Los imperialistas británicos
introdujeron la economía de plantación en Ceilán. El cultivo del café ya
se había iniciado bajo los holandeses, pero su desarrollo como cultivo
comercial empezó en tiempos británicos. El té, más tarde tomó el lugar de
café, cuando éste fue destruido por una plaga. Igualmente, la plantación de
caucho se desarrolló a gran escala.
Ambas plantaciones requieren de
grandes extensiones de tierra, y una gran fuerza de trabajo. ¿De dónde
obtuvieron los británicos estos recursos? Al igual que en todos los casos
de acumulación primitiva de capital, en Ceilán, también, la acumulación
primitiva de capital (en este caso en forma de tierra) se llevó a cabo mediante
el saqueo a todos los niveles. Todo ello se llevó a cabo a través de la
ordenanza sobre los residuos de la tierra de 1897 y el Impuesto de cereales de
1878.
Cuando los británicos llegaron a
Ceilán, los holandeses ya habían establecido un ordenamiento jurídico a las
provincias marítimas sobre las que gobernaban. Las personas que poseían
tierras tenían algún tipo de título de propiedad para probarlo. Sin
embargo, no ocurría lo mismo en las provincias de Kandy. Aquí, toda
la tierra era propiedad simplemente teórica. A través de sus nobles, el
rey arrendaba sus tierras a los campesinos. Esta tenencia era segura y solo
podía ser transferida si la tenencia de las tierras estaba asegurada, salvo que
el campesino perdiera la confianza del rey. Pero, en general , se mantenía
a perpetuidad y se heredaba de generación en generación. Todo esto era
bien conocido por todos a pesar de la inexistencia de títulos de propiedad que
pudieran respaldarlo.
Mediante la ordenanza sobre los
residuos de la tierra, los británicos dictaron que todas aquellas tierras cuya
propiedad no pudiera ser demostrada, pertenecerán a la Corona.
Incluso si un cierto número de campesinos pudo demostrar la propiedad de sus
campos de arroz que cultivaban, podía resultar que no tuvieran ninguna
propiedad sobre el bosque comunal y el pasto común donde pastaban sus ganados,
y que representaba una parte tan importante de la economía del pueblo sin la
cual el cultivo de los campos de arroz era imposible. Todo ello provoco
que un gran número de campesinos se vieran obligados a vender sus tierras y
emigrar. Estas tierras y los bosques fueron declarados propiedad de la
corona y fueron vendidos a los plantadores británicos a precios ridículamente
bajos – según algunas fuentes, a menos de cincuenta centavos por acre.
Posteriormente, a los plantadores de Ceilán se les permitió también comprar
tierras de la Corona. Y mientras unos perdían sus tierras, a aquellos
campesinos que lograron mantener la propiedad de la tierra, se les aplicó el
denominado impuesto sobre los cereales. Esta fue uno de los más
particularmente odiosos impuestos, que tenía como único propósito gravar
económi-camente a los campesinos, mientras que eximía de cualquier tasa al
propietario de la tierra, a las tierras propiedad del templo, etc. Incapaces de
pagar este impuesto oneroso, un gran número de campesinos, de los que aún se
mantenían en la región, vendieron sus tierras y se marcharon. Se sabe que
muchos de ellos murieron de hambre. Según se tiene constancia, muchos de ellos,
sin tierras que trabajar, acabaron muriendo de hambre.
De la misma manera, los británicos
también expropiaron las tierras del templo bajo la Ordenanza Nº 10 de 1856.
Esta medida, también afectó a los campesinos, porque estas tierras siempre se
les habían dado a ellos en usufructo. En los Comisionados de la tierra,
designados para administrar la presente Ordenanza, al demostrarse la
ausencia de títulos legales de las tierras miles de acres de tierras del templo
fueron incautados por el gobierno.
Es necesario informar que en la tarea
de expropiar las tierras de los Kandyans, los británicos fueron ayudados por
una sección de los jefes feudales. En el proceso, los jefes se
beneficiaron de grandes extensiones territoriales Esto, de hecho, es la fuente
de todas las presentes grandes nindagams (latifundios). Un comentario cínico
del Gobernador Clifford fue el siguiente: “El trabajo especulativo de compra de
títulos dudosos de los pobladores era en su mayor parte llevada a cabo por sus
propios compatriotas”.
Así el campesino de Kandy fue
despojado de su tierra por los conquistadores británicos. Aunque llevado a
cabo bajo la apariencia de acto legal ficticio, no se trataba más que de un
simple saqueo. Es bueno tener esto bien en cuenta.
Porque, mientras recordamos que los campesinos Kandyan habían sido
despojados de sus tierras, los chovinistas de hoy olvidan quién expolio a
los Kandyan. Ellos incluso llegan a culpar al sencillo trabajador de origen indio,
el cual es víctima a su vez de la explotación imperialista, en lugar de acusar
al verdadero culpable, el imperialismo británico, quien aun hoy es poseedor de
gran parte de tierras que sus antepasados robaron.
El desalojo de los campesinos de sus
tierras de Kandy es paralelo al similar de los campesinos ingleses por sus
señores feudales en la víspera de la Revolución Industrial, como consecuencia
del cambio de la agricultura de trigo para la cría de ovejas. Pero,
mientras que la gran mayoría de los campesinos ingleses emigró a las ciudades
de nueva creación para trabajar en las fábricas que habían surgido en los
últimos años, convirtiéndose así en el nuevo proletariado, no tuvieron idéntica
suerte los campesinos desalojados de Kandy. Los británicos no los
emplearon en una gran mayoría en sus nuevas plantaciones. Probablemente puede
haber dos razones para esto. Una era que, después de las rebeliones de
1818 y 1848, los británicos sospechaban de los cingaleses. La otra
podría ser que hubieran preferido el trabajo de los inmigrantes, a los que
podrían tener a su entera disposición, y que trabajarían de forma disciplinada
durante todo el año.
Por lo tanto, los campesinos de Kandy
desalojados fueron abandonados, dejándolos morir agonizando en una muerte lenta
a través de una existencia miserable. Todo esto quedó demostrado
mediante los textos del Informe de la Comisión de Tierras de 1935, que
establece que, en Ceilán, el campesinado estaba muriendo como clase.
Nota del blog: Ceilán supone uno de
los muchos ejemplos de cómo el capitalismo se originó a través del saqueo y el
robo. Lejos de las virtudes señaladas por la burguesía del trabajo duro y del
esfuerzo de los emprendedores para crear y transmitir riqueza a la sociedad,
las grandes fortunas y grandes concentraciones de capitales se han logrado
gracias a la sangre y muerte de millones de víctimas. A los liberales burgueses
que defienden a capa y espada el sacrosanto “derecho de propiedad” habría que
recordarles que fueron ellos precisamente los primeros que lo mancillaron y
violaron, y que continúan haciéndolo actualmente en la India, Brasil, etc… Su
inmoralidad y falta de principios les permite defender una cosa y hacer la
contraria.
Pág.
29-32, Libro Una Mirada marxista a la
historia de Ceilán
N.Shanmugathasan
Publicado por victoria
oprimidos
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