8
de Marzo
Día Internacional de la Mujer Trabajadora y Revolucionaria
Desde el momento mismo
en que el II° Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, realizado el 27 de
agosto de 1910, en la ciudad e Copenhague (Dinamarca), ha adoptado a propuesta
de la socialdemócrata marxista Clara Zetkin, el día 8 de Marzo, ha realizarse cada
año, como Jornada Mundial de Lucha por los derechos políticos, económicos,
civiles, como pasos previos para la liquidación revolucionaria de la opresiva
sociedad capitalista y la conquista del socialismo como camino inevitable y
necesario para la emancipación de la mujer, hoy, con un arribo más de esta fecha, las mujeres
trabajadoras de todo el mundo se colocan en las primeras filas de la lucha por
la emancipación de la clase de que hacen parte, los proletarios, y de todos los
explotados y oprimidos del mundo. Con la convicción, consciente, de que para
emanciparse a sí mismas deberían integrarse férrea e indisolublemente con el
movimiento obrero socialista (como en ese entonces se denominaba a los comunistas)
para la liquidación revolucionaria de la imperante sociedad capitalista. Esto
es, asumiendo una actitud rupturista, revolucionaria, de cara a dicha sociedad
y ligar su destino a la conquista de una nueva, la sociedad socialista. Ese ha
sido y es el significado político esencial y el contenido fundamental del
Movimiento Emancipador de la Mujer.
Ciertamente el motivo
emocional, por lo general los movimientos histórico-sociales se inspiran en un
acontecimiento circunstancial que logra conmover las fibras más íntimas de las
capas sociales más bajas y marginalizadas de una sociedad históricamente dada y
les impulsa a la acción liberadora, lo
ha sido el brutal crimen de lesa humanidad cometido por un capitalista yanqui
en daño de las jóvenes trabajadoras en huelga por mejoras salariales y de las
condiciones de trabajo de su empresa. 126 obreras resultaron calcinadas,
muertas en aras de las ganancias. Hecho que, más que la propaganda y la acción
internacional socialista, aunque no subestimable, ha encendido la rabia y el
descontento social de las masas trabajadoras femeniles en todos los países; transformándose
en conciencia de clase de clase revolucionaria y socialista; impregnándolas de
justo odio de clase anticapitalismo y antiimperialista, de repudio de toda
forma explotación económica y de opresión social, política, cultural y de
género. La sangre proletaria, indistintamente vertida por mujeres y hombres, ha sido la chispa anunciadora
de la masiva irrupción revolucionaria consciente de la mujer en la lucha de clase
de la clase proletariada industrial que ha estado sacudiendo, desde hace dos
siglos, a la injusta y opresiva sociedad capitalista.
Esta sociedad que,
desde su nacimiento a hoy, se ha desarrollado hasta devenir internacional a costa
del sistema del salariado, la moderna esclavización de los trabajadores, convirtiéndoles
en una mercancía más dentro del mercado; no sólo hunde en la miseria física y
en la miseria social a los trabajadores, ha metido sus garras en los hogares
proletarios, comprando y sometiendo sus relaciones familiares al frío interés
egoísta del dinero; arrancarles una masa de plusvalía, de ganancias, cada vez
más grande, empujándoles al pauperismo absoluto y; luego una vez consumidas sus
energías físicas y mentales echándoles al basurero cual gabazo. Víctima
privilegiada de esta expoliación, explotación y opresión la mujer ha sido la
principal escogida. La que en las empresas capitalistas, más en aquellas de
capitalismo burocrático-comprador, el componente principal de tan brutal
destino lo has venido a ser la mujer trabajadora. Ellas, las primeras, ante las
atrocidades de un sistema deshumanizado, han sido capaces en comprender el
sentido exacto de la verdad marxista: “¡El capitalismo adviene al mundo chorreando lodo y sangre por todos sus
poros!”. Comprensible, pues, toda su rabia y odio, por lo acontecido ese 8 de
marzo de 1910 y su decisión de terminar de una vez por todas con tan injusta deshumanizada
sociedad.
Llegadas a este punto,
en ese momento, ellas hayan levantado la bandera roja de la emancipación de la mujer trabajadora. La
bandera roja de la revolución proletaria socialista como medio para alcanzarla.
Los explotadores,
también, han comprendido el sentido exacto de esta toma de posición política,
con la revolución y el movimiento obrero revolucionario, asumido por la mujer
trabajadora. Que la hasta entonces su
esclava domesticada, embrutecida, envilecida y quieta como una oveja en
esquilo, ahora está rebelión abierta.
¿Emancipación de la
mujer? ¿Rebelión contra la esclavitud doméstica, contra la subordinación al “hombre”,
contra el terrorismo religioso, contra el pater familismo, contra las costumbre
consagradas…, contra el capitalismo? ¡Nunca! ¡No lo verán mis ojos jamás! Si la
escuela falla, si la Iglesia falla e inclusive si falla la represión policíaca,
entonces –oh, sempiterna astucia del opresor- hay que ganársela, hay que hacerle
aceptar lo bien organizado que está el orden institucional y la ordenamiento
constitucional capaz de “satisfacer” todas sus demandas; Someterla, haciendo
que acepte su lugar asignado en el orden
social y familiar, con la política del caramelo. ¡Adoptemos nosotros, también,
el 8 de marzo como día de la mujer! ¡Entreguémosle el “Código de la Mujer, la
Familia y la Niñez”! ¡”50% de los cargos públicos asignados a la mujer!” y así
adelante.
Engaño y mentiras. Todo
en el único fin de separar a la mujer trabajadora de su hermano de clase,
renuncien a ligarse al Partido Comunista (marxista-Leninista) y se aparten de
la inevitable revolución proletaria.
El Comité de
Reconstrucción del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá, aprovechando
este día, quiere felicitar a todas las mujeres obreras, campesinas, indígenas,
profesionales, intelectuales, estudiantas, barriales y zonas rurales por tan
grandiosa fecha hito de la lucha centenaria por la emancipación de todas las
mujeres oprimidas y d todos los explotados y oprimidos de nuestro país.
Exhortarlas a recuperar la Bandera Roja de la revolución social.
Ha
tomar conciencia, comunista de clase, de que su verdadera emancipación sólo será
realidad con la Revolución de Nueva Democracia Popular encaminada a la realización
de la primera etapa de la sociedad comunista, el Socialismo auténtico, con la
dirección político-estatal de la clase obrera industrial, como conjunción
indisoluble de sus componentes femenino y masculino, como nuclear fuerza
política de transformación económico revolucionaria y posibilitadora de la plena
realización de sus demandas históricas de
emancipación política, económica,
social, familiar, jurídica y cultural.
No
más esclavas domésticas, ni lavadoras de trapos sucios ni remendonas. No más
esclavas asalariadas. Ni mendigas de dádivas envenenadoras de su libre
conciencia, ni de hipócritas “cuotas de participación” en el engranaje
institucional del Estado oligárquico, dictadura uniclasista de la burguesía
burocrático-compradora, sino integral
derecho de ejercer directamente el poder político en una nueva
organización social de la vida económica y de una nueva organización nacional
estatal. El único y real derecho que la burguesía, sustentada en el viejo y
reaccionario sistema de poder oligárquico, siempre negará a la mujer
trabajadora es, precisamente, el derecho
a conquistar y participar personalmente en el nuevo Estado de Democracia
Popular.
Y
precisamente, es este el más importante y vital contenido que adquiere la
actual conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de Lucha de la Mujer
Trabajadora en Panamá. Fecha marcadora del nivel de conciencia comunista de
clase alcanzado por la mujer trabajadora y combatiente panameña. Y que las
clases explotadoras y opresoras, las clases gobernantes, la burguesía liberal,
socialdemócratas -más en general la izquierda burguesa-, los fascistas y curas,
manipulando y sufragando el feminismo burgués y el feminismo pequeñoburgués,
intentan distorsionar, ocultar y vanificar tras
fementidas formulas antirrevolucionarias y antifeminiles desde el
momento mismo que han establecido su legalidad institucionalizada. “Ampliación
y profundización de la democracia”, cómo si esta democracia oligárquica,
semifeudal, patriarcalista pudiese satisfacer las demandas más vitales de los
trabajadores y de la mujer trabajadora; “liberación de la mujer”, fórmula
engañadora y como si fuese equivalente a la revolucionaria proletaria consigna
de la emancipación de los trabajadores y trabajadoras; “igualdad entre el
hombre y la mujer”, reduciéndola a igualdad jurídica y política formal,
denegándola de hecho dado que la propiedad privada de los grandes propietarios
divide antagónicamente a la actual sociedad lo que hace imposible la
realización de la igualdad; “derechos de la mujer y de la niñez”, cuando esa
misma sociedad semifeudal y machista es la que niega y corta los mínimos
derechos burgueses a la mujer obrera, campesina e indígena y a sus proles.
Estas y otras monsergas riegan los señores del capital y los dueños de la
tierra con el fin de engañarlas y apartalas del único y verdadero camino de su
emancipación.
Pero,
no podrán ocultar más sus engaños y mentiras. El Partido Comunista
(Marxista-Leninista) de Panamá está aquí. Queridas compañeras, hermanas de
clase, los comunistas (marxistas-leninistas-maoístas) les convocamos, con
motivo de esta grandiosa fecha, a poner todo su empeño, todo su espíritu de
lucha, en el forjamiento del ejército revolucionario de mujeres. Ha
comprometerse en el único camino valido para su real emancipación social,
económica, política, jurídica y cultural: Barrer con la escoba de hierro de la
revolución social a esta vieja y podrida sociedad capitalista, consiguientemente
a destruir el reaccionario Estado oligárquico, machista y clerical-fascista. A romper
revolucionariamente con la suma moderna de la cincuecentenaria esclavización, opresión
y subordinación de la mujer trabajadora al hombre propietario y toda esa
morralla que le acompaña, las costumbres patriarcalistas, el terrorismo moral
de la religión y la penalización bárbara de la mujer por ejercer su derecho a
decidir por su propio cuerpo.
¡EL 8 DE MARZO ES FECHA DE LUCHA Y NO DE CONCILIACIÓN CON LOS OPRESORES!
¡MUJER TRABAJADORA UNETE A TÚ CLASE Y AYUDA A LA DESTRUCCIÓN DE ESTA
SOCIEDAD OPRESIVA Y CONCULCADORA DE TUS DERECHOS!
¡SI NO HAY LIBERTAD PARA LA MUJER, NO HAY DEMOCRACIA!
¡LA REVOLUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA CREA LAS PREMISAS POLÍTICAS Y
ECONÓMICAS PARA LA DEFINITIVA SOLUCIÓN DE LA CUESTIÓN FEMENINA!
¡SOLO EL SOCIALISMO ES LA SOLUCIÓN JUSTA DE LA EMANCIPACIÓN DE LA
MUJER!
¡LOOR AL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER TRABAJADORA!
Por el Comité
Central del Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá
Amilkar
Villarreal P.
Secretario
General
Dado en la
ciudad de Panamá, 21 de febrero de 2015
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