Chávez murió, el oportunismo latinoamericano lo
despide
Por: Análisis y Opinión
20/03/13
El “antiimperialismo” de Chávez,
celebrado por sus partidarios, fue más demagogia que realidad, más propia de un
nacionalista demócrata burgués que de un revolucionario. Las reformas que
implementó Hugo Chávez en Venezuela nunca rompieron los límites del viejo
Estado terrateniente y se orientaron fundamentalmente a cuestionar la vieja
política tradicional de sus predecesores grandes burgueses y terratenientes.
La
muerte del caudillo venezolano ha tocado a buena parte del pueblo venezolano y
a los “progres” del continente. Emotivos discursos y muestras de dolor han sido
expresados en el funeral de quien fue el abanderado del Socialismo del Siglo
XXI.
Como suele suceder con la tradición
caudillista en los países del tercer mundo, el presidente venezolano, como todo
caudillo, recibe los sentimientos de amor por sectores populares y odio de sus
opositores. Pero ¿significa esto que fue un gran revolucionario como lo
proclama el altisonante discurso de sus seguidores y los revisionistas cubanos?
Nuestra respuesta es NO. El proceso
venezolano encabezado por Hugo Chávez ha consistido en un proceso de reformas
que no ha intentado transformar a fondo la caduca estructura estatal en la que
se desarrolla su capitalismo atrasado y deformado. Los grandes terratenientes y
banqueros, si bien han contendido políticamente contra el chavismo, no han sido
tocados en lo fundamental de su reproducción económica. Del mismo modo su
relación con el imperialismo ha estado supeditada a la jugosa renta petrolera
en la que solamente se ha negociado nuevas condiciones comerciales, similar a
lo que hace Evo Morales en Bolivia.
Venezuela no ha roto con la
dominación imperialista simplemente porque sigue supeditada al mercado
imperialista mundial, el “antiimperialismo” de Chávez, celebrado por sus
partidarios fue más demagogia que realidad, el discurso antiyanqui que abre los
brazos a las potencias Europeas, Rusa o China, es una demostración de su
inconsecuencia antiimperialista, pero incluso en este sentido Venezuela nunca
pudo romper con la dependencia del negocio petrolero respecto de EEUU. La
“pelea” de Chávez con los yanquis se debe más a un posicionamiento burgués en
el circuito imperialista con una visión más próxima a un nacionalista demócrata
burgués y no a una posición revolucionaria.
Hugo Chávez nunca quiso romper los
límites del viejo Estado por eso no permitió desencadenar la energía de las
masas para llevar el proceso a la construcción de una sociedad nueva, por el
contrario, el gobierno de Chávez ejerció un control corporativo a través de sus
militantes y dirigentes de partido en las organizaciones que montaba como
“poder popular”. Este control no permitió el desborde popular para cuestionar
en serio las estructuras atrasadas de la vieja sociedad.
En el fondo los dirigentes de la
revolución bolivariana siempre tuvieron temor de desencadenar ese poder de las
masas, eso se puede ver en cómo manejaron la información sobre la enfermedad
del caudillo, de espaldas al pueblo, ocultando la información y sumiéndolo en
un manto de dudas con las tradicionales teorías conspirativas.
El Socialismo del Siglo XXI es un
conjunto ecléctico de medidas tomadas de diversas teorías económicas y
políticas donde intentan conciliar intereses populares, nacionales para
suavizar la dominación imperialista. La visión nacionalista de este proyecto
contempla la participación de “empresarios y banqueros patrióticos” y habla de
un socialismo con participación del mercado (capitalista). Este “socialismo” no
tiene nada que ver con un proyecto liberador y transformador, por el contrario
se trata de un conjunto de medidas para buscar una mejor ubicación en este
mundo explotador.
Los partidarios de este proyecto
(oportunistas, reformistas, revisionistas, muchos de estos rabiosos opuestos al
verdadero marxismo) han dicho que esta es la única forma de “enfrentar” al
capital, es la manera realista de “mejorar” la vida del pueblo, dicen que
debemos dejar atrás los sueños utópicos del socialismo o comunismo porque éstos
terminaron en un fracaso con la experiencia del “socialismo real”.
Estos corifeos del “fracaso del
socialismo” generalmente repiten los argumentos imperialistas acerca de la
construcción del socialismo en la Unión Soviética y la China, tergiversan y
falsean las lecciones que nos brindaron esas valiosísimas experiencias y
mienten al pueblo. Esperan que nos resignemos a ocupar un lugar “mejorcito” en
este mundo de miseria, opresión y explotación y que renunciemos a cambiar
verdaderamente este mundo siguiendo las lecciones que nos dejaron las revoluciones
socialistas que fueron los procesos más avanzados que ha conocido la humanidad.
Chávez ha muerto y otro caudillo lo
reemplazará, el pueblo tendrá que abrir los ojos para superar la demagogia del
gobierno Venezolano y construir su propio y verdadero camino de liberación.
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