El Gran Sol Rojo del Amanecer

jueves, 6 de septiembre de 2012

PROBLEMAS DE LA GUERRA POPULAR [5ª Entrega y penúltima]


Traducido por el camarada SADE para ODC
Traducido de Clarté Rouge, órgano teórico del Centro Marxista-Leninista-Maoísta (Bélgica)


3.6. Las bases de apoyo
3.6.1. Condiciones particulares para el establecimiento de bases de apoyo

Como ya hemos visto, la constitución de bases de apoyo (una de cuyas formas particulares es la “zona liberada”) es una necesidad de la GPP. Sobre esta cuestión vamos a considerar, en primer lugar, las condiciones especiales para, posteriormente, tratar de identificar su contenido y, por último, analizar a luz del mismo nuestras condiciones especiales en las metrópolis imperialistas.

En un informe dirigido al Comité Central del PCCh en noviembre de 1928, durante la lucha en las montañas de Tsingkang, Mao Tse Tung se extiende prolijamente sobre la historia y situación de la base revolucionaria situada en la región fronteriza de Junán y Kiangsi, y sobre las bases de apoyo que la rodeaban. En él se pueden leer las condiciones favorables y desfavorables en los pasajes que se refieren a esta base en general o, con más detalle aún, en los pasajes (ver página 108, por ejemplo) en que Mao compara las situaciones de las diferentes partes de la región en cuestión.

Se consideran como favorables[1]: a) el alejamiento de los centros de poder enemigo; b) la dificultad de acceso; c) el apoyo de las masas populares; d) la proximidad de otras bases revolucionarias; e) la autosuficiencia alimentaria o, al menos, la posibilidad de abastecerse con los aportes de las regiones vecinas transformadas en bases de apoyo. Examinemos rápidamente estos factores desde la perspectiva de las condiciones particulares, es decir, tal como se le presentaban a Mao Tse Tung a finales de la década de los 20.

a) El alejamiento de los centros de poder enemigo: se trata en este caso de un alejamiento físico. Las montañas de Tsingkang estaban lejos de las ciudades, las “antenas” del poder central eran escasas y débiles.

b) La dificultad de acceso: se trata en este caso de una dificultad de acceso en el sentido físico que resulta de una combinación de relieve escarpado, grandes distancias, vías de comunicación (carreteras, puentes, etc.) mediocres, medios de transporte limitados (en cantidad y calidad) para el enemigo, inadaptación de las fuerzas del enemigo al terreno.
c) El apoyo de las masas populares: se trata en este caso de una condición política ya tratada en este debate y sobre la que volveremos más adelante.

d) La proximidad de otras bases revolucionarias: lo que permite a una base apoyar a otra en caso de ofensiva enemiga o en caso de ofensiva revolucionaria. Esta proximidad permite aplicar, en beneficio de los revolucionarios, el principio estratégico de la “economía de fuerzas” que consiste en concentrar las fuerzas allí donde se producen choques decisivos y en limitar al mínimo las fuerzas en los frentes de menor importancia. Este principio no se aplica sólo a nivel militar: los recursos económicos o los cuadros políticos también se pueden “concentrar” allí donde su efecto sea más útil.

e) La autosuficiencia alimentaria o, al menos, la posibilidad de abastecerse con los aportes de las regiones vecinas transformadas en bases de apoyo: en las condiciones de la China de entonces, salvo unos pocos productos como la sal, las zonas liberadas eran autosuficientes y podían desarrollarse como microsociedades socialistas que permitían una neta mejoría de las condiciones de vida de las masas. Debe añadirse en este punto que esta autosuficiencia tenía un valor estratégico: permitía resistir los bloqueos enemigos.

Es el momento de señalar que todos estos puntos son válidos para todos los tipos de bases de apoyo, excepto el punto e) que se refiere a esa forma extrema y particular de base de apoyo que es la zona liberada.

3.6.2. “Bases de apoyo” como condición general

En esta fase, pues, debemos proceder a una nueva generalización/teorización. Debemos tratar de no fijarnos ya en la forma concreta que tuvieron las bases de apoyo en la GPP llevada a cabo en China en su momento sino extraer de ellas su contenido político-estratégico. En otras palabras, debemos responder a la pregunta: ¿qué aportan las “bases de apoyo” al proceso revolucionario que las hace tan necesarias?
Las bases de apoyo permiten establecer polos del nuevo poder. De manera total en las zonas liberadas, de manera parcial en las otras formas de base de apoyo.

En las bases de apoyo, el Partido y las masas pueden experimentar y desarrollar los primeros elementos de la nueva sociedad y así profundizar su interrelación. Las bases de apoyo permiten la organización y la autoorganización de las masas: las masas adquieren de este modo las cualidades y características que hacen de ellas una fuerza revolucionaria consciente. Tanto el Partido como las masas se forjan y se refuerzan.
En las condiciones favorables para el establecimiento de una base de apoyo, Mao recuerda el apoyo de las masas; la constitución de “bases de apoyo” permite transformar el “apoyo” de las masas en una auténtica participación de las masas en el proceso revolucionario.

Las bases de apoyo son zonas donde el control social y la represión del enemigo son débiles, inexistentes, o están sometidos a dura pugna con el contrapoder revolucionario. La represión puede adoptar en ellas la forma de operación puntual, más o menos extensa, militarizada en espíritu si no en la realidad. La neutralización de los pequeños agentes de la contrainsurgencia (soplones, policías “de proximidad”, etc.) permite a los revolucionarios trabajar con mayor libertad.

Las “bases de apoyo” permiten a los revolucionarios desembarazarse de un gran número de trabas paralizantes del trabajo conspirativo. En las bases de apoyo, el Partido, las formas del nuevo poder (comités populares, etc.) y el Ejército Rojo pueden desarrollarse de manera más rápida, más amplia, más profunda y más segura.

3.6.3. Sobre las zonas liberadas como forma particular de las bases de apoyo

Bases revolucionarias como las de las montañas de Tsingkang, es decir, vastas zonas liberadas e inaccesibles para el enemigo, son casi inimaginables hoy en día, a menos que el Estado opresor se encontrase en un estado de excepcional debilidad; y aun así, aún cabría pensar que esta debilidad sería contrarrestada por una intervención imperialista. Se trata de una constatación que sirve tanto para los países semifeudales y semicoloniales, cuya población está compuesta principalmente de campesinos pobres, como para las metrópolis imperialistas.

Factores como el relieve o las distancias se plantean hoy de modo diferente que a principios del siglo pasado. Gracias a la técnica y al desarrollo, las distancias se acortan y el relieve se nivela. Los aparatos a hélice (helicópteros, aeronaves de rotores basculantes tipo osprey, etc.) permiten a las fuerzas represivas intervenir masivamente en cualquier punto del territorio. El desarrollo de la observación aérea (satélites, aviones no tripulados tipo drone, aviones de reconocimiento) refuerza esta tendencia hasta el punto que sólo las regiones húmedas cubiertas por bosques densos permiten todavía (¿por cuánto tiempo?) escapar a los modernos medios de observación.

Los partisanos vietnamitas o yugoslavos lo experimentaron. Sus ejércitos rojos trataban en todo momento de evitar la observación del enemigo y, cuando esto no era posible, buscaban escapar del cerco enemigo mediante desplazamientos continuos. Incluso la base revolucionaria de las montañas de Tsingkang terminó por conocer esta situación cuando la quinta campaña de cerco del Kuomintang obligó al Ejército Rojo a abandonar la región, que fue reconquistada por la reacción.

Cuando Mao dijo que sólo la división del enemigo permitió el establecimiento de la base revolucionaria de las montañas de Tsingkang, podemos generalizar diciendo que es necesaria una situación de debilidad excepcional del poder reaccionario para que se pueda establecer una base revolucionaria fija y duradera, es decir, una “zona liberada” donde el poder revolucionario pueda establecerse permanentemente a la luz del día.
La instalación prematura de un poder revolucionario abierto puede causar pérdidas irremediables. En varias localidades peruanas, el PCP había establecido comités revolucionarios integrados por cuadros del PCP y lugareños. Cuando el ejército retomó estas localidades que el EGP no pudo defender, los militantes pudieron volver de nuevo al maquis, pero los pobladores involucrados en el nuevo poder fueron denunciados y masacrados.

Esta incapacidad creciente para reproducir experiencias como la de una zona liberada del tipo de la de las montañas de Tsingkang tiene poca incidencia en la cuestión de la universalidad de la GPP. Sólo aquellos que (voluntariamente o no) confunden “base de apoyo” con “zona liberada” pueden pretender tal cosa. Para estos últimos, la causa está clara: la imposibilidad de establecer una zona liberada implica la imposibilidad de cumplir esa condición de la GPP que es el establecimiento de bases de apoyo, de donde deducen la imposibilidad de practicar la GPP. Pero desde el momento en que se generaliza/teoriza con rigor el contenido político-estratégico de la “base de apoyo” se llega a la conclusión de que se trata de un concepto flexible, susceptible de revestir para un contenido idéntico formas diferentes.

3.6.4. Sobre las “bases de apoyo” en el medio urbano

La experiencia del movimiento comunista internacional nos revela dos tipos de experiencias equivalentes a las “bases de apoyo” en el medio urbano: los barrios populares o barriadas pobres [bidonvilles, en el original en francés] y los complejos industriales.

a) En los barrios populares

Por ejemplo el distrito proletario de Vyborg en Petrogrado, donde las masas eran tan revolucionarias que obligaron a los bolcheviques a seguir el movimiento para no quedarse cortados de ellas... (La revolución de febrero comenzó con un movimiento espontáneo de masas en Vyborg). Fue uno de los pocos barrios de Petrogrado donde los bolcheviques tenían la mayoría en el Soviet y en la Duma.

Por ejemplo la barriada pobre de Villa El Salvador (fundada en 1971), que tenía ya una larga tradición de lucha (resistencia a los desalojos, participación en la huelga general contra la dictadura militar en 1977, etc.). El PCP comienza allí su actividad en 1980 y la lucha armada en el 81 (voladura de la comisaría). Crea organizaciones sociales o se hace con el control de las ya existentes y lleva a cabo operaciones de agitación y propaganda abierta de 1988 a 1992. Los delincuentes, los políticos burgueses, los policías y los chivatos son expulsados del barrio o ejecutados.

Por ejemplo el barrio 1 Mayis de Estambul, zona de segregación económica, social y comunitaria (alevíes), altamente autoorganizada y capaz de resistir a los proyectos de “renovaciones” del ayuntamiento (resistencia que llegó a causar la muerte de manifestantes). Este barrio fue creado a finales de los años 70, en un periodo de enfrentamientos armados entre revolucionarios, fascistas y fuerzas del orden. La organización Dev Yol arrancará a la mafia el control del suelo sobre el que se construirá el barrio y organizará una red de comités populares, casa del pueblo, espacios de salud, escuelas o incluso economatos. Todavía hoy tienen lugar manifestaciones armadas.

b) En los complejos industriales

Por ejemplo el complejo de plantas metalúrgicas Putilov, en Petrogrado, durante la Revolución rusa. El contrapoder rojo era tal en las plantas Putilov (30.000 trabajadores de los que 10.000 eran simpatizantes y 500 militantes bolcheviques) que los bolcheviques pudieron organizar allí una guardia roja, concentrar sus fuerzas y, más tarde, enviar destacamentos para tomar la ciudad.

Por ejemplo el complejo de 26 plantas Fiat de Mirafiori-Lingotto-Rivalta (90.000 trabajadores de los que 50.000 sólo para Mirafiori) en Turín con ocasión del “autunno caldo” italiano de 1969, con un cambio en las relaciones de fuerza en los talleres por medio de desfiles [cortèges, en el original en francés] internos (en especial en la planta de Mirafiori, fábrica “de pasillos” [“en couloirs” en el original en francés]). La planta servía de base revolucionaria donde se concentraban otras fuerzas (empezando por los estudiantes) antes de marchar sobre la ciudad, como con ocasión de la manifestación que concluyó en los enfrentamientos y barricadas de Corso Traiano en julio de 1969. [http://www.centremlm.be/index.php?id=48]

Estas experiencias históricas tienen en común diversos factores que han contribuido a darles las cualidades de bases revolucionarias:

a) Fuerte concentración de poblaciones pobres,
b) Homogeneidad socio-cultural que favorece la autoorganización,
c) Vacío de poder (desinterés de las autoridades públicas) acentuado por la acción revolucionaria,
d) Tradición de lucha,
e) Existencia o necesidad de estructuras sociales de apoyo mutuo y de cooperación no oficiales en las que deben intervenir los revolucionarios,
f) Homogeneidad geográfica (con un relativo aislamiento en ocasiones),
g) Proximidad al centro urbano.

3.6.5. La autosuficiencia económica

Es éste un criterio que era pertinente en la China de los años 30 y que ya no lo es a día de hoy, incluso en los países menos industrializados. Aún en 1958 los maquis castristas aspiraban a una relativa autosuficiencia (creación de una tenería y un taller de fabricación de zapatos) pero se veían obligados a adquirir combustible, medicamentos, etc. El desarrollo demográfico y la globalización capitalista han hecho imposible el modelo de la zona liberada económicamente autosuficiente, incluso en las regiones más remotas de los países más pobres. Para el establecimiento de zonas liberadas donde mejoran las condiciones de vida de las masas ya no se trata sólo de la sal que se necesita sino también de semillas y fertilizantes, medicamentos, combustibles y carburantes, etc.
[1] Mao, en su informe, en ocasiones se alegra de cierta ventaja, otras deplora cierto inconveniente. Para facilitar el análisis, reunimos todas las condiciones bajo una forma positiva. Así, cuando en la página 93 Mao lamenta la desventaja de una región escasamente poblada con cosechas insuficientes, nosotros hablaremos de la ventaja de regiones densamente pobladas con cultivos suficientes.


Publicado por Odio de Clase 

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.