El Gran Sol Rojo del Amanecer

lunes, 10 de octubre de 2011

Diez años de una fuerza arrollador del imperio… y el mundo completamente Nuevo que se necesita

(A continuación presentamos una versión levemente modificada de un discurso que dio el 11 de septiembre de 2011, Andy Zee, el vocero de Libros Revolución-Nueva York, con motivo del décimo aniversario del 11/9).

Syed Fahad Hashmi es musulmán y tiene 30 años de edad. Vino con su familia a Estados Unidos desde Pakistán cuando tenía tres años de edad…. Fue a Inglaterra donde obtuvo una maestría en 2005.

En junio de 2006, la policía británica lo arrestó en el aeropuerto Heathrow por una orden de detención girada por el gobierno estadounidense. En mayo de 2007, fue extraditado a Estados Unidos, bajo las leyes contra el terrorismo ratificadas después del 11/9. familia a Estados Unidos

No lo acusaron de ningún delito violento, sino por el hecho de que alguien, quien paso un tiempo en su departamento, guardó ponchos y calcetines ahí presuntamente destinados al uso de unos terroristas.

La ironía es que Fahad en realidad es un ciudadano estadounidense, pero… No importa que Fahad sea ciudadano estadounidenses, lo que es aún más cierto bajo el régimen de Obama que bajo el de Bush 2. Pues, el presidente Obama se ha adjudicado el derecho de ejecutar a cualquiera, donde quiera en el mundo, meramente porque él lo ordene, incluso contra ciudadanos estadounidenses. Esta política extraordinariamente fascista es una lógica extensión de la doctrina de la guerra preventiva, en que Estados Unidos se adjudica el derecho de atacar a cualquier país del mundo, entrar a cualquier país soberano y llevar a cabo un operativo militar meramente porque decida que en el futuro, alguien, algún grupo o algún gobierno pudiera perjudicar sus intereses. Todo ello bajo el lema de proteger la vida de estadounidenses.

Barack Obama ha dicho repetidamente que tiene la “…creencia de que tenemos que mirar hacia el futuro en oposición a mirar hacia el pasado”. ¿Por qué? …según él: “…una parte de mi trabajo es cerciorarme de que en la CIA, por ejemplo, haya individuos extraordinariamente talentosos, que estén trabajando con mucho esmero para mantener en la seguridad a los estadounidenses. No quiero que de repente, ellos se sientan en la necesidad de pasar la vida cuidándose la espalda y contratando a abogados”. Así, Obama expresa exactamente dos cimientos fundamentales de los Estados Unidos post 11 de septiembre. Uno, la guerra permanente sin restricciones ni frenos, tanto abierta como encubierta, a una escala completamente nueva sin siquiera restricciones debido a las formalidades del derecho internacional. A la vez, se une al coro de burlas contra el estado de derecho mediante la queja tan acostumbrada de las series policíacas de que los acusados “contraten demasiados abogados”, si bien, al mismo tiempo, Obama se preocupa de que sus asesinos de la CIA sean objeto de las restricciones de la ley. Obama no mirará hacia atrás, porque para defender y extender el sanguinario imperio del cual es hoy comandante en jefe, tiene que hacer más de lo mismo: entregar personas para que las torturen en otros países, masacrar mediante bombardeos aéreos a la sombra de la noche, librar guerras y ocupaciones aún más violentas de países enteros, a la vez que impulsa el crecimiento del aparato estatal de vigilancia policial en un momento en que tantas personas en Estados Unidos están llevando una vida de privaciones y desesperanza.

En términos sencillos y directos, la “Guerra contra el Terror” nunca ha tenido que ver con ninguna otra cosa salvo una Guerra por Imperio. Hay un mundo mejor que es posible alcanzar mediante la revolución.

Publicado por Revolución, voz del Partido Comunista Revolucionario, EU

(Ver artículo completo en Revolución # 247, 9 de octubre de 2011)

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periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.