LA CAMPAÑA ELECTORAL, UNA TRAMOYA SIN LÍMITES
Pocas veces hemos visto desplegar
tanta estupidez en una campaña electoral. De hecho, no hay candidato que
se haya “librado” de decir sus fatuidades, en todo caso, el punto es eso, decir
cualquier cosa para tratar de cooptar el voto de las masas.
Varias son las “perlas” que se lanzan los candidatos. Una más
ridícula que otra.
Una candidata del Carchi, militante de Pachakutik, en su afán de
decir “cualquier cosa”, manifestó que se
ha colocado un “impuesto a la papa” (¿?). Pero bueno, no queda ahí, sino que al
hilo manifestó que “el impuesto del IVA
que se ha dado, un gran incremento del 14 al 19%, estamos locos, cómo se puede
poner un impuesto tan alto”. Lo que se le pasó por alto a esta joven
aprendiz de asambleísta es que el IVA en el país es del 14%, y que el
incremento al 19% sucedió en Colombia.
El candidato del régimen, Lenin Moreno, en una entrevista televisiva
criticó a Lasso por ofrecer un millón de empleos. Que eso es demagogia
electorera, decía. Qué por el contrario, él, Moreno, ofrecía generar 250 mil
plazas de trabajo por año. Lo que le falló en las cuentas que el ejercicio gubernamental es de cuatro
años y que al final del camino terminaba ofreciendo lo mismo que Lasso. Igual
de demagogo.
Otra de esas perlas se las manda el candidato representante de la
burguesía compradora, Guillermo Lasso, al
visitar a una vendedora de pollos le
pregunta: “a cómo vende el pollo”. La
vendedora le responde, a 1,50 dólares la
libra. ¿Cuántas libras tiene este pollo?, “me lo pesa ahí (sic)”. La vendedora
le responde, 6,83 libras”. Lasso
orondo le responde: “O sea vale, eeeeh…21
dólares”…
Otro, el más activo de los candidatos reciclados de la televisión
basura simplifica sus afanes electoreros con una premisa: “soy famoso, porque soy pintero”
Y desde luego, no se quedó atrás uno de los representantes del
populismo más conspicuo del país, Bucaram. Sin preámbulo alguno manifestó: “Voy a declarar festivos el Día de la
Familia, de la Biblia, de la Oración y del Ministro” Al igual que el
drogadicto y corrupto de su padre, Abdalá Bucarám, realiza la campaña besando
las manos de ancianos, niños, desplazándose
por las calles con un limitado séquito de seguidores bailando choque y reggaetón.
Desde luego, también ha debutado un joven aspirante a Carandolet,
Iván Espinel, igual de extraviado, que desde el fondo de las “intenciones de
voto”, lanza al galope su caballo de
Troya electoral ofreciendo aplicar la pena de muerte para los delitos atroces.
En fin, una serie de diatribas electorales recicladas de algún nicho
arqueológico de la vieja democracia que no deja de asombrar y que en gran
medida es espoleada por la izquierda electorera que es quién tiene el extravío
más notorio cuando termina de rodillas ante el general Moncayo, olvidándose que
bajo su mando (jefe del comando conjunto de las FFAA) se cometieron execrables
crímenes en contra de las masas.
Si bien es cierto ésta es la forma burda que adquiere la democracia
burgués-terrateniente en la campaña electoral, lo fundamental es que responde a
una democracia de clase, que pertenece a grandes burgueses y a grandes
terratenientes. Que con este instrumento –las elecciones- operado desde el
sistema de gobierno, lo que hacen es organizar a la sociedad de tal manera que
propagan la idea de que votando las masas eligen a sus representantes, a sus
gobernantes. Pero más allá, replican la idea de que quién está en el gobierno
es quién tiene el poder del país y que la democracia es tan “perfecta” que
propende la alternatividad de los distintos sectores en el “poder”.
Afortunadamente nuestro pueblo poco a poco va comprendiendo que con
las elecciones no consigue nada, salvo colocar al verdugo de turno que durante
cuatro años sembrará miseria y gobernará para “despejar” el camino al
imperialismo, a la gran burguesía, grandes terratenientes y sus parásitos, la
izquierda electorera y oportunista para que sigan enriqueciéndose, robando y
sobre todo, explotando y oprimiendo a las grandes mayorías. Poco a poco va
entendiendo que al poder solo se puede acceder después de destruir lo viejo, la
vieja democracia, el viejo estado, el viejo poder, y que solo sobre sus ruinas
se podrá construir un estado y una democracia que represente los intereses del
proletariado, del campesinado pobre y demás masas explotadas.
Pero veamos: La población electoral en el país se distribuye de la
siguiente manera:
·
50.18%(6’432.597)
del padrón está compuesto por mujeres.
·
49.81%(6’384.101)
del padrón son hombres.
·
676.401 son adolescentes, de entre 16 y 18 años y que
representan el 5% del total nacional. Su voto es opcional.
·
1'431.328 son ciudadanos de la tercera edad
(65 años en adelante). Representan el 12.4% del padrón. Su voto es
facultativo
·
10'708.969 son
electores de entre 18 y 65 años y representan el 82.6% del padrón. Su
voto es obligatorio
·
378.292
corresponde a electores que residen en el exterior.
Quién no asista a las mesas electorales recibe una multa de $37,50.
Si consideramos que en el Ecuador hay más de 2 millones de personas que viven
con un dólar al día, quiere decir que no hacerlo implica que dejen de comer por
37 días. Vaya forma de obligarnos a hacer lo que verdaderamente no queremos hacer.
Vaya democracia para democrática, nos obligan a votar so pena de multa y
sanciones administrativas. Pero no solo eso, el certificado de votación es un
documento habilitante para cualquier trámite público o privado. Es decir, nos
emboscan con el proceso electoral por todos lados.
Ante toda esta podredumbre hay quienes desde ya están haciendo
campaña por el voto nulo, o el voto en blanco.
En alguna medida hay quién cree que votar nulo o en blanco es una
forma de mostrar rebeldía o descontento con las elecciones y en ellas en contra
de la falsa democracia, pero el problema es que votamos, y al hacerlo seguimos
avalando las elecciones aún como un mecanismo de protesta, entonces terminamos legitimándolas.
¿Son las elecciones “tan perfectas” que no solo sirven para elegir nuestros
verdugos sino también para protestar? ¡NO!, ¡PATRAÑAS! Votar es avalar las
elecciones, es avalar el viejo sistema democrático y con él su caduco estado. En
esa medida lo que nos queda es NO VOTAR y no solo eso, sino BOICOTEARLAS, de cualquier manera, de
cualquier forma, nuestro pueblo es creativo y siempre encontrará la manera para
tratar de impedir que las elecciones se den, ejercicio combativo que debemos
desplegar mientras preparamos la guerra popular para botar al basurero de la historia el viejo orden
burgués-terrateniente.
Debemos generalizar la lucha obrera, campesina, popular,
desenmascarar a los electoreros, sus infamias, sus burlas, sus mentiras.
Boicotear sus mítines, sabotear el proceso de una u otra manera.
¡NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES!
¡NO VOTAR, A ORGANIZARNOS Y A LUCHAR!
¡ABAJO EL VIEJO ESTADO Y SUS ELECCIONES!
POR LA NUEVA DEMOCRACIA Y EL SOCIALISMO:
¡A ORGANIZAR LA REVOLUCIÓN!
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