Una vez más la "izquierda conspirativa" -profundamente antimaterialista y antidialéctica- vuelve a construir y difundir una "explicación" conspirativa de los motivos de los levantamientos populares que están sacudiendo Libia.
Los levantamientos y revueltas que están poniendo contra las cuerdas al régimen del tirano Muamar Gadafi tienen sus causas principales en cuestiones internas tales como un profundo desequilibrio social, un empobrecimiento de las capas populares y un gran hartazgo con la corrupción imperante. Se trata al mismo tiempo de una revuelta económica y de una revolución democrática, nacionalista y anticolonial.
La rebelión en Libia es una rebelión más de la oleada de levantamientos populares que amenaza con hacer caer, uno detrás de otro, a todos los aliados de las potencias occidentales en la región.
Muy lejos quedan los tiempos en que Gadafi fue un enemigo del Imperialismo Occidental. En la última década Gadafi se había convertido en un aliado y fiel amigo del Imperialismo. Gadafi entre otras cosas había alcanzado acuerdos con EE.UU y la Unión Europea que habían convertido al país en destino de las corporaciones multinacionales, y las fuerzas armadas libias estaban en colaboración constante con la maquinaria de guerra imperialista de EE.UU. Había llegado al extremo servil de coordinar maniobras militares con EE.UU en la región del Sahel en África del Norte y también a mantener lazos estrechos con la CIA en la lucha contra el "terrorismo islámico".
Lo que no se daba cuenta el "ingenuo" Gadafi es que el Imperialismo no tiene amigos, solo tiene intereses. Los imperialistas han defendido todo lo que han podido a sus dictadores hasta que han comprendido que eran insostenibles y entonces los han dejado caer y han elegido otra estrategia: intentar apañar y controlar los procesos moviendo los hilos con el fin de que los nuevos gobiernos sean afines a sus intereses. Como dice un dicho popular: “Roma no paga traidores” y eso es lo que le ha sucedido a Gadafi.
La respuesta de la dictadura libia a las protestas populares ha sido la brutal represión con asesinatos en masa y ello lejos de apaciguar los ánimos ha redoblado el combate de las masas populares libias que a día de hoy están a punto de tumbar al tirano. Y además está brutal represión del régimen está dando argumentos a los cínicos imperialistas para presentarse como garantes de la defensa de la libertad y la democracia, y plantearse intervenir militarmente. La peor consecuencia posible de la crisis en Libia sería que EE.UU encontrara una manera de intervenir.
Como muy bien dijo anteriormente el camarada Sade del Colectivo Odio de Clase: "¡Claro que de estas revueltas no va a surgir socialismo! Pero no porque la CIA esté detrás de los movimientos populares, de los estallidos de energía revolucionaria, sino porque no existe partido revolucionario: estas explosiones populares son condición necesaria de todo movimiento revolucionario pero jamás habrá socialismo sin partido revolucionario, sin Partido Comunista. Negar la revuelta, la rebelión, es negar la posibilidad del socialismo. Negar el partido es negar el socialismo mismo".
Publicado por Odio de Clase
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