El Gran Sol Rojo del Amanecer

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LA HISTORIA DE UN JOVEN REBELDE REVOLUCIONARIO

MAO TSE-TUNG
LA HISTORIA DE UN JOVEN REBELDE REVOLUCIONARIO

    Mao Tse-tung ha sido un hombre extraordinario, un pionero consciente de la causa del Marxismo-Leninismo, de la revolución y de la emancipación de la humanidad trabajadora. Él, nacido y siempre ligado a las masas trabajadoras y masas populares, ha sido portabandera en la marcha histórica de la humanidad al comunismo y, en la misma con sus aportaciones, contribuciones teóricas y práctica revolucionaria ha sabido llevar al Marxismo a un nuevo, tercer y superior estadio de desarrollo: Al Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao Tse-tung.

   El camarada Mao ha sido un hombre de carne y hueso, él cual por sus grandes dotes teóricas y prácticas revolucionarias se ha ganado el cariño, la admiración y respeto de los luchadores de todo el mundo. El homúnculo Deng, con él todos los revisionistas, para empañar su prístina imagen y el impulse que ha dado a la ciencia de la revolución proletaria, en el camino denigrar a sus discípulos, ha regado la especie calumniosa de que se le ha hecho "un culto a su personalidad". En fin, que nosotros comunistas revolucionarios, materialistas científicos, hemos sido y somos adeptos de una nueva religión o, al menos, partidarios de la teoría burguesa del "culto a los héroes", sobrevalorizadora del papel de los individuos como realizadores de la historia y no las masas trabajadoras. 

¿Al reconocer, los comunistas, el papel de las masas como únicas portadoras del progreso en la historia, negamos en absoluto el papel que indudablemente han cumplido o desempeñan los grandes personajes en la misma? Como hemos dicho, más arriba, se trata de hombres de carne y hueso los que llamados por la necesidad histórica han sabido entre otras muchas alternativas dar la más coherente, exacta,  realista y objetiva respuesta-salida a las demandas de las masas de la clase de vanguardia y de las masas trabajadoras. Sólo que, como queda dicho, tales personajes pueden dar tal o cual respuesta a la necesidad histórica de las clases, pueblos o naciones: acertada  o distorsionadamente, en mayor o menor grado según el nivel de su conciencia y de los mecanismos económico-culturales que predeterminan su percepción y actividad práctica insidentes sobre la realidad concreta. Actuantes, negativa o positivamente, de acuerdo circunstancial con las masas de su propia clase y sobre las espaldas de aquellas trabajadoras (Julio Cesar, Napoleón, Hitler o Mussolini) o de acorde con la necesidad histórica emancipatoria de los sectores trabajadores de  la población (Robespierre, Bolívar, Martí, Lenin, Stalin, etc.). Así, en su día, mala leche del destino, los que infamaron a Stalin, luego a Mao, con el sambenito del "culto a la personalidad" se vieron forzado a levantar el culto de Kruschev, de Trotsky, Deng, Castro y otros.

   Nosotros comunistas, materialistas dialécticos e históricos, no creemos en dios o dioses, sino en la ciencia, en la ciencia de la revolución. En esto se trata de hombres de carne y hueso, no creemos en mitos ni lo necesitamos, se trata de vivos y muertos, de su compromiso en vida con la realización de la misión histórica de la clase obrera como portadora del nuevo mundo que nace: el comunismo como superior sistema social de la humanidad. Se trata de cómo lo concibieron y del cómo lucharon para llevarlo a la realidad. De su visión general desde la vieja sociedad, con sus contradicciones y vías de resolución, a la nueva sociedad; de cómo criticándose a sí mismos y a la sociedad en que le tocó vivir y luchar sin jamás separarse del pueblo, con la cual lograron realizar las leyes inexorables y necesarias de la historia. Eso hizo Mao Tse-tung y sus fieles discípulos del Partido Comunista de China; eso lo reconocemos los proletarios de todo el mundo. El camarada Mao tiene el derecho de reconocérsele como un constructor de historia, de estar en línea con los Grandes Maestros del Pensamiento-guía comunista de Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir Ilich Lenin y José Stalin, de ocupar un sitial junto a ellos.

   El camarada Mao jamás ha sido una individualidad burguesa, nunca se ha elevado por encima de las masas, ni cuando después de haber conducido a la victoria a la Revolución china y de ganarse el justo reconocimiento de "Gran Timonel" de la China Popular y del proletariado comunista internacional. Ha sido grande porque grandioso ha sido el pueblo revolucionario que se identificó con él y a la cual siempre sirvió. Mao no abandonó nunca su confianza en el Marxismo-Leninismo, su confianza en la clase obrera, su confianza en el Partido, su confianza en la revolución; siempre se ha preocupado de mantener sólidos ligámenes con las amplias masas del pueblo chino y con aquellas del proletariado, pueblos y naciones de todo el mundo.

   Allí están los largos años de sacrificio y lucha por la causa del pueblo, del proletariado y del comunismo revolucionario. Vivo Mao la causa de la revolución mundial conoció un brillante período de avances y éxitos por doquier; duros reveses y retrocesos cuando ha dejado este mundo. Pero, sus enseñanzas, su vida y obra continúan siendo imperecedero patrimonio de los revolucionarios proletarios y demócratas populares de las cuatros esquinas del planeta.

LA FORJA DE UN JOVEN REBELDE REVOLUCIONARIO

   Mao Tse-tung nació en la aldea de Shaoshan, a unos 80 kilómetros de Changsha, capital de la provincia de Hunan, un 26 de diciembre de 1893. Una provincia con cerca de 30 millones de habitantes, ya entonces centro de la revuelta de los Taiping, sede de combativas tendencias reformistas y revolucionarias y de las actividades de sociedades secretas campesinas contrarias a la dinastía manchú, entonces reinante en China. Su padre, de nombre Mao Jen-sheng inicialmente campesino pobre devino en campesino medio, luego campesino  rico y comerciante de cereales. Al decir de Snow, "hombre duro y exigente". Su madre, Wen Shi-mei, ferviente budista, analfabeta pero buena y caritativa.

   El mismo Mao, refiriéndose a las relaciones intrafamiliares dirá algunos años después: que en la casa paterna había dos partidos: el "poder" (el padre) y la "oposición" (él, su madre y su hermano). Desde allí comenzó a nutrir profundos sentimientos de simpatía por aquellos que sufrían el despotismo y la explotación. Tanto por la madre, atada por la segregación y la convicción tradicional de la inferioridad de las mujeres, y obligada a marchar sumisa, y por los peones dependientes del padre. De ahí que la casa paterna se convirtiese en centro de activas contradicciones y disputas con su padre que encarnaba la opresión feudal y confuciana, Fue ésta, su primera "rebelión".

   Sobre esta experiencia familiar comprendió la urgencia de atacar de raíz las concepciones y las prácticas del patriarcalismo de tipo feudal. Así, a los 14 años, cuando el padre le impuso desposarse con la joven que le había escogido por esposa, Mao se negó vivir con la misma. Sólo a los 25 años conoció libremente a una muchacha, Yang Kai-hui, por la cual nutrió sinceros sentimientos. Ambos decidieron dedicar sus vidas a la revolución y a la salvación de la patria, y, no para sí mismos. Ella que era una marxista-leninista coherente terminó siendo torturada y asesinada, en 1930, por los agentes del Kuomintang, el partido nacionalista del gral. Chiang Kai-shek. 

   A sólo 6 años trabajaba todo el día en la finca del padre. Cuando a la edad de 8 años pudo entrar a la escuela primaria confrontose con otro aspecto del sistema feudal, el despotismo y la disciplina cuartelaría imperante en las aulas. Tenía 10 años cuando el maestro, adepto ferviente a golpear a los alumnos como era tradicional en el sistema de enseñanza feudalista, le ordenó ponerse de pie para recitar la lección. Mao se asió al banco y le respondió: "Si Usted se puede sentir bien estando sentado por qué deberé ponerme de pie para recitar". Ninguno en mil años había osado a tanto. El maestro montó en furia y repitió la orden. Aproximándose amenazante a Mao, empero, éste continúo sentado. Cuando el maestro intentó asirlo rudamente, para ponerlo en pie, Mao se salió de clases y por tres días anduvo por la colina cercana sin entrar a la escuela, ni volver al hogar paterno. Tenía temor de volver a casa y ser castigado. “Caminé –cuenta-  durante tres días orientándome en forma aproximada hacia la ciudad que creía en algún punto de un valle, hasta que fui encontrado por mi familia. Me di cuenta entonces que había dado una vuelta a la redonda en todo mi viaje y que no me había alejado más de ocho li de mi casa.

No obstante, intimidados, el padre y el maestro suavizaron su disciplina. Comprendió, entonces, que la vía de la rebelión era la única respuesta a la imposición, a la injusticia y a la reacción. Fue ésta su segunda rebelión.

   Por esos años nació su pasión por la lectura. No sólo leyó libros clásicos  y de historia china, sino que literalmente devoró novelas y cuentos en los que se narraban aventuras de bandidos y rebeldes heroicos. Leyó, además, un libro biográfico de héroes de todo el mundo: Napoleón, Pedro el  Grande, Montesquieu, Rousseau, Lincoln y otros.

   Para 1909, terminados sus estudios primarios, marchó a Changsha dónde debía proseguir sus estudios. En ésta ciudad incubabase la revolución antifeudal y las sociedades secretas desplegaban una gran actividad, registrándose continuas rebeliones de masas campesinas. Allí el joven estudiante leyó su primer periódico, un diario nacionalista y revolucionario que relataba la sublevación de Cantón contra la dinastía manchú. Ello impactó grandemente los sentimientos de rebeldía de los estudiantes, en primer lugar de Mao Tse-tung, moviéndoles a identificarse con los movimientos revolucionarios antifeudales y por el progreso de China. Sobretodo, le impresionó la insurrección de los campesinos y mineros de 1906, en su provincia natal Hunan; la cual, de algún modo,  moldeó sus sentimientos rebeldes sobre  bases clasistas.

   En el otoño de 1911, 10 de octubre, estalla la revolución democrático-burguesa antifeudal, la cual bajo la dirección de Sun Yat-sen, derrocó la dinastía manchú y la reemplazó con la República. Seguidamente, los rebeldes toman Changsha y se constituye un movimiento provincial con la participación de las sociedades secretas y se decide la formación de un ejército revolucionario. El joven Mao, junto a otros muchos escolares y estudiantes, se enrola en el ejército revolucionario republicano, bajo la orden del general Chao Heng-ti. En él permanecerá por seis meses.  En demostración de su profunda hostilidad a la dinastía manchú y a todas las tradiciones feudales se corta la trenza y exhorta a todos los estudiantes a hacer otro tanto.

   Es en el transcurso de dicha experiencia político-militar, máxime por la traición de los militaristas feudales que han usurpado los frutos de la revolución y del espíritu vacilante de la intelectualidad reformista, Mao llega al convencimiento de la necesidad de integrarse con las masas, rechazando la concepción predominante entre estos últimos, los que incluso no cargaban sus valijas para "no ensuciarse las manos". Mao en sentido autocrítico, por medio de sí mismo denuncia a todos esos señoritos ensoberbecidos:

   "Yo he sido uno que ha estudiado, y en la escuela he adquirido el habito de los estudiantes; incapaces de llevar cualquier cosa en sus manos o a la espalda, consideraban poco digno cumplir hasta el más insignificante trabajo manual, fuese igualmente, por ejemplo, transportar mis bagajes. Entonces creía que en  el mundo los intelectuales eran las únicas personas limpias, en contra de los cuales los obreros y campesinos eran gente sucia". "Devenido revolucionario viví entre los obreros, los campesinos y soldados del ejército revolucionario y, poco a poco, familiarizándome con ellos, y ellos conmigo. Entonces, y sólo entonces, cambié radicalmente el modo de sentir burgués y pequeño burgués que me había sido inculcado  en las escuelas burguesas... Alcancé a comprender que.. los obreros y campesinos... aún si tuviesen las manos negras y los pies sucios de estiércol, eran igualmente más limpios que los intelectuales burgueses y pequeño burgueses" (Mao,  Discursos en la conferencia de Yenan sobre literatura y arte. (2 de mayo de 1942). Ob. C., volumen III). 

   De regreso a Changsha se inscribe en la Escuela Normal, pero luego de una experiencia escolar fracazante y de un corto período como autodidacta, Mao se dedicó de manera intensiva a la lectura de libros occidentales traducidos al chino: Adam Smith, Darwin, Stuart Mill, Spencer, Rousseau... Con ello se le abrió el mundo nuevo de la cultura política-filosófica Occidental.  Para 1915, es electo Secretario de la Asociación de Estudiantes de la escuela normal y funda la Asociación para el Autogobierno Estudiantil. Más aún, tenía entonces 18 años, y decidido como estaba de entregar la propia vida al servicio del pueblo, conoció por primera vez la  palabra "socialismo" que lo entusiasmó sobremanera.

    En otoño de 1917, organiza la Nueva Asociación Popular para el Estudio. Por medio de la cual, entre otras cuestiones, se ocupa de la opresión matrimonial feudal de las mujeres. Cabe aquí consignar que la mayoría de los miembros de dicha Asociación encontrará la muerte en la contrarrevolución de 1927. Para la misma época, es nombrado jefe del batallón de autodefensa de la escuela y dirige la batalla para expulsar a una banda de un Señor de la guerra que se había posesionado de la misma. En este período lee "El arte de la guerra" de Sun Tse. Entretanto organiza un departamento de "investigaciones sociales", forma grupos de estudiantes de giras a las diversas fábricas de Changsha y que indagan sobre las condiciones de trabajo en ellas reinantes.

   Instituye cursos nocturnos para trabajadores dónde enseña historia y "asuntos corrientes" y discute con los obreros los artículos de  un periódico que él mismo les lee. En el desempeño de su febril actividad, juvenil y política, confecciona un Programa para la coordinación de las diversas escuelas y formar una "Federación de Estudiantes de toda China".

UNA CHISPA PUEDE INCENDIAR LA PRADERA

    Finalmente,  recibe su diploma de maestro. Gradualmente ha ido forjando su formación política y a través de fases fue pasando de influencias nacionalistas, aún en sentido revolucionario y antiimperialista, aunque impregnado de reformismo e idealismo. El salto de cualidad ocurrirá mucho antes de lo que esperaba.

   El 4 de mayo de 1919, estalla en Pekín un fortísimo movimiento juvenil antiimperialista, encabezado por los estudiantes,  que se extendió de seguido por toda China. Mao, a través de la sobrenombrada Asociación para el Autogobierno de los Estudiantes de Hunan, participó activamente en él. Este encuentro con las masas en lucha resulta explosivo en doble sentido.  Cabalgando sobre la cresta de las olas de este poderoso Movimiento de las masas juveniles y populares en lucha, Mao funda  la "Revista del río xiang". Por otro lado, particularmente sobre él, para la época, y sobre China en general, se hacen sentir las salvas de la Gran Revolución Socialista de Octubre, triunfante sobre el antiguo imperio de los zares y sobre el poder capitalista, con ellas arriba el Marxismo-Leninismo. Mao lo descubre, lo asume y lo empuña como arma para la liberación  nacional de China y la emancipación social del pueblo chino.

   Gracia a todo lo cual, no sólo viene al día la tan anhelada Federación de Uniones Estudiantiles, sino que surgen por doquier asociaciones de estudio del marxismo.  Al año siguiente, 1920, Mao estando en Pekín estudia a fondo la Revolución socialista de octubre y lee por primera vez "El manifiesto del partido comunista". El primer libro marxista traducido al chino. Mao resulta totalmente conquistado y, desde entonces, se convierte en un marxista-leninista consciente. Finalmente, ha encontrado la senda justa y la teoría revolucionaria que permitirán "salvar a China".

   Por fin, el joven rebelde revolucionario se convierte en el maduro, y  forjado de acero templado, revolucionario proletario que estremecerá, una vez más, los cimientos del sistema capitalista mundial. Desde ese momento, Mao Tse-tung se convierte en la chispa que incendiará las praderas del planeta. El Sol Rojo del amanecer que, deshaciendo las tinieblas de la larga noche imperialista y capitalista, anuncia el día de la redención de la humanidad explotada y oprimida.

Y ese gran Sol Rojo advendrá al mundo un Primero de Julio de 1921.

20 de diciembre de 2010
 

   





 





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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.