Llegamos a un nuevo 1º de Mayo en
medio de una de las mayores crisis económicas de la historia. Millones de
parados, condiciones de trabajo precarizadas, asalto y privatización de los
servicios públicos que antes formaran la columna vertebral del
llamado Estado de Bienestar. Muchos creen que las crisis del capitalismo son
fenómenos naturales, como los tornados, completamente accidentales,
imprevisibles e imposibles de prevenir. Otros muchos echan la culpa a la mal
llamada "clase política", que por inacción, incapacidad, corrupción o
ensimismamiento ni evitaron ni pueden parar la catástrofe. Otros, quizá, culpan
a los propios capitalistas, que al pecar de excesiva avaricia desataron fuerzas
especulativas que escapan a su control y arrasan con todo: ¡es bueno querer ser
rico, pero no tanto! En estos análisis hay algo de verdad. Las crisis no son
planeadas por grupos reducidos de psicópatas con oscuros propósitos. La mayor
parte de nuestros políticos son, sin duda, una banda de ineptos y corruptos,
más interesados en apuntalar un sistema que oprime a los trabajadores que en
buscar soluciones a nuestros problemas. Existe, sí, una tendencia entre los
dueños de capital a la avaricia sin fin, a alimentar burbujas especulativas que
al estallar se transforman en calamidad y se extienden por todo el mundo como
una plaga.
¿Qué aportamos, entonces, los
comunistas a estos análisis parciales? Los comunistas defendemos que las crisis
del capitalismo no son como fenómenos naturales, accidentales y sin
responsables. Las crisis, que son cíclicas, son el producto inevitable y
necesario de un sistema basado en la acumulación ilimitada de capital en
beneficio de una minoría, los dueños de los medios de producción. Estas crisis
llevan asolando el mundo desde hace siglos, en una paradoja que habría
confundido sin remedio a nuestros ancestros más lejanos: casas vacías se
acumulan al lado de gente sin hogar; fábricas vacías esperan a personas sin
trabajo que nunca llegan; supermercados repletos se reparten por un país que
cada vez pasa más hambre. La abundancia material se agolpa junto a la
necesidad, con las leyes capitalistas y su policía como única barrera entre
ambas.
Defendemos, también, que las crisis
no son producto de la incapacidad personal o las fallas morales del político de
turno, sean cuales sean las siglas a las que representa. Ocurre, de hecho, todo
lo contrario: el Estado y sus dirigentes implementan con gran eficacia los
planes trazados por el capitalismo internacional para nuestro país. Planes que
pasan por el sometimiento de los trabajadores y el expolio de nuestros
recursos, sumando a España al grupo de países oprimidos por un imperialismo que
tiene como único objetivo el cuadrar las cuentas de los principales grupos
empresariales que son los verdaderos jefes de nuestros dirigentes.
Defendemos, por último, que esta
crisis tiene poco que ver con una caída temporal y evitable de los capitalistas
en una mentalidad más propia de un aficionado a los casinos. El ánimo de lucro
sin barreras es la sangre misma del capitalismo, y las montañas de dinero no
pueden permanecer ociosas en los paraísos fiscales sin que la economía se pare
en seco. Invertir más y más en negocios cada vez más rentables es la única
religión de los que nos oprimen, no importa como de ridículos sean sus objetivos
o cuán prolongada sea la caída cuando salte por los aires su castillo de
naipes.
¿Qué proponemos, ante todo esto, los
comunistas? Los comunistas proponemos que es posible la creación de una
sociedad diseñada para satisfacer las necesidades de la mayoría y no los
delirios de una minoría. Que las trabajadoras y trabajadores pueden y deben
unirse para luchar contra este sistema caduco y aquellos que lo defienden, y
que deben hacerlo en todo el mundo ya que el capitalismo es un sistema
globalizado. Que aquellos que nos oprimen no se quedarán de brazos cruzados,
como bien podemos ver cada día, y que esta lucha será larga, dura y llena de
sacrificios. Que la historia es un arma, y que debemos aprender de las luchas
pasadas y de los grandes maestros del proletariado, adaptando sus lecciones a
nuestra realidad concreta y particular. Que uniéndonos podemos crear un nuevo
Estado revolucionario que defienda nuestros intereses y nos defienda de
nuestros enemigos, que tratarán desesperadamente de mantener sus privilegios y
conservar sus riquezas.
Proponemos, en fin, que nuestra
situación presente no es un accidente, que su superación más que un capricho es
una necesidad imperiosa, y que a través de la lucha y la formación podemos
continuar la emancipación de los trabajadores que conmemoramos cada año, de
forma especial, tal día como hoy.
¡Viva el 1º de Mayo! ¡Proletarios y
pueblos oprimidos del mundo: uníos!
¡Viva la lucha de la clase obrera
contra la explotación capitalista!
¡Al capitalismo en crisis ni una miga
de pan ni una gota de agua para salvarlo!
¡Construir el partido político
revolucionario del proletariado!
¡Viva el socialismo! ¡Viva el
comunismo!
Madrid, 1º de Mayo de 2013
Página web: http://granmarchahaciaelcomunismo.wordpress.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario