por Quibian Gaytan
Más de 100 millones de trabajadores y empleados indios han respondido al llamado a huelga general, la 10ª huelga general en el país desde 1991, hecho por las Centrales y Federaciones sindicales a protestar contra las políticas económicas “neoliberales” del gobierno de Manmohan Singh, del partido en el poder Alianza Progresista Unida (UPA).
La huelga estallada ha tenido como motivo inmediato el enfrentar el alza inmoderada de los precios de los artículos de primera necesidad y la política del gobierno de impulsar las privatizaciones de las empresas públicas.
El movimiento huelguístico se ha extendido a los sectores bancario y de seguros, telecomunicaciones, defensa, minería y metalurgia, transporte, portuario, servicios públicos e incluso en oficinas y departamentos de los gobierno central y estaduales. La misma ha sido respaldada por los brazos sindicales (All India Trade Union Congress (AITUC) y Nacional de la India Trade Union Congress (INTUC)) de todos los grandes partidos políticos, desde aquel del Partido del Congreso hasta los tristemente célebres Partido Comunista de India y el Partido Comunista de India (marxista).
Dado que el régimen fascista, hoy encabezado por su primer ministro Manmohan Singh y su ministro de trabajo, Mallikarjun Kharge, se han estado beneficiando por muchos años de la leal oposición parlamentaria de dichos grandes partido “comunistas”, en realidad revisionistas y portavoces de una facción política de al burguesía monopolista burocrática hindú, se ha encontrado bajo la presión armada del Partido Comunista de la India (maoísta), el que dirige una exitosa y creciente guerra popular revolucionaria, hoy ha entrado por un callejón preñado de dificultades para impedir el estallido de una crisis política capitalizable por los maoístas.
Razón por la cual estos agrupamientos políticos revisionistas, aprovechando el alto descontento de los trabajadores por la corrupción sin tapujo de que hacen gala los reaccionarios gobernantes, deciden utilizar una forma riesgosa, como lo es el llamado a la huelga, para brindarle una tabla de salvación al poder burgués y no para resolver los graves problemas que afectan a las masas trabajadoras y populares. Se han propuesto arrancarle la iniciativa política y militar a los maoístas militarizados, sembrar ilusiones legalistas y pacifistas en las masas en lucha y, finalmente, llevarlas a la mesa de negociaciones. A la mesa de diálogo, como lo ha sido en todo el mundo, hoyo negro donde se hundirán todas las esperanzas de redención y emancipación de las masas.
Respaldamos acá, los comunistas (ml) de Panamá, esta histórica acción huelguística de als masas trabajadoras y populares indias, nos alegramos de sus éxitos y de las conquistas laborales y políticas que se logren. Pero no dejamos de advertir a los trabajadores indios, así como de todo el mundo y Panamá, que fuera del poder todo es ilusión. Sí las masas del pueblo indio no empuña el fusil, rompe con los revisionistas y reformistas y se suma al Partido Comunista de la India (maoísta), jamás podrá librarse de la explotación capitalista y opresión de la dictadura fascista de la burguesía monopolista burocrática india.
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