Cómo ves la actual crisis política de la
Unión Europea?
Para empezar creo que la crisis
europea es tan política como económica. Se debe principalmente al fallo del
sistema capitalista y de las políticas neoliberales. La Unión Europea es una de
las cabezas hegemónicas internacionales liderada por Estados imperialistas
(Alemania, Francia, etc.) para satisfacer la demanda de los capitalistas
globales. Sin embargo, desde el principio existen contradicciones dentro de la
UE: hay países ricos y países pobres, los intereses de la clase capitalista y
del pueblo trabajador, además de la corrupción, de los nacionalismos internos,
el racismo, las cuestiones ambientales y las diferencias culturales. La
Unión Europea es también la herramienta de los capitalistas europeos para
explotar a otros continentes, sus recursos y a sus gentes, y luchan con
Estados Unidos y otras potencias regionales y mundiales. Cuando la crisis
financiera se produjo en 2008, los problemas y las cuestiones quedan al
descubierto, pero la clase dominante quiere rescatarse a sí misma poniendo la
carga económica y social en los hombros de sus clases populares y de los
llamados PIIGS [Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España]. Las clases
populares europeas luchan por su vida y sus derechos.
Sin embargo, debido a la izquierda
“domesticada” y a la despolitización o la baja conciencia ideológica/social
hasta hoy no se ha ganado la batalla, aunque ya tienen ciertos intentos
exitosos de organización en un país o en todo el continente. Por ejemplo, hemos
sido testigos y vitoreado las manifestaciones y las huelgas en Grecia, España,
Italia y otros países. A principios de este año, en Grecia la alianza de la
izquierda radical, Syriza, aunque ganó las elecciones y consiguió formar
gobierno, no puede llevar el socialismo a Grecia, e incluso comenzaron a
comprometerse con el establishement actual y la troika (la UE, el FMI y el
BCE), pero al menos representan la rabia y las demandas de los
trabajadores en Europa. Europa es el origen del socialismo y del movimiento
comunista. Espero que la crisis capitalista pueda convertirse en la oportunidad
para el socialismo y para la recuperación de la conciencia ideológica y de
clase de los trabajadores europeos.
ASUNTOS INTERNOS
El caso Bo Xilai fue tremendamente
popular en Europa, y probablemente en el resto del mundo. ¿Cuál es tu visión
sobre este caso? ¿Representa de alguna manera de figura de la izquierda en
China?
Tres consideraciones al respecto. En
primer lugar, Bo Xilai no es ni socialista ni marxista, pero es un reformista o
alguien que intenta mejorar la situación con respecto al actual establishment.
En segundo lugar, su caso (el escándalo relacionado con la corrupción y la
lujosa vida de su hijo no resultan demasiado impresionantes si los comparamos
con los de otros burócratas chinos) ha ganado ciertas simpatías de las clases
populares en China. Lo que el hizo en Chongqing (anticorrupción, luchar contra
la mafia organizada, tratar de garantizar un estado del bienestar básico garantizando
vivienda, educación y sanidad) ha hecho que gane apoyos de los residentes de
Chongqing e incluso de gente de fuera. En tercer lugar está la actual crisis
del régimen, que no puede gobernar fácilmente con sus métodos pasados, es otro
de los elementos del liderazgo para buscar otra vía para resolver lo problemas
de división de los líderes del partido.
Recientemente algunas activistas
feministas fueron arrestadas tras realizar una serie de acciones. Por otro
lado, fuera del país se está hablando de un documental enarbolado por Cui Jian
donde se critica al Gobierno. ¿Cuál es tu opinión sobre estas formas de
oposición?
Sí, el caso de las feministas y la película de Cui Jian han sido
bastante famosos. En la República Popular China existe un fuerte movimiento
pandemocrático/proliberal que está apoyado por la emergente clase capitalista y
pequeño-burguesa, especialmente en las áreas urbanas. Ellos consideran que el
principal problema de China es sólo la ausencia de democracia (hablamos de
democracia en términos occidentales y más concretamente estadounidense). Hay
algunos activistas famosos: Liu Xiaobo, Ai Weiwei, Xu Zhiyong y un largo
etcétera, pero creo que esta visión es muy limitada, el mundo real tiene muchos
problemas mucho más complicados, problemas económicos o los problemas sociales,
los problemas de la gente corriente, de la mayoría social, y personalmente creo
que por eso no obtendrán un gran apoyo popular. Creo que como socialistas
deberíamos apoyar el trabajo democrático sobre todo tema social para los
derechos de los trabajadores, las masas democráticas y la justicia social, pero
combatir claramente a aquellos que ideológicamente ponen sus ilusiones en el
mercado capitalista o los modelos occidentales democráticos. Aunque, claro,
siempre apoyaremos los valores básicos de libertad de pensamiento y de
asociación porque creemos que estos derechos son algo muy importante para la
izquierda y para la organización en sí misma. Bajo esta condición, podríamos
trabajar con algunos de estos “disidentes” en aspectos específicos.
Después de las reformas capitalistas en
los ochenta y noventa tomadas por el PCCh, ¿hay alguna esperanza de que este
partido siga una línea de izquierda?
No voy a clasificar todos los miembros del PCCh (unos 90 millones) como
procapitalistas, pero sin duda la máxima dirección del partido está llevando a
cabo políticas neoliberales y promercado desde hace décadas. Puede haber alguna
diferencia en los niveles y contenidos de las políticas, pero están totalmente
en contra de los trabajadores (la llamada clase dirigente según la actual
Constitución) y de la sociedad en general. Por lo tanto, creo que las
izquierdas en China no deberían poner una gran esperanza en la llamada “línea
de izquierda” dentro del partido... Nosotros haremos todo lo posible por
organizar y desarrollar por nuestra cuenta y sobre todo buscar un profundo
arraigo con los trabajadores y los campesinos. Desgraciadamente, hasta ahora un
gran número de izquierdistas (maoístas) en China han puesto la esperanza en la
dirección del Partido para hacer una reforma hacia la izquierda. Tienen una
ilusión realista, es decir, en que algunos de los dirigentes del Partido pueden
girar bruscamente a la izquierda y China sería reconstruida como un país
socialista, por lo que se afanaban en persuadir a las altas esferas del
Partido. Pero la dirección del Partido no puede hacer eso, sobre todo cuando
ellos y sus familias disfrutan personalmente del sistema actual.
Hoy, el Gobierno chino está hablando todo
el tiempo sobre el concepto de "sueño chino". ¿Qué es este sueño?
El término de "sueño chino"
se refiere al "sueño americano" y no hay ninguna explicación
específica, en realidad sólo una propaganda verbal. Aunque el Gobierno habla de
que todo el mundo en China podría alcanzar su "sueño chino" si siguen
a la orden del establishment y creen en la lucha personal, de
hecho no es más que un caramelo o, si lo prefieres, opio para engañar a la
gente. No creo que el sueño de la gente normal pueda lograrse dentro del
sistema ni que las políticas actuales puedan realizar todos sus sueños
individuales.
Entonces, ¿hay alguna esperanza para la
revolución en China?
Creo que siempre hay esperanza de la revolución en todas partes. Las
revoluciones no se conspiran ni son golpes tomados por unas pocas élites o aventureros
ambiciosos. Las revoluciones son ecos de las demandas de la gente, son
la locomotora real para el desarrollo de la historia. China está llena de
contradicciones de clase, de conflictos sociales, de desastres ambientales y
brechas entre diferentes clases y capas sociales. China ha seguido un rápido
ritmo de desarrollo económico durante más de 30 años, pero incluso el actual
régimen ha admitido que no podía sostenerse por más tiempo. Cuando la crisis
capitalista visite China, como en cada país capitalista, existirá una nueva
situación objetiva para la preparación de la revolución. Y si la izquierda de
hoy en China puede prepararse bien y honestamente, estudiar las tradiciones
históricas y las lecciones de la vieja revolución comunista, una revolución
socialista y proletaria es muy posible que se produzca. Estamos empezando
nuestra larga marcha desde un pasado de colapso del movimiento
socialista/comunista tradicional hacia un futuro brillante y prometedor para la
clase obrera china e internacional.
Martes 23 de junio de 2015.
Fuente: Periódico Diagonal
Publicado por NODO 50
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