Parte de un Discurso pronunciado por el camarada Mao Tsetung ante
una reunión de cuadros en Yenán el 8 de febrero de 1942
.
Quisiera hablar ahora acerca de cómo el subjetivismo y el
sectarismo han hecho del estilo de cliché del Partido su instrumento de propaganda
o forma de expresión. Luchamos contra el subjetivismo y el sectarismo, más si
no liquidamos al mismo tiempo el estilo de cliché del Partido, los dos conservarán
un lugar donde esconderse. Si terminamos con ese estilo, daremos jaque mate al
subjetivismo y al sectarismo, exhibiendo a esos dos monstruos en sus verdaderos
colores. Entonces quedarán como una rata que cruza la calle seguida por los
gritos de “¡Matadla!”, y así podremos aniquilarlos fácilmente. No es muy grave
si uno escribe en estilo de cliché del Partido sólo para sí mismo. Pero si da a
leer lo escrito a otra persona, se duplica el número de lectores, y eso ya causa
un daño mayor. Y si fija en la pared su escrito, si lo reproduce en mimeógrafo,
lo publica en los periódicos o lo imprime en forma de libro, el problema es
verdaderamente serio, porque su influencia puede alcanzar a mucha gente. Los que
escriben en estilo de cliché del Partido siempre desean que sus artículos sean
leídos por mucha gente. Por lo tanto, es de necesidad imperiosa denunciar y liquidar
ese estilo.
El estilo
de cliché del Partido es una variante del estilo de cliché extranjero, que Lu
Sin combatió hace tiempo1. ¿Por qué, entonces, lo llamamos estilo de cliché del Partido? Porque,
aparte del olor extranjero, tiene un tufillo a suelo natal. ¡Tal vez se lo
pueda considerar como una creación! ¿Quién dice que nuestra gente no crea nada?
¡He aquí un ejemplo! (Carcajada general).
El
estilo de cliché del Partido ya tiene una larga historia en nuestras filas;
particularmente en el período de la Revolución Agraria, llegó en ocasiones a
ser un problema muy serio. Desde el ángulo histórico, el estilo de cliché del
Partido es una reacción contra el Movimiento del 4 de Mayo [levantamiento
encabezado por estudiantes chinos en 1919]. Durante este Movimiento, la gente
de ideas nuevas se opuso a la lengua clásica y preconizó la lengua escrita
moderna, combatió el viejo dogma y propugnó la ciencia y la democracia. Todo
esto fue muy justo. El Movimiento era entonces vivo, vigoroso, progresista y
revolucionario.
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1. La oposición
al estilo de cliché, nuevo y viejo, es el consecuente espíritu de las obras de
Lu Sin. El estilo de cliché extranjero fue desarrollado después del Movimiento
del 4 de Mayo por intelectuales burgueses y pequeñoburgueses de conceptos
mezquinos. Difundido por ellos, este estilo tuvo vigencia por largo tiempo entre
las filas revolucionarias del campo cultural. Contra dicho estilo Lu Sin se
manifestó en muchas de sus obras, y lo criticó en los siguientes términos: “El
estilo de cliché, sea viejo o nuevo, debe ser extirpado radicalmente [...]
Otro tipo de
cliché es, por ejemplo, el de aquellas personas que sólo saben ‘insultar’, ‘intimidar’
y ‘pronunciar su fallo’, pero no quieren utilizar, de manera concreta y en
concordancia con la realidad, las fórmulas extraídas de la ciencia, para
explicar los nuevos hechos y fenómenos cotidianos, y se limitan a copiar
fórmulas ya confeccionadas y a aplicarlas sin discernimiento a todos y cada uno
de los hechos”. (“Respuesta a Chu Siu-sia”).
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Las
clases dominantes de aquel tiempo inculcaban a los estudiantes las doctrinas
confucianas y obligaban al pueblo a venerar esas
doctrinas como un dogma religioso; todos los autores escribían en lengua
clásica. En una palabra, lo que entonces escribían y enseñaban las clases
dominantes y sus acólitos era de estilo estereotipado y dogmático, tanto en la
forma como en el contenido. Se trataba del viejo estilo de cliché y el viejo
dogma. Un gran mérito del Movimiento del 4 de Mayo consistió en que puso al desnudo
ante el pueblo la fealdad del viejo estilo de cliché y del viejo dogma y llamó
al pueblo a luchar contra ambos.
Otro gran mérito, ligado con el precedente, fue su lucha contra el
imperialismo; pero, de todos modos, la lucha contra el viejo estilo de cliché y
el viejo dogma fue una de sus grandes contribuciones.
Más tarde, sin embargo, hicieron su aparición el estilo de cliché y
el dogma extranjeros. Cierta gente de nuestro Partido, gente que contravenía al
marxismo, los desarrolló hasta convertirlos en subjetivismo, sectarismo y estilo
de cliché del Partido.
Estos son el nuevo estilo de cliché y el nuevo dogma. Se
encuentran tan profundamente enraizados en la mente de muchos camaradas que
incluso hoy hemos de realizar grandes esfuerzos en el trabajo de reeducación.
Vemos, pues, que el vivo, vigoroso, progresista y revolucionario movimiento
del período del 4 de
Mayo, que luchó contra el viejo estilo de cliché y el viejo dogma
feudales, fue convertido luego por cierta gente en su contrario, dando origen
al nuevo estilo de cliché y al nuevo dogma. Estos últimos no son vivos ni
vigorosos sino muertos y rígidos; no son progresistas sino retrógrados; no son
revolucionarios sino un obstáculo para la revolución. Esto significa que el estilo
de cliché extranjero, o estilo de cliché del Partido, es una reacción contra la
naturaleza misma del Movimiento del 4 de Mayo.
Sin embargo, este Movimiento tuvo también sus defectos. Muchos de
los dirigentes de entonces carecían aún del espíritu crítico marxista, y sus
métodos eran en general los de la burguesía, es decir, métodos formalistas.
Tenían toda la razón al combatir el viejo estilo de cliché y el viejo dogma y preconizar
la ciencia y la democracia.
Pero, para valorar la situación de aquel tiempo, la historia y lo
extranjero, carecían del espíritu crítico del materialismo histórico, consideraban
lo que calificaban de malo como algo absoluta e íntegramente malo, y lo que
calificaban de bueno como algo absoluta e íntegramente bueno.
Esta manera formalista de abordar los problemas influyó en la evolución
subsiguiente del Movimiento; el cual se dividió en dos corrientes en el curso
de su desarrollo.
Un sector heredó su espíritu científico y democrático y lo
transformó sobre la base del marxismo; eso fue lo que hicieron los comunistas y
algunos marxistas que no militaban en el Partido. El otro, tomó el camino de la
burguesía, lo cual significó el desarrollo del formalismo hacia la derecha.
Pero dentro del Partido Comunista tampoco había unanimidad: una parte
de sus miembros, sin haber asido firmemente el marxismo, se desviaron y cayeron
en errores formalistas, es decir, en el subjetivismo, el sectarismo y el estilo
de cliché del Partido, lo cual constituyó el desarrollo del formalismo hacia la
“izquierda”.
De lo
anterior se deduce que el estilo de cliché del Partido es, por un lado, una
reacción contra los factores positivos del Movimiento del 4 de Mayo, y por el
otro, una herencia, continuación o desarrollo de sus factores negativos; en modo
alguno es un fenómeno fortuito.
Es útil que comprendamos este punto. Si durante el Movimiento del
4 de Mayo era revolucionario e indispensable luchar contra el viejo estilo de
cliché y el viejo dogmatismo, hoy para nosotros lo es también criticar a la luz
del marxismo el nuevo estilo de cliché y el nuevo dogmatismo.
Sin la lucha contra el viejo estilo de cliché y el viejo
dogmatismo en el período del Movimiento del 4 de Mayo, la mente del pueblo
chino no hubiera podido liberarse de esas trabas y China no hubiese tenido esperanza
de libertad e independencia.
El Movimiento del 4 de Mayo no fue más que el comienzo de esta
empresa, y la liberación completa del pueblo chino de la dominación del viejo
estilo de cliché y el viejo dogmatismo requiere aún grandes esfuerzos y sigue
siendo una inmensa obra en el camino de la transformación revolucionaria. Si
hoy no luchamos contra el nuevo estilo de cliché y el nuevo dogmatismo, la
mente del pueblo chino se verá sometida a otro tipo de formalismo.
Si no anulamos el efecto producido por el veneno del estilo de cliché
del Partido en una parte de nuestros camaradas (claro que sólo en una parte),
si no corregimos los errores dogmáticos que ellos han cometido, será imposible despertar
el vivo y vigoroso espíritu revolucionario, erradicar el vicio de tomar una
actitud incorrecta hacia el marxismo, y difundir y desarrollar ampliamente el
auténtico marxismo; además, no seremos capaces de sostener una enérgica lucha contra
la influencia del viejo estilo de cliché y el viejo dogma existente entre todo
el pueblo, ni contra la del estilo de cliché y el dogma extranjeros entre mucha
gente del país, y por consiguiente no lograremos el objetivo de destruir y
barrer estas influencias.
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Mao en Yenán en
1938, donde funcionaba la Universidad política y militar de Resistencia a la
agresión japonesa. “Si los comunistas desean realmente hacer propaganda, deben
tener en cuenta a quién se dirigen, quién va a leer sus artículos y manuscritos
o a escuchar sus discursos y charlas; si actúan de otro modo, es como si
hubieran decidido impedir que la gente los leyera o los escuchara.”
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El subjetivismo, el sectarismo y el estilo de cliché del Partido,
los tres, son antimarxistas y no responden a las necesidades del proletariado sino
a las de las clases explotadoras. Son reflejo de la ideología pequeñoburguesa
en nuestro Partido. China es un país donde la pequeña burguesía es muy
numerosa; nuestro Partido está rodeado de esa enorme clase, un gran número de
sus miembros provienen de ella, y es inevitable que ingresen en el Partido con
su larga o corta cola pequeñoburguesa.
Si no se refrena el fanatismo de los revolucionarios
pequeñoburgueses ni se rectifica su unilateralidad, pueden fácilmente engendrar
subjetivismo y sectarismo, una de cuyas formas de expresión es el estilo de
cliché extranjero, o estilo de cliché del Partido.
No es fácil arrancar y barrer estas cosas. Hay que hacerlo en la forma
debida, es decir, empleando argumentos persuasivos. Si nuestros argumentos son
convincentes y adecuados, surtirán efecto. En el proceso de la argumentación,
debemos empezar por provocar una gran conmoción en el paciente, gritándole: “¡Estás
enfermo!”, y luego, cuando sude de miedo, aconsejarle sinceramente que se haga
tratar….
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