El Gran Sol Rojo del Amanecer

lunes, 17 de agosto de 2015

Victoria Oprimidos: El capitalismo colonialista en Ceilán




Los imperialistas británicos introdujeron la economía de plantación en Ceilán. El cultivo del café ya se había iniciado bajo los holandeses, pero su desarrollo como cultivo comercial empezó en tiempos británicos. El té, más tarde tomó el lugar de café, cuando éste fue destruido por una plaga. Igualmente, la plantación de caucho se desarrolló a gran escala.
Ambas plantaciones requieren de grandes extensiones de tierra, y una gran fuerza de trabajo. ¿De dónde obtuvieron los británicos estos recursos? Al igual que en todos los casos de acumulación primitiva de capital, en Ceilán, también, la acumulación primitiva de capital (en este caso en forma de tierra) se llevó a cabo mediante el saqueo a todos los niveles. Todo ello se llevó a cabo a través de la ordenanza sobre los residuos de la tierra de 1897 y el Impuesto de cereales de 1878.
Cuando los británicos llegaron a Ceilán, los holandeses ya habían establecido un ordenamiento jurídico a las provincias marítimas sobre las que gobernaban. Las personas que poseían tierras tenían algún tipo de título de propiedad para probarlo. Sin embargo, no ocurría lo mismo  en las provincias de Kandy. Aquí, toda la tierra era propiedad simplemente teórica. A través de sus nobles, el rey arrendaba sus tierras a los campesinos. Esta tenencia era segura y solo podía ser transferida si la tenencia de las tierras estaba asegurada, salvo que el campesino perdiera la confianza del rey. Pero, en general , se mantenía a perpetuidad y se heredaba de generación en generación. Todo esto era bien conocido por todos a pesar de la inexistencia de títulos de propiedad que pudieran respaldarlo.

Mediante la ordenanza sobre los residuos de la tierra, los británicos dictaron que todas aquellas tierras cuya propiedad no pudiera ser demostrada, pertenecerán a la Corona.   Incluso si un cierto número de campesinos pudo demostrar la propiedad de sus campos de arroz que cultivaban, podía resultar que no tuvieran ninguna propiedad sobre el bosque comunal y el pasto común donde pastaban sus ganados, y que representaba una parte tan importante de la economía del pueblo sin la cual el cultivo de los campos de arroz era imposible. Todo ello provoco que un gran número de campesinos se vieran obligados a vender sus tierras y emigrar. Estas tierras y los bosques fueron declarados propiedad de la corona y fueron vendidos a los plantadores británicos a precios ridículamente bajos – según algunas fuentes, a menos de cincuenta centavos por acre.  Posteriormente, a los plantadores de Ceilán se les permitió también comprar tierras de la Corona. Y mientras unos perdían sus tierras, a aquellos campesinos que lograron mantener la propiedad de la tierra, se les aplicó el denominado impuesto  sobre los cereales. Esta fue uno de los más particularmente odiosos impuestos, que tenía como único propósito gravar económi-camente a los campesinos, mientras que eximía de cualquier tasa al propietario de la tierra, a las tierras propiedad del templo, etc. Incapaces de pagar este impuesto oneroso, un gran número de campesinos, de los que aún se mantenían en la región, vendieron sus tierras y se marcharon. Se sabe que muchos de ellos murieron de hambre. Según se tiene constancia, muchos de ellos, sin tierras que trabajar, acabaron  muriendo de hambre.
De la misma manera, los británicos también expropiaron las tierras del templo bajo la Ordenanza Nº 10 de 1856. Esta medida, también afectó a los campesinos, porque estas tierras siempre se les habían dado a ellos en usufructo.  En los Comisionados de la tierra, designados para administrar la presente Ordenanza,  al demostrarse la ausencia de títulos legales de las tierras miles de acres de tierras del templo fueron incautados por el gobierno.

Es necesario informar que en la tarea de expropiar las tierras de los Kandyans, los británicos fueron ayudados por una sección de los jefes feudales. En el proceso, los jefes se beneficiaron de grandes extensiones territoriales Esto, de hecho, es la fuente de todas las presentes grandes nindagams (latifundios). Un comentario cínico del Gobernador Clifford fue el siguiente: “El trabajo especulativo de compra de títulos dudosos de los pobladores era en su mayor parte llevada a cabo por sus propios compatriotas”.
Así el campesino de Kandy fue despojado de su tierra por los conquistadores británicos. Aunque llevado a cabo bajo la apariencia de acto legal ficticio, no se trataba más que de un simple   saqueo. Es bueno tener esto bien en cuenta.  Porque, mientras recordamos que los campesinos  Kandyan habían sido despojados de sus tierras, los chovinistas  de hoy olvidan quién expolio a los Kandyan. Ellos incluso llegan a culpar al sencillo trabajador de origen indio, el cual es víctima a su vez de la explotación imperialista, en lugar de acusar al verdadero culpable, el imperialismo británico, quien aun hoy es poseedor de gran parte de tierras que sus antepasados robaron.
El desalojo de los campesinos de sus tierras de Kandy es paralelo al similar de los campesinos ingleses por sus señores feudales en la víspera de la Revolución Industrial, como consecuencia del cambio de la agricultura de trigo para la cría de ovejas. Pero, mientras que la gran mayoría de los campesinos ingleses emigró a las ciudades de nueva creación para trabajar en las fábricas que habían surgido en los últimos años, convirtiéndose así en el nuevo proletariado, no tuvieron idéntica suerte los campesinos desalojados de Kandy. Los británicos no los emplearon en una gran mayoría en sus nuevas plantaciones. Probablemente puede haber dos razones para esto. Una era que, después de las rebeliones de 1818 y 1848, los británicos  sospechaban de los cingaleses.  La otra podría ser que hubieran preferido el trabajo de los inmigrantes, a los que podrían tener a su entera disposición, y que trabajarían de forma disciplinada durante todo el año.
Por lo tanto, los campesinos de Kandy desalojados fueron abandonados, dejándolos morir agonizando en una muerte lenta a través de una existencia miserable.  Todo esto quedó  demostrado mediante los textos del Informe de la Comisión de Tierras de 1935, que establece que, en Ceilán, el campesinado estaba muriendo como clase.
N.Shanmugathasan
Publicado por victoria oprimidos




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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.