El Gran Sol Rojo del Amanecer

domingo, 24 de marzo de 2013

VENEZUELA: El Fulgor de las Reformas Enceguece y Aparta al Pueblo del Camino de la Revolución


[Artículo del periódico Revolución Obrera No. 360 – Unión Obrera Comunista (MLM) – Colombia]


La reciente muerte de Hugo Chávez creó conmoción y dolor en gran parte del pueblo venezolano, desatando entre los revolucionarios una lucha sobre la posición frente al chavismo, sobre lo cual de tiempo atrás este periódico ha sentado posición: “De hecho la “revolución bolivariana” ha dejado incólume el viejo Estado burgués y las viejas relaciones sociales, así como intactas las relaciones de dependencia con respecto al imperialismo, incluso frente al imperialismo yanqui, quien sigue teniendo el privilegio de la explotación y el comercio del petróleo. El discurso “antiimperialista” y “anticapitalista” del “socialismo del siglo XXI” es palabrería para engañar el movimiento obrero y, en ese sentido, es erróneo que los comunistas se sumen a sus corifeos, cuando su obligación es desenmascararlos y combatirlos por falsos socialistas y comunistas.” (Carta de mayo de 2011 publicada en el Revolución Obrera 317)
Chávez y sus reformas a nombre de la “Revolución Bolivariana” y del “Socialismo del Siglo XXI” han causado gran alboroto en la sociedad venezolana: levantaron ampolla en el sector burgués terrateniente cuyos intereses son afectados por el gobierno chavista, y ganaron apoyo y simpatía en los sectores del pueblo que admiran su enfrentamiento contra algunos grupos monopolistas de la burguesía venezolana y el imperialismo estadounidense, sintiendo que las reformas chavistas mitigan algunas necesidades inmediatas y alivian su tragedia como explotados bajo el sistema capitalista.
Las grandes masas del pueblo venezolano que hoy se movilizan en duelo por la muerte de Chávez y en defensa de su obra de gobierno, lo hacen porque creen que la “Revolución Bolivariana” cura los males de su situación, y que el “Socialismo del Siglo XXI” es ya un nuevo sistema superior y distinto al capitalismo. Ese ha sido el gran servicio prestado por el chavismo al sistema basado en la explotación del trabajo ajeno. Ese ha sido el gran engaño del chavismo a los obreros y campesinos, a las masas del pueblo venezolano vilipendiado, explotado y oprimido por las centenarias clases dominantes proimperialistas, que no han sido derrotadas por una revolución, sino que apenas se han dividido en las filas de la oposición y del oficialismo.
La esencia del reformismo consiste en atenuar el mal, pero no en suprimirlo (Lenin), y es precisamente lo que ha hecho el chavismo durante 14 años, en un Gobierno que ni es verdaderamente revolucionario, ni verdaderamente antiimperialista, y en cambio sí ha servido para disimular la dictadura de los explotadores sobre el pueblo, el yugo de la dominación semicolonial imperialista, y los privilegios de clase de una minoría a cuenta de la explotación del trabajo de la mayoría en la sociedad.
La “Revolución Bolivariana” no pasa de ser un paño de agua tibia aplicado a los males del capitalismo. Es reformismo burgués que no socaba el poder de la burguesía, sino que lo afianza bajo el rótulo de “revolución”. Contribuye a enjuagar las  lacras del capitalismo, con lo cual aparta y disuade al pueblo de una verdadera revolución. Mantiene intacto el poder del viejo Estado reaccionario y el régimen de la explotación del trabajo, sólo que todo dirigido por la facción burguesa bolivariana.
Pero el pueblo venezolano sí podrá romper las cadenas de la explotación, cuando con la ayuda de los comunistas encuentre el camino de la revolución proletaria, cuya fuerza principal será la alianza de los obreros y campesinos, y la vía no será la “remodelación” del Estado de los explotadores, sino su destrucción con la violencia revolucionaria, con la guerra popular, la guerra de las masas.
El “Socialismo del Siglo XXI” es también una farsa y una falsificación burguesa del socialismo. El discurso “socialista” de Chávez en una mezcla de bolivarismo y nacionalismo, que lo erigió en caudillo representante de un supuesto socialismo continental, basado en la utopía de crear una sociedad socialista sin necesidad de destruir con la violencia revolucionaria el poder político de los explotadores.
Una verdadera sociedad socialista, sí podrá edificarse en Venezuela cuando las masas populares del campo y la ciudad, derroquen el actual Estado burgués terrateniente proimperialista, y construyan el nuevo Estado de los obreros y campesinos, el nuevo Estado de la Dictadura del Proletariado, en el cual, el poder sea ejercido directamente por las masas armadas y no a través de los intermediarios y salvadores bolivarianos.
La “Revolución Bolivariana” y el “Socialismo del Siglo XXI”, son las dos patas del reformismo burgués chavista, que desvía al pueblo del verdadero camino revolucionario, ilusionándolo en que por medio de la transición pacífica, de la toma del Estado burgués por la vía parlamentaria y de las elecciones, cuenta con un poder, que en realidad no está en sus manos, sino que sigue firme en manos de los dueños del capital y de las tierras, a cuya cabeza están hoy los bolivarianos.
Así mismo, el “antiimperialismo yanqui” de Chávez no es antiimperialismo revolucionario, sino seudo-antiimperialismo, antiimperialismo burgués, que oculta y disimula la dominación semicolonial económica y política del imperialismo sobre la sociedad venezolana, pero no la suprime por la vía revolucionaria; que despotrica del imperialismo yanqui pero defiende y se compromete abiertamente con los imperialistas chinos o rusos. De hecho su economía depende en gran medida de la venta del petróleo y la compra de una gran cantidad de mercancías al propio imperialismo yanqui, en tanto que China es el segundo socio comercial de Venezuela con un intercambio anual que supera los 12.000 millones de dólares, en gran parte por los cerca de 500.000 barriles de petróleo que diariamente envía el país oprimido sudamericano al país imperialista asiático.
El pueblo venezolano únicamente podrá liberarse del yugo semicolonial del imperialismo norteamericano y de todo imperialismo, cuando ligue la lucha antiimperialista a la lucha revolucionaria por derrocar el Estado reaccionario.
Ni la “Revolución Bolivariana” en Venezuela, ni la “Revolución Ciudadana” en Ecuador, ni la “Sandinista” en Nicaragua, ni sus similares en otros países, pueden romper las cadenas que esclavizan a las masas trabajadoras a la explotación y a la dictadura de los explotadores. Todos esos engaños reformistas burgueses son tan peores como los otros regímenes burgueses tipo Santos en Colombia o Piñera en Chile. Todos son en esencia una dictadura de clase de los explotadores sobre los explotados.
Los 14 años de reformismo burgués bolivariano en Venezuela, a la vez que han apartado al pueblo de una verdadera revolución, no han podido suprimir la necesidad de esa revolución,  pues han servido para agudizar más la lucha de clases, para acercar más el pueblo a los problemas de la política, del poder y del Estado, lo cual ayuda a fertilizar el terreno para la labor de los auténticos revolucionarios, para la actividad política que lleve las verdaderas ideas del socialismo al pueblo venezolano, para guiar el proceso que inevitablemente derribará el poder de las clases reaccionarias y edificará un nuevo Estado de obreros y campesinos hacia un verdadero socialismo dirigido por el proletariado.
Tras la muerte de Chávez, se han acordado las próximas elecciones para el 14 de abril, para que en una farsa electoral, las clases dominantes decidan quien sigue desde el Gobierno administrando los negocios de los capitalistas. Aunque el pueblo venezolano hoy se encuentra convulsionado, dividido y enfrentado entre sus propias filas, debe convencerse que:

¡Ni Capriles! ¡Ni Maduro! ¡Sólo el Pueblo Salva al Pueblo!

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Datos personales

periodista obrero. Comunista (marxista-leninista). Antiimperialista, anticapitalista y antimilitarista.