Mao Tse-tung
21 de septiembre de
1949
Señores delegados: Se
inaugura ahora la Conferencia Consultiva Política, tan ansiosamente esperada
por el pueblo de todo el país.
Nuestra conferencia reúne
a más de seiscientos delegados, que representan a todos los partidos
democráticos y organizaciones populares, al Ejército Popular de Liberación, a
las diversas regiones y nacionalidades del país, así como a los chinos de
ultramar. Esto pone de manifiesto que la nuestra es una reunión de gran unidad
de todo el pueblo.
Esta gran unidad la hemos
alcanzado gracias a nuestra victoria sobre el reaccionario gobierno del
Kuomintang, sostenido por el imperialismo norteamericano. En algo más de tres
años, el heroico Ejército Popular de Liberación de China, un ejército como
pocos en el mundo, ha desbaratado todas las ofensivas del ejército de varios
millones de soldados del reaccionario gobierno kuomintanista, apoyado por los
Estados Unidos, y ha pasado a la contraofensiva y a la ofensiva. En la
actualidad, los ejércitos de campaña del Ejército Popular de Liberación,
formados por varios millones de hombres, han avanzado hasta lugares próximos a
Taiwán, Kuangtung, Kuangsí, Kuichou, Sechuán y Sinchiang, y la gran mayoría del
pueblo chino ha logrado su liberación. En poco más de tres años, todo el
pueblo, estrechando sus filas y apoyando al Ejército Popular de Liberación, ha
luchado contra el enemigo y conquistado la victoria básica. Sobre esta base se
celebra la presente Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
A ésta la llamamos
Conferencia Consultiva Política porque hace cosa de tres años celebrarnos,
junto con el Kuomintang de Chiang Kai-shek, una reunión que también
se llamó Conferencia Consultiva Política[1]. Sus resultados fueron echados a pique por el
Kuomintang de Chiang Kai-shek y sus cómplices, pero la Conferencia dejó un
recuerdo imborrable en nuestro pueblo. Puso en evidencia que es imposible
realizar, junto con el Kuomintang de Chiang Kai-shek, lacayo del imperialismo, y
sus cómplices, ninguna tarea de provecho para el pueblo y que, incluso cuando
se sacan forzadamente algunas resoluciones, no se llega a nada, pues tan pronto
como se les presenta la oportunidad, ellos las hacen pedazos y desencadenan una
despiadada guerra contra el pueblo. El único efecto positivo de esa conferencia
fue la profunda educación que dio al pueblo al hacerle comprender que no hay
lugar a ningún compromiso con el Kuomintang de Chiang Kai-shek, lacayo del
imperialismo, y sus cómplices, y que es preciso optar por una de dos: o
derrotar a estos enemigos o dejarse oprimir y matar por ellos, sin que exista
otra alternativa. En algo más de tres años, bajo la dirección del Partido
Comunista de China, el pueblo chino ha tenido un rápido despertar, se ha organizado
y ha formado un frente único de amplitud nacional contra el imperialismo, el
feudalismo y el capitalismo burocrático y contra su representante general, el
reaccionario gobierno del Kuomintang y, apoyando la Guerra Popular de
Liberación, ha derribado básicamente a ese gobierno, echado abajo la dominación
del imperialismo en China y revivido la Conferencia Consultiva Política.
La presente Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino se celebra sobre una base totalmente
nueva; es representativa de todo el pueblo y goza de su confianza y apoyo. Por
tanto, la Conferencia proclama que ejercerá las funciones y poderes de Asamblea
Popular Nacional. Siguiendo su orden del día, elaborará y adoptará la Ley
Orgánica de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, la Ley
Orgánica del Gobierno Popular Central de la República Popular China y el
Programa Común de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino; elegirá
el Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino y el
Consejo del Gobierno Popular Central de la República Popular China; adoptará la
bandera y el escudo de la República Popular China; determinará la capital de la
República Popular China y adoptará el calendario vigente en la mayor parte del
mundo.
Señores delegados: Todos
tenemos la convicción de que nuestro trabajo quedará inscrito en la historia de
la humanidad y demostrará que el pueblo chino, que constituye una cuarta parte
del género humano, ya se ha puesto en pie. Los chinos hemos sido siempre una
gran nación valiente y laboriosa, y sólo en los tiempos modernos nos hemos
quedado atrás. Este atraso se debió exclusivamente a la opresión y explotación
del imperialismo extranjero y de los gobiernos reaccionarios del país. A lo
largo de más de un siglo, nuestros antecesores nunca cejaron en sus indomables
y tenaces luchas contra los opresores de dentro y de fuera, incluida la
Revolución de 1911 dirigida por el Dr. Sun Yat-sen, gran precursor de la
revolución china. Nuestros antecesores nos encomendaron dar término a su
empresa inconclusa, y nosotros lo hemos hecho. Hemos forjado nuestra unidad y
derrocado a los opresores internos y externos a través de la Guerra Popular de
Liberación y la gran revolución del pueblo, y ahora proclamamos la República
Popular China. De aquí en adelante, nuestra nación formará parte de la
comunidad de naciones amantes de la paz y la libertad. Trabajando con coraje y
laboriosidad, creará su propia civilización y bienestar y, al mismo tiempo,
promoverá la paz y la libertad en el mundo. Nuestra nación no será más una
nación humillada. Nos hemos puesto en pie. Nuestra revolución se ha ganado la
simpatía y la aclamación de las grandes masas populares de todos los países.
Tenemos amigos en todo el mundo.
Nuestro trabajo revolucionario
no ha culminado todavía. La Guerra Popular de Liberación y el movimiento
revolucionario del pueblo siguen avanzando. Debemos continuar nuestros
esfuerzos. Los imperialistas y los reaccionarios internos jamás se resignarán a
su derrota, y forcejearán hasta el fin. Aun después de establecida la paz y el
orden en todo el país, continuarán sus actividades de zapa y provocarán
disturbios recurriendo a mil medios; a diario y en todo momento tratarán de
montar su restauración en China. Esto es inevitable y está fuera de toda duda;
nunca debemos relajar nuestra vigilancia.
Nuestro régimen estatal
de dictadura democrática popular es una poderosa arma para preservar las
conquistas de la revolución popular y combatir los complots de restauración de
los enemigos internos y externos; tenemos que empuñar firmemente esta arma. En
el plano internacional, debemos unirnos con todos los países y pueblos amantes
de la paz y la libertad, en primer lugar con la Unión Soviética y las Nuevas
Democracias, a fin de no estar solos en nuestra lucha por salvaguardar los
frutos de la victoria de la revolución popular frente a los complots de
restauración de los enemigos internos y externos.
Con tal que perseveremos en la
dictadura democrática popular y nos mantengamos unidos con los amigos
extranjeros, saldremos siempre victoriosos.
La dictadura democrática
popular y la unidad con los amigos extranjeros nos permitirán lograr
rápidamente éxitos en nuestro trabajo de construcción. Tenemos ante nosotros la
tarea de la construcción económica a escala nacional. Disponemos de excelentes
condiciones: una población de 475 millones y un territorio de 9.600.000
kilómetros cuadrados. Es cierto que enfrentamos dificultades, muchas
dificultades, pero estamos firmemente convencidos de que el pueblo las vencerá
todas con su heroica lucha. El pueblo chino posee riquísima experiencia en la
superación de dificultades. Si nuestros antecesores y nosotros mismos pudimos
atravesar ese largo período de extremas dificultades y derrotar a las poderosas
fuerzas reaccionarias tanto internas como externas, ¿Por qué después de la
victoria no vamos a poder construir un país próspero y floreciente? Siempre que
mantengamos nuestro estilo de vida sencilla y lucha dura, permanezcamos unidos
y persistamos en la dictadura democrática popular y en la unidad con los amigos
extranjeros, podremos lograr rápidamente victorias en el frente económico.
El auge de la
construcción económica vendrá necesariamente acompañado de un auge de la
construcción en la esfera cultural. Ha terminado la época en que los chinos
éramos considerados como incivilizados. Surgiremos ante el mundo como una
nación de elevada cultura.
Nuestra defensa nacional
se consolidará y no permitiremos que ningún imperialista vuelva a invadir
nuestro territorio. Debemos conservar y desarrollar nuestras fuerzas armadas
populares tomando como base el heroico y fogueado Ejército Popular de
Liberación. Contaremos no sólo con un poderoso ejército de tierra, sino también
con una aviación y una marina poderosas.
¡Que tiemblen ante
nosotros los reaccionarios internos y externos!
¡Que digan que no valemos
para esto, que no valemos para aquello! Mediante tenaces esfuerzos y con pasos
seguros, el pueblo chino llegará a su meta.
¡Gloria eterna a los héroes
del pueblo caídos en la Guerra Popular de Liberación y en la revolución
popular!
¡Aclamemos la victoria de
la Guerra Popular de Liberación y de la revolución popular!
¡Aclamemos la fundación
de la República Popular China!
¡Pleno éxito a la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino!
NOTAS
* Discurso de apertura pronunciado por el camarada Mao Tse-tung ante la
I Sesión Plenaria de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino.
[1] Véase "Derrotar la ofensiva
de Chiang Kai-shek mediante una guerra en defensa propia", nota 2, Obras
Escogidas de Mao Tse-tung, t. IV. [pág. 12]
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
PEKIN
PEKIN
Primera edición 1977
Tomo V, págs. 11-15.
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